Las acusaciones de Díaz de Mera provocan una crisis en la policía
24-07-04
11-M LA INVESTIGACION / LAS CONSECUENCIAS
Las acusaciones de Díaz de Mera provocan una crisis en la policía
Los comisarios señalados como «desleales» incurrieron en graves contradicciones durante sus comparecencias ante los comisionados
MANUEL CERDAN
11-M LA INVESTIGACION / LAS CONSECUENCIAS
Las acusaciones de Díaz de Mera provocan una crisis en la policía
Los comisarios señalados como «desleales» incurrieron en graves contradicciones durante sus comparecencias ante los comisionados
MANUEL CERDAN
MADRID.- Las palabras de Díaz de Mera han provocado una crisis interna en el Cuerpo Nacional de Policía. Han servido para reactivar el descontento por la política de nombramientos del actual equipo ministerial. La designación de nuevos cargos policiales en los diferentes niveles de la escala de mando no sólo ha provocado enfrentamientos entre funcionarios próximos al PSOE o al PP, sino que también afecta a las diferentes familias socialistas.
(.../...)
Fuentes policiales mantienen que nunca habían percibido «tanto sectarismo» en la política de nombramientos como en las últimas semanas. «No se ha primado la experiencia, la preparación o la eficacia. Cuando llegó Felipe González a La Moncloa, en 1982, no hubo tanta limpieza como ahora. Entonces, incluso, comisarios tan significados en el régimen anterior como Jesús Martínez Torres o Manuel Ballesteros accedieron a cargos de gran responsabilidad.Ahora se ha desatado una verdadera caza de brujas».
Telesforo Rubio y Miguel Angel Santano -identificados por el diario ABC como los comisarios «desleales» denunciados por Agustín Díaz de Mera, el ex director de la Policía Nacional, en su comparecencia ante la Comisión- son los mismos altos cargos policiales que incurrieron en contradicciones y se negaron a contestar alguna pregunta cuando comparecieron ante los comisionados.
Díaz de Mera acusó a los policías, sin citar sus nombres, de «desleales» con el anterior Gobierno por pasar información al PSOE «en coincidencia temporal con el día 11 de marzo».
Según la versión periodística, esos «desleales» serían Telesforo Rubio, comisario general de Información, y Miguel Angel Santano, comisario general de Policía Científica. Ambos fueron ascendidos tras la llegada de José Antonio Alonso al Ministerio del Interior.Rubio pasó de la comisaria de Chamartín a la jefatura de la Comisaría General de Información, el departamento policial encargado de la lucha antiterrorista. Santano fue ascendido del puesto de comisario provincial de Policía Científica a jefe de la Comisaría General de Policía Científica.
Díaz de Mera manifestó durante su comparecencia que, posiblemente, una de las motivaciones que llevaron a los «desleales» a traicionar a sus superiores fue «hacer méritos y situarse en un futuro».
El ex director indicó que la actitud de esos policías se tradujo en «la falsedad» y en la manipulación de testigos, como el portero de Alcalá de Henares, quien aseguró ante los comisionados que los detonadores y la cinta con versos coránicos fueron hallados en el lugar donde se localizó la furgoneta.
Según las mismas fuentes policiales, los comisarios Rubio y Santano llegaron a sus respectivos cargos con una hoja de servicio «gris y pobre».
El comisario Telesforo Rubio, como él mismo reconoció ante la Comisión, carece de experiencia en la lucha antiterrorista, pero aun así ha sido situado al frente de la Comisaría General de Información. Sus subordinados destacan de él su condición de «trabajador y metódico», pero le achacan un total desconocimiento de ETA o de los grupos terroristas islamistas.
En la hoja de servicio de Rubio figuran sus destinos en el departamento de Personal de la policía y en la jefatura de las comisarías de Soria, de Alcorcón y de los distritos de San Blas, Centro y Chamartín de Madrid. De la comisaría de Chamartín, desde donde según el PP se filtró información al PSOE, pegó el salto a su actual cargo.
El PSOE niega cualquier relación espuria con los altos mandos policiales y se queja, según un portavoz, de «esa estrategia absurda de poner en marcha el ventilador de las mentiras y las insidias».
