Un mando de Asturias desmiente a Hernando y dice que le pidieron destruir pruebas
04-05-07
Juicio por una masacre / Día 31
Un mando de Asturias desmiente a Hernando y dice que le pidieron destruir pruebas
El comandante Jambrina contradice al jefe de la UCO: No hubo 'ni un cierre ni un traspaso' de la investigación Declara que el oficial 'Víctor' le pidió 'romper' la nota que demuestra que la competencia sobre el tráfico de explosivos correspondía a la UCO
MANUEL MARRACO
MADRID.- El mando de la Guardia Civil de Asturias Francisco Jambrina desmintió ayer ante el tribunal del 11-M al coronel Félix Hernando al asegurar que la Unidad Central Operativa (UCO) no cerró un año antes de los atentados la investigación sobre los datos aportados por el confidente Rafá Zouhier sobre la trama asturiana.
Minutos antes de esa comparecencia, el propio responsable de la UCO había declarado ante los magistrados de la Audiencia Nacional que las notas enviadas en febrero y marzo de 2003 a la Guardia Civil de Asturias con los datos aportados por Zouhier suponían que la UCO abandonaba la investigación, que quedaba limitada al Principado. (.../...)
En la segunda de las notas, fechada el 6 de marzo de 2003, Zouhier informaba de que Antonio Toro disponía de 150 kilos de explosivos, además de ofrecer datos sobre tráfico de armas y drogas.
El letrado del marroquí, Antonio Alberca, quiso que el comandante Jambrina diese su versión al respecto: «¿Significaba eso [las notas] que les traspasan a ustedes la investigación y a partir de ese momento cierra la UCO y son ustedes competentes?». La respuesta fue rotunda: «No, eso no es un cierre ni un traspaso», respondió.
El coronel Félix Hernando mantuvo ayer que su Unidad traspasó el 6 de marzo de 2003 a la Comandancia de Asturias la investigación a partir de los datos que había aportado Zouhier sobre el tráfico de explosivos. El comandante Jambrina no sólo lo desmintió, sino que acusó a sus hombres de intentar destruir pruebas.
Muy vinculado al ex secretario de Estado Rafael Vera, Hernando ha sido juzgado recientemente por su presunta vinculación con la entrega de maletines con dinero de los fondos reservados a las esposas de Amedo y Domínguez para pagar su silencio.
Ayer, Hernando insistió en que los datos aportados por Zouhier sobre la trama asturiana apuntaban a una delincuencia de tipo local, para la que su unidad no era competente: «La Unidad Central Operativa ya no iba a hacer absolutamente nada. Yo entendía que ya no competía a la UCO seguir con la investigación porque habíamos determinado que se trataba de dos individuos [Toro y Trashorras] que vivían en Asturias, que decían tener explosivos en Asturias, que decían venderlos desde Asturias, que hablaban también de armas de búlgaros o incluso de algunas de cantidades de droga que también eran en Asturias y, por lo tanto, todo se circunscribía a Asturias. Por tanto, creí que era la unidad de Policía Judicial de Asturias la que debía continuar la investigación».
A continuación, aseguró que, «indudablemente», su unidad estaba dispuesta a seguir colaborando con la Guardia Civil de Asturias, pero que la solicitud de ayuda nunca llegó. Jambrina era entonces responsable de la Policía Judicial de la Comandancia de Oviedo.
Cuando el letrado de Zouhier le insistió en que la nota del día 6 hablaba de vender dinamita «en Madrid, a cambio de armas, y de ir a comprar hachís a Cádiz», Hernando replicó que tal vez hubieran intervenido «si fueran datos contrastados».
Además de descargar la responsabilidad en Asturias, Hernando puso en duda las informaciones de Zouhier. Los 150 kilos, el explosivo que tanto tardó en aparecer en la investigación del 11-M -Del Olmo tardó meses en escuchar la cifra- , a punto estuvieron de desaparecer ayer de acuerdo con la declaración del máximo responsable de la Unidad Central Operativa. «Todavía hoy tengo duda de que los 150 kilos existieran alguna vez. Tampoco sabíamos si la muestra que entregó era de quien él decía».
También subrayó que, en cualquier caso, ese explosivo no podía ser el de los trenes, porque éste se había fabricado con posterioridad. El tribunal recordó que se trataba de una «suposición» del testigo y que, entre otras cosas, eso era lo que se estaba juzgando.
Pese al traspaso de competencias, Hernando reconoció que siguieron investigando. «Se continúa en contacto con el confidente que siguió hablando con sus controladores el resto del año, no sé con qué periodicidad», dijo. Pero no toda la información llegaba a Asturias. A preguntas del abogado Endika Zulueta, Jambrina explicó que él nunca había recibido los datos sobre un ciudadano uruguayo del que había hablado Zouhier, y sobre el que la UCO sí había recabado información.
