Los etarras de Cañaveras no se acuerdan del explosivo que llevaban ni adónde iban
24-04-07
JUICIO POR UNA MASACRE / Las conexiones
Los etarras de Cañaveras no se acuerdan del explosivo que llevaban ni adónde iban
JUICIO POR UNA MASACRE / Las conexiones
Los etarras de Cañaveras no se acuerdan del explosivo que llevaban ni adónde iban
Niegan, al igual que el también preso de ETA Henri Parot, toda relación con los atentados Gómez Bermúdez les advierte que podría proceder contra ellos por su falta de colaboración
MANUEL MARRACO
MADRID.- El etarra Henri Parot declaró ayer que no tiene «ninguna» explicación a que su nombre apareciera en una nota intervenida al terrorista islamista Abdelkrim Bensmail, en prisión desde su arresto junto al suicida del 11-M Allekema Lamari. En cuanto a la fórmula de la cloratita -explosivo habitual de ETA-, hallada igualmente en manos del preso islamista, dijo que no había sido él quien se la había hecho llegar.
Por su parte, los dos etarras detenidos en Cañaveras (Cuenca), integrantes de la denominada caravana de la muerte, aseguraron ante el tribunal que no conocían a Jamal Ahmidan, El Chino. Ni Izkur Badillo ni Gorka Vidal ofrecieron explicación a que el también suicida le dijera a Emilio Suárez Trashorras que eran sus «amigos».
(.../...)
Con estas respuestas y la negativa de tener cualquier relación con el 11-M, concluyeron ayer los interrogatorios a los tres etarras citados como testigos a propuesta del letrado José Luis Abascal, defensor de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun.
Los continuos «no me acuerdo» con los que Badillo y Vidal arrancaron sus declaraciones llevaron al presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, a advertirles de que su sospechosa falta de memoria «equivale a una negativa a declarar», lo que podría conllevar una acusación por desobediencia grave.
Inmediatamente después, y casi entre risas, el primero en declarar negó cualquier relación con la masacre. «No tengo nada que ver con esto, ni con el 11-M, ni con los islamistas», dijo Vidal.
Ni él ni su compañero de caravana recordaban de dónde habían partido, adónde se dirigían y qué explosivo llevaban en la furgoneta. Sí recordaron que, en su ruta con media tonelada de explosivos hacia el corredor del Henares, no se desviaron hacia Burgos, por donde ese día pasaba la caravana de Jamal Ahmidan con otra carga de explosivos.
Cuando el abogado Andreas Chalaris preguntó a Badillo si condenaba el 11-M, el presidente del tribunal retiró la pregunta al considerar que no aportaba nada al juicio.
En su turno de negativas, Parot dijo no saber si ETA había desarrollado en 2003 un sistema para activar las bombas con teléfonos móviles. O si, como era su caso, la banda había contratado mercenarios para sus atentados. Respecto a si había mantenido relación con terroristas islamistas en prisión, respondió: «Que yo sepa no, pero yo me relaciono con los presos que me pone Instituciones Penitenciarias».
También compareció ayer el abogado asturiano Carlos Alberto Tejeda, cuya declaración sirvió para que el tribunal escuchara una vez más que José Ignacio Díaz Fernández, alias Nayo, había advertido a las Fuerzas de Seguridad del tráfico de explosivos supuestamente montado por Trashorras y su cuñado Antonio Toro.
«En concreto me habló de 500 kilos de explosivos escondidos en una montaña» y que estaban «destinados a ETA», dijo el abogado. Nayo, que buscaba beneficios penitenciarios, también le aseguró que él mismo había introducido armas en España para la banda por encargo de Trashorras.
Al tiempo que el letrado informaba a la Fiscalía del asunto, la Guardia Civil visitó a Nayo en la prisión de Villabona (Asturias). Les dijo cuál era el monte en el que habían preparado el zulo, pero nadie lo rastreó. «El fiscal jefe de Asturias me dijo que era muy grande y que no iban a registrar todo el monte», declaró ayer el abogado.
