El sumario detalla componentes de todos los explosivos menos los de los trenes

25-07-06



11-M LA INVESTIGACION / Las contradicciones

El sumario detalla componentes de todos los explosivos menos los de los trenes


La investigación del 11-M determina incluso qué sustancias impregnaron las paredes del zulo de Morata o la alfombrilla del maletero del Skoda

CASIMIRO GARCIA-ABADILLO

Después de más de dos años de investigación, en el sumario del 11-M no constan los elementos que se encontraron en los focos de los atentados y que deberían servir para determinar qué explosivo pudo utilizarse. Los informes remitidos al juez Del Olmo sólo hacen referencia a «componentes de dinamita», sin ponerle nombre a esos componentes. Por el contrario, el propio sumario revela que los demás análisis de los explosivos relacionados con el 11-M sí han llegado a determinar en todos los casos qué elementos se habían encontrado. La minuciosidad de los análisis lleva a detectar sustancias en las paredes del zulo de Morata en el que se guardaron los explosivos y en la alfombrilla del maletero del Skoda Fabia supuestamente empleado por los terroristas.

MADRID.- Como otros muchos agentes, los miembros de los Tedax tuvieron que sobreponerse al impacto del dolor, al golpe de la tragedia, para llevar a cabo su trabajo aquel 11 de Marzo de imborrable recuerdo.

Lo primero que hicieron fue escudriñar en trenes y andenes para ver si había más mochilas bomba. Sobre las 7.40 horas ya habían hecho explosión 10 bombas mortalmente distribuidas en cuatro trenes de cercanías que se dirigían a Madrid.
(.../...)

Sobre las 8.30 horas, los Tedax localizaron un artefacto sin explotar en la estación de Atocha. Protegido con su traje especial fabricado con kevlar, un agente de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos le aplicó a la bolsa una carga de hiperpotencia (una especie de disparo de enorme presión con agua que sirve para desbaratar los explosivos). Sin embargo, la bomba explotó por simpatía y apenas quedaron restos.


Poco después saltó la alarma en la estación de la calle de Téllez.Parecía que se había localizado una bolsa que podía contener otro explosivo. Fue el tedax llamado Pedro (quien después desactivaría la bomba encontrada en la comisaría de Puente de Vallecas) el que se encargó de mirar dentro de los vagones de aquel tren hasta que localizó la bolsa sospechosa. Afortunadamente, lo que se creía que podía tratarse de un artefacto no era más que una tartera que contenía guisantes con jamón.

Después, sobre las 9.30 horas, el agente de la Policía Municipal Jacobo Barrero encontró otra mochila bomba en la estación de El Pozo. Los Tedax volvieron a aplicar el mismo sistema que el empleado en la estación de Atocha con el mismo resultado: la bomba explotó por simpatía provocando un cráter en el suelo de más de un metro de diámetro.

Por tanto, a primera hora de la mañana del 11 de marzo, la prioridad de los Tedax era evitar que nuevas explosiones provocaran más víctimas, cuyo número iba aumentando vertiginosamente a medida que pasaban los minutos.

Con sumo cuidado se miraron todas las bolsas sospechosas. Una vez hecho esto, se fueron amontonando en los andenes de las estaciones y la Policía se encargó de su custodia.

Cuando ya se habían asegurado de que no había peligro de nuevas explosiones y el juez había ordenado el levantamiento de los cadáveres, fue cuando los Tedax entraron en la -por así decirlo- segunda fase de su trabajo: detectar restos del explosivo que había provocado la masacre para determinar su composición y, por tanto, su tipo.

Con paciencia, con meticulosidad, los Tedax fueron recogiendo objetos, partículas de los focos donde se habían producido las explosiones. Sobre las 12.30 horas, dichas muestras, según confesó en su comparecencia ante el Congreso de los Diputados el comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, se remitieron al laboratorio del Grupo de Investigación de Explosivos de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y NBQ para su análisis.

Según Sánchez Manzano, sobre las 14.00 horas de ese mismo día ya se tenían los primeros resultados sobre el explosivo encontrado en los focos de los trenes.

A partir de ese momento es donde comienzan a complicarse las cosas.

Hay que tener en cuenta que, aunque la Renault Kangoo aparcada en las cercanías de la estación de Alcalá de Henares había sido hallada horas antes, no fue desplazada para su inspección hasta la sede de la Comisaría General de Información en Canillas hasta las 15.30 horas.