En paralelo a lo que fue el interrogatorio del Ministerio Público a Víctor, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, hizo un listado de los asuntos sobre los que Zouhier no habría informado. Por ejemplo, del detonador que le estalló en las manos o las dos reuniones mantenidas en Madrid en las que supuestamente Jamal Ahmidan, El Chino, negoció con Trashorras el intercambio de explosivo por droga. «Ni de ésas ni de ninguna otra. Sólo nos hablaba de encuentros a posteriori», fue la respuesta.
Hernando no mencionó la existencia de la nota del 6 de marzo ante la Comisión del 11-M, donde aseguró que la investigación se había dado por cerrada en febrero. Según explicó ayer, porque era sólo una ampliación de la nota del 27 de febrero, con la que se había dado por concluida la investigación.
Al respecto, Jambrina confirmó ayer ante el tribunal que le pidieron que destruyera esa nota. Lo hizo el controlador principal de Rafa, el alférez Jaime Trigos -conocido como Víctor-, la vispera de su comparecencia ante la Comisión. Ante Del Olmo, Víctor tampoco había hecho referencia a la nota de marzo, que relataba posibles delitos en varias provincias y una elevada cantidad de explosivo. «Me llama, se identifica y me dice directamente si no me importa eliminar esa nota, ya que sólo obra en poder de ambas unidades. Nada más. Le dije que no lo iba a hacer», explicó Jambrina.
Su declaración de ayer coincide con la prestada ante Del Olmo, que llegó a celebrar un careo entre Jambrina y Trigos.
Antes de dar por concluida la comparecencia, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, quiso saber si Víctor le había explicado por qué quería que la nota desapareciera. «No me dijo por qué, tal vez no le di pie... Como me molestó y tuvimos algunas palabras, pues igual no me dio más explicaciones por eso».
- «¿Qué palabras tuvieron?».
- «Pues le empecé a rajar de que la UCO se estaba desentendiendo del asunto y que no me parecía bien, e hice una exposicion de todos los agravios que sentíamos».
Las palabras de Jambrina contradicen las de Víctor, que ante el tribunal negó haber pedido que destruyera la nota. Según su versión, sólo le dijo que no sería conveniente que su existencia llegara a conocimiento de los medios de comunicación, porque podía volverse contra Hernando.
Juicio por una masacre / Día 31
Un mando de Asturias desmiente a Hernando y dice que le pidieron destruir pruebas
El comandante Jambrina contradice al jefe de la UCO: No hubo 'ni un cierre ni un traspaso' de la investigación Declara que el oficial 'Víctor' le pidió 'romper' la nota que demuestra que la competencia sobre el tráfico de explosivos correspondía a la UCO
MANUEL MARRACO
MADRID.- El mando de la Guardia Civil de Asturias Francisco Jambrina desmintió ayer ante el tribunal del 11-M al coronel Félix Hernando al asegurar que la Unidad Central Operativa (UCO) no cerró un año antes de los atentados la investigación sobre los datos aportados por el confidente Rafá Zouhier sobre la trama asturiana.
Minutos antes de esa comparecencia, el propio responsable de la UCO había declarado ante los magistrados de la Audiencia Nacional que las notas enviadas en febrero y marzo de 2003 a la Guardia Civil de Asturias con los datos aportados por Zouhier suponían que la UCO abandonaba la investigación, que quedaba limitada al Principado. (.../...)
En la segunda de las notas, fechada el 6 de marzo de 2003, Zouhier informaba de que Antonio Toro disponía de 150 kilos de explosivos, además de ofrecer datos sobre tráfico de armas y drogas.
El letrado del marroquí, Antonio Alberca, quiso que el comandante Jambrina diese su versión al respecto: «¿Significaba eso [las notas] que les traspasan a ustedes la investigación y a partir de ese momento cierra la UCO y son ustedes competentes?». La respuesta fue rotunda: «No, eso no es un cierre ni un traspaso», respondió.
El coronel Félix Hernando mantuvo ayer que su Unidad traspasó el 6 de marzo de 2003 a la Comandancia de Asturias la investigación a partir de los datos que había aportado Zouhier sobre el tráfico de explosivos. El comandante Jambrina no sólo lo desmintió, sino que acusó a sus hombres de intentar destruir pruebas.
Muy vinculado al ex secretario de Estado Rafael Vera, Hernando ha sido juzgado recientemente por su presunta vinculación con la entrega de maletines con dinero de los fondos reservados a las esposas de Amedo y Domínguez para pagar su silencio.
