El ex jefe de la Policía Científica dice que no se cumplieron los protocolos al analizar los explosivos
24-04-07
Juicio por una masacre / Día 28
Juicio por una masacre / Día 28
El ex jefe de la Policía Científica dice que no se cumplieron los protocolos al analizar los explosivos
MANUEL MARRACO
Los etarras de la 'caravana de la muerte' negaron ayer toda relación con el 11-M, pero también dijeron que no recordaban ni adónde iban ni qué explosivo llevaban. Más amnesia: la de los Tedax, que, según el entonces máximo responsable de la Policía Científica, se olvidaron del protocolo al analizar los explosivos.
MADRID.- El máximo responsable de la Policía Científica cuando se produjo el 11-M tuvo que advertir a los Tedax que la forma en la que les estaban enviando los restos recogidos en los trenes no permitía acreditar la cadena de custodia.
Según declaró ayer el ex inspector jefe Carlos Corrales, en los días posteriores al atentado los vestigios les fueron llegando sin especificar, por ejemplo, dónde se habían localizado y quién los había recogido. «Uno de los principios de Policía Científica es hacer siempre constar dónde, cómo, por qué, quién lo ha recogido y en qué circunstancias, precisamente para poder garantizar la cadena de custodia», declaró.
(.../...)
Al margen de la crítica a la unidad que entonces dirigía Juan Jesús Sánchez Manzano, el testigo eludió su responsabilidad por una actuación que, además de forzar la destitución del comisario jefe de los Tedax, obligó al tribunal del 11-M a ordenar una pericial sobre los explosivos tres años después de la masacre.
Entre otras cosas, Corrales no aclaró si era su unidad la que tenía que realizar los análisis definitivos de los focos, y si para ello estaba obligada a pedir los restos a los Tedax.
El abogado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) Juan Carlos Rodríguez Segura le preguntó si había recibido algún informe que señalase el «explosivo concreto» usado en la masacre. «No, yo no entro en eso, y en aquel momento mis técnicos de lo único que me informan es de componentes. Creo que a quien compete atribuir el explosivo es a los Tedax, que son los que deben decir cómo está compuesto el artefacto y qué componentes tiene...». Lo confuso de la respuesta llevó al letrado, que actuaba en nombre de la acusación particular de Angeles Pedraza, a preguntar si no era la Científica la encargada de realizar los análisis.
De nuevo con rodeos, el inspector jefe respondió que, «normalmente», en los atentados, la Policía Científica y los Tedax se repartían los restos que se iban a investigar. Y añadió: «Muchas veces, a posteriori, era la propia autoridad judicial la que nos decía que ampliáramos esos informes, e imagino que así se produciría en este supuesto...».
En este caso no fue así, aunque el testigo podría alegar que dejó de ser responsable de la Policía Científica tres meses después de la masacre. Su sustituto fue Miguel Angel Santano, imputado por la presunta falsificación de un informe pericial del 11-M para hacer desaparecer una mención a ETA.
Corrales no tuvo noticia de ningún informe sobre explosivos hecho por los Tedax el 11-M. El único del que fue informado fue del realizado al resto de explosivo hallado en la Kangoo, a una muestra patrón de Goma 2 y a una sustancia pulverulenta recogida junto a los trenes. «En los días posteriores», explicó, «se reciben más muestras, hasta que en algún momento digo que no estoy dispuesto a seguir recibiendo muestras donde no se me especifica dónde han sido recogidas ni cómo han sido recogidas ni qué tipo de muestra es».
«¿Sabe si se realiza en las primeras 24, 36 o 72 horas algún informe que pase después a su comisaría sobre los restos de explosivo?», insistió el letrado. «Yo tengo conocimiento de que se envían muestras sin especificar dónde son recogidas ni en qué consisten», repitió el testigo.
La chapuza de los Tedax llegó a oídos de los superiores de Corrales. «En una reunión del director [de la Policía, Agustín Díaz de Mera] y el subdirector general Operativo [Pedro Díaz-Pintado], me preguntan de dónde vienen las muestras y les digo que lo ignoro, que se les ha pedido reiteradamente a los Tedax que nos lo indicaran. Y el subdirector vuelve a hacer hincapié en que se nos faciliten todos los datos de cómo se han recogido».
Tanto Díaz de Mera como Díaz- Pintado ya han declarado ante el tribunal. Entre otras cuestiones, para aclarar si el mismo 11-M alguien informó de que se había empleado el explosivo habitual de ETA. Corrales también tuvo que responder sobre ello. «¿Alguien le dijo a usted el 11-M que se había empleado Titadyn con cordón detonante?». Le costó, pero, tras varias explicaciones, afirmó que «nadie, en ningún momento», le había hecho ese comentario.
Cuando le preguntaron por qué su unidad no había pedido muestras de los focos para analizar, respondió así: «Mire usted, yo tardé una semana en llegar a mi domicilio. Con el equipo de antropología estuve intentando identificar lo más rápidamente a las víctimas. Yo no me podía partir entre el Ifema, mi despacho...».
Durante toda la declaración, Corrales marcó distancias con la unidad de Sánchez Manzano. En los atentados, dijo, ambas unidades trabajaban juntas, «aunque cada una su función, y la prioritaria de Policía Científica era recoger efectos y retirar cadáveres para su posterior identificación». «Además, yo no podía dar instrucciones a los Tedax porque pertenecían a otra comisaría general», añadió.
MANUEL MARRACO
Los etarras de la 'caravana de la muerte' negaron ayer toda relación con el 11-M, pero también dijeron que no recordaban ni adónde iban ni qué explosivo llevaban. Más amnesia: la de los Tedax, que, según el entonces máximo responsable de la Policía Científica, se olvidaron del protocolo al analizar los explosivos.
MADRID.- El máximo responsable de la Policía Científica cuando se produjo el 11-M tuvo que advertir a los Tedax que la forma en la que les estaban enviando los restos recogidos en los trenes no permitía acreditar la cadena de custodia.
Según declaró ayer el ex inspector jefe Carlos Corrales, en los días posteriores al atentado los vestigios les fueron llegando sin especificar, por ejemplo, dónde se habían localizado y quién los había recogido. «Uno de los principios de Policía Científica es hacer siempre constar dónde, cómo, por qué, quién lo ha recogido y en qué circunstancias, precisamente para poder garantizar la cadena de custodia», declaró.
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Al margen de la crítica a la unidad que entonces dirigía Juan Jesús Sánchez Manzano, el testigo eludió su responsabilidad por una actuación que, además de forzar la destitución del comisario jefe de los Tedax, obligó al tribunal del 11-M a ordenar una pericial sobre los explosivos tres años después de la masacre.
Entre otras cosas, Corrales no aclaró si era su unidad la que tenía que realizar los análisis definitivos de los focos, y si para ello estaba obligada a pedir los restos a los Tedax.
El abogado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) Juan Carlos Rodríguez Segura le preguntó si había recibido algún informe que señalase el «explosivo concreto» usado en la masacre. «No, yo no entro en eso, y en aquel momento mis técnicos de lo único que me informan es de componentes. Creo que a quien compete atribuir el explosivo es a los Tedax, que son los que deben decir cómo está compuesto el artefacto y qué componentes tiene...». Lo confuso de la respuesta llevó al letrado, que actuaba en nombre de la acusación particular de Angeles Pedraza, a preguntar si no era la Científica la encargada de realizar los análisis.
De nuevo con rodeos, el inspector jefe respondió que, «normalmente», en los atentados, la Policía Científica y los Tedax se repartían los restos que se iban a investigar. Y añadió: «Muchas veces, a posteriori, era la propia autoridad judicial la que nos decía que ampliáramos esos informes, e imagino que así se produciría en este supuesto...».
En este caso no fue así, aunque el testigo podría alegar que dejó de ser responsable de la Policía Científica tres meses después de la masacre. Su sustituto fue Miguel Angel Santano, imputado por la presunta falsificación de un informe pericial del 11-M para hacer desaparecer una mención a ETA.
Corrales no tuvo noticia de ningún informe sobre explosivos hecho por los Tedax el 11-M. El único del que fue informado fue del realizado al resto de explosivo hallado en la Kangoo, a una muestra patrón de Goma 2 y a una sustancia pulverulenta recogida junto a los trenes. «En los días posteriores», explicó, «se reciben más muestras, hasta que en algún momento digo que no estoy dispuesto a seguir recibiendo muestras donde no se me especifica dónde han sido recogidas ni cómo han sido recogidas ni qué tipo de muestra es».
«¿Sabe si se realiza en las primeras 24, 36 o 72 horas algún informe que pase después a su comisaría sobre los restos de explosivo?», insistió el letrado. «Yo tengo conocimiento de que se envían muestras sin especificar dónde son recogidas ni en qué consisten», repitió el testigo.
La chapuza de los Tedax llegó a oídos de los superiores de Corrales. «En una reunión del director [de la Policía, Agustín Díaz de Mera] y el subdirector general Operativo [Pedro Díaz-Pintado], me preguntan de dónde vienen las muestras y les digo que lo ignoro, que se les ha pedido reiteradamente a los Tedax que nos lo indicaran. Y el subdirector vuelve a hacer hincapié en que se nos faciliten todos los datos de cómo se han recogido».
Tanto Díaz de Mera como Díaz- Pintado ya han declarado ante el tribunal. Entre otras cuestiones, para aclarar si el mismo 11-M alguien informó de que se había empleado el explosivo habitual de ETA. Corrales también tuvo que responder sobre ello. «¿Alguien le dijo a usted el 11-M que se había empleado Titadyn con cordón detonante?». Le costó, pero, tras varias explicaciones, afirmó que «nadie, en ningún momento», le había hecho ese comentario.
Cuando le preguntaron por qué su unidad no había pedido muestras de los focos para analizar, respondió así: «Mire usted, yo tardé una semana en llegar a mi domicilio. Con el equipo de antropología estuve intentando identificar lo más rápidamente a las víctimas. Yo no me podía partir entre el Ifema, mi despacho...».
Durante toda la declaración, Corrales marcó distancias con la unidad de Sánchez Manzano. En los atentados, dijo, ambas unidades trabajaban juntas, «aunque cada una su función, y la prioritaria de Policía Científica era recoger efectos y retirar cadáveres para su posterior identificación». «Además, yo no podía dar instrucciones a los Tedax porque pertenecían a otra comisaría general», añadió.
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