Durante su comparecencia ante la Comisión del 11-M, el comisario Rubio se negó a contestar la pregunta sobre si se había reunido en la sede socialista de Gobelas con dirigentes de ese partido para preparar su intervención. Rubio fue arropado por los portavoces de los demás grupos políticos, quienes rechazaron la pregunta por atentar contra sus derechos fundamentales. La realidad era que Rubio sí había estado en Gobelas el 28 de junio, como aseguraron a este diario fuentes policiales.
Rubio, quien admitió ante los comisionados que no se estaba investigando una posible conexión de ETA con el 11-M ni tampoco a los confidentes, formó parte de un grupo de expertos que asesoró a Rodríguez Zapatero en la elaboración del programa socialista en materia de seguridad.Se da la circunstancia de que las esposas de Rubio y Zapatero son amigas íntimas.
El comisario Santano, por su parte, desveló durante su comparecencia un dato envenenado, contrario a las tesis del PP, que luego resultó no ser veraz. Dijo que los agentes de la Comisaría de Policía Científica entregaron a primera hora de la mañana del jueves 12 de marzo la tarjeta del teléfono móvil de la mochila a un funcionario de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) para que la depositara en esa unidad.
¿Qué importancia tenía ese dato que parecía inocuo? Mucha. Y así lo hicieron ver los portavoces de varios grupos: si la tarjeta se remitía a la UCIE, la unidad responsable de las investigaciones sobre el terrorismo internacional e islamista, se debía a que los hombres de Mariano Rayón ya investigaban a esa hora la pista fundamentalista.
Sin embargo, los hechos se habían producido de manera muy distinta.La tarjeta fue retirada, efectivamente, por un policía de la UCIE, pero éste sólo hizo de mensajero, ya que se la entregó en mano a Jesús de la Morena, quien entonces era el Comisario General de Información. Y, como el propio comisario reconoció ante la Comisión, la tarjeta fue entregada para su inspección a la UCAO, la Unidad Central de Apoyo Operativo.
Durante su comparecencia, Díaz de Mera contestó al diputado de CiU, Jordi Jané, que no tenía interés en profundizar sobre el asunto de los policías «desleales», pero aclaró: «Quizá si me pregunta el PSOE podamos profundizar».
Pero cuando le llegó el turno al portavoz del PSOE, el diputado de Córdoba, Juan Luis Rascón, quien ha demostrado un gran nivel a lo largo de la Comisión, dejó pasar la oportunidad y prefirió olvidarse de los «desleales».
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Fuentes policiales mantienen que nunca habían percibido «tanto sectarismo» en la política de nombramientos como en las últimas semanas. «No se ha primado la experiencia, la preparación o la eficacia. Cuando llegó Felipe González a La Moncloa, en 1982, no hubo tanta limpieza como ahora. Entonces, incluso, comisarios tan significados en el régimen anterior como Jesús Martínez Torres o Manuel Ballesteros accedieron a cargos de gran responsabilidad.Ahora se ha desatado una verdadera caza de brujas».
Telesforo Rubio y Miguel Angel Santano -identificados por el diario ABC como los comisarios «desleales» denunciados por Agustín Díaz de Mera, el ex director de la Policía Nacional, en su comparecencia ante la Comisión- son los mismos altos cargos policiales que incurrieron en contradicciones y se negaron a contestar alguna pregunta cuando comparecieron ante los comisionados.
Díaz de Mera acusó a los policías, sin citar sus nombres, de «desleales» con el anterior Gobierno por pasar información al PSOE «en coincidencia temporal con el día 11 de marzo».
Según la versión periodística, esos «desleales» serían Telesforo Rubio, comisario general de Información, y Miguel Angel Santano, comisario general de Policía Científica. Ambos fueron ascendidos tras la llegada de José Antonio Alonso al Ministerio del Interior.Rubio pasó de la comisaria de Chamartín a la jefatura de la Comisaría General de Información, el departamento policial encargado de la lucha antiterrorista. Santano fue ascendido del puesto de comisario provincial de Policía Científica a jefe de la Comisaría General de Policía Científica.
Díaz de Mera manifestó durante su comparecencia que, posiblemente, una de las motivaciones que llevaron a los «desleales» a traicionar a sus superiores fue «hacer méritos y situarse en un futuro».
El ex director indicó que la actitud de esos policías se tradujo en «la falsedad» y en la manipulación de testigos, como el portero de Alcalá de Henares, quien aseguró ante los comisionados que los detonadores y la cinta con versos coránicos fueron hallados en el lugar donde se localizó la furgoneta.
Según las mismas fuentes policiales, los comisarios Rubio y Santano llegaron a sus respectivos cargos con una hoja de servicio «gris y pobre».
El comisario Telesforo Rubio, como él mismo reconoció ante la Comisión, carece de experiencia en la lucha antiterrorista, pero aun así ha sido situado al frente de la Comisaría General de Información. Sus subordinados destacan de él su condición de «trabajador y metódico», pero le achacan un total desconocimiento de ETA o de los grupos terroristas islamistas.
En la hoja de servicio de Rubio figuran sus destinos en el departamento de Personal de la policía y en la jefatura de las comisarías de Soria, de Alcorcón y de los distritos de San Blas, Centro y Chamartín de Madrid. De la comisaría de Chamartín, desde donde según el PP se filtró información al PSOE, pegó el salto a su actual cargo.
El PSOE niega cualquier relación espuria con los altos mandos policiales y se queja, según un portavoz, de «esa estrategia absurda de poner en marcha el ventilador de las mentiras y las insidias».
Durante su comparecencia ante la Comisión del 11-M, el comisario Rubio se negó a contestar la pregunta sobre si se había reunido en la sede socialista de Gobelas con dirigentes de ese partido para preparar su intervención. Rubio fue arropado por los portavoces de los demás grupos políticos, quienes rechazaron la pregunta por atentar contra sus derechos fundamentales. La realidad era que Rubio sí había estado en Gobelas el 28 de junio, como aseguraron a este diario fuentes policiales.
Rubio, quien admitió ante los comisionados que no se estaba investigando una posible conexión de ETA con el 11-M ni tampoco a los confidentes, formó parte de un grupo de expertos que asesoró a Rodríguez Zapatero en la elaboración del programa socialista en materia de seguridad.Se da la circunstancia de que las esposas de Rubio y Zapatero son amigas íntimas.
El comisario Santano, por su parte, desveló durante su comparecencia un dato envenenado, contrario a las tesis del PP, que luego resultó no ser veraz. Dijo que los agentes de la Comisaría de Policía Científica entregaron a primera hora de la mañana del jueves 12 de marzo la tarjeta del teléfono móvil de la mochila a un funcionario de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) para que la depositara en esa unidad.
¿Qué importancia tenía ese dato que parecía inocuo? Mucha. Y así lo hicieron ver los portavoces de varios grupos: si la tarjeta se remitía a la UCIE, la unidad responsable de las investigaciones sobre el terrorismo internacional e islamista, se debía a que los hombres de Mariano Rayón ya investigaban a esa hora la pista fundamentalista.
Sin embargo, los hechos se habían producido de manera muy distinta.La tarjeta fue retirada, efectivamente, por un policía de la UCIE, pero éste sólo hizo de mensajero, ya que se la entregó en mano a Jesús de la Morena, quien entonces era el Comisario General de Información. Y, como el propio comisario reconoció ante la Comisión, la tarjeta fue entregada para su inspección a la UCAO, la Unidad Central de Apoyo Operativo.
Durante su comparecencia, Díaz de Mera contestó al diputado de CiU, Jordi Jané, que no tenía interés en profundizar sobre el asunto de los policías «desleales», pero aclaró: «Quizá si me pregunta el PSOE podamos profundizar».
Pero cuando le llegó el turno al portavoz del PSOE, el diputado de Córdoba, Juan Luis Rascón, quien ha demostrado un gran nivel a lo largo de la Comisión, dejó pasar la oportunidad y prefirió olvidarse de los «desleales».
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