El último 'comando Madrid' de ETA tenía un móvil preparado como los del 11-M

26-06-06



LA INVESTIGACION DEL 11-M / En el registro que hizo la Guardia Civil en 2002 en el piso de la banda se halló un teléfono manipulado para ser usado en una de sus bombas / El Gobierno niega que la banda haya utilizado este sistema

El último 'comando Madrid' de ETA tenía un móvil preparado como los del 11-M


La Guardia Civil encontró en mayo de 2002, en su piso de la calle de Piamonte, unas notas manuscritas en euskara en las que se explicaba cómo usar los teléfonos como temporizadores - También halló tres móviles, uno de los cuales tenía taladrada la carcasa y manipulado el vibrador del altavoz de forma idéntica al de la 'mochila de Vallecas' - Tanto en el informe de los Tedax al juez Del Olmo, como en una de las respuestas de Rubalcaba al PP, se sostiene que ETA siempre ha usado el móvil «como activador a distancia, no como temporizador»

CASIMIRO GARCIA-ABADILLO

MADRID. - El último comando de ETA detenido en Madrid, denominado Txirrita, hizo pruebas con teléfonos móviles para usarlos como temporizadores, igual que hicieron los terroristas del 11-M. La operación contra el comando tuvo lugar el 14 de mayo de 2002. En el registro que realizó la Guardia Civil en el piso alquilado por la banda en la calle de Piamonte, 27, de Madrid (muy cerca de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo), se localizaron (además de 96 kilos de clorato sódico y 14 kilos de azufre para fabricar cloratita; 88 kilos de dinamita Titadyn; 10 metros de cordón detonante; una bomba lapa; un subfusil; dos pistolas; 64 detonadores y numerosos temporizadores), tres móviles marca Alcatel modelo One Touch.

Uno de ellos estaba manipulado. Los etarras habían agujereado la carcasa de plástico, utilizando para ello un soldador. Además, en su interior, habían practicado dos soldaduras en el altavoz del aparato, lugar desde donde debían salir los dos cables que conectarían el teléfono con el detonador (el móvil que aparece en las fotografías es el que ya habían manipulado los terroristas para utilizarlo como temporizador y fue localizado por la Guardia Civil en el piso que había alquilado la banda en Madrid).


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ETA ya había utilizado anteriormente teléfonos móviles para realizar atentados, pero los había usado como radiomandos. Sin embargo, los miembros del Grupo Especial de Desactivación de Explosivos (Gedex) de la Guardia Civil localizaron en el piso de la calle Piamonte unas notas manuscritas en euskara en las que se describían las pruebas realizadas por el comando Txirrita para usar los móviles como temporizadores, tal y como hicieron los terroristas en el atentado del 11-M.

La diferencia entre ambas modalidades es sencilla de explicar, aunque, como veremos, tiene muchas implicaciones. Cuando el móvil se utiliza como radiomando, lo que pretende el terrorista es que se active la bomba tras el envío de una llamada. Eso requiere que la persona que va a activarla esté cerca del lugar en el que se encuentra el artefacto, porque de lo que se trata es de causar el máximo daño posible cuando el objetivo esté cerca del mismo. ETA los ha empleado siempre contra miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Si el móvil se usa como temporizador, no es necesario que el terrorista esté próximo a la bomba. Lo que se persigue es la activación de la misma sin interferencias (por ejemplo, las que pueden producir los inhibidores) a una hora determinada. En ese caso, lo que se programa es la alarma despertador (que actúa incluso estando apagado el móvil), que, al activarse, transmite la energía necesaria para hacer estallar el detonador. Así fue como los responsables del atentado de los trenes de Madrid utilizaron los teléfonos.

En el registro de la calle Piamonte, los miembros del Gedex encontraron también el diploma que certificaba el título de ingeniero electrónico de Balbino Saez Olarra, tercer miembro del comando Txirrita que, curiosamente, logró huir. Todo indica que las notas manuscritas habían sido obra del propio Saez Olarra.

Una vez localizado el piso donde la banda tenía su arsenal, acudieron al mismo, los Gedex y miembros del CNI y de los Grupos Especiales de la Guardia Civil (expertos en lucha antiterrorista que actúan en Francia), que fueron los que se hicieron cargo de las citadas notas manuscritas.

Según algunas fuentes, el juez instructor del caso, Guillermo Ruiz Polanco, hizo constar la existencia de las notas en el auto que incorporó al sumario abierto tras la detención de los otros dos miembros del comando Txirrita: Miguel Guillermo San Argimiro y Manuel Miner Villanueva.

Este último participó presuntamente, en el asesinato de los ertzainas Ana Isabel Aróstegui y Francisco Javier Mijancos (atentado en Beasain en noviembre de 2001).

Miner Villanueva había pertenecido, antes de integrarse en el comando de Madrid, al comando Gaua que, a finales de 2000, intentó colocar una bomba en el restaurante Zeppelin de Vitoria, cuando se celebraba una reunión de Nuevas Generaciones del PP. Los terroristas trataron de activar la bomba mediante un móvil. Hasta ahora, el Gobierno ha negado que ETA hubiera hecho uso de los teléfonos móviles como temporizadores.

El pasado abril, la Unidad Central de Desactivación de Explosivos de la Policía (dirigida por el comisario Sánchez Manzano) remitió un informe al juez Del Olmo en el que analizaba los tres atentados en los que ETA utilizó móviles (uno contra el cuartel de la Guardia Civivl en San Sebastián; otro contra la cúpula del PP en el cementerio de Zarauz y el último contra una garita del Puerto de Pasajes). Dicho documento concluye que ETA empleó los móviles de manera diferente a como lo hicieron los terroristas del 11-M. En opinión de Sánchez Manzano, los etarras siempre han usado el móvil para hacer estallar la carga mediante llamadas, lo cual es sólo parcialmente cierto. El responsable de los TEDAX omitió en su escrito al juez que ETA hizo pruebas para usarlos como temporizadores, como hizo el comando Txirrita y como puso de manifiesto, en el verano de 2003, un confidente de la policía francesa que estuvo en contacto con el ingeniero y responsable del aparato de electrónica de ETA, Tomás Elgorriaga Kunze.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en respuesta a las preguntas de la diputada del PP Alicia Castro, señaló: «El uso de teléfonos móviles por parte de la banda terrorista ETA, de los que se tiene conocimiento, ha sido como activador a distancia, no como temporizador».

Es sorprendente que ni el responsable de los TEDAX ni el ministro informasen al juez de que ETA no sólo sabía que los móviles podían emplearse como temporizadores, sino que, de hecho, había realizado pruebas para usarlos en sus acciones terroristas en Madrid.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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