Los huecos que carcomen el relato oficial
28-10-07
JUICIO POR UNA MASACRE / Guía para seguir la sentencia del miércoles / LAS INCOGNITAS POR DESPEJAR
Los huecos que carcomen el relato oficial
JUICIO POR UNA MASACRE / Guía para seguir la sentencia del miércoles / LAS INCOGNITAS POR DESPEJAR
Los huecos que carcomen el relato oficial
Algunas acusaciones sostienen que los aspectos que no explica el escrito fiscal hacen imposible que su teoría se sostenga
MANUEL MARRACO
MADRID.- El relato del fiscal es un queso gruyere. Esa es, en su formulación menos jurídica, la principal objeción de otras acusaciones al escrito de acusación del Ministerio Público. A su juicio, algunos aspectos clave para la ejecución de la masacre, como la identidad de quien sabía montar bombas con móviles, no han quedado aclarados.
La exposición más gráfica llegó de la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M, que mantuvo en sus conclusiones definitivas que falta por localizar una «cuarta trama». A su juicio, esa nueva trama confluyó en el 11-M junto a las tres desarticuladas y resulta imprescindible para encajar piezas esenciales del sumario.
El letrado de la asociación, José María de Pablo, añadió que aún no se puede poner nombre a esa trama, pero que algunos indicios que deben investigarse apuntan a ETA. En particular, el resultado de los análisis de los explosivos, que ocupó una parte fundamental del juicio: «La Goma 2 ECO acredita la implicación de la llamada trama asturiana en su suministro, mientras que la dinamita Titadyn [...] constituye un indicio más de que esa cuarta trama estaría formada, posiblemente, por miembros de la banda terrorista ETA, si bien se trata de una cuestión que exige una investigación seria».
(.../...)
Otros elementos que apuntarían hacia esta trama que no aparece en el escrito fiscal atañen a varias pruebas clave. Por ejemplo, la furgoneta en la que se trasladaron los terroristas a la estación de Alcalá, cuyos ocupantes se encargaron de llamar tanto la atención como para que la vía islamista se abriera a las pocas horas de los atentados. O el Skoda Fabia, que apareció con ADN de los implicados tres meses después de la masacre a pocos metros de donde estuvo la Kangoo, y que nadie había visto el 11 de Marzo. O la mochila de Vallecas que, si estuvo en los trenes -«no lo podemos saber»-, también apunta a una doble intervención. En palabras del tedax que la desactivó: su confección reunía una mano «experta» junto con otra «chapucera».
Sobre la autenticidad de la mochila también resultó relevante la declaración como testigo el 15 de marzo del inspector jefe de los Tedax de Madrid, que supervisó toda la actuación sobre explosivos en todos los trenes: «En El Pozo se revisaron todos los trenes, todos... Después de la revisión de los Tedax que trabajaron allí, no había ni una sola mochila que tuviese un artefacto explosivo. Eso se lo puedo asegurar, que lo hicieron concienzudamente. Es más, les dije que lo hicieran dos veces y cuando hablé con ellos me dijeron que lo habían hecho cuatro».
Esta declaración también fue resaltada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que mantuvo igualmente en su informe final que «hay grandes ausentes en este juicio y no se sabe quiénes son». El letrado Emilio Murcia explicó que la AVT «no se conforma» con lo investigado hasta ahora y que, por ejemplo, aún no se ha comprobado «quién está detrás de la ideación y de la ejecución de los atentados». «Seguimos necesitando saber quién fue la mano que mece la cuna», añadió.
En esta ocasión la AVT fue más cautelosa que la Asociación de Ayuda. Tras reconocer que «las pruebas no han acreditado que ETA interviniese en los atentados», Murcia mostró su sorpresas por la «multiplicación» de esfuerzos probatorios que se han dedicado a demostrar la «no participación de la banda terrorista» y a citar como antecedentes del 11-M la Guerra de Irak y la foto de las Azores. «Nunca se había buscado la justificación a un atentado de ETA», recordó.
Otros dos abogados habituales de la AVT, que en el juicio del 11-M representaron a una quincena de víctimas particulares, también sostuvieron que «detrás de estos atentados ha existido una confluencia de organizaciones terroristas». Los letrados Juan Carlos Rodríguez Segura y Manuela Rubio presentaron la versión más alejada de la Fiscalía. Consideraron que los autores de la masacre no son sólo islamistas y destacaron el alto número de procesados, delincuentes comunes, que eran informadores de las Fuerzas de Seguridad.