Por lo tanto, a las 14.00 horas del 11-M, la única pista sobre el explosivo utilizado por los terroristas provenía de los análisis que el laboratorio de los Tedax hizo de los restos encontrados en los focos de las explosiones.

Según dijo el propio Sánchez Manzano en su comparecencia parlamentaria, en los focos lo «único que se pudo encontrar fue nitroglicerina».Luego añadió que dicho elemento es un «componente común de todas las dinamitas», lo cual, como le han recordado todos los sindicatos policiales, no es cierto. Sin embargo, ese dato era muy relevante porque la nitroglicerina es uno de los componentes de la dinamita conocida como Titadyn 30, usada habitualmente por ETA tras su robo masivo en un polvorín de Plevin (Francia).

El conocimiento de ese dato coincidió con lo relatado también en su comparecencia parlamentaria por el subdirector operativo de la Policía, Pedro Díaz Pintado, quien reveló que, sobre las 14.00 horas, el comisario de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro Jaén, le dijo por teléfono que el explosivo que había causado la masacre, según los Tedax, era «Titadyn con cordón detonante».

Si, en efecto, se habían encontrado restos de nitroglicerina, era lógico pensar que el explosivo fuera el Titadyn que ETA había utilizado ya en decenas de atentados con coche bomba. Pero sigamos con el relato de los hechos.

A las 15.00 horas, el Gobierno de José María Aznar no sólo tenía sobre la mesa ese dato, aparentemente indiscutible, del tipo de explosivo utilizado, sino un informe confidencial del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que apuntaba a la autoría de ETA con «casi toda seguridad».

Una vez que la furgoneta se inspeccionó en Canillas (labor que llevaron a cabo los Tedax y agentes de la Policía Científica), se detectaron tres elementos importantes: una cinta coránica y una bolsa de basura bajo el asiento del copiloto que contenía detonadores y un trozo de papel parafinado que podía pertenecer a un cartucho de dinamita.

Tras recoger dichos elementos los agentes de los Tedax, el Servicio Central de Explosivos remitió al Laboratorio Químico Toxicológico del Servicio de Análisis Científicos de la Policía Científica tres muestras para su análisis. Obsérvese algo, cuando menos, curioso: mientras los análisis sobre los focos de las explosiones los hizo el laboratorio de los Tedax, el de los supuestos restos de la Kangoo los llevó a cabo el laboratorio de la Policía Científica.

Pues bien, los Tedax remitieron a dicho laboratorio tres muestras: una perteneciente a los restos de uno de los focos (donde, curiosamente, no se habían hallado restos de dinamita); otra conteniendo dos gramos de restos hallados en el papel parafinado de la Kangoo, y una última, conteniendo tres gramos de una supuesta muestra patrón de Goma 2 ECO.

Es decir, que, en lugar de remitir las muestras de lo que presuntamente se encontró en el papel parafinado, en la tarde del día 11 de marzo, cuando el Gobierno estaba convencido de que los terroristas habían utilizado Titadyn, los Tedax enviaron una muestra patrón de otro explosivo, Goma 2 ECO, para contrastarla con los restos de explosivo encontrados en la Renault Kangoo.

Aunque enviar una muestra patrón resulta ya de por sí bastante extraño, de hacerlo, lo lógico era que se hubiese enviado una muestra de Titadyn, que era lo que en teoría se pensaba hasta entonces que había explotado en los trenes.

El laboratorio de la Policía Científica trabajó con celeridad y, sobre las 18.00 horas de esa misma tarde, ya tenía los resultados de las muestras que le habían remitido desde los Tedax: si bien en la primera de ellas no se halló nada relevante, en las muestras 2 y 3 (la que se correspondían con los restos de la Kangoo y con la muestra patrón de Goma 2 ECO) se encontró: nitrocelulosa, nitrogricol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y metenamina.

Es de destacar que, en ese primer análisis del día 11 de marzo no se menciona que dichos componentes correspondan a ningún tipo de explosivo concreto. Sencillamente se enumeran los elementos que determinó el análisis en el laboratorio.

A esa hora, parecía claro que la intención del jefe de los Tedax era demostrar que el explosivo utilizado no era Titadyn, sino Goma 2 ECO, lo cual era fundamental para determinar la autoría del atentado y, por tanto, para condicionar el resultado electoral de los comicios que se celebraban el día 14 de marzo.