Finalmente, una testigo aseguró ayer que el día de la manifestación contra el atentado -12 de marzo- vio a tres etarras en una estación de cercanías de Renfe. En concreto, Carolina F. dijo que reconoció a una de ellas como Josune Oña, que también fue identificada el día de los atentados por otro testigo que declaró la semana pasada. Carolina F. recordó que la supuesta etarra se acercó a un policía nacional para preguntar algo.
MANUEL MARRACO
MADRID.- El etarra Henri Parot declaró ayer que no tiene «ninguna» explicación a que su nombre apareciera en una nota intervenida al terrorista islamista Abdelkrim Bensmail, en prisión desde su arresto junto al suicida del 11-M Allekema Lamari. En cuanto a la fórmula de la cloratita -explosivo habitual de ETA-, hallada igualmente en manos del preso islamista, dijo que no había sido él quien se la había hecho llegar.
Por su parte, los dos etarras detenidos en Cañaveras (Cuenca), integrantes de la denominada caravana de la muerte, aseguraron ante el tribunal que no conocían a Jamal Ahmidan, El Chino. Ni Izkur Badillo ni Gorka Vidal ofrecieron explicación a que el también suicida le dijera a Emilio Suárez Trashorras que eran sus «amigos».
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Con estas respuestas y la negativa de tener cualquier relación con el 11-M, concluyeron ayer los interrogatorios a los tres etarras citados como testigos a propuesta del letrado José Luis Abascal, defensor de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun.
Los continuos «no me acuerdo» con los que Badillo y Vidal arrancaron sus declaraciones llevaron al presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, a advertirles de que su sospechosa falta de memoria «equivale a una negativa a declarar», lo que podría conllevar una acusación por desobediencia grave.
Inmediatamente después, y casi entre risas, el primero en declarar negó cualquier relación con la masacre. «No tengo nada que ver con esto, ni con el 11-M, ni con los islamistas», dijo Vidal.
Ni él ni su compañero de caravana recordaban de dónde habían partido, adónde se dirigían y qué explosivo llevaban en la furgoneta. Sí recordaron que, en su ruta con media tonelada de explosivos hacia el corredor del Henares, no se desviaron hacia Burgos, por donde ese día pasaba la caravana de Jamal Ahmidan con otra carga de explosivos.
Cuando el abogado Andreas Chalaris preguntó a Badillo si condenaba el 11-M, el presidente del tribunal retiró la pregunta al considerar que no aportaba nada al juicio.
En su turno de negativas, Parot dijo no saber si ETA había desarrollado en 2003 un sistema para activar las bombas con teléfonos móviles. O si, como era su caso, la banda había contratado mercenarios para sus atentados. Respecto a si había mantenido relación con terroristas islamistas en prisión, respondió: «Que yo sepa no, pero yo me relaciono con los presos que me pone Instituciones Penitenciarias».
También compareció ayer el abogado asturiano Carlos Alberto Tejeda, cuya declaración sirvió para que el tribunal escuchara una vez más que José Ignacio Díaz Fernández, alias Nayo, había advertido a las Fuerzas de Seguridad del tráfico de explosivos supuestamente montado por Trashorras y su cuñado Antonio Toro.
«En concreto me habló de 500 kilos de explosivos escondidos en una montaña» y que estaban «destinados a ETA», dijo el abogado. Nayo, que buscaba beneficios penitenciarios, también le aseguró que él mismo había introducido armas en España para la banda por encargo de Trashorras.
Al tiempo que el letrado informaba a la Fiscalía del asunto, la Guardia Civil visitó a Nayo en la prisión de Villabona (Asturias). Les dijo cuál era el monte en el que habían preparado el zulo, pero nadie lo rastreó. «El fiscal jefe de Asturias me dijo que era muy grande y que no iban a registrar todo el monte», declaró ayer el abogado.
Finalmente, una testigo aseguró ayer que el día de la manifestación contra el atentado -12 de marzo- vio a tres etarras en una estación de cercanías de Renfe. En concreto, Carolina F. dijo que reconoció a una de ellas como Josune Oña, que también fue identificada el día de los atentados por otro testigo que declaró la semana pasada. Carolina F. recordó que la supuesta etarra se acercó a un policía nacional para preguntar algo.
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