En su exposición final, descartaron que la furgoneta Renault Kangoo y el Skoda Fabia estén relacionados con los terroristas y pusieron en duda alguna de las piezas clave que sirvieron para iniciar la investigación. Como ejemplo, indicaron que la única hipótesis lógica respecto a la mochila de Vallecas es que «fue colocada con posterioridad a las explosiones, de tal manera que sembraba una dirección de investigación distinta a la mantenida hasta entonces». Rodríguez Segura enumeró en su informe final algunos de los huecos que no ha podido tapar la Fiscalía. «No hay nada sobre los artefactos de los trenes: ni el tipo de explosivo, ni el tipo de detonador, ni el tipo de iniciador. Si a todos esos datos les sumamos el hecho de la destrucción de los trenes, no cabe sustraerse a la sensación de que desde el principio se produjo un posible intento deliberado de ocultar por todos los medios cómo estaban hechas las bombas de los trenes».
Algunas de esas dudas sobre la versión oficial le llevaron a retirar la acusación contra Jamal Zougam, supuesto autor material, y Rabei Osman, El Egipcio, presunto ideólogo de la masacre.
Las discrepancias sobre la intervención concreta de los acusados también llegaron, en algún caso, a la acusación que más próxima se ha mantenido a al Fiscalía. La asociación 11-M Afectados del Terrorismo, presidida por Pilar Manjón, otorga una relevancia mayor a algunos miembros de la trama asturiana, como los hermanos Toro, para los que pide penas muy superiores. En el apartado de los explosivos, la asociación se separa del Ministerio Público y no considera verosímil la teoría de la contaminación.
HIPOTESIS AL CONCLUIR EL JUICIO
MANUEL MARRACO
MADRID.- El relato del fiscal es un queso gruyere. Esa es, en su formulación menos jurídica, la principal objeción de otras acusaciones al escrito de acusación del Ministerio Público. A su juicio, algunos aspectos clave para la ejecución de la masacre, como la identidad de quien sabía montar bombas con móviles, no han quedado aclarados.
La exposición más gráfica llegó de la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M, que mantuvo en sus conclusiones definitivas que falta por localizar una «cuarta trama». A su juicio, esa nueva trama confluyó en el 11-M junto a las tres desarticuladas y resulta imprescindible para encajar piezas esenciales del sumario.
El letrado de la asociación, José María de Pablo, añadió que aún no se puede poner nombre a esa trama, pero que algunos indicios que deben investigarse apuntan a ETA. En particular, el resultado de los análisis de los explosivos, que ocupó una parte fundamental del juicio: «La Goma 2 ECO acredita la implicación de la llamada trama asturiana en su suministro, mientras que la dinamita Titadyn [...] constituye un indicio más de que esa cuarta trama estaría formada, posiblemente, por miembros de la banda terrorista ETA, si bien se trata de una cuestión que exige una investigación seria».
(.../...)
Otros elementos que apuntarían hacia esta trama que no aparece en el escrito fiscal atañen a varias pruebas clave. Por ejemplo, la furgoneta en la que se trasladaron los terroristas a la estación de Alcalá, cuyos ocupantes se encargaron de llamar tanto la atención como para que la vía islamista se abriera a las pocas horas de los atentados. O el Skoda Fabia, que apareció con ADN de los implicados tres meses después de la masacre a pocos metros de donde estuvo la Kangoo, y que nadie había visto el 11 de Marzo. O la mochila de Vallecas que, si estuvo en los trenes -«no lo podemos saber»-, también apunta a una doble intervención. En palabras del tedax que la desactivó: su confección reunía una mano «experta» junto con otra «chapucera».
Sobre la autenticidad de la mochila también resultó relevante la declaración como testigo el 15 de marzo del inspector jefe de los Tedax de Madrid, que supervisó toda la actuación sobre explosivos en todos los trenes: «En El Pozo se revisaron todos los trenes, todos... Después de la revisión de los Tedax que trabajaron allí, no había ni una sola mochila que tuviese un artefacto explosivo. Eso se lo puedo asegurar, que lo hicieron concienzudamente. Es más, les dije que lo hicieran dos veces y cuando hablé con ellos me dijeron que lo habían hecho cuatro».