Al día siguiente (es decir, el 12 de marzo de 2004), el laboratorio de la Policía Científica emitió otros dos nuevos informes. Uno, ampliatorio al ya reseñado sobre los restos de la Kangoo y la muestra patrón, cuya única novedad es que incluye los elementos encontrados en los restos de uno de los focos: sulfato amónico y fosfato amónico (que no son componentes de ningún tipo de explosivo: hay que recordar que, para dicho análisis, los Tedax le remitieron a la Policía Científica justo los de un foco en el que no se halló dinamita).

El otro informe es el que se realizó con 10 gramos del explosivo que se encontró en la bolsa de la comisaría de Puente de Vallecas (es decir la bolsa bomba que desactivó el tedax Pedro sobre las 4.00 horas del 12 de marzo).

En ese análisis, los peritos de la Policía Científica señalan que en dicha muestra han detectado la presencia de los siguientes elementos: nitrocelulosa, nitrogricol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico.

Y añaden: «Se puede afirmar que la muestra analizada en el presente informe es de las mismas características que las muestras 2 y 3 del informe pericial 173-Q1-04, excepto en lo que concierne a la metenamina».

Es decir, la Policía Científica le comunica el día 12 de marzo al Servicio Central de Desactivación de Explosivos (es decir, a Sánchez Manzano) que en la muestra de Vallecas no se ha encontrado metenamina. Es de resaltar que la Policía Científica, en sus informes, no identifica el tipo de explosivo, sino sólo sus componentes.

A tener en cuenta: todavía no se conocía el informe al que hizo referencia Sánchez Manzano en su comparecencia parlamentaria y que, según sus propias palabras, se elaboró a las 14.00 horas del día 11 de marzo (y en el que, también según sus palabras, se detectó la presencia de nitroglicerina).

En realidad, no existe ninguna evidencia documental del informe sobre los focos hasta el 26 de abril de 2004. La misma se incluye como «Anexo Número 1» (firmado por Sánchez Manzano) a un informe pericial con carácter secreto que se remitió a la Comisaría General de Seguridad Ciudadana por parte de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y que el día 27 fue puesto a disposición del juez.Según se recoge en dicho Anexo Número 1, los Tedax detectaron «componentes de dinamita» en ocho de los 10 focos analizados y en otros dos correspondientes a los artefactos desactivados en las estaciones de Atocha y de El Pozo. Es decir, que existen 10 muestras en total donde el laboratorio de los Tedax afirma que hay «restos de dinamita», pero en ninguno de ellos determina sus componentes, como se hizo en el resto de los informes.

Cromatografía

Ese hecho resulta inaudito. Sobre todo teniendo en cuenta que una de las pruebas que se practicaron en el laboratorio fue la conocida como Cromatografía de Capa Fina. Dicho ensayo, que no es de gran complejidad técnica, se hace precisamente para separar los elementos de una sustancia compleja.

Como se ha relatado, en los informes de la Policía Científica se habla siempre de los elementos encontrados, nunca del tipo de explosivo.

La anomalía del informe que se adjunta como Anexo Número 1 resalta aún más cuando se compara con otros realizados sobre sustancias explosivas.

Por ejemplo, en el informe pericial conjunto sobre explosivos utilizados en el 11-M que hicieron en junio de 2005 expertos de la Guardia Civil y de los Tedax, se dice sobre los restos encontrados en el zulo que construyeron los terroristas en la casucha de Morata: «En las paredes de poliespán se detectó la presencia de nitrogricol y nitrato amónico, componentes habituales de las dinamitas».

Ese mismo informe señala sobre el análisis de los restos encontrados en el coche Skoda Fabia hallado en las cercanías de la estación de Alcalá de Henares: «En la alfombrilla del maletero del vehículo se detectó la presencia de dinitro etilengicol, componente éste de las dinamitas».

Sobre el análisis a los restos localizados en el Volkswagen Golf TDI (matrícula 0500 CHB) se dice: «Se detectó la presencia de nitrogricol (dinitrato de etilengicol)».

El informe realizado por el Departamento de Química del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil sobre el explosivo encontrado en las vías del AVE cerca de Mocejón es aún más concreto, y detalla los componentes detectados en función de los diferentes ensayos.Por ejemplo: «Cromatografía de líquidos: nitrato amónico y nitrogricol».

Como puede verse, lo normal, lo habitual, lo que suelen hacer los laboratorios es dar, tras sus análisis, los componentes de las sustancias, y no las sustancias propiamente dichas, como hizo el informe de los Tedax sobre las explosiones de los trenes.

