Zapatero y todos los grupos escenifican la unidad contra ETA sin concretar nada
14-06-07
VUELTA A LAS ARMAS / El presidente del Gobierno ve a la banda «en un callejón sin salida» / Tras reunirse con los grupos, renuncia a proponer un nuevo acuerdo contra el terrorismo para mantener la unidad en lo esencial
Zapatero y todos los grupos escenifican la unidad contra ETA sin concretar nada
«ETA se ha metido en un callejón sin salida y responderemos con firmeza y determinación», asegura el presidente Renuncia a un nuevo pacto por escrito para «preservar» el consenso
FERNANDO GAREA
MADRID.- El mínimo común entre todos los partidos frente a ETA es el del rechazo radical de la violencia y, por tanto, hasta ahí llega el acuerdo contra el terrorismo escenificado ayer por José Luis Rodríguez Zapatero, tras reunirse con los portavoces parlamentarios.
El presidente del Gobierno renuncia a intentar promover un texto para mantener la unidad de todos, sin exclusión, en ese mínimo. «Es el tiempo de dialogar y preservar la unidad», aseguró anoche Zapatero.
(.../...)
No quiere recuperar el Pacto Antiterrorista con el PP para que no se sientan excluidos los demás grupos; tampoco quiere modificarlo para que no haya desacuerdo con los populares y no considera viable en este momento, al final de la legislatura, intentar redactar un texto como los anteriores que fueron llamados Pacto de Ajuria Enea y Pacto de Madrid.
Ni siquiera se plantea aprobar una moción tras el Debate sobre el Estado de la Nación del 4 de julio para recoger ese acuerdo de mínimos. Zapatero se queda con el respaldo de todos frente a los terroristas, sin mayor concreción ni planes concretos de lucha antiterrorista, al menos formulados de manera pública.
La interpretación evidente es que el presidente del Gobierno ha obtenido esta semana garantías de una respuesta unitaria a un previsible atentado de ETA antes de las Generales. Con la reunión del lunes en La Moncloa con Mariano Rajoy y ayer en el Congreso con el resto de portavoces -faltan CiU y EA, ausentes por viaje oficial- se visualiza a Zapatero con todos los partidos detrás, ante la amenaza de ETA. O, al menos, esa era su intención.
«ETA se ha metido en un callejón salida», aseguró Zapatero tras las reuniones y afirmó que, por eso, es el momento de que caiga sobre la organización terrorista «el peso de la ley».
En su comparecencia ante los medios mantuvo el tono de dureza de los últimos días, con expresiones como «firmeza, combate y determinación», dejando claro que la organización terrorista ha hecho imposible otra salida. Aseguró que su mensaje es de «unidad para combatir a ETA y, a los ciudadanos, de máxima seguridad y confianza».
«Vamos a hacer todo lo que dentro del Estado de Derecho esté en nuestras manos con máxima determinación, firmeza e inteligencia para combatirla», añadió.
Diálogo acabado
A todos los grupos les agradeció el apoyo y les comunicó que el tiempo del diálogo con ETA se ha acabado, que no sabe a ciencia cierta por dónde saldrá la organización terrorista, aunque se teme lo peor, y les reiteró que ahora se trata de aplicar medidas judiciales y policiales y que ya no hay diálogo posible.
Algunos de los portavoces, como Josu Erkoreka, del PNV, aseguran que son partidarios de una salida dialogada, pero que son conscientes de que «estamos muy lejos de esa posibilidad» por la posición que mantiene ETA y, por eso, no consideran posible abrir proceso alguno en mucho tiempo.
Esos grupos pidieron que no derogue la resolución de mayo de 2005 que permitía el diálogo con ETA si ésta mostraba su voluntad de abandonar la violencia. Zapatero explicó luego ante los periodistas que no es partidario de derogarla, no porque prevea utilizarla de nuevo, sino porque nunca se derogan las mociones parlamentarias y, de hecho, todavía está en vigor la que José María Aznar hizo aprobar en 1998, cuando dialogaba con ETA, en la que se hablaba de una política penitenciaria «dinámica, flexible y consensuada». Con ese texto, el entonces presidente del Gobierno acercó presos de ETA al País Vasco como gesto de buena voluntad hacia la banda terrorista.
Todos los portavoces coincidieron en que no se puede hacer en este momento un nuevo pacto, salvo Gaspar Llamazares, de IU, que insistió en su propuesta y hasta le entregó al presidente un texto elaborado por la coalición.
