Renfe reconoce que no había cámaras de seguridad en la estación de Alcalá
26-04-07
JUICIO POR UNA MASACRE / Las declaraciones
Renfe reconoce que no había cámaras de seguridad en la estación de Alcalá
Ninguno de los vigilantes que trabajó el 11-M detectó nada sospechoso, aunque se habían aumentado las medidas de control después del intento de atentado de ETA en
Chamartín
MANUEL MARRACO
MADRID.- Un responsable de seguridad de Renfe reconoció ayer que la estación de Alcalá de Henares, en la que supuestamente se montaron todos los terroristas, no disponía de cámaras de seguridad, tan sólo algunas dedicadas a controlar la llegada y salida de trenes y facilitar el tráfico. Además, éstas no disponían de un sistema de grabación. No podía haber imágenes de los terroristas.
Así lo mantuvo el testigo, del que no se dio nombre, pero sí su larguísimo cargo en Renfe: director de Organos Centrales de la Dirección Corporativa de Protección Civil, Seguridad y Prevención de Riesgos. Anteriormente había sido coronel de la Guardia Civil.
Cuando el abogado José Luis Abascal le interrogó por las cámaras de seguridad de Alcalá, respondió: «Hay que especificar que en la estación de Alcalá de Henares no había cámaras de seguridad. Había cámaras de sistemas auxiliares de circulación, cámaras de vías para auxiliar la circulación». Y añadió: «El 11 de Marzo no había dispositivo de grabación asociado a las cámaras de la estación de Alcalá de Henares».
Lo mismo sucedía, dijo, con la mayoría de las estaciones de cercanías. La excepción eran las dos estaciones principales: Chamartín y Atocha, donde sí había cámaras y sí se podía grabar. Estaba previsto extender este sistema al resto de estaciones, con cargo a la tasa de seguridad que Renfe cobraba desde 2002.
(.../...)
El letrado de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun también quiso saber si el corredor del Henares contaba con medidas de seguridad. La respuesta fue que sí, pero que no se detectó nada. «De las conversaciones que tuvimos con los vigilantes que trabajaron aquel día vimos que ninguno de ellos había advertido nada sospechoso que pudiese provocar lo que sucedió».
El responsable de seguridad también explicó que a raíz del intento de atentado de ETA contra la estación de Chamartín se habían reforzado las medidas de prevención. Entre otras, se aumentaron las patrullas y los controles de matrículas de vehículos.
A preguntas de la Abogacía del Estado, el testigo explicó lo sucedido después del incidente del 21 de marzo, cuando se detectó a varias personas sospechosas en la vía Madrid-Lleida y luego se localizaron unos huecos bajo el balastro.
«Mandamos al lugar de los hechos a prácticamente todos los vigilantes disponibles en Madrid. En AVE, larga distancia y cercanías se mandaron unas vagonetas para inspeccionar la vía con personal de Renfe y de Seguridad». «No se detectó nada», prosiguió, «pero aun así los primeros trenes que salieron eran los que llamamos exploradores, porque van vacío y el maquinista va en la parte de atrás. Los vigilantes hicieron reconocimiento de la vía desde el punto donde aparecieron los huecos hasta Atocha, y en sentido de salida de Madrid, unos 30 kilómetros. Eso se siguió haciendo en días posteriores. También se paralizaron los trabajos de mantenimiento de las vías en horas nocturnas». La distancia supervisada no alcanzaba el punto -kilómetro 68, en Mocejón (Toledo)- en el que 10 días después los terroristas intentaron atentar contra el AVE Madrid-Sevilla.
Por su parte, la fiscal Olga Sánchez preguntó dos cosas al responsable de Seguridad: el horario de los trenes -de 5.00 horas hasta medianoche- y el número de personas que diariamente pasan por la Estación de Atocha, en torno a las 300.000.
Así lo mantuvo el testigo, del que no se dio nombre, pero sí su larguísimo cargo en Renfe: director de Organos Centrales de la Dirección Corporativa de Protección Civil, Seguridad y Prevención de Riesgos. Anteriormente había sido coronel de la Guardia Civil.
Cuando el abogado José Luis Abascal le interrogó por las cámaras de seguridad de Alcalá, respondió: «Hay que especificar que en la estación de Alcalá de Henares no había cámaras de seguridad. Había cámaras de sistemas auxiliares de circulación, cámaras de vías para auxiliar la circulación». Y añadió: «El 11 de Marzo no había dispositivo de grabación asociado a las cámaras de la estación de Alcalá de Henares».
Lo mismo sucedía, dijo, con la mayoría de las estaciones de cercanías. La excepción eran las dos estaciones principales: Chamartín y Atocha, donde sí había cámaras y sí se podía grabar. Estaba previsto extender este sistema al resto de estaciones, con cargo a la tasa de seguridad que Renfe cobraba desde 2002.
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El letrado de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun también quiso saber si el corredor del Henares contaba con medidas de seguridad. La respuesta fue que sí, pero que no se detectó nada. «De las conversaciones que tuvimos con los vigilantes que trabajaron aquel día vimos que ninguno de ellos había advertido nada sospechoso que pudiese provocar lo que sucedió».
El responsable de seguridad también explicó que a raíz del intento de atentado de ETA contra la estación de Chamartín se habían reforzado las medidas de prevención. Entre otras, se aumentaron las patrullas y los controles de matrículas de vehículos.
A preguntas de la Abogacía del Estado, el testigo explicó lo sucedido después del incidente del 21 de marzo, cuando se detectó a varias personas sospechosas en la vía Madrid-Lleida y luego se localizaron unos huecos bajo el balastro.
«Mandamos al lugar de los hechos a prácticamente todos los vigilantes disponibles en Madrid. En AVE, larga distancia y cercanías se mandaron unas vagonetas para inspeccionar la vía con personal de Renfe y de Seguridad». «No se detectó nada», prosiguió, «pero aun así los primeros trenes que salieron eran los que llamamos exploradores, porque van vacío y el maquinista va en la parte de atrás. Los vigilantes hicieron reconocimiento de la vía desde el punto donde aparecieron los huecos hasta Atocha, y en sentido de salida de Madrid, unos 30 kilómetros. Eso se siguió haciendo en días posteriores. También se paralizaron los trabajos de mantenimiento de las vías en horas nocturnas». La distancia supervisada no alcanzaba el punto -kilómetro 68, en Mocejón (Toledo)- en el que 10 días después los terroristas intentaron atentar contra el AVE Madrid-Sevilla.
Por su parte, la fiscal Olga Sánchez preguntó dos cosas al responsable de Seguridad: el horario de los trenes -de 5.00 horas hasta medianoche- y el número de personas que diariamente pasan por la Estación de Atocha, en torno a las 300.000.
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