Podría decirse que Sánchez Manzano se equivocó en el Congreso, que no afinó en el informe sobre los focos y que se confundió en el análisis de los restos encontrados en la Renault Kangoo al detectar metenamina. Pero esa indulgencia parece excesiva si se tiene en cuenta el informe que remitió al juez el 27 de marzo de 2004. En la página 8 de dicho informe se afirma: «En lo que respecta al explosivo utilizado en el artefacto desactivado en la CNP del Distrito de Puente de Vallecas, se trataba de 10,120 kg. de una sustancia blanquecina, gelatinosa y de textura similar a la plastilina. En la correspondiente analítica realizada a muestras de la referida sustancia, en el Servicio Central de Análisis de la Comisaría General de Policía Científica, se detectó la presencia de nitrocelulosa, nitrogricol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo, metenamina y carbonato cálcico, componentes estos habituales de las dinamitas».

Y continúa: «A efectos de cotejo, se realizó otra analítica a una muestra patrón de Goma 2 ECO, con idéntico resultado que la anterior, lo que permite determinar que la carga explosiva del artefacto sería esa misma dinamita».

Es decir, que Sánchez Manzano no sólo ignora el informe del laboratorio de la Policía Científica realizado el día 12 donde se le advierte de que en el explosivo que había en la bolsa de Vallecas no había metenamina, sino que le atribuye a la Policía Científica su error.Y aun más, dice que se ha realizado una analítica con una muestra patrón de Goma 2 ECO (al igual que se hizo con los resto de la Kangoo), que ha dado el mismo resultado, ¡incluyendo la existencia de metenamina!

¿Es que acaso todas las muestras patrón que tienen en el laboratorio de los Tedax están contaminadas con metenamina? ¿Por qué Sánchez Manzano, en lugar de tomar nota de lo que le dijo la Policía Científica y ordenar nuevos análisis sobre los restos de la Kangoo, lo que hizo fue falsear el informe y afirmar que también había metenamina en el explosivo de la bolsa de Vallecas?

Ese error llevó al juez Juan del Olmo a meter la pata en sucesivos autos. Así, en el primero que hizo público (18 de junio de 2004) afirma: «Las analíticas efectuadas a los restos de explosivos encontrados en la furgoneta de Alcalá de Henares -Renault Kangoo- apuntan a la presencia en su composición de nitrocelulosa, nitrogricol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo, metenamina y carbonato cálcico; las realizadas a la sustancia explosiva del artefacto desactivado en la Comisaría del Distrito de Puente de Vallecas ofrecieron el mismo resultado anterior, y las realizadas con muestra patrón de dinamita Goma 2 ECO dan el mismo resultado analítico».

Tuvieron que pasar muchos meses hasta que se pudo deshacer el entuerto de la metenamina.

Atentado del AVE

La Guardia Civil que investiga el atentado del AVE cerca de Mocejón (que, a su vez, instruye el Juzgado número 3 de la Audiencia Nacional, a cargo de Teresa Palacios) detectó la contradicción entre los distintos informes. Para empezar, en los análisis que realizó el laboratorio del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil no detectó metenamina en el explosivo que los terroristas habían situado bajo la vía del tren.

Consecuentemente, la Guardia Civil remitió un escrito al Juzgado número 3 solicitando información sobre el asunto. A su vez, Teresa Palacios remitió un oficio al Juzgado número 6 de la Audiencia (el que instruye el 11-M y al frente del cual está Del Olmo) el 21 de marzo de 2005 solicitando una aclaración.

Del Olmo tomó nota y reclamó un nuevo informe a la Unidad Central de Desactivación de Explosivos, que, el 20 de abril de 2005 y en escrito firmado por Sánchez Manzano, contestó: «Por error de transcripción se nombra la metenamina como sustancia presente en el explosivo recuperado tras la desactivación de la bolsa bomba de la CNP de Vallecas». Pero no queda ahí la cosa. Cuando el informe se refiere a la aparición de metenamina en las muestras 2 y 3 (los restos de la Kangoo y la muestra patrón de Goma 2 ECO), señala: «La presencia de metenamina en dos muestras, una de ellas indubitada, se debe a contaminación».

Tras esa confesión, tardía y a instancias de un escrito de la Guardia Civil, lo lógico es poner en duda todos los informes sobre explosivos que pasaron por las manos del comisario jefe de la Unidad de Desactivación de Explosivos.

