La Policía descubrió otro coche del 11-M pero perdió parte de las pruebas
24-07-04
11-M / LA INVESTIGACION
La Policía descubrió otro coche del 11-M pero perdió parte de las pruebas
11-M / LA INVESTIGACION
La Policía descubrió otro coche del 11-M pero perdió parte de las pruebas
El 13-J una vecina de Alcalá de Henares denunció que, a unos 30 metros de donde fue hallada la furgoneta, había un Ford que llevaba tres meses abandonado / La Policía comprobó que era un coche de alquiler robado y, sin relacionarlo con los atentados, avisó a la empresa Hertz para que acudiera a recogerlo / Después de que el coche fuera lavado, borrándose así todas las huellas, se descubrió en una maleta ropa con restos de ADN de dos de los suicidas de Leganés
ANTONIO RUBIO
MADRID.- El mismo día que los españoles se acercaban a las urnas para elegir a sus candidatos al Parlamento Europeo, el 13-J, la Policía localizó junto a la estación de tren de Alcalá un segundo vehículo que había sido utilizado por los terroristas islamistas para transportar las mochilas-bomba que después colocaron en los trenes de la muerte.
(.../...)
El coche, de la marca Ford, estaba a tan sólo 30 metros de la furgoneta Renault Kangoo donde la Policía, tras los atentados del 11-M, localizó en su interior una cinta de audio con versículos del Corán y siete detonadores como los que los terroristas del comando Lavapiés habían colocado en las mochilas-bomba.
En este segundo vehículo los agentes encontraron una maleta con cartucheras de pistolas y ropa. La Policía Científica extrajo el ADN de las prendas más personales y tras su análisis comprobó que esas prendas pertenecían a dos de los terroristas que se inmolaron en Leganés el 3 de abril.
El hallazgo de este segundo vehículo ha sido producto de una denuncia policial realizada por una vecina de la zona, que observó que el vehículo Ford, que estaba estacionado en la calle del Infantado de Alcalá de Henares, llevaba allí más de tres meses y que no tenía ninguna actividad. La mujer comunicó el hecho a un policía de la zona y éste dio el aviso correspondiente.
Tras la denuncia, la policía pudo comprobar que el vehículo pertenecía a la compañía de alquiler Hertz y que había sido robado en Benidorm (Alicante) en septiembre de 2003 (seis meses antes de los atentados del 11-M) a un súbdito francés. Se da la circunstancia de que este vehículo tenía varias denuncias en Madrid por aparcamiento indebido y que la mayoría de ellas correspondían a la zona de la mezquita de la M-30, siempre en fechas anteriores al 11-M.
El vehículo de apoyo de los terroristas, que sirvió para transportar las mochilas bomba, fue retirado de Alcalá de Henares por la compañía Hertz el mismo día 13 de junio, sin que con anterioridad la policía hubiera hecho un reconocimiento de su interior. La localización de la maleta, las cartucheras (tipo policial) y los objetos personales de los terroristas se produjo después de que los empleados de la compañía de alquiler comenzaran a limpiar, lavar y preparar el vehículo para incorporarlo de nuevo a su flota. En ese momento, se dieron cuenta que en el maletero del Ford había una maleta y que en su interior estaban todos los objetos descritos anteriormente.
Tras lavar y limpiar el vehículo, muchas de las pruebas que los terroristas habían dejado en su interior fueron anuladas, borradas o inutilizadas. Eso conllevó a que la Policía Científica no pudiera aportar nueva información sobre los terroristas que utilizaron el Ford y se hayan tenido que limitar a los análisis de ADN.
No ocurrió lo mismo con la furgoneta Renault Kangoo, donde se encontraron los detonadores y la cinta con versículos del Corán, de donde los científicos de la policía lograron sacar 55 huellas dactilares -40 entre los objetos recogidos y 15 en el interior y exterior del vehículo-, aunque después sólo resultaron útiles para la investigación 26 de ellas, ya que el resto pertenecían al propietario de la furgoneta o no eran completas. Este trabajo sirvió para detectar que el argelino Daoud Ouhnane había formado parte del comando Lavapiés, que huyó hacia Francia por Navarra, y que después se cursara una orden internacional de busca y captura contra su persona.
Curiosamente, el portero de la calle del Infantado de Alcalá de Henares -que detectó a algunos de los terroristas que colocaron las bombas en los trenes de la muerte y que recientemente ha declarado en la Comisión parlamentaria del 11-M- no se había percatado de la presencia de este vehículo abandonado, que llevaba más de tres meses cerca de su lugar de trabajo.
Algunos análisis policiales apuntan a que las primeras mochilas bomba tuvieron que salir del vehículo Ford porque, precisamente, el portero de la calle del Infantado sólo detectó la presencia de los terroristas que estaban junto a la furgoneta Renault Kangoo.Es decir, que el resto del comando Lavapiés ya había llegado a la estación de tren.
