«Es una persona tolerante, no odia a nadie»
20-02-07
JUICIO POR UNA MASACRE / Los acusados
«Es una persona tolerante, no odia a nadie»
La familia de 'El Egipcio', presunto autor intelectual del 11-M, atribuye su detención a un error policial o a una venganza de su ex esposa
SUSANA SAMHAN. Especial para EL MUNDO
EL AZIZIA (EGIPTO).- Consideran que su hermano ha sido víctima de un error fatal o de una venganza de su ex esposa. Para la familia de Rabei Osman el Sayed Ahmed, conocido como Mohamed El Egipcio (El Azizia, 1971), fue una sorpresa que lo detuvieran como presunto autor intelectual del 11-M. «Rabei no odia a nadie, es una persona tranquila y tolerante y todo el mundo en el pueblo lo quiere», asegura El Sayed Osman, el primogénito y cabeza de familia, en su casa de El Azizia, una pequeña localidad agrícola situada a dos horas de El Cairo.
Rabei es el segundo de siete hermanos, cuatro chicos y tres chicas, que se criaron en este municipio de 5.000 habitantes. Todos viven en el pueblo menos Rabei y el benjamín, Ahmad, que reside cerca de Luxor. En el hogar familiar convive la madre del supuesto terrorista, Zeinab Waly, con las familias de sus hijos El Sayed y Mohamed. En total, 11 personas en una casa humilde. No ven a Rabei desde 1999, pero él les llama por teléfono cada dos meses.
(.../...)
Zeinab Waly mira al suelo y llora cuando se acuerda de Rabei, detenido en Italia en junio de 2004. Sale un momento de la sala de estar para volver con una foto de su hijo que guarda con devoción. El padre, Othmane el Sayed Ahmed, se enteró del arresto por televisión y quedó tan impresionado que falleció un par de meses después. «Fue un gran shock para él, no podía creer lo que estaba pasando», lamenta El Sayed.
Según el hermano mayor, la Policía italiana confundió a Rabei con otros compatriotas suyos que habían vivido anteriormente en su piso. «Colaboradores egipcios de la Policía italiana informaron de otros egipcios que estaban viviendo en la casa donde estaba Rabei. Sin embargo, ellos se marcharon antes y detuvieron a nuestro hermano por equivocación».
Conversación telefónica
«Ésa no era la voz de mi hermano», responde tajante cuando se le pregunta por la conversación telefónica por la que las autoridades italianas detuvieron a Rabei y en la que confesaba ser autor de los atentados.
Junto a El Sayed, que trabaja como profesor de árabe en la escuela, se encuentra Mohamed, conductor de profesión que guarda gran parecido con Rabei. Asiente con la cabeza a todo lo que dice el primogénito sin abrir la boca.
También culpan a Rafika, la ex esposa de Rabei, una tunecina a la que conoció durante su estancia en España y con la que se casó en 2002: «Tuvieron desavenencias en su matrimonio y ella dijo que le crearía problemas».
Cuenta El Sayed que las discusiones en la pareja comenzaron a los cuatro meses de la boda. En vista de que iban aumentando, Rabei decidió divorciarse. Tras la separación, la familia le buscó otra mujer en el pueblo. «Pero cuando Rafika se enteró, se puso furiosa y amenazó a Rabei». Están convencidos de que ella tiene algo que ver con todos los males de su hermano.
«De pequeño, él no era nada travieso y sí bastante tranquilo y calmado», recuerda el hermano mayor. «Además, era guapo, como los extranjeros», añade.
Rabei completó sus estudios de Secundaria y obtuvo un diploma en electrónica, arreglo y reparación de electrodomésticos. Más tarde, trabajó con su padre, que tenía un camión, transportando material de construcción hasta que entró en el Ejército a los 20 años para hacer el servicio militar. En junio de 1999, decidió irse a Europa «para mejorar la calidad de vida de sus familiares».
Son una familia sencilla, musulmana pero «en absoluto radical». El Sayed asegura que su hermano tampoco es un «musulmán estricto» y que nunca ha estado en Afganistán: «Fuera de Egipto sólo ha viajado a Europa». «Él nunca perteneció a ningún grupo extremista musulmán, tenía una vida completamente normal», señala.
El Sayed añade que Rabei hace cosas que un musulmán estricto no debería hacer, como fumar tabaco. «E incluso tuvo un escarceo amoroso con una joven del pueblo», dice con una sonrisa pícara. «Nosotros condenamos el terrorismo dondequiera que ocurra, y creemos que los que cometieron el atentado de Madrid no eran musulmanes; de hecho, no tienen ni idea de lo que es el verdadero islam».
El hermano mayor acusa a José Luis Rodríguez Zapatero de haber echado la culpa a su religión cuando previamente el anterior jefe del Ejecutivo, José María Aznar, había dicho que era responsabilidad de ETA, aunque inmediatamente se desdice y comienza a mezclar los nombres de ambos políticos.
Cuando se les plantea la posibilidad de que su hermano haya podido cambiar durante su estancia en Europa y que no sea el mismo de antes, El Sayed se muestra rotundo: «Él sigue siendo la misma persona tranquila de siempre».
