Estaba cerrado el cuartelillo
11-04-07
EL BLOC DE
Estaba cerrado el cuartelillo
Luis del Pino
EL BLOC DE
Estaba cerrado el cuartelillo
Luis del Pino
El vecino. Hoy han declarado varios miembros de los GEO, que han confirmado todo lo que hemos ido publicando. Por ejemplo, que durante la inspección posterior a la explosión de Leganés se retiraron documentos sobre ETA, «porque pertenecían al vecino policía». Este episodio resulta muy curioso, jurídicamente hablando. ¿Nos están diciendo que se retiraron documentos del lugar de los hechos sin que el secretario judicial levantara acta de los mismos y utilizando simplemente la palabra de un funcionario policial: este documento es mío, éste no lo es. ¿Sería posible saber de qué otras cosas no se levantó acta?
Traductores. Uno de los geo ha dado otro dato muy revelador. Al preguntar una de las defensas por qué no habían solicitado un traductor para hablar con las personas que había dentro del piso, el geo ha respondido que él lo pidió, pero que un comisario de Información le contestó que no hacía falta, porque los que había dentro hablaban castellano. «¿Y cómo lo sabía ese comisario?», ha inquirido el abogado. Muy buena pregunta. Se supone que no se sabía quién estaba dentro del piso. ¿O sí se sabía?
La viuda. Pero lo más espectacular ha sido el testimonio de la mujer de El Chino, que ha destrozado a la Fiscalía desdiciéndose de casi todo lo que declaró ante el juez Del Olmo. Ahora dice que El Chino no era religioso, ni se radicalizó durante su estancia en Marruecos y que tampoco la llamó antes de la explosión de Leganés. Ha confirmado que El Chino le dijo a su hijo el 11-M que los de ETA se habían pasado, incluso ha confirmado que, ocho días después del atentado, ella y Jamal fueron hasta el cuartel de la Guardia Civil de Morata para preguntar por sus cabras desaparecidas. Pero el terrorista más buscado del país no pudo entrar en el cuartelillo porque, según la testigo, «no había nadie». Si no fuera todo tan trágico, toda esta tomadura de pelo de la versión oficial sería de risa.
Traductores. Uno de los geo ha dado otro dato muy revelador. Al preguntar una de las defensas por qué no habían solicitado un traductor para hablar con las personas que había dentro del piso, el geo ha respondido que él lo pidió, pero que un comisario de Información le contestó que no hacía falta, porque los que había dentro hablaban castellano. «¿Y cómo lo sabía ese comisario?», ha inquirido el abogado. Muy buena pregunta. Se supone que no se sabía quién estaba dentro del piso. ¿O sí se sabía?
La viuda. Pero lo más espectacular ha sido el testimonio de la mujer de El Chino, que ha destrozado a la Fiscalía desdiciéndose de casi todo lo que declaró ante el juez Del Olmo. Ahora dice que El Chino no era religioso, ni se radicalizó durante su estancia en Marruecos y que tampoco la llamó antes de la explosión de Leganés. Ha confirmado que El Chino le dijo a su hijo el 11-M que los de ETA se habían pasado, incluso ha confirmado que, ocho días después del atentado, ella y Jamal fueron hasta el cuartel de la Guardia Civil de Morata para preguntar por sus cabras desaparecidas. Pero el terrorista más buscado del país no pudo entrar en el cuartelillo porque, según la testigo, «no había nadie». Si no fuera todo tan trágico, toda esta tomadura de pelo de la versión oficial sería de risa.
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