La madre de Zougam reitera que lo vio dormir la mañana del 11-M
04-05-07
JUICIO POR UNA MASACRE / Las declaraciones
La madre de Zougam reitera que lo vio dormir la mañana del 11-M
Su versión coincide con la que ofrecieron el acusado y su hermano Otra testigo dice que la Policía la retuvo cinco horas sin asistencia letrada
JOAQUIN MANSO
MADRID.- La madre de Jamal Zougam, Aicha Achab, reiteró ayer lo que ya habían declarado al tribunal del 11-M el propio acusado y su hermano Mohamed Chaui: que Zougam dormía en su casa cuando se produjeron los atentados, y que aquella mañana no se despertó hasta las 10.00 horas. Sin embargo, otros cuatro testigos aseguran haber visto al procesado nada menos que en tres de los trenes que estallaron hacia las 7.40 horas.
Con la cabeza cubierta con un hiyab de color verde, Aicha aseguró que el 11 de marzo de 2004 se levantó «a las 9.00 horas para preparar el desayuno». Luego, según dijo, poco antes de las 10.00 horas, lo hizo Mohamed; éste se duchó e, inmediatamente antes de que se fuese, se despertó Zougam, quien habría estado viendo con su madre las noticias que emitía la televisión sobre el atentado. «A las 11.00 horas, llamó a su hermano para ver cómo estaba el tráfico, y a las 11.15 horas se fue a trabajar, como siempre», relató la madre del presunto autor material del 11-M. (.../...)
En las tres declaraciones (la de ayer, la de Mohamed Chaui y la de Zougam) coinciden miméticamente las horas y los detalles: desayuno, ducha, televisión y llamada para comprobar el estado del tráfico. «Me duele mucho», concluyó Aicha, «que él dormía delante de mí y después se hayan dicho tantas cosas».
La primera en declarar ayer había sido Dolores Motos, una mujer que fue interrogada por la Policía un día después de los atentados. Según consta en el sumario, fue identificada como la persona que compró el teléfono móvil que se encontró en la mochila de Vallecas.
La testigo negó que se le hubiese informado de esa circunstancia cuando dos agentes se presentaron en su casa. «Me dijeron que tenía que identificar un cadáver», respondió al letrado de la AVT Juan Carlos Rodríguez Segura y añadió: «Como yo tenía un primo que vivía en Alcalá, pensé que le había pasado algo».
Una vez en la comisaría, según el relato que expuso al tribunal, le preguntaron si estaba implicada en el 11-M, la mantuvieron retenida «cinco o seis horas» y le advirtieron de que «esto iba a ser muy gordo». En ningún momento le ofrecieron la posibilidad de llamar a un abogado.
Las preguntas, dijo, giraron en torno a un teléfono móvil que le había comprado para los Reyes «a un nietecito mío» en una tienda de Usera (la de los hermanos Kumar: la testigo no pudo precisar la etnia de los dependientes. «Los indios y los moros, yo no los reconozco. Para mí son todos iguales», dijo).
El teléfono no funcionaba, por lo que volvió a la tienda para que arreglasen la batería, pero no tuvo éxito. Tras diversos avatares, consiguió que se lo cambiasen por otro de color rojo. El azul, que ella eligió para su nieto, fue el que apareció, supuestamente, en la mochila de Vallecas.
También testificó Daylena Cueyo, otra de las ex novias del acusado Rafá Zouhier. Preguntada por el abogado Antonio Alberca, confirmó una reunión en la Puerta del Sol en julio de 2004 con el también confidente policial Mario Gascón y otra ex pareja de Zouhier que ya ha declarado en el juicio. Según Daylena, ambos manifestaron su enemistad hacia el procesado y quisieron convencerla para que «hablase mal de Rafá».
JUICIO POR UNA MASACRE / Las declaraciones
La madre de Zougam reitera que lo vio dormir la mañana del 11-M
Su versión coincide con la que ofrecieron el acusado y su hermano Otra testigo dice que la Policía la retuvo cinco horas sin asistencia letrada
JOAQUIN MANSO
MADRID.- La madre de Jamal Zougam, Aicha Achab, reiteró ayer lo que ya habían declarado al tribunal del 11-M el propio acusado y su hermano Mohamed Chaui: que Zougam dormía en su casa cuando se produjeron los atentados, y que aquella mañana no se despertó hasta las 10.00 horas. Sin embargo, otros cuatro testigos aseguran haber visto al procesado nada menos que en tres de los trenes que estallaron hacia las 7.40 horas.
Con la cabeza cubierta con un hiyab de color verde, Aicha aseguró que el 11 de marzo de 2004 se levantó «a las 9.00 horas para preparar el desayuno». Luego, según dijo, poco antes de las 10.00 horas, lo hizo Mohamed; éste se duchó e, inmediatamente antes de que se fuese, se despertó Zougam, quien habría estado viendo con su madre las noticias que emitía la televisión sobre el atentado. «A las 11.00 horas, llamó a su hermano para ver cómo estaba el tráfico, y a las 11.15 horas se fue a trabajar, como siempre», relató la madre del presunto autor material del 11-M. (.../...)
En las tres declaraciones (la de ayer, la de Mohamed Chaui y la de Zougam) coinciden miméticamente las horas y los detalles: desayuno, ducha, televisión y llamada para comprobar el estado del tráfico. «Me duele mucho», concluyó Aicha, «que él dormía delante de mí y después se hayan dicho tantas cosas».
La primera en declarar ayer había sido Dolores Motos, una mujer que fue interrogada por la Policía un día después de los atentados. Según consta en el sumario, fue identificada como la persona que compró el teléfono móvil que se encontró en la mochila de Vallecas.
La testigo negó que se le hubiese informado de esa circunstancia cuando dos agentes se presentaron en su casa. «Me dijeron que tenía que identificar un cadáver», respondió al letrado de la AVT Juan Carlos Rodríguez Segura y añadió: «Como yo tenía un primo que vivía en Alcalá, pensé que le había pasado algo».
Una vez en la comisaría, según el relato que expuso al tribunal, le preguntaron si estaba implicada en el 11-M, la mantuvieron retenida «cinco o seis horas» y le advirtieron de que «esto iba a ser muy gordo». En ningún momento le ofrecieron la posibilidad de llamar a un abogado.
Las preguntas, dijo, giraron en torno a un teléfono móvil que le había comprado para los Reyes «a un nietecito mío» en una tienda de Usera (la de los hermanos Kumar: la testigo no pudo precisar la etnia de los dependientes. «Los indios y los moros, yo no los reconozco. Para mí son todos iguales», dijo).
El teléfono no funcionaba, por lo que volvió a la tienda para que arreglasen la batería, pero no tuvo éxito. Tras diversos avatares, consiguió que se lo cambiasen por otro de color rojo. El azul, que ella eligió para su nieto, fue el que apareció, supuestamente, en la mochila de Vallecas.
También testificó Daylena Cueyo, otra de las ex novias del acusado Rafá Zouhier. Preguntada por el abogado Antonio Alberca, confirmó una reunión en la Puerta del Sol en julio de 2004 con el también confidente policial Mario Gascón y otra ex pareja de Zouhier que ya ha declarado en el juicio. Según Daylena, ambos manifestaron su enemistad hacia el procesado y quisieron convencerla para que «hablase mal de Rafá».
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