Las investigaciones policiales sobre este segundo vehículo de los terroristas y cuyo informe fue entregado el pasado miércoles al juez Del Olmo, a través de la Secretaría de Estado de Interior, determina que varios miembros del comando Lavapiés durmieron la noche anterior a los sucesos en algún edificio de la zona.
Otra de las conclusiones recogidas en el informe policial, y que ya ha sido incorporado al sumario del 11-M, apunta la posibilidad de que los terroristas tuvieran infraestructura en Alcalá, y más concretamente en el barrio que está colindante a la estación.
Hay que recordar que, con posterioridad a los atentados, la policía reconoció que los terroristas islamistas montaron en los primeros días de marzo «una infraestructura de seguridad tanto en los alrededores de Madrid (Leganés) como en la zona de Andalucía (alquilaron un piso en Granada)».
Por ese motivo, la policía está realizando un exhaustivo trabajo de rastreo en la zona donde se encontró el segundo vehículo que los terroristas utilizaron para transportar las mochilas bomba desde el pueblo madrileño de Morata de Tajuña (donde las prepararon) hasta Alcalá de Henares (donde las utilizaron y accionaron).Y en esa zona de Alcalá, colindante con la estación del tren, se encuentra un bar y un locutorio telefónico regentado por musulmanes y árabes que está siendo objeto de investigación.
La policía está convencida, después del examen del vehículo, de que el comando Lavapiés durmió en la zona y que tenía infraestructura de apoyo en Alcalá de Henares. También especulan con la posibilidad de que las mochilas bomba permanecieron toda la noche anterior al 11-M repartidas entre los dos vehículos: la furgoneta Renault Kangoo y el Ford. Hay que recordar que los dos vehículos estaban estacionados en la calle del Infantado, junto a la verja del colegio Daoíz y Velarde.
Según ha podido saber la policía, el Ford de la compañía de alquiler Hertz fue robado en Benidorm en septiembre de 2003 a un súbdito francés que llevaba las llaves del vehículo en un bolso personal.La mayoría de los vehículos de alquiler lleva la numeración de la matrícula en el llavero que está junto a las llaves y, por este motivo, la cerradura del Ford no fue forzada en ningún momento y permanecía intacta cuando la compañía recuperó su coche.
EL MUNDO se puso ayer en contacto con Hertz, exactamente a las 17.45 horas, y la compañía de alquiler contestó que no podía dar ningún tipo de información hasta el próximo lunes por la mañana.
Curiosamente, la denuncia policial contra el vehículo Ford se produjo porque el espacio de aparcamiento que existe en la calle del Infantado es bastante reducido, y una vecina de uno de los edificios colindantes hacía tiempo que se quejaba porque su marido no podía aparcar cuando venía de trabajar.
ANTONIO RUBIO
MADRID.- El mismo día que los españoles se acercaban a las urnas para elegir a sus candidatos al Parlamento Europeo, el 13-J, la Policía localizó junto a la estación de tren de Alcalá un segundo vehículo que había sido utilizado por los terroristas islamistas para transportar las mochilas-bomba que después colocaron en los trenes de la muerte.
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El coche, de la marca Ford, estaba a tan sólo 30 metros de la furgoneta Renault Kangoo donde la Policía, tras los atentados del 11-M, localizó en su interior una cinta de audio con versículos del Corán y siete detonadores como los que los terroristas del comando Lavapiés habían colocado en las mochilas-bomba.
En este segundo vehículo los agentes encontraron una maleta con cartucheras de pistolas y ropa. La Policía Científica extrajo el ADN de las prendas más personales y tras su análisis comprobó que esas prendas pertenecían a dos de los terroristas que se inmolaron en Leganés el 3 de abril.
El hallazgo de este segundo vehículo ha sido producto de una denuncia policial realizada por una vecina de la zona, que observó que el vehículo Ford, que estaba estacionado en la calle del Infantado de Alcalá de Henares, llevaba allí más de tres meses y que no tenía ninguna actividad. La mujer comunicó el hecho a un policía de la zona y éste dio el aviso correspondiente.
Tras la denuncia, la policía pudo comprobar que el vehículo pertenecía a la compañía de alquiler Hertz y que había sido robado en Benidorm (Alicante) en septiembre de 2003 (seis meses antes de los atentados del 11-M) a un súbdito francés. Se da la circunstancia de que este vehículo tenía varias denuncias en Madrid por aparcamiento indebido y que la mayoría de ellas correspondían a la zona de la mezquita de la M-30, siempre en fechas anteriores al 11-M.
