Los expertos creen que es posible hallar restos de dinamita en los cuerpos
02-05-07
Los expertos creen que es posible hallar restos de dinamita en los cuerpos
PABLO JAUREGUI
MADRID. - Más de tres años después de la masacre del 11-M, los cadáveres de las víctimas lógicamente se encuentran ya en un estado muy avanzado de descomposición. Sin embargo, según diversos expertos consultados por EL MUNDO en el campo de la medicina forense, es probable que todavía se puedan encontrar restos del material explosivo utilizado en los atentados. Por lo tanto, la propuesta que han planteado algunos peritos de exhumar los cuerpos para ayudar a esclarecer definitivamente cuál fue el arma del crimen no es descabellada.
El doctor José Cabrera, un especialista en Medicina Legal y Toxicología con amplia experiencia en este terreno, explica que «en cualquier explosión mediada por productos químicos complejos como son las dinamitas, quedan siempre residuos químicos inorgánicos que impregnan el suelo, los objetos y, por supuesto, los cuerpos de aquéllos a los que afectó la explosión».
Este experto destaca que los residuos inorgánicos de un explosivo «de por sí son eternos», y por lo tanto siguen existiendo de forma permanente en los cuerpos a los que se adhirieron, salvo que se produzca un lavado o reacción química posterior.
En el caso específico que nos concierne -cadáveres que se han descompuesto a lo largo de tres años, tras una muerte provocada por las explosiones del 11-M-, el doctor Cabrera considera que «aún existen tejidos, si bien bastante esqueletizados, en los que podrían encontrarse estos residuos, ya que son inorgánicos o minerales».
Es probable, sin embargo, que sólo algunos de los cadáveres contengan residuos de los explosivos, porque esto depende de si el fallecido murió directamente por el efecto de la onda de fuego expansiva o por la proyección de trozos de metal en forma de metralla con restos impregnados de dinamita. Pero los cuerpos de las víctimas que fallecieron por otras causas, como aplastamiento o inhalación de humos tóxicos, probablemente no tengan restos de explosivos en su interior. Por lo tanto, para que fuera viable la idea de buscar restos de explosivos en los cadáveres, sería necesario realizar esta operación de forma selectiva. «Sería imprescindible buscar los restos en los cadáveres de víctimas que se encontraban muy cerca de las deflagraciones en los trenes», explica el doctor Cabrera. «De lo contrario, es muy posible que no se encuentre nada en los cuerpos de las víctimas que murieron relativamente lejos de la explosión». (.../...)
En definitiva, este especialista considera que «no sería fácil lograr suficiente material para esclarecer el tipo de dinamita que se utilizó, pero tampoco se puede negar que algunos restos de explosivos necesariamente tienen que seguir estando presentes en por lo menos algunas de las víctimas».
El pelo y las uñas
Otras fuentes consultadas en el ámbito de la ciencia forense señalaron que los cadáveres en los que existirían más posibilidades de encontrar restos de explosivos serían los de todas aquellas víctimas que fueron mutiladas por las explosiones, ya que es en los cortes de los huesos donde habría una mayor probabilidad de hallar residuos de dinamita, después de tres años de putrefacción.
Algunos investigadores señalaron que también podría resultar especialmente útil analizar ciertos tejidos que no se descomponen, como las uñas, y sobre todo el cabello. Según explicó el catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá Antonio Ruiz de Elvira, el pelo actúa como un filtro de partículas en el que podrían haberse impregnado restos de material explosivo más que suficientes para poder detectar sus componentes con las sofisticadas técnicas de análisis de las que dispone la Policía Científica.
Para muchas familias, es probable que resulte muy dolorosa la idea de exhumar los cadáveres de sus seres queridos, tres años después del atentado. Pero tal y como señala el doctor Cabrera, «el juez es el único que tiene la autoridad en este asunto, y la familia, llegado el caso, no podría oponerse a dicha medida».
Los expertos creen que es posible hallar restos de dinamita en los cuerpos
PABLO JAUREGUI
MADRID. - Más de tres años después de la masacre del 11-M, los cadáveres de las víctimas lógicamente se encuentran ya en un estado muy avanzado de descomposición. Sin embargo, según diversos expertos consultados por EL MUNDO en el campo de la medicina forense, es probable que todavía se puedan encontrar restos del material explosivo utilizado en los atentados. Por lo tanto, la propuesta que han planteado algunos peritos de exhumar los cuerpos para ayudar a esclarecer definitivamente cuál fue el arma del crimen no es descabellada.
El doctor José Cabrera, un especialista en Medicina Legal y Toxicología con amplia experiencia en este terreno, explica que «en cualquier explosión mediada por productos químicos complejos como son las dinamitas, quedan siempre residuos químicos inorgánicos que impregnan el suelo, los objetos y, por supuesto, los cuerpos de aquéllos a los que afectó la explosión».
Este experto destaca que los residuos inorgánicos de un explosivo «de por sí son eternos», y por lo tanto siguen existiendo de forma permanente en los cuerpos a los que se adhirieron, salvo que se produzca un lavado o reacción química posterior.
En el caso específico que nos concierne -cadáveres que se han descompuesto a lo largo de tres años, tras una muerte provocada por las explosiones del 11-M-, el doctor Cabrera considera que «aún existen tejidos, si bien bastante esqueletizados, en los que podrían encontrarse estos residuos, ya que son inorgánicos o minerales».
Es probable, sin embargo, que sólo algunos de los cadáveres contengan residuos de los explosivos, porque esto depende de si el fallecido murió directamente por el efecto de la onda de fuego expansiva o por la proyección de trozos de metal en forma de metralla con restos impregnados de dinamita. Pero los cuerpos de las víctimas que fallecieron por otras causas, como aplastamiento o inhalación de humos tóxicos, probablemente no tengan restos de explosivos en su interior. Por lo tanto, para que fuera viable la idea de buscar restos de explosivos en los cadáveres, sería necesario realizar esta operación de forma selectiva. «Sería imprescindible buscar los restos en los cadáveres de víctimas que se encontraban muy cerca de las deflagraciones en los trenes», explica el doctor Cabrera. «De lo contrario, es muy posible que no se encuentre nada en los cuerpos de las víctimas que murieron relativamente lejos de la explosión». (.../...)
En definitiva, este especialista considera que «no sería fácil lograr suficiente material para esclarecer el tipo de dinamita que se utilizó, pero tampoco se puede negar que algunos restos de explosivos necesariamente tienen que seguir estando presentes en por lo menos algunas de las víctimas».
El pelo y las uñas
Otras fuentes consultadas en el ámbito de la ciencia forense señalaron que los cadáveres en los que existirían más posibilidades de encontrar restos de explosivos serían los de todas aquellas víctimas que fueron mutiladas por las explosiones, ya que es en los cortes de los huesos donde habría una mayor probabilidad de hallar residuos de dinamita, después de tres años de putrefacción.
Algunos investigadores señalaron que también podría resultar especialmente útil analizar ciertos tejidos que no se descomponen, como las uñas, y sobre todo el cabello. Según explicó el catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá Antonio Ruiz de Elvira, el pelo actúa como un filtro de partículas en el que podrían haberse impregnado restos de material explosivo más que suficientes para poder detectar sus componentes con las sofisticadas técnicas de análisis de las que dispone la Policía Científica.
Para muchas familias, es probable que resulte muy dolorosa la idea de exhumar los cadáveres de sus seres queridos, tres años después del atentado. Pero tal y como señala el doctor Cabrera, «el juez es el único que tiene la autoridad en este asunto, y la familia, llegado el caso, no podría oponerse a dicha medida».
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