Esta declaración también fue resaltada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que mantuvo igualmente en su informe final que «hay grandes ausentes en este juicio y no se sabe quiénes son». El letrado Emilio Murcia explicó que la AVT «no se conforma» con lo investigado hasta ahora y que, por ejemplo, aún no se ha comprobado «quién está detrás de la ideación y de la ejecución de los atentados». «Seguimos necesitando saber quién fue la mano que mece la cuna», añadió.
En esta ocasión la AVT fue más cautelosa que la Asociación de Ayuda. Tras reconocer que «las pruebas no han acreditado que ETA interviniese en los atentados», Murcia mostró su sorpresas por la «multiplicación» de esfuerzos probatorios que se han dedicado a demostrar la «no participación de la banda terrorista» y a citar como antecedentes del 11-M la Guerra de Irak y la foto de las Azores. «Nunca se había buscado la justificación a un atentado de ETA», recordó.
Otros dos abogados habituales de la AVT, que en el juicio del 11-M representaron a una quincena de víctimas particulares, también sostuvieron que «detrás de estos atentados ha existido una confluencia de organizaciones terroristas». Los letrados Juan Carlos Rodríguez Segura y Manuela Rubio presentaron la versión más alejada de la Fiscalía. Consideraron que los autores de la masacre no son sólo islamistas y destacaron el alto número de procesados, delincuentes comunes, que eran informadores de las Fuerzas de Seguridad.
En su exposición final, descartaron que la furgoneta Renault Kangoo y el Skoda Fabia estén relacionados con los terroristas y pusieron en duda alguna de las piezas clave que sirvieron para iniciar la investigación. Como ejemplo, indicaron que la única hipótesis lógica respecto a la mochila de Vallecas es que «fue colocada con posterioridad a las explosiones, de tal manera que sembraba una dirección de investigación distinta a la mantenida hasta entonces». Rodríguez Segura enumeró en su informe final algunos de los huecos que no ha podido tapar la Fiscalía. «No hay nada sobre los artefactos de los trenes: ni el tipo de explosivo, ni el tipo de detonador, ni el tipo de iniciador. Si a todos esos datos les sumamos el hecho de la destrucción de los trenes, no cabe sustraerse a la sensación de que desde el principio se produjo un posible intento deliberado de ocultar por todos los medios cómo estaban hechas las bombas de los trenes».
Algunas de esas dudas sobre la versión oficial le llevaron a retirar la acusación contra Jamal Zougam, supuesto autor material, y Rabei Osman, El Egipcio, presunto ideólogo de la masacre.
Las discrepancias sobre la intervención concreta de los acusados también llegaron, en algún caso, a la acusación que más próxima se ha mantenido a al Fiscalía. La asociación 11-M Afectados del Terrorismo, presidida por Pilar Manjón, otorga una relevancia mayor a algunos miembros de la trama asturiana, como los hermanos Toro, para los que pide penas muy superiores. En el apartado de los explosivos, la asociación se separa del Ministerio Público y no considera verosímil la teoría de la contaminación.
HIPOTESIS AL CONCLUIR EL JUICIO
1. Una cuarta trama. «La Goma 2 ECO utilizada acredita la implicación de la llamada trama asturiana en su suministro, mientras que la dinamita Titadyn [...] constituye un indicio más de que esa cuarta trama estaría formada, posiblemente, por miembros de la banda terrorista ETA, si bien se trata de una cuestión que exige una investigación seria». José María de Pablo, abogado de la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M.
2. Investigación insuficiente. «Hay que seguir investigando. La AVT no se conforma con lo comprobado. Es necesario saber quién está detrás de la ideación y de la ejecución de los atentados», Emilio Murcia, letrado de la AVT.
3. Intento de ocultación. «No hay nada sobre los artefactos de los trenes: ni el tipo de explosivo, ni el tipo de detonador, ni el tipo de iniciador. Si sumamos la destrucción de los trenes, no cabe sustraerse a la sensación de que desde el principio se produjo un intento deliberado de ocultar por todos los medios cómo estaban hechas las bombas de los trenes, por si la sombra de la serpiente se revelaba más positiva». Juan Carlos Rodríguez Segura, de la AVT, representando a otra acusación.
Comentarios