Sin embargo, Zapatero, una vez agradecida públicamente la buena voluntad de su socio parlamentario, explicó que «en otro momento» podrá abordarse la posibilidad de un nuevo acuerdo. O sea, el texto de IU queda archivado.
Cabe recordar que el pasado 15 de enero, en el Pleno del Congreso tras el atentado de la T-4, el titular de la intervención de Zapatero fue su propuesta de un gran pacto entre todos los partidos y las organizaciones sociales y sindicales. Su trabajo para lograr aquel pacto se limitó al esfuerzo que hizo para leer ese párrafo desde la tribuna de oradores del Congreso, y la propuesta duró lo que duraron los periódicos del día siguiente.
José Antonio Labordeta (CHA) aseguró tras la reunión que le había preguntado al presidente si en este momento hay algún contacto con ETA y éste le respondió que ha dado orden de cortarlos todos. En su breve rueda de prensa, Zapatero fue también contundente al asegurar que no se dan condiciones para mantener ningún tipo de diálogo con ETA.
El Estado de Derecho «sólo puede pensar en firmeza, determinación y el peso de la Ley y cualquier otra especulación o hipótesis carece absolutamente de sentido», dijo.
A algún portavoz le hizo el presidente el análisis de las discrepancias internas en ETA y el convencimiento de que se han impuesto los más duros y, por eso, se ha roto el alto el fuego.
En público, Zapatero fue preguntado sobre los posibles errores cometidos en el proceso de paz y en su respuesta no salió del argumento de que el único culpable es ETA.
Sólo se equivoca ETA
Puso tono de enfado, reiteró frases como «se equivoca ETA de manera intolerable» y explicó que los dos anteriores presidentes del Gobierno lo intentaron también y nadie les pudo acusar de cometer errores. «No he oído decir a ningún presidente anterior que no era eso su deber, y tienen razón en no decirlo, creo que hicieron lo que debieron», porque el único «error trágico, dramático, histórico es el de la banda terrorista, y como demócrata no he admitido nunca ni admitiré que cualquier demócrata se equivoca ante ETA», dijo.
Como el lunes renunció a comparecer ante los periodistas tras su entrevista con Mariano Rajoy, ayer hizo una primera valoración con su voz de ese encuentro y, como corresponde a los tiempos recién inaugurados, fue exquisito para no criticar en nada al líder de la oposición.
Zapatero se comprometió con los portavoces a mantener los contactos directos y a que sean informados directa y periódicamente por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de los pasos que se den en la lucha antiterrorista.
J. L. R. Zapatero: «Es el tiempo de dialogar y de preservar la unidad. En otro tiempo se podrá buscar un nuevo pacto».
Agustí Cerdà (ERC): «A estas alturas, todo acuerdo al que podamos llegar es el que nos pide el presidente: mostrarnos unidos».
Josu Erkoreka (PNV): «No debe haber nuevo pacto, sino seguir el camino inverso, mantener conversaciones y ver si es posible».
Paulino Rivero (CC): «El Gobierno va a ser rotundo contra ETA. No conviene un nuevo pacto, sino una verdadera colaboración».
Gaspar Llamazares (IU): «No es el momento de gestos, sino de contenidos, y por eso debe ponerse el acuerdo por escrito».
Francisco Rodríguez (BNG): «Estamos contra ETA pero no queremos más ilegalizaciones, ni recortes del Estado de Derecho».
J. A. Labordeta (CHA): «Es absurdo hacer un nuevo texto cuando tenemos la resolución del Congreso de mayo de 2005».
Uxue Barkos (NB): «Que se visualice en las fuerzas políticas la no utilización de la violencia y el dolor como arma electoral».
El presidente del Gobierno renuncia a intentar promover un texto para mantener la unidad de todos, sin exclusión, en ese mínimo. «Es el tiempo de dialogar y preservar la unidad», aseguró anoche Zapatero.
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No quiere recuperar el Pacto Antiterrorista con el PP para que no se sientan excluidos los demás grupos; tampoco quiere modificarlo para que no haya desacuerdo con los populares y no considera viable en este momento, al final de la legislatura, intentar redactar un texto como los anteriores que fueron llamados Pacto de Ajuria Enea y Pacto de Madrid.
Ni siquiera se plantea aprobar una moción tras el Debate sