Los documentos desclasificados de la policía y la pista etarra
22-07-04
11-M / LA INVESTIGACION
Los documentos desclasificados de la policía y la pista etarra
11-M / LA INVESTIGACION
Los documentos desclasificados de la policía y la pista etarra
Algunas de las notas policiales desclasificadas por el Gobierno, y en poder de los grupos de la Comisión, demuestran que hasta la tarde del viernes 12 de marzo los agentes de la seguridad del Estado seguían emitiendo información sobre miembros de un comando etarra que podían haber participado en el atentado, según los testimonios de varios testigos.
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El grupo provincial de Información de la Jefatura Superior de Policía de Madrid remitió ese día, a las 17.50 horas, a la Comisaría General de Información, una nota sobre «reconocimiento de un presunto miembro de ETA». El texto afirmaba lo siguiente: «Con motivo del atentado en el día de ayer en Madrid, en los trenes de Cercanías, en la mañana de hoy se han recibido varias llamadas telefónicas en esta Comisaría, en las cuales diversas personas coinciden en haber visto en distintos lugares al miembro de ETA (nombre borrado), llegando uno de los comunicantes a manifestar que al mismo le ha visto a unos 10 metros aproximadamente, cuando se encontraba en el interior del vehículo».
El informe señala asimismo que «otros dos informantes han coincidido igualmente en reconocer o haber visto al referido en la calle (nombre borrado) de esta ciudad 'cerca de la estación de Renfe y de autobuses', añadiendo como dato que vestía un chándal de color verde y una cazadora de color parecido».
La nota policial señala que otro de los comunicantes «observó a dos individuos, que pudieran ser los miembros de ETA, uno el referido anteriormente y el otro no puede afirmar con seguridad, si pudiera tratarse (nombre borrado)».
Cuando se producía esta comunicación, los agentes de la Comisaría de la Policía Científica estaban inspeccionando la furgoneta Renault Kangoo en las instalaciones de Canillas, donde encontraron los detonantes, los restos de explosivos y la cinta con los versos coránicos.
Para un ex alto cargo policial, estos documentos vienen a confirmar que ni Pedro Díaz-Pintado ni Jesús de la Morena mintieron cuando afirmaron que la prueba definitiva para fijar la pista islamista fue la tarjeta telefónica encontrada en una mochila, que llevó a los agentes al locutorio de Lavapiés y propició las primeras detenciones.
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El grupo provincial de Información de la Jefatura Superior de Policía de Madrid remitió ese día, a las 17.50 horas, a la Comisaría General de Información, una nota sobre «reconocimiento de un presunto miembro de ETA». El texto afirmaba lo siguiente: «Con motivo del atentado en el día de ayer en Madrid, en los trenes de Cercanías, en la mañana de hoy se han recibido varias llamadas telefónicas en esta Comisaría, en las cuales diversas personas coinciden en haber visto en distintos lugares al miembro de ETA (nombre borrado), llegando uno de los comunicantes a manifestar que al mismo le ha visto a unos 10 metros aproximadamente, cuando se encontraba en el interior del vehículo».
El informe señala asimismo que «otros dos informantes han coincidido igualmente en reconocer o haber visto al referido en la calle (nombre borrado) de esta ciudad 'cerca de la estación de Renfe y de autobuses', añadiendo como dato que vestía un chándal de color verde y una cazadora de color parecido».
La nota policial señala que otro de los comunicantes «observó a dos individuos, que pudieran ser los miembros de ETA, uno el referido anteriormente y el otro no puede afirmar con seguridad, si pudiera tratarse (nombre borrado)».
Cuando se producía esta comunicación, los agentes de la Comisaría de la Policía Científica estaban inspeccionando la furgoneta Renault Kangoo en las instalaciones de Canillas, donde encontraron los detonantes, los restos de explosivos y la cinta con los versos coránicos.
Para un ex alto cargo policial, estos documentos vienen a confirmar que ni Pedro Díaz-Pintado ni Jesús de la Morena mintieron cuando afirmaron que la prueba definitiva para fijar la pista islamista fue la tarjeta telefónica encontrada en una mochila, que llevó a los agentes al locutorio de Lavapiés y propició las primeras detenciones.
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