El vehículo de apoyo de los terroristas, que sirvió para transportar las mochilas bomba, fue retirado de Alcalá de Henares por la compañía Hertz el mismo día 13 de junio, sin que con anterioridad la policía hubiera hecho un reconocimiento de su interior. La localización de la maleta, las cartucheras (tipo policial) y los objetos personales de los terroristas se produjo después de que los empleados de la compañía de alquiler comenzaran a limpiar, lavar y preparar el vehículo para incorporarlo de nuevo a su flota. En ese momento, se dieron cuenta que en el maletero del Ford había una maleta y que en su interior estaban todos los objetos descritos anteriormente.
Tras lavar y limpiar el vehículo, muchas de las pruebas que los terroristas habían dejado en su interior fueron anuladas, borradas o inutilizadas. Eso conllevó a que la Policía Científica no pudiera aportar nueva información sobre los terroristas que utilizaron el Ford y se hayan tenido que limitar a los análisis de ADN.
No ocurrió lo mismo con la furgoneta Renault Kangoo, donde se encontraron los detonadores y la cinta con versículos del Corán, de donde los científicos de la policía lograron sacar 55 huellas dactilares -40 entre los objetos recogidos y 15 en el interior y exterior del vehículo-, aunque después sólo resultaron útiles para la investigación 26 de ellas, ya que el resto pertenecían al propietario de la furgoneta o no eran completas. Este trabajo sirvió para detectar que el argelino Daoud Ouhnane había formado parte del comando Lavapiés, que huyó hacia Francia por Navarra, y que después se cursara una orden internacional de busca y captura contra su persona.
Curiosamente, el portero de la calle del Infantado de Alcalá de Henares -que detectó a algunos de los terroristas que colocaron las bombas en los trenes de la muerte y que recientemente ha declarado en la Comisión parlamentaria del 11-M- no se había percatado de la presencia de este vehículo abandonado, que llevaba más de tres meses cerca de su lugar de trabajo.
Algunos análisis policiales apuntan a que las primeras mochilas bomba tuvieron que salir del vehículo Ford porque, precisamente, el portero de la calle del Infantado sólo detectó la presencia de los terroristas que estaban junto a la furgoneta Renault Kangoo.Es decir, que el resto del comando Lavapiés ya había llegado a la estación de tren.
Las investigaciones policiales sobre este segundo vehículo de los terroristas y cuyo informe fue entregado el pasado miércoles al juez Del Olmo, a través de la Secretaría de Estado de Interior, determina que varios miembros del comando Lavapiés durmieron la noche anterior a los sucesos en algún edificio de la zona.
Otra de las conclusiones recogidas en el informe policial, y que ya ha sido incorporado al sumario del 11-M, apunta la posibilidad de que los terroristas tuvieran infraestructura en Alcalá, y más concretamente en el barrio que está colindante a la estación.
Hay que recordar que, con posterioridad a los atentados, la policía reconoció que los terroristas islamistas montaron en los primeros días de marzo «una infraestructura de seguridad tanto en los alrededores de Madrid (Leganés) como en la zona de Andalucía (alquilaron un piso en Granada)».
Por ese motivo, la policía está realizando un exhaustivo trabajo de rastreo en la zona donde se encontró el segundo vehículo que los terroristas utilizaron para transportar las mochilas bomba desde el pueblo madrileño de Morata de Tajuña (donde las prepararon) hasta Alcalá de Henares (donde las utilizaron y accionaron).Y en esa zona de Alcalá, colindante con la estación del tren, se encuentra un bar y un locutorio telefónico regentado por musulmanes y árabes que está siendo objeto de investigación.
La policía está convencida, después del examen del vehículo, de que el comando Lavapiés durmió en la zona y que tenía infraestructura de apoyo en Alcalá de Henares. También especulan con la posibilidad de que las mochilas bomba permanecieron toda la noche anterior al 11-M repartidas entre los dos vehículos: la furgoneta Renault Kangoo y el Ford. Hay que recordar que los dos vehículos estaban estacionados en la calle del Infantado, junto a la verja del colegio Daoíz y Velarde.
Según ha podido saber la policía, el Ford de la compañía de alquiler Hertz fue robado en Benidorm en septiembre de 2003 a un súbdito francés que llevaba las llaves del vehículo en un bolso personal.La mayoría de los vehículos de alquiler lleva la numeración de la matrícula en el llavero que está junto a las llaves y, por este motivo, la cerradura del Ford no fue forzada en ningún momento y permanecía intacta cuando la compañía recuperó su coche.
EL MUNDO se puso ayer en contacto con Hertz, exactamente a las 17.45 horas, y la compañía de alquiler contestó que no podía dar ningún tipo de información hasta el próximo lunes por la mañana.
Curiosamente, la denuncia policial contra el vehículo Ford se produjo porque el espacio de aparcamiento que existe en la calle del Infantado es bastante reducido, y una vecina de uno de los edificios colindantes hacía tiempo que se quejaba porque su marido no podía aparcar cuando venía de trabajar.
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