El viaje de los GEO
24-04-07
EL BLOC DE
El viaje de los GEO
Luis del Pino
EL BLOC DE
El viaje de los GEO
Luis del Pino
Cuatro cositas. Ha declarado hoy uno de los miembros de la Policía Científica que participó en el registro de la furgoneta Kangoo a su llegada a Canillas. Ha confirmado que a él le entregó la furgoneta un compañero de Información una hora después de la llegada real de ese vehículo al complejo policial -su informe especifica las 15.30 horas-. ¿Qué tenía la furgoneta cuando él la vio? Pues no ha quedado muy claro: primero ha afirmado que en la zona de carga había «cuatro cositas dispersas». Luego, a preguntas del juez, ha reconocido el listado de 100 objetos que está incluido en el sumario. ¿Cuatro cositas o 100 objetos? Porque las dos cosas parecen difícilmente compatibles.
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Albolote. Pero lo más importante de la declaración de ese funcionario es la confirmación, por fin, de que el equipo de los GEO fue enviado el día anterior a la localidad granadina de Albolote a registrar una casa que, en realidad, no parece cumplir ningún papel significativo en la trama de los atentados del 11-M. Ya sabemos, por fin, por qué hubo que cazar a lazo, en la tarde del sábado 3 de abril, a otros miembros de los GEO que no estaban de guardia: sus compañeros de guardia no estaban disponibles. ¿Fue casual que se montara esa operación en el municipio de Albolote? ¿O lo que se pretendía era, precisamente, alejar al equipo de los GEO de Madrid?
Impregnaciones. El que fuera comisario general de la Policía Científica ha señalado que los protocolos marcaban que los explosivos fueran analizados en la sede de su unidad. Ha responsabilizado a otros, sin citarlos, del incumplimiento de esos protocolos, y ha tirado por tierra la excusa esgrimida por Sánchez Manzano, que dijo que a la Policía Científica sólo se le enviaban los restos pesables. Corrales ha destrozado el argumento recurriendo a un ejemplo extraído del propio sumario: fue el laboratorio de su unidad el que se encargó de analizar, por ejemplo, las impregnaciones de nitroglicol que aparecieron en unos paneles en Morata de Tajuña.
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Albolote. Pero lo más importante de la declaración de ese funcionario es la confirmación, por fin, de que el equipo de los GEO fue enviado el día anterior a la localidad granadina de Albolote a registrar una casa que, en realidad, no parece cumplir ningún papel significativo en la trama de los atentados del 11-M. Ya sabemos, por fin, por qué hubo que cazar a lazo, en la tarde del sábado 3 de abril, a otros miembros de los GEO que no estaban de guardia: sus compañeros de guardia no estaban disponibles. ¿Fue casual que se montara esa operación en el municipio de Albolote? ¿O lo que se pretendía era, precisamente, alejar al equipo de los GEO de Madrid?
Impregnaciones. El que fuera comisario general de la Policía Científica ha señalado que los protocolos marcaban que los explosivos fueran analizados en la sede de su unidad. Ha responsabilizado a otros, sin citarlos, del incumplimiento de esos protocolos, y ha tirado por tierra la excusa esgrimida por Sánchez Manzano, que dijo que a la Policía Científica sólo se le enviaban los restos pesables. Corrales ha destrozado el argumento recurriendo a un ejemplo extraído del propio sumario: fue el laboratorio de su unidad el que se encargó de analizar, por ejemplo, las impregnaciones de nitroglicol que aparecieron en unos paneles en Morata de Tajuña.
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