Un colaborador de Lamari celebró el 11-M con el carcelero de Ortega Lara

05-11-04


LA AMENAZA TERRORISTA / Amine Akli festejó la masacre con una comida a la que acudieron al menos cinco etarras, incluidos Bolinaga y Rekarte / El preso del GIA ha sido arrestado por Garzón por querer volar la Audiencia

Un colaborador de Lamari celebró el 11-M con el carcelero de Ortega Lara

Amine Akli festejó la matanza de Madrid con los etarras Bolinaga y Rekarte en una comida celebrada en el patio de la cárcel de El Puerto de Santa María - El islamista fue detenido en 1997 con el jefe del comando del 11-M y acaba de ser acusado por el juez Garzón de preparar la voladura de la Audiencia

CHEMA RODRIGUEZ

HUELVA.- Mohamed Amine Akli, detenido en 1997 junto a Allekema Lamari, el emir del 11-M, por su pertenencia al Grupo Islámico Armado (GIA), celebró los atentados del 11 de Marzo con varios presos de la banda terrorista ETA en el centro penitenciario Puerto I de Cádiz.

Las fotografías, a las que ha tenido acceso EL MUNDO, muestran a Amine Akli compartiendo mesa con históricos miembros de la organización terrorista como Jesús María Uribecheverría Bolinaga, secuestrador de Ortega Lara, o Iñaki Rekarte Ibarra, condenado a 203 años de cárcel por perpetrar un atentado con coche bomba en Santander. Amine Akli es uno de los 15 presos arrestados por el juez Garzón por su presunta vinculación con la célula integrista que quería volar la Audiencia Nacional.
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La comida, que transcurrió en un ambiente festivo, se produjo algunas semanas después de la masacre terrorista de Atocha y, según los funcionarios de la prisión gaditana del Puerto de Santa María, con la explícita intención de festejar el éxito del plan islamista para sembrar el pánico en las estaciones de tren madrileñas.

Al ágape también acudieron, entre otros, los etarras Juan Carlos Arruti Azpitarte, condenado a 39 años de cárcel por el asesinato del general Luis de Azcárraga Pérez; Jesús María Ciganda Sarratea, sentenciado a 29 años de prisión por el atentado de un guardia civil en Guipúzcoa, y Arkaitz Sáez Arrieta, que cumple condena de 18 años por formar parte de un comando legal que se dedicaba a robar máquinas troqueladoras.

Como adelantó este diario, Amine Akli tenía un trato especial con Iñaki Rekarte Ibarra, pero también sostenía lazos cordiales con el resto de reclusos de la banda terrorista.

De su más que cercana relación da fe un vídeo, que obra en poder de EL MUNDO, en el que, además, queda constancia de su vinculación y amistad, según fuentes penitenciarias, con el histórico Uribecheverría Bolinaga, uno de los constructores del zulo donde la banda mantuvo secuestrado a José Antonio Ortega Lara y al industrial Julio Iglesias Zamora. Este miembro de ETA cumple una condena de más de 200 años de cárcel por estos secuestros y por el atentado contra una patrulla de la Guardia Civil en Oñate (Guipúzcoa), en el que murieron dos agentes.

En el vídeo se observa cómo Amine Akli pasea por el patio de la prisión gaditana donde cumplía una condena de 14 años desde 2001, junto a Rekarte Ibarra y Uribecheverría Bolinaga en una actitud amistosa y cómo éstos llegan, incluso, a reírse con las ocurrencias del recluso islamista.

Detalles de la operación

Estas últimas imágenes corresponden al mes de marzo de este año, apenas unos días antes de que explotaran las bombas en Madrid.Las fuentes penitenciarias consultadas indicaron que en esa conversación pudieron estar presentes algunos de los detalles de la operación en la que participó muy activamente Allekema Lamari, al que Amine conocía desde hacía años.

El interno argelino, que procedía de los campamentos de muyahidin en Bosnia, había trabajado con el emir del 11-M en el GIA facilitando pasaportes españoles falsos y documentos de identidad a otros miembros de la organización fundamentalista que llegaban a Europa desde Argelia.

Las relaciones «personales» a las que aludió el miércoles el ministro del Interior, José Antonio Alonso, parecen ir más allá, a tenor de los documentos gráficos y de la información obtenidos en Puerto I. Es la primera vez que hay pruebas gráficas indiscutibles de la vinculación entre los reclusos de ETA y los extremistas islámicos.

Unos tratos que, hasta hace sólo unos días, eran negados insistentemente por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, en particular por los responsables de las prisiones, el ministro Alonso y la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.

Los contactos entre los internos fundamentalistas, en concreto Amine Akli, y los etarras se remontan a los inicios de la Guerra de Afganistán, en 2002, y, según los trabajadores de Puerto I, los dos grupos se prestan «ayuda y apoyo mutuos».

Todos ellos compartían, hasta hace muy poco, techo en el módulo 3, ya que la dirección del centro penitenciario no tomó medidas de incomunicación después del 11-M. Sólo lo hizo cumpliendo órdenes después de que el juez Garzón impulsase la operación Nova, en la que se desarticuló la célula integrista que quería volar la Audiencia Nacional.

Islamistas y etarras no fueron separados a pesar de que, según los funcionarios, los responsables de la penitenciaría Puerto I habían sido puestos al corriente sobre la «estrecha» relación entre ambos grupos terroristas, a través de informes internos que fueron sistemáticamente ignorados. Amine Akli, según las investigaciones dirigidas por el juez Garzón, se encargaba de captar nuevos miembros para la célula terrorista, al igual que Abdelkrim Benesmail y Bachir Belhakem, también detenidos en 1997 en la operación Appreciatte.

En esta actuación policial, fue desarticulada una red de apoyo logístico al GIA, asentada en España, motivo por el cual fueron arrestados 11 integristas argelinos, en Valencia y en Torrent.

Por decisión del juez, Amine Akli fue puesto en libertad y aprovechó para huir de España y establecerse en otros países europeos como Italia, Bosnia y Suiza, donde precisamente ha sido arrestado el líder de la célula, Mohamed Achraf.

El 23 de mayo de 2000, Amine Akli fue entregado a España por las autoridades suizas, a las que se había reclamado su extradición.

Junto con Amine otros cinco detenidos en la operación Nova han mantenido tratos con los reclusos de ETA. De todos ellos, ha destacado Benesmail, a quien se halló los nombres de Harriet Iragi y Henri Parot y que se relacionaba «casi en exclusividad con los internos de la banda terrorista ETA» en la prisión asturiana de Villabona, según los partes de los funcionarios.

Tras conocer la existencia del vídeo y las fotografías que prueban las relaciones entre etarras e islamistas, un portavoz del sindicato CSI-CSIF denunció que las cárceles españolas se han convertido en «germen de cultivo» de la delincuencia organizada, algo que hay que atribuir, en su opinión, a la masificación que soportan las prisiones y la falta de medios de los funcionarios. «Los contactos entre terroristas unidos a la ineficacia de Instituciones Penitenciarias dan estos resultados», subrayó el citado portavoz del sindicato.

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