Zouhier aclara que nunca habló con la UCO de ningún 'skin
22-07-04
11-M LA INVESTIGACION / LOS TESTIMONIOS
Zouhier aclara que nunca habló con la UCO de ningún 'skin'
El confidente marroquí desmiente a Félix Hernando en una carta que envió a EL MUNDO cuatro días antes de la intervención del coronel
ANTONIO RUBIO
11-M LA INVESTIGACION / LOS TESTIMONIOS
Zouhier aclara que nunca habló con la UCO de ningún 'skin'
El confidente marroquí desmiente a Félix Hernando en una carta que envió a EL MUNDO cuatro días antes de la intervención del coronel
ANTONIO RUBIO
MADRID- «De qué skin dicen que hemos hablado. Yo no hablé con la UCO de ningún skin». Estas dos frases pertenecen a una carta que Rafá Zouhier envió el pasado viernes 16 de julio a EL MUNDO.
Sorprendentemente, la misiva del marroquí es anterior a la intervención del coronel Félix Hernando en la Comisión del 11-M (20 de julio), donde el jefe de la Unidad Central Operativa esgrimió que el 12 de marzo, un día después de los atentados, sus hombres Rafa y Víctor estuvieron con Zouhier por diversas discotecas de Madrid buscando a un skin head de Barcelona.
Esta premonición de Zouhier sólo es comprensible si, en el transcurso de las dos visitas que los agentes de la Guardia Civil sostuvieron con el marroquí en la cárcel de Valdemoro durante el mes de abril, ya se trató éste y los otros temas que el coronel Hernando expuso en la Comisión para defender y justificar la actuación de sus agentes.
Zouhier analiza en su carta varios de los argumentos utilizados por el coronel Hernando para calificar al confidente de simple «chivato» y «mentiroso». Tras el tema de los skin head, Zouhier plantea, de entrada, el tema de los atentados, y contesta a Hernando: «Yo no soy un mentiroso, ni un chivato. Yo hice lo correcto, alertar a la UCO del peligro de Asturias. Dicen que yo no avisé de los atentados. Claro que no, pero sí avisé de los explosivos, y sin explosivos no hay atentados».
El marroquí va aún más lejos en su carta y aclara cómo, dónde y cuándo fueron sus avisos a los agentes de la UCO: «Avisé de los explosivos en Madrid, y aquí no hay playa, ni pescadores.Para qué querían vender explosivos los asturianos en Madrid.Aquí sólo hay una mafia de traficantes y delincuentes». Esta observación es a propósito de los comentarios del coronel Hernando sobre el tema de que en Asturias se «trapichea» con dinamita y que la utilizan los pescadores.
Zouhier reconoce en su escrito que, efectivamente, un día después de los atentados estuvo con los agentes Víctor y Rafa: «El día 12, que estuve con la UCO, guardé silencio porque no sabía nada (se refiere a los atentados). Yo no sospeché nada hasta que el 13 o el 14 de marzo me dice Toro (Antonio Toro, cuñado del ex minero Emilio Suárez Trashorras) que Emilio está preocupado y que cree que ha vendido a los moros de Carabanchel los explosivos».
La confesión de Toro
Es decir, que los agentes Rafa y Víctor estuvieron la noche del 12 de marzo con Zouhier para intentar saber algo sobre los atentados y no sobre los skin heads de Barcelona, como mantuvo el coronel Hernando en la Comisión: «De qué skin dicen que hemos hablado.Yo no hablé con la UCO de ningún skin, ni de Emilio. El que estaba conmigo era Toro, y yo controlaba a Toro, no a Emilio».
Zouhier explica cuál fue su reacción tras la confesión de Toro: «Fue allí cuando llamé a la UCO porque mis sospechas estaban allí, pero yo estaba seguro de que Emilio no pudo vender los explosivos porque, según la Guardia Civil, estaba todo controlado y ya sabíamos las minas».
El marroquí también puntualiza en su misiva que él nunca perdió el contacto con los agentes de la UCO y que solía verse con ellos con asiduidad: «Dicen que yo no avisé hasta el día 16 de marzo.Otra mentira. Yo los veo siempre dos o tres veces al mes. Si no, que comprueben las llamadas de Víctor y Rafa a mi teléfono».
Zouhier escribió estas notas el 16 de julio y, curiosamente, el coronel Hernando intentó justificar el pasado día 20 esa relación telefónica entre el confidente y los guardias civiles, argumentando que buscaban a un skin head catalán.
Rafá acaba su carta recordando que «a los cinco meses del primer aviso volví a avisar, porque Emilio y Toro ofrecían explosivos en Madrid».
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Rafá recuerda cómo fue captado de confidente
Zouhier, en plan adivino, adelanta en su misiva la relación que mantenía con sus «jefes» de la Unidad Central Operativa y cómo llegó hasta ellos: «Ahora dicen que no soy de fiar. ¡Coño! Yo trabajaba antes con la Guardia Civil de pueblos (se refiere a los pueblos madrileños de Las Rozas y Tres Cantos) y, porque era bueno y de fiar, la Guardia Civil de elite (ese es el término que utilizaban los agentes de la UCO entre los confidentes para diferenciarse de sus compañeros de otras comandancias) me pidieron.Porque era el mejor, porque me atrevo con todo».
El confidente marroquí, incluso, aclara los términos en que se llevaron a cabo otras operaciones, como la denominada Hierro y Merlín: «Me atrevo con todo porque sé que estoy cubierto por ellos (la UCO). Hasta entrar en la cárcel para ayudarles. Quiero que le pregunten (a la UCO) cómo han detenido a los que estaban en Asturias robando joyerías (operación Merlín)».
Zouhier cuenta cómo fue aquella operación: «Yo sabía que mi teléfono estaba pinchado y llamé a un taxi para decir dónde estábamos, y se presentaron ellos (la UCO), porque yo avisé por teléfono».
Sorprendentemente, la misiva del marroquí es anterior a la intervención del coronel Félix Hernando en la Comisión del 11-M (20 de julio), donde el jefe de la Unidad Central Operativa esgrimió que el 12 de marzo, un día después de los atentados, sus hombres Rafa y Víctor estuvieron con Zouhier por diversas discotecas de Madrid buscando a un skin head de Barcelona.
Esta premonición de Zouhier sólo es comprensible si, en el transcurso de las dos visitas que los agentes de la Guardia Civil sostuvieron con el marroquí en la cárcel de Valdemoro durante el mes de abril, ya se trató éste y los otros temas que el coronel Hernando expuso en la Comisión para defender y justificar la actuación de sus agentes.
Zouhier analiza en su carta varios de los argumentos utilizados por el coronel Hernando para calificar al confidente de simple «chivato» y «mentiroso». Tras el tema de los skin head, Zouhier plantea, de entrada, el tema de los atentados, y contesta a Hernando: «Yo no soy un mentiroso, ni un chivato. Yo hice lo correcto, alertar a la UCO del peligro de Asturias. Dicen que yo no avisé de los atentados. Claro que no, pero sí avisé de los explosivos, y sin explosivos no hay atentados».
El marroquí va aún más lejos en su carta y aclara cómo, dónde y cuándo fueron sus avisos a los agentes de la UCO: «Avisé de los explosivos en Madrid, y aquí no hay playa, ni pescadores.Para qué querían vender explosivos los asturianos en Madrid.Aquí sólo hay una mafia de traficantes y delincuentes». Esta observación es a propósito de los comentarios del coronel Hernando sobre el tema de que en Asturias se «trapichea» con dinamita y que la utilizan los pescadores.
Zouhier reconoce en su escrito que, efectivamente, un día después de los atentados estuvo con los agentes Víctor y Rafa: «El día 12, que estuve con la UCO, guardé silencio porque no sabía nada (se refiere a los atentados). Yo no sospeché nada hasta que el 13 o el 14 de marzo me dice Toro (Antonio Toro, cuñado del ex minero Emilio Suárez Trashorras) que Emilio está preocupado y que cree que ha vendido a los moros de Carabanchel los explosivos».
La confesión de Toro
Es decir, que los agentes Rafa y Víctor estuvieron la noche del 12 de marzo con Zouhier para intentar saber algo sobre los atentados y no sobre los skin heads de Barcelona, como mantuvo el coronel Hernando en la Comisión: «De qué skin dicen que hemos hablado.Yo no hablé con la UCO de ningún skin, ni de Emilio. El que estaba conmigo era Toro, y yo controlaba a Toro, no a Emilio».
Zouhier explica cuál fue su reacción tras la confesión de Toro: «Fue allí cuando llamé a la UCO porque mis sospechas estaban allí, pero yo estaba seguro de que Emilio no pudo vender los explosivos porque, según la Guardia Civil, estaba todo controlado y ya sabíamos las minas».
El marroquí también puntualiza en su misiva que él nunca perdió el contacto con los agentes de la UCO y que solía verse con ellos con asiduidad: «Dicen que yo no avisé hasta el día 16 de marzo.Otra mentira. Yo los veo siempre dos o tres veces al mes. Si no, que comprueben las llamadas de Víctor y Rafa a mi teléfono».
Zouhier escribió estas notas el 16 de julio y, curiosamente, el coronel Hernando intentó justificar el pasado día 20 esa relación telefónica entre el confidente y los guardias civiles, argumentando que buscaban a un skin head catalán.
Rafá acaba su carta recordando que «a los cinco meses del primer aviso volví a avisar, porque Emilio y Toro ofrecían explosivos en Madrid».
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Rafá recuerda cómo fue captado de confidente
Zouhier, en plan adivino, adelanta en su misiva la relación que mantenía con sus «jefes» de la Unidad Central Operativa y cómo llegó hasta ellos: «Ahora dicen que no soy de fiar. ¡Coño! Yo trabajaba antes con la Guardia Civil de pueblos (se refiere a los pueblos madrileños de Las Rozas y Tres Cantos) y, porque era bueno y de fiar, la Guardia Civil de elite (ese es el término que utilizaban los agentes de la UCO entre los confidentes para diferenciarse de sus compañeros de otras comandancias) me pidieron.Porque era el mejor, porque me atrevo con todo».
El confidente marroquí, incluso, aclara los términos en que se llevaron a cabo otras operaciones, como la denominada Hierro y Merlín: «Me atrevo con todo porque sé que estoy cubierto por ellos (la UCO). Hasta entrar en la cárcel para ayudarles. Quiero que le pregunten (a la UCO) cómo han detenido a los que estaban en Asturias robando joyerías (operación Merlín)».
Zouhier cuenta cómo fue aquella operación: «Yo sabía que mi teléfono estaba pinchado y llamé a un taxi para decir dónde estábamos, y se presentaron ellos (la UCO), porque yo avisé por teléfono».
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