Transaccional: ¿ni ETA, ni los acusados?
18-02-07
ASI LO CUENTAN
Transaccional: ¿ni ETA, ni los acusados?
VICTOR DE LA SERNA
ASI LO CUENTAN
Transaccional: ¿ni ETA, ni los acusados?
VICTOR DE LA SERNA
A El País y a La Vanguardia no les preocupa tanto si en el juicio de Madrid se avanza o no hacia la demostración de que uno, varios o todos los acusados en el 11-M son efectivamente culpables como, al parecer, que nieguen cualquier relación con ETA. Fracasa el primer intento de vincular a ETA con el 11-M en la vista oral, titulaba ayer en portada el primero; Un acusado del 11-M ridiculiza la teoría que implica a ETA, hacía lo propio el diario catalán. Se refería a Hasan El Haski, el islamista en cuya casa se encontró ácido bórico, según el cual no podía haber tenido ninguna relación con ETA porque «ni siquiera hablo español».
Es curiosa esa obsesión frente a quienes exigen que se despejen incógnitas y pruebas falsas o insuficientes y se llegue a la verdad sobre los responsables de la matanza y, por ende, a su castigo. Lo de ETA no es sino una sospecha más entre muchas. Pero no es sospecha que desde Interior se ha estado metódicamente pesiguiendo y suprimiendo cualquier mención de ETA, como en el informe sobre el famoso «medicamento para cucarachas» de El Haski. No es noticia que uno tras otro los acusados intenten exculparse a sí mismos de todo. ¡Lo inesperado sería lo contrario! Pero lo que también es un hecho es lo que EL MUNDO resaltaba ayer: en su primer escarceo, Jamal Zougam, el único acusado como autor material de los atentados del 11-M, «rebate las acusaciones y la fiscal no logra ponerle en apuros». Y que, sí, estamos al inicio del juicio, pero la media hora de insulso interrogatorio por parte de Olga Sánchez poco o nada ha hecho por ratificar su culpabilidad...
Eso sí, algunos debimos ver dos testimonios diferentes, porque la Cadena Ser recalcaba el viernes que Jamal Zougam declaró «muy nervioso y secándose el sudor constantemente» ante el juez, mientras que para EL MUNDO el marroquí «aceptó responder a todas las preguntas con buenas dosis de seguridad y aplomo pese a que su comparecencia no estaba prevista para ayer». La Razón cree ver una contradicción en las palabras de Zougam, y eso le suministra un gran titular en primera, pero este diario es el único que cree haber oído al marroquí decir primero que no supo de los atentados hasta llegar a su trabajo y, luego, que ya se había enterado en casa por la televisión. (Y es que, de hecho, no dijo haber salido sin haberse enterado). En la tertulia de Hora 25 (Ser), por su parte, lamentaban que los revisionistas de infame calaña sigan rechazando la versión oficial, y se decían conformes con que se aclare la «verdad judicial», que no siempre es completa: por ejemplo, seguimos sin saber -aseguraban, sin cortarse un pelo- quién mató a Kennedy.
Y la CNN, espléndida: dice que lo negó todo hasta «el encapuchado que salió reivindicando la autoría». Adiós, presunción de inocencia...
Es curiosa esa obsesión frente a quienes exigen que se despejen incógnitas y pruebas falsas o insuficientes y se llegue a la verdad sobre los responsables de la matanza y, por ende, a su castigo. Lo de ETA no es sino una sospecha más entre muchas. Pero no es sospecha que desde Interior se ha estado metódicamente pesiguiendo y suprimiendo cualquier mención de ETA, como en el informe sobre el famoso «medicamento para cucarachas» de El Haski. No es noticia que uno tras otro los acusados intenten exculparse a sí mismos de todo. ¡Lo inesperado sería lo contrario! Pero lo que también es un hecho es lo que EL MUNDO resaltaba ayer: en su primer escarceo, Jamal Zougam, el único acusado como autor material de los atentados del 11-M, «rebate las acusaciones y la fiscal no logra ponerle en apuros». Y que, sí, estamos al inicio del juicio, pero la media hora de insulso interrogatorio por parte de Olga Sánchez poco o nada ha hecho por ratificar su culpabilidad...
Eso sí, algunos debimos ver dos testimonios diferentes, porque la Cadena Ser recalcaba el viernes que Jamal Zougam declaró «muy nervioso y secándose el sudor constantemente» ante el juez, mientras que para EL MUNDO el marroquí «aceptó responder a todas las preguntas con buenas dosis de seguridad y aplomo pese a que su comparecencia no estaba prevista para ayer». La Razón cree ver una contradicción en las palabras de Zougam, y eso le suministra un gran titular en primera, pero este diario es el único que cree haber oído al marroquí decir primero que no supo de los atentados hasta llegar a su trabajo y, luego, que ya se había enterado en casa por la televisión. (Y es que, de hecho, no dijo haber salido sin haberse enterado). En la tertulia de Hora 25 (Ser), por su parte, lamentaban que los revisionistas de infame calaña sigan rechazando la versión oficial, y se decían conformes con que se aclare la «verdad judicial», que no siempre es completa: por ejemplo, seguimos sin saber -aseguraban, sin cortarse un pelo- quién mató a Kennedy.
Y la CNN, espléndida: dice que lo negó todo hasta «el encapuchado que salió reivindicando la autoría». Adiós, presunción de inocencia...
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