ETA abandona un coche cargado con 130 kilos de explosivos junto a la frontera de Portugal

22-06-07



VUELTA A LAS ARMAS / La banda prepara nuevos atentados

ETA abandona un coche cargado con 130 kilos de explosivos junto a la frontera de Portugal


Sospechan que se trataba de material para que un comando iniciara la campaña de verano Dos etarras huyeron en el coche lanzadera tras detectar un control de la Guardia Civil en la zona

CHEMA RODRIGUEZ FERNANDO LAZARO

SEVILLA/MADRID.- La banda terrorista ETA abandonó ayer en las inmediaciones de la frontera con Portugal un vehículo cargado con más de 130 kilos de material para la elaboración de explosivos con el que pretendía retomar su carrera de violencia, cuyo penúltimo episodio se produjo en la T-4 de Barajas, en un atentado que ocasionó dos muertos.


En esta ocasión, probablemente algún control de carretera de la Guardia Civil privó a los terroristas de llevar a cabo sus objetivos. No era un coche bomba. Se trataba, según explicaron fuentes de la investigación, de un transporte que iba a ser entregado a un comando de ETA.
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En el vehículo, además de los 130 kilos de material explosivo, había ocho detonadores, 10 temporizadores y un mando a distancia. También había dos maletas con ropa, dato que no cierra del todo la puerta a que se tratara del propio comando operativo de ETA el que trasladaba los explosivos y no fuera un transporte.

El hecho de que el coche fuera abandonado en Ayamonte (Huelva), cerca de la frontera, hace sospechar a los expertos antiterroristas que ETA ha podido cambiar su zona de influencia y haya puesto en marcha una infraestructura en el país vecino. Recuerdan que lo más cerca que se detectó la presencia de ETA en Portugal fue hace años, cuando se localizó en Salamanca el piso franco del comando Madrid. Los analistas sospechan que con este material explosivo localizado en el coche, ETA pretendía iniciar una nueva campaña de verano contra intereses turísticos.

Pasaban las 11.30 horas cuando la Guardia Civil fue alertada de que había un vehículo, un Ford Focus ranchera con matrícula portuguesa 51BX80, abandonado a unos dos kilómetros de la frontera de Ayamonte, en una vía de servicio de la autopista A-49, en dirección al país vecino.

Empleados de mantenimiento de dicha autopista fueron los que alertaron a los efectivos del Instituto Armado. Allí se trasladó una patrulla de Ayamonte que observó desde fuera el vehículo y vio que tenía bolsas de plástico. Como medida preventiva, los agentes de la patrulla alertaron de la situación a sus superiores, quienes dieron instrucciones para que se trasladaran al lugar desactivadores de explosivos.

La Guardia Civil supo que sobre las 9.30 horas se vio a un hombre joven abandonar el vehículo, cruzar la mediana de la autopista y subirse a otro que estaba detenido en la carretera en dirección a Sevilla.

Poco después, los operarios que alertaron a la Guardia Civil vieron cómo otros dos hombres se acercaron en una motocicleta al vehículo abandonado y rompieron el cristal lateral izquierdo de la parte trasera, recogieron una bolsa de plástico y emprendieron la marcha de nuevo, también hacia Sevilla.

Lo más probable es que ETA se viera sorprendida por algún dispositivo policial cuando trataba de hacer llegar a algún piso franco en Portugal el cargamento de explosivos. El coche lanzadera alertó de esta circunstancia al terrorista que transportaba los explosivos, que inmediatamente abandonó el vehículo. El propio lanzadera que, tras dar aviso, da la vuelta en un cambio de sentido, es el que posteriormente recoge al transportista. Los expertos creen que fueron estos mismos etarras los que, posteriormente, se acercaron al vehículo y recogieron la bolsa. Sospechan que en ella habría documentos que hubieran facilitado la identificación de los etarras y, probablemente, armas cortas.

Los explosivos se encontraban en una caja que, según las fuentes consultadas por EL MUNDO, tenía impreso el anagrama de ETA y advertía de la peligrosidad de su contenido. Junto al explosivo, que podría ser amonal, se encontró polvo de aluminio y siete detonadores.

Dentro del vehículo la Guardia Civil encontró un manual redactado en euskara con instrucciones básicas para preparar bombas.

El Ministerio del Interior había ordenado hace varias semanas que se intensificasen la vigilancia de los puntos más sensibles y susceptibles de ser objetivos terroristas y, desde entonces, los controles extraordinarios son periódicos y habituales en lugares clave de la red de comunicaciones. Durante la pasada semana, uno de esos controles se estableció en la entrada a la capital sevillana desde la autopista A-92, la principal arteria de comunicación por carretera de Andalucía, que recorre la región de este a oeste.

Tras el hallazgo del coche con los explosivos, la Guardia Civil y la Policía pusieron ayer en marcha una espectacular operación para tratar de blindar los límites de Huelva y atrapar a los terroristas antes de que lograsen darse a la fuga. Se establecieron controles en los puntos principales de la red viaria, como la propia A-49 y todas las carreteras nacionales. Pero, además, los responsables de la lucha antiterrorista movilizaron a agentes del Grupo Rural del Instituto Armado y a buena parte de la plantilla de la Policía Nacional. El coche en el que se halló el explosivo, según comprobó la Guardia Nacional Republicana de Portugal, no habría sido robado, sino alquilado en Lisboa en los últimos días.

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