Para desgracia de la instrucción y, por tanto, por suerte para los culpables del atentado que costó la vida a 191 personas y heridas a más de 1.500, ya nunca podremos saber qué tipo de dinamita estalló en los trenes. Ya no quedan restos suficientes como para hacer un nuevo análisis fiable de los restos de la Kangoo y el famoso informe realizado a las 14.00 horas del mismo día 11 sobre los focos de las explosiones todavía no ha aparecido.

A pesar de todo ello, y a pesar de que los sindicatos de la Policía han pedido unánimemente la destitución del comisario jefe de los Tedax por su demostrada incompetencia, el Gobierno le mantiene en su puesto contra viento y marea. ¿Por qué?


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Qué casualidad!
Anónimo ha dicho que…
Hombre,teniendo en cuenta todo lo que este tipo ha hecho, el Gobierno se plantearía no un cese sino un ascenso, pero ese lapsus de que se le escapara lo de la nitroglicerina ha sido una pista esencial que al final lo que le va a suponer es un traje a rayas y casa y comida gratis durante una temporada, por mucho que se haga el tonto.
Anónimo ha dicho que…
El mundo es un cúmulo de casualidades, ahora bien, en el caso de Manzano absotultamente todo es casualidad. Si.
Anónimo ha dicho que…
Yo, hace mucho tiempo, publiqué en Asturias/Españaliberal.com, y dije a quien se puso a tiro:
"En un punto tan importante como este, que, caso de no ser dinamita comercial española la utilizada en todas, o alguna, de las otras 12 mochilas, daría pié a pensar en otras posibles líneas de investigación, todo queda en algo subjetivo. ¡Cuando tanto se habla de Policía Científica en un mundo dominado por la tecnología, y donde series de TV como ”CSI” son famosas!.Y lo mismo puede decirse de los restos del piso de Leganés (hoy ya demolido).
Porque hay tres caminos para determinar el explosivo utilizado en las 12 bombas que estallaron o se hicieron estallar, y lo mismo se puede decir de la vivienda de Leganés, a saber:
La Vía Húmeda (Química): Los restos, convenientemente tratados y preservados, se ponen en contacto con reactivos que, al cambiar de color, determinar el explosivo contenido en los restos. Esto se puede hacer mediante equipos portátiles “in situ”, los cuales son menos precisos, o en laboratorios (Policía, Guardia Civil, CNI, Facultades de Química, Servicios Secretos extranjeros, etc). También se utiliza la electroforesis capilar para determinar los iones de los compuestos inorgánicos.
La Vía Seca (Física): A las mismas muestras se las somete a un equipo que, en líneas generales, mediante calor y detectores luminosos, determinan las sustancias explosivas en presencia, junto con las “ligantes” y “estabilizantes”. Procedimientos técnicos utilizables en este caso son:
- La Cromatografía de Líquidos (separación por “filtrado” de distintas moléculas disueltas en base líquida) de Alta Resolución (HPLC), con detector de diodo array (DAD), para determinar los compuestos orgánicos.
- La Cromatografía de Gases (GC; similar a la anterior, pero en base gaseosa) seguida de Espectrometría de Masas (MS; identifica los compuestos de las moléculas al ser estas “iluminadas” por un haz de energía).
- La Espectrofotometría de Infrarrojos por la Transformada de Fourier (FTIR), para
los polímeros (plásticos), de fundamento similar al espectrómetro.
- El Microscopio Electrónico de Barrido (SEM); este método es sólo útil para detectar compuestos con metales (normalmente no detecta los componentes orgánicos).
Lo métodos “seco” y “húmedo” anteriores se aplican tanto a los posibles restos del recipiente que contenía el explosivo (carcasas, metralla, etc), como a los del “hornillo” o foco de la explosión y a los restos próximos al foco (incluidos los cuerpos de las víctimas). Por supuesto, tampoco se conoce que se ordenara el correspondiente examen forense de los posibles restos en la metralla, ropa y miembros de las víctimas.
La Vía de Análisis de Estructuras (Metalográfica, etc): De la formas de rotura y deformación de los metales más próximos a las explosiones, se puede deducir con bastante precisión la velocidad de detonación del explosivos y, en consecuencia, el tipo de explosivo. Solo hace un mes se inició este estudio en alguno de los vagones.
Sigo dispuesto a hablar de esas cosa

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