Unos se van de rositas, otros piden la paga
24-05-07
ASI LO CUENTAN
Unos se van de rositas, otros piden la paga
VICTOR DE LA SERNA
ASI LO CUENTAN
Unos se van de rositas, otros piden la paga
VICTOR DE LA SERNA
«La sesión del macrojuicio tuvo [el martes] un perfil poco mediático», decía 'El País'. ¡Y tanto! Hasta el punto de que la prensa oficialista y la conspiratoria coincidían en sus análisis de los dos acontecimientos destacados del día en el juicio del 11-M: la práctica exoneración de uno de los cacareados cerebros del atentado y el ruido de togas de los abogados de oficio a los que nadie había pagado un duro hasta la fecha.
En el diario independiente de la mañana, José Yoldi y Jorge A. Rodríguez resaltaban que la jornada «fue muy importante para uno de los principales procesados: Hassan el Haski, líder del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y considerado uno de los autores intelectuales de los atentados». Y añadían: «Si bien el tribunal puede apreciar que El Haski es culpable de pertenencia a banda terrorista como dirigente del GIMC, con las pruebas que se han visto en el juicio es muy difícil que pueda condenarle por haber ordenado el 11-M».
(.../...)
En EL MUNDO, Luis del Pino hacía recuento: «Hasan Haski está de enhorabuena. No sólo su abogado ha ido poniendo de manifiesto a lo largo del juicio la inconsistencia de los datos recabados por la policía belga, en lo que respecta a su posible vinculación con el 11-M, sino que hoy se han retractado varios de los testigos de cargo que había contra él. Después de la sonora caída del banquillo de los hermanos Moussaten, después del guante blanco dispensado a Antonio Toro y a su hermana Carmen, parece que Hasan Haski pasará a ser el quinto de los inculpados que saldrán de este juicio absueltos.
Y Ricardo Coarasa lo resumía, en 'La Razón', en pocas palabras: «El procesado Hassan El Haski está a punto de completar (a falta de que la sesión de hoy no tuerza el pronóstico) su particular semana grande en el juicio del 11-M».
(Observen la grafía variada del nombre del ex cerebro, algo habitual al transcribir nombres de idiomas que no utilizan nuestro alfabeto, para los que el Libro de Estilo de cada periódico da normas diferentes...).
Por su parte, los abogados anunciaban «medidas de presión». David Gistau, en EL MUNDO, imploraba: «Por favor, que no sea otra huelga de hambre, que ya está francamente démodée». Más en serio, Victoria Prego vaticinaba: «Advierten que tomarán medidas. No lo harán. Al menos, no medida alguna que suponga abandonar el interés del cliente y el del propio juicio en sí. Tampoco renunciarán al caso, entre otras cosas porque son bien conscientes de que un abandono a estas alturas dejaría en radical indefensión a los procesados y a ellos mismos sumidos en el descrédito. Y Germán Yanke sentenciaba en 'ABC': «No es un juicio cualquiera el del 11-M y no debería empañarse su marcha con estas cosas. Recuerdo la vieja sentencia para definir la Justicia: dar a cada uno lo suyo. ¡Qué país, Miquelarena!».
En el diario independiente de la mañana, José Yoldi y Jorge A. Rodríguez resaltaban que la jornada «fue muy importante para uno de los principales procesados: Hassan el Haski, líder del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y considerado uno de los autores intelectuales de los atentados». Y añadían: «Si bien el tribunal puede apreciar que El Haski es culpable de pertenencia a banda terrorista como dirigente del GIMC, con las pruebas que se han visto en el juicio es muy difícil que pueda condenarle por haber ordenado el 11-M».
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En EL MUNDO, Luis del Pino hacía recuento: «Hasan Haski está de enhorabuena. No sólo su abogado ha ido poniendo de manifiesto a lo largo del juicio la inconsistencia de los datos recabados por la policía belga, en lo que respecta a su posible vinculación con el 11-M, sino que hoy se han retractado varios de los testigos de cargo que había contra él. Después de la sonora caída del banquillo de los hermanos Moussaten, después del guante blanco dispensado a Antonio Toro y a su hermana Carmen, parece que Hasan Haski pasará a ser el quinto de los inculpados que saldrán de este juicio absueltos.
Y Ricardo Coarasa lo resumía, en 'La Razón', en pocas palabras: «El procesado Hassan El Haski está a punto de completar (a falta de que la sesión de hoy no tuerza el pronóstico) su particular semana grande en el juicio del 11-M».
(Observen la grafía variada del nombre del ex cerebro, algo habitual al transcribir nombres de idiomas que no utilizan nuestro alfabeto, para los que el Libro de Estilo de cada periódico da normas diferentes...).
Por su parte, los abogados anunciaban «medidas de presión». David Gistau, en EL MUNDO, imploraba: «Por favor, que no sea otra huelga de hambre, que ya está francamente démodée». Más en serio, Victoria Prego vaticinaba: «Advierten que tomarán medidas. No lo harán. Al menos, no medida alguna que suponga abandonar el interés del cliente y el del propio juicio en sí. Tampoco renunciarán al caso, entre otras cosas porque son bien conscientes de que un abandono a estas alturas dejaría en radical indefensión a los procesados y a ellos mismos sumidos en el descrédito. Y Germán Yanke sentenciaba en 'ABC': «No es un juicio cualquiera el del 11-M y no debería empañarse su marcha con estas cosas. Recuerdo la vieja sentencia para definir la Justicia: dar a cada uno lo suyo. ¡Qué país, Miquelarena!».
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