El ex director del CNI considera que los terroristas eligieron la fecha del 11-M «con intención»
20-07-04
11-M LA INVESTIGACION / Dezcallar afirma que los servicios secretos no «espían a políticos, sólo persiguen a terroristas» y que Bin Laden no dirigió ni organizó la masacre de Madrid / No descartó la pista etarra hasta el día 13
El ex director del CNI considera que los terroristas eligieron la fecha del 11-M «con intención»
MANUEL CERDAN
MADRID.- La comparecencia de Jorge Dezcallar se presentaba de antemano como la de un testigo mudo. Sin embargo, el testimonio del ex director del CNI y actual embajador en el Vaticano dio más juego del esperado.
(.../...)
Dezcallar advirtió a los diputados de la Comisión de que, por su cargo y por la naturaleza de los documentos clasificados, no podía desvelar el contenido de algunos de ellos, pero finalmente aclaró muchas de los interrogantes sobre las investigaciones de los servicios secretos sobre el atentado del 11-M.
El diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo le preguntó sobre la intencionalidad política del atentado de los fundamentalistas islámicos y si los terroristas pretendieron utilizar la masacre para afectar al proceso electoral. El ex director del CNI contestó: «No sé lo que tenía en mente la gente que hizo esto, pero me cuesta pensar que la fecha del 11 de marzo fue elegida al azar.Yo pienso que se eligió con intención, pero como lo piensa cualquier ciudadano, porque no tengo ningún dato de inteligencia que me permita afirmarlo».
El ex director del CNI se refirió a un documento obtenido por los servicios de inteligencia noruegos después del 11-M, pero que había sido redactado por un grupo fundamentalista a raíz de la intervención militar española en Irak. En él, España aparecía como un «eslabón débil»: «Este documento dice que existe un divorcio entre un gobierno que ha decidido una participación en la operación de Irak y unas manifestaciones masivas en la calle de gente que está en contra de esto. En consecuencia -dice el papel-, si hacemos unos atentados mortíferos contra las tropas españolas en Irak, pasará una de estas dos cosas: o el Gobierno, bajo la presión popular, tendrá que retirar esas tropas, o cuando se celebren las elecciones, ese gobierno perderá y el nuevo retirará las tropas».
Dezcallar negó que se hubiera producido una imprevisión ante la amenaza del terrorismo islámico: «A partir del mes de octubre pasado, en el que Bin Laden habla de España como país enemigo, comenzamos a barajar un ataque fuerte contra nuestras fuerzas desplegadas en Irak. Los sensores estaban en rojo, pero no podíamos pensar que la acción fuera en España».
El ex director del CNI aclaró, no obstante, que los autores de la masacre actuaron al margen de Al Qaeda: «Bin Laden no lo organizó, no lo dirigió ni estuvo al tanto. El responsable del atentado es un grupo que actuó desde dentro, sin dirección del exterior.Sólo tenía orientación ideológica de Al Qaeda».
Para Dezcallar, la masacre fue obra de un grupo fundamentalista que estaba «durmiente» en Madrid. Para el ex director del CNI estos grupúsculos son los más difíciles de investigar: «Un líder moviliza a una colectividad desde un café o una peluquería y decide llevar a cabo una acción como la del 11-M».
Dezcallar aclaró que el CNI no comenzó a descartar la pista etarra hasta el 13 de marzo por la mañana y que las investigaciones sobre la banda terrorista vasca persistieron hasta un mes después de la masacre. Además, reconoció que en la mañana del 11-M llamó personalmente a Rodríguez Zapatero para transmitirle sus impresiones de que tras la masacre estaba ETA.
Eso sí, el ex jefe de los servicios secretos precisó que, a las 8.30 horas de la mañana del 11-M, dio la orden de que se reunieran en la sede del CNI los expertos en terrorismo etarra e islamista.Por los datos que fueron llegando, se inclinaron en primer lugar por la pista de ETA, que se fue disipando por las pruebas que fueron apareciendo, como la furgoneta, la tarjeta telefónica y la reivindicación a través de la cinta de vídeo.
En un principio, Dezcallar afirmó que el CNI quedó «fuera de juego» en las investigaciones del Gobierno, pero luego matizó: «He querido decir que no fuimos invitados a las reuniones hasta el día 16 y que no hicimos una labor de policía judicial, pero nosotros hicimos el trabajo que nos competía, como ponernos en contacto con otros servicios extranjeros».
Dezcallar se negó a confirmar o desmentir si el contenido del documento publicado por EL MUNDO el miércoles pasado, sobre unas conversaciones telefónicas mantenidas entre Carod-Rovira y Arnaldo Otegi el 13 de marzo, pertenecía a los archivos del CNI. El diputado Jané, portavoz de CiU, preguntó si esa interceptación telefónica contaba con la autorización del magistrado del Tribunal Supremo.
Dezcallar fue contundente: «El CNI no espía a políticos, sólo persigue a terroristas. Si ese terrorista es alcalde o socio del Mallorca, es al margen. Cuando perseguimos actividades terroristas lo hacemos con autorización del magistrado».
El portavoz de ERC, el diputado Agustí Cerdá, le preguntó si Carod-Rovira era un terrorista, a lo que Dezcallar le respondió que el objetivo era Otegi.