Ayer, Hernando insistió en que los datos aportados por Zouhier sobre la trama asturiana apuntaban a una delincuencia de tipo local, para la que su unidad no era competente: «La Unidad Central Operativa ya no iba a hacer absolutamente nada. Yo entendía que ya no competía a la UCO seguir con la investigación porque habíamos determinado que se trataba de dos individuos [Toro y Trashorras] que vivían en Asturias, que decían tener explosivos en Asturias, que decían venderlos desde Asturias, que hablaban también de armas de búlgaros o incluso de algunas de cantidades de droga que también eran en Asturias y, por lo tanto, todo se circunscribía a Asturias. Por tanto, creí que era la unidad de Policía Judicial de Asturias la que debía continuar la investigación».
A continuación, aseguró que, «indudablemente», su unidad estaba dispuesta a seguir colaborando con la Guardia Civil de Asturias, pero que la solicitud de ayuda nunca llegó. Jambrina era entonces responsable de la Policía Judicial de la Comandancia de Oviedo.
Cuando el letrado de Zouhier le insistió en que la nota del día 6 hablaba de vender dinamita «en Madrid, a cambio de armas, y de ir a comprar hachís a Cádiz», Hernando replicó que tal vez hubieran intervenido «si fueran datos contrastados».
Además de descargar la responsabilidad en Asturias, Hernando puso en duda las informaciones de Zouhier. Los 150 kilos, el explosivo que tanto tardó en aparecer en la investigación del 11-M -Del Olmo tardó meses en escuchar la cifra- , a punto estuvieron de desaparecer ayer de acuerdo con la declaración del máximo responsable de la Unidad Central Operativa. «Todavía hoy tengo duda de que los 150 kilos existieran alguna vez. Tampoco sabíamos si la muestra que entregó era de quien él decía».
También subrayó que, en cualquier caso, ese explosivo no podía ser el de los trenes, porque éste se había fabricado con posterioridad. El tribunal recordó que se trataba de una «suposición» del testigo y que, entre otras cosas, eso era lo que se estaba juzgando.
Pese al traspaso de competencias, Hernando reconoció que siguieron investigando. «Se continúa en contacto con el confidente que siguió hablando con sus controladores el resto del año, no sé con qué periodicidad», dijo. Pero no toda la información llegaba a Asturias. A preguntas del abogado Endika Zulueta, Jambrina explicó que él nunca había recibido los datos sobre un ciudadano uruguayo del que había hablado Zouhier, y sobre el que la UCO sí había recabado información.
En paralelo a lo que fue el interrogatorio del Ministerio Público a Víctor, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, hizo un listado de los asuntos sobre los que Zouhier no habría informado. Por ejemplo, del detonador que le estalló en las manos o las dos reuniones mantenidas en Madrid en las que supuestamente Jamal Ahmidan, El Chino, negoció con Trashorras el intercambio de explosivo por droga. «Ni de ésas ni de ninguna otra. Sólo nos hablaba de encuentros a posteriori», fue la respuesta.
Hernando no mencionó la existencia de la nota del 6 de marzo ante la Comisión del 11-M, donde aseguró que la investigación se había dado por cerrada en febrero. Según explicó ayer, porque era sólo una ampliación de la nota del 27 de febrero, con la que se había dado por concluida la investigación.
Al respecto, Jambrina confirmó ayer ante el tribunal que le pidieron que destruyera esa nota. Lo hizo el controlador principal de Rafa, el alférez Jaime Trigos -conocido como Víctor-, la vispera de su comparecencia ante la Comisión. Ante Del Olmo, Víctor tampoco había hecho referencia a la nota de marzo, que relataba posibles delitos en varias provincias y una elevada cantidad de explosivo. «Me llama, se identifica y me dice directamente si no me importa eliminar esa nota, ya que sólo obra en poder de ambas unidades. Nada más. Le dije que no lo iba a hacer», explicó Jambrina.
Su declaración de ayer coincide con la prestada ante Del Olmo, que llegó a celebrar un careo entre Jambrina y Trigos.
Antes de dar por concluida la comparecencia, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, quiso saber si Víctor le había explicado por qué quería que la nota desapareciera. «No me dijo por qué, tal vez no le di pie... Como me molestó y tuvimos algunas palabras, pues igual no me dio más explicaciones por eso».
- «¿Qué palabras tuvieron?».
- «Pues le empecé a rajar de que la UCO se estaba desentendiendo del asunto y que no me parecía bien, e hice una exposicion de todos los agravios que sentíamos».
Las palabras de Jambrina contradicen las de Víctor, que ante el tribunal negó haber pedido que destruyera la nota. Según su versión, sólo le dijo que no sería conveniente que su existencia llegara a conocimiento de los medios de comunicación, porque podía volverse contra Hernando.
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