¿Culpables? Esencialmente, la prensa
13-06-07
ASI LO CUENTAN
¿Culpables? Esencialmente, la prensa
VICTOR DE LA SERNA
ASI LO CUENTAN
¿Culpables? Esencialmente, la prensa
VICTOR DE LA SERNA
Ernesto Ekaizer, en su obsesión con la prensa conspiratoria, no parece ni darse cuenta de que el fiscal Zaragoza hizo el lunes un alegato atípico e irregular, dirigido no a demostrar la culpabilidad de los acusados en el juicio del 11-M sino a ajustar cuentas pendientes con esa misma prensa (lean: EL MUNDO y pocos más).
Así lo narra, extasiado, el columnista de 'El País': «'En palabras de Cicerón, no hay nada más hermoso que conocer la verdad, pero hay pocas cosas tan indignas como propagar la mentira intentando mostrarla como la verdad', dijo ayer el fiscal (...) a poco de comenzar su alegato -conclusiones finales de la Fiscalía-, que se podría equiparar, sin exagerar, con un auto de procesamiento virtual de los autores y promotores de la teoría de la conspiración. (...) El fiscal jefe de la Audiencia Nacional expuso descarnadamente la campaña desatada contra el proceso judicial como una campaña dirigida conscientemente contra la verdad. 'La única verdad', señaló Zaragoza».
(.../...)
Con amigos como Ekaizer, que ponen tan claramente de manifiesto el desvarío fiscal, ¿quién necesita enemigos como esta pesadísima prensa conspiratoria?
Los aplausos a Zaragoza se repiten en las caras de la noticia de 'El Periódico'. En 'ABC', Germán Yanke recalca la irritación del fiscal, pero no con los medios conspiratorios, sino con algunas acusaciones: «En la confrontación procesal es lógico que haya una parte que quiera plantear dudas razonables o desviar la atención, pero suele ser la defensa. En este proceso, y en este juicio, que algunos acusadores particulares se hayan apuntado a la participación de ETA en los atentados o, yendo más allá, a las sospechas sobre tramas de los servicios del Estado resulta un tanto escandaloso».
Frente al aplauso oficialista, en EL MUNDO aparecía una descalificación frontal del show del acusador público: «Su intervención, trufada de demagogia y afirmaciones sin fundamento, pareció más propia de un mitin político que de una vista judicial».
Y es interesante observar que sólo otro periódico de papel le dedicaba un editorial a Zaragoza: 'La Razón', que ha mantenido durante el juicio un discreto perfil. Bajo el título Conclusiones políticas de un fiscal, sentencia: «El informe del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, sobre el 11-M ha sufrido un proceso de contaminación similar a la de los posibles explosivos, en los que aparecen toda clase de rastros incompatibles entre sí. (...) La intoxicación es de naturaleza política, al punto de que se refiere a los autores de la matanza tanto como a aquellos que en el ejercicio de su libertad periodística o política han subrayado dudas en algunos casos más que razonables (...). Las conclusiones del fiscal parecen más dirigidas a la política que a determinar el grado de implicación de los encausados».
Así lo narra, extasiado, el columnista de 'El País': «'En palabras de Cicerón, no hay nada más hermoso que conocer la verdad, pero hay pocas cosas tan indignas como propagar la mentira intentando mostrarla como la verdad', dijo ayer el fiscal (...) a poco de comenzar su alegato -conclusiones finales de la Fiscalía-, que se podría equiparar, sin exagerar, con un auto de procesamiento virtual de los autores y promotores de la teoría de la conspiración. (...) El fiscal jefe de la Audiencia Nacional expuso descarnadamente la campaña desatada contra el proceso judicial como una campaña dirigida conscientemente contra la verdad. 'La única verdad', señaló Zaragoza».
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Con amigos como Ekaizer, que ponen tan claramente de manifiesto el desvarío fiscal, ¿quién necesita enemigos como esta pesadísima prensa conspiratoria?
Los aplausos a Zaragoza se repiten en las caras de la noticia de 'El Periódico'. En 'ABC', Germán Yanke recalca la irritación del fiscal, pero no con los medios conspiratorios, sino con algunas acusaciones: «En la confrontación procesal es lógico que haya una parte que quiera plantear dudas razonables o desviar la atención, pero suele ser la defensa. En este proceso, y en este juicio, que algunos acusadores particulares se hayan apuntado a la participación de ETA en los atentados o, yendo más allá, a las sospechas sobre tramas de los servicios del Estado resulta un tanto escandaloso».
Frente al aplauso oficialista, en EL MUNDO aparecía una descalificación frontal del show del acusador público: «Su intervención, trufada de demagogia y afirmaciones sin fundamento, pareció más propia de un mitin político que de una vista judicial».
Y es interesante observar que sólo otro periódico de papel le dedicaba un editorial a Zaragoza: 'La Razón', que ha mantenido durante el juicio un discreto perfil. Bajo el título Conclusiones políticas de un fiscal, sentencia: «El informe del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, sobre el 11-M ha sufrido un proceso de contaminación similar a la de los posibles explosivos, en los que aparecen toda clase de rastros incompatibles entre sí. (...) La intoxicación es de naturaleza política, al punto de que se refiere a los autores de la matanza tanto como a aquellos que en el ejercicio de su libertad periodística o política han subrayado dudas en algunos casos más que razonables (...). Las conclusiones del fiscal parecen más dirigidas a la política que a determinar el grado de implicación de los encausados».
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