11-M LA INVESTIGACION / Dezcallar afirma que los servicios secretos no «espían a políticos, sólo persiguen a terroristas» y que Bin Laden no dirigió ni organizó la masacre de Madrid / No descartó la pista etarra hasta el día 13
El ex director del CNI considera que los terroristas eligieron la fecha del 11-M «con intención»
MANUEL CERDAN
MADRID.- La comparecencia de Jorge Dezcallar se presentaba de antemano como la de un testigo mudo. Sin embargo, el testimonio del ex director del CNI y actual embajador en el Vaticano dio más juego del esperado.
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Dezcallar advirtió a los diputados de la Comisión de que, por su cargo y por la naturaleza de los documentos clasificados, no podía desvelar el contenido de algunos de ellos, pero finalmente aclaró muchas de los interrogantes sobre las investigaciones de los servicios secretos sobre el atentado del 11-M.
El diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo le preguntó sobre la intencionalidad política del atentado de los fundamentalistas islámicos y si los terroristas pretendieron utilizar la masacre para afectar al proceso electoral. El ex director del CNI contestó: «No sé lo que tenía en mente la gente que hizo esto, pero me cuesta pensar que la fecha del 11 de marzo fue elegida al azar.Yo pienso que se eligió con intención, pero como lo piensa cualquier ciudadano, porque no tengo ningún dato de inteligencia que me permita afirmarlo».
El ex director del CNI se refirió a un documento obtenido por los servicios de inteligencia noruegos después del 11-M, pero que había sido redactado por un grupo fundamentalista a raíz de la intervención militar española en Irak. En él, España aparecía como un «eslabón débil»: «Este documento dice que existe un divorcio entre un gobierno que ha decidido una participación en la operación de Irak y unas manifestaciones masivas en la calle de gente que está en contra de esto. En consecuencia -dice el papel-, si hacemos unos atentados mortíferos contra las tropas españolas en Irak, pasará una de estas dos cosas: o el Gobierno, bajo la presión popular, tendrá que retirar esas tropas, o cuando se celebren las elecciones, ese gobierno perderá y el nuevo retirará las tropas».
Dezcallar negó que se hubiera producido una imprevisión ante la amenaza del terrorismo islámico: «A partir del mes de octubre pasado, en el que Bin Laden habla de España como país enemigo, comenzamos a barajar un ataque fuerte contra nuestras fuerzas desplegadas en Irak. Los sensores estaban en rojo, pero no podíamos pensar que la acción fuera en España».
El ex director del CNI aclaró, no obstante, que los autores de la masacre actuaron al margen de Al Qaeda: «Bin Laden no lo organizó, no lo dirigió ni estuvo al tanto. El responsable del atentado es un grupo que actuó desde dentro, sin dirección del exterior.Sólo tenía orientación ideológica de Al Qaeda».
Para Dezcallar, la masacre fue obra de un grupo fundamentalista que estaba «durmiente» en Madrid. Para el ex director del CNI estos grupúsculos son los más difíciles de investigar: «Un líder moviliza a una colectividad desde un café o una peluquería y decide llevar a cabo una acción como la del 11-M».
Dezcallar aclaró que el CNI no comenzó a descartar la pista etarra hasta el 13 de marzo por la mañana y que las investigaciones sobre la banda terrorista vasca persistieron hasta un mes después de la masacre. Además, reconoció que en la mañana del 11-M llamó personalmente a Rodríguez Zapatero para transmitirle sus impresiones de que tras la masacre estaba ETA.
Eso sí, el ex jefe de los servicios secretos precisó que, a las 8.30 horas de la mañana del 11-M, dio la orden de que se reunieran en la sede del CNI los expertos en terrorismo etarra e islamista.Por los datos que fueron llegando, se inclinaron en primer lugar por la pista de ETA, que se fue disipando por las pruebas que fueron apareciendo, como la furgoneta, la tarjeta telefónica y la reivindicación a través de la cinta de vídeo.
En un principio, Dezcallar afirmó que el CNI quedó «fuera de juego» en las investigaciones del Gobierno, pero luego matizó: «He querido decir que no fuimos invitados a las reuniones hasta el día 16 y que no hicimos una labor de policía judicial, pero nosotros hicimos el trabajo que nos competía, como ponernos en contacto con otros servicios extranjeros».
Dezcallar se negó a confirmar o desmentir si el contenido del documento publicado por EL MUNDO el miércoles pasado, sobre unas conversaciones telefónicas mantenidas entre Carod-Rovira y Arnaldo Otegi el 13 de marzo, pertenecía a los archivos del CNI. El diputado Jané, portavoz de CiU, preguntó si esa interceptación telefónica contaba con la autorización del magistrado del Tribunal Supremo.
Dezcallar fue contundente: «El CNI no espía a políticos, sólo persigue a terroristas. Si ese terrorista es alcalde o socio del Mallorca, es al margen. Cuando perseguimos actividades terroristas lo hacemos con autorización del magistrado».
El portavoz de ERC, el diputado Agustí Cerdá, le preguntó si Carod-Rovira era un terrorista, a lo que Dezcallar le respondió que el objetivo era Otegi.
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