Están «un 100% seguros» de la inocencia de su hermano: «Él no tiene ninguna relación con lo que pasó en Madrid y confiamos en la Justicia de Europa y, sobre todo, de España».
SUSANA SAMHAN. Especial para EL MUNDO
EL AZIZIA (EGIPTO).- Consideran que su hermano ha sido víctima de un error fatal o de una venganza de su ex esposa. Para la familia de Rabei Osman el Sayed Ahmed, conocido como Mohamed El Egipcio (El Azizia, 1971), fue una sorpresa que lo detuvieran como presunto autor intelectual del 11-M. «Rabei no odia a nadie, es una persona tranquila y tolerante y todo el mundo en el pueblo lo quiere», asegura El Sayed Osman, el primogénito y cabeza de familia, en su casa de El Azizia, una pequeña localidad agrícola situada a dos horas de El Cairo.
Rabei es el segundo de siete hermanos, cuatro chicos y tres chicas, que se criaron en este municipio de 5.000 habitantes. Todos viven en el pueblo menos Rabei y el benjamín, Ahmad, que reside cerca de Luxor. En el hogar familiar convive la madre del supuesto terrorista, Zeinab Waly, con las familias de sus hijos El Sayed y Mohamed. En total, 11 personas en una casa humilde. No ven a Rabei desde 1999, pero él les llama por teléfono cada dos meses.
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Zeinab Waly mira al suelo y llora cuando se acuerda de Rabei, detenido en Italia en junio de 2004. Sale un momento de la sala de estar para volver con una foto de su hijo que guarda con devoción. El padre, Othmane el Sayed Ahmed, se enteró del arresto por televisión y quedó tan impresionado que falleció un par de meses después. «Fue un gran shock para él, no podía creer lo que estaba pasando», lamenta El Sayed.
Según el hermano mayor, la Policía italiana confundió a Rabei con otros compatriotas suyos que habían vivido anteriormente en su piso. «Colaboradores egipcios de la Policía italiana informaron de otros egipcios que estaban viviendo en la casa donde estaba Rabei. Sin embargo, ellos se marcharon antes y detuvieron a nuestro hermano por equivocación».
Conversación telefónica
«Ésa no era la voz de mi hermano», responde tajante cuando se le pregunta por la conversación telefónica por la que las autoridades italianas detuvieron a Rabei y en la que confesaba ser autor de los atentados.
Junto a El Sayed, que trabaja como profesor de árabe en la escuela, se encuentra Mohamed, conductor de profesión que guarda gran parecido con Rabei. Asiente con la cabeza a todo lo que dice el primogénito sin abrir la boca.
También culpan a Rafika, la ex esposa de Rabei, una tunecina a la que conoció durante su estancia en España y con la que se casó en 2002: «Tuvieron desavenencias en su matrimonio y ella dijo que le crearía problemas».
Cuenta El Sayed que las discusiones en la pareja comenzaron a los cuatro meses de la boda. En vista de que iban aumentando, Rabei decidió divorciarse. Tras la separación, la familia le buscó otra mujer en el pueblo. «Pero cuando Rafika se enteró, se puso furiosa y amenazó a Rabei». Están convencidos de que ella tiene algo que ver con todos los males de su hermano.
«De pequeño, él no era nada travieso y sí bastante tranquilo y calmado», recuerda el hermano mayor. «Además, era guapo, como los extranjeros», añade.
Rabei completó sus estudios de Secundaria y obtuvo un diploma en electrónica, arreglo y reparación de electrodomésticos. Más tarde, trabajó con su padre, que tenía un camión, transportando material de construcción hasta que entró en el Ejército a los 20 años para hacer el servicio militar. En junio de 1999, decidió irse a Europa «para mejorar la calidad de vida de sus familiares».
Son una familia sencilla, musulmana pero «en absoluto radical». El Sayed asegura que su hermano tampoco es un «musulmán estricto» y que nunca ha estado en Afganistán: «Fuera de Egipto sólo ha viajado a Europa». «Él nunca perteneció a ningún grupo extremista musulmán, tenía una vida completamente normal», señala.
El Sayed añade que Rabei hace cosas que un musulmán estricto no debería hacer, como fumar tabaco. «E incluso tuvo un escarceo amoroso con una joven del pueblo», dice con una sonrisa pícara. «Nosotros condenamos el terrorismo dondequiera que ocurra, y creemos que los que cometieron el atentado de Madrid no eran musulmanes; de hecho, no tienen ni idea de lo que es el verdadero islam».
El hermano mayor acusa a José Luis Rodríguez Zapatero de haber echado la culpa a su religión cuando previamente el anterior jefe del Ejecutivo, José María Aznar, había dicho que era responsabilidad de ETA, aunque inmediatamente se desdice y comienza a mezclar los nombres de ambos políticos.
Cuando se les plantea la posibilidad de que su hermano haya podido cambiar durante su estancia en Europa y que no sea el mismo de antes, El Sayed se muestra rotundo: «Él sigue siendo la misma persona tranquila de siempre».
Están «un 100% seguros» de la inocencia de su hermano: «Él no tiene ninguna relación con lo que pasó en Madrid y confiamos en la Justicia de Europa y, sobre todo, de España».
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