La Policía llegó al piso de Leganés y preguntó por «Pepe»
25-04-07
JUICIO POR UNA MASACRE / Las declaraciones
La Policía llegó al piso de Leganés y preguntó por «Pepe»
Según Castaño, una voz con acento árabe respondió que «allí no había» nadie llamado así
MANUEL MARRACO
MADRID.- Antes de que Díaz de Mera lo señalara como su fuente, el comisario Enrique García Castaño ya había sido llamado a declarar ante el tribunal por otro asunto. Como responsable de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), él fue quien inició las investigaciones del móvil encontrado en la mochila de Vallecas.
Respecto a los datos de la tarjeta comunicados por el jefe de Seguridad de Amena el mismo día 12 de marzo, explicó que él no sabía si había o no mandamiento judicial, porque solicitarlo no era responsabilidad de su unidad. A preguntas del abogado Juan Carlos Rodríguez Segura, el testigo explicó que la UCAO se limitaba a tareas prácticas de investigación en apoyo a todos los demás grupos de la Comisaría General de Información. (.../...)
También dijo que hombres de la UCAO acudieron en la tarde del día 12 de marzo a la tienda que, a su vez, había vendido la tarjeta al locutorio de Jamal Zougam. Se presentaron como clientes y comprobaron que el matrimonio indio que lo regentaba no estaba muy dispuesto a darles información.
Pese a que todo lo relacionado con la tarjeta era «prioritario» y «urgente», la Policía no interrogó al matrimonio hasta la tarde del día siguiente. Aunque su unidad no era responsable de las detenciones, intentó justificar por qué se dejó pasar un día. «No se criminaliza al que vende las tarjetas», dijo. Peor suerte corrieron otros indios que vendieron los terminales. Acabaron detenidos e imputados.
Castaño dijo que sus hombres no se llevaron ese día una fotocopia de la compra de un lote de tarjetas, pese a que así lo han asegurado otros testigos: «Nuestra misión era centrar el local y pasar la información a la UCIE».
Siguiendo el rastro de las tarjetas, él mismo llegó, junto a un comisario de la UCIE, hasta el piso de Leganés. Fue en torno a las 14.00 horas, a través de un número fijo que correspondió «a una especie de inmobiliaria».
García Castaño explicó lo que sucedió una hora después: «Van funcionarios al portal, tocan el timbre del piso y preguntan por Pepe. Les responde un ciudadano con acento árabe que allí no hay ningún Pepe. En ese momento están los funcionarios en el portal y baja Abdelmajid Bouchar con una bolsa de basura. Y es cuando se producen la huida, los gritos y los disparos». El comisario no estuvo en Leganés el 3 de abril. Se encontraba en Parla, en cuya comisaría se presentó esa tarde el hermano de Abdenabi Kounjaa. Decía que su hermano le había llamado diciéndoles que se iba a suicidar y quería que los agentes le llevasen al piso para convencerle de que no lo hiciera. La Policía desechó esa posibilidad.
JUICIO POR UNA MASACRE / Las declaraciones
La Policía llegó al piso de Leganés y preguntó por «Pepe»
Según Castaño, una voz con acento árabe respondió que «allí no había» nadie llamado así
MANUEL MARRACO
MADRID.- Antes de que Díaz de Mera lo señalara como su fuente, el comisario Enrique García Castaño ya había sido llamado a declarar ante el tribunal por otro asunto. Como responsable de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), él fue quien inició las investigaciones del móvil encontrado en la mochila de Vallecas.
Respecto a los datos de la tarjeta comunicados por el jefe de Seguridad de Amena el mismo día 12 de marzo, explicó que él no sabía si había o no mandamiento judicial, porque solicitarlo no era responsabilidad de su unidad. A preguntas del abogado Juan Carlos Rodríguez Segura, el testigo explicó que la UCAO se limitaba a tareas prácticas de investigación en apoyo a todos los demás grupos de la Comisaría General de Información. (.../...)
También dijo que hombres de la UCAO acudieron en la tarde del día 12 de marzo a la tienda que, a su vez, había vendido la tarjeta al locutorio de Jamal Zougam. Se presentaron como clientes y comprobaron que el matrimonio indio que lo regentaba no estaba muy dispuesto a darles información.
Pese a que todo lo relacionado con la tarjeta era «prioritario» y «urgente», la Policía no interrogó al matrimonio hasta la tarde del día siguiente. Aunque su unidad no era responsable de las detenciones, intentó justificar por qué se dejó pasar un día. «No se criminaliza al que vende las tarjetas», dijo. Peor suerte corrieron otros indios que vendieron los terminales. Acabaron detenidos e imputados.
Castaño dijo que sus hombres no se llevaron ese día una fotocopia de la compra de un lote de tarjetas, pese a que así lo han asegurado otros testigos: «Nuestra misión era centrar el local y pasar la información a la UCIE».
Siguiendo el rastro de las tarjetas, él mismo llegó, junto a un comisario de la UCIE, hasta el piso de Leganés. Fue en torno a las 14.00 horas, a través de un número fijo que correspondió «a una especie de inmobiliaria».
García Castaño explicó lo que sucedió una hora después: «Van funcionarios al portal, tocan el timbre del piso y preguntan por Pepe. Les responde un ciudadano con acento árabe que allí no hay ningún Pepe. En ese momento están los funcionarios en el portal y baja Abdelmajid Bouchar con una bolsa de basura. Y es cuando se producen la huida, los gritos y los disparos». El comisario no estuvo en Leganés el 3 de abril. Se encontraba en Parla, en cuya comisaría se presentó esa tarde el hermano de Abdenabi Kounjaa. Decía que su hermano le había llamado diciéndoles que se iba a suicidar y quería que los agentes le llevasen al piso para convencerle de que no lo hiciera. La Policía desechó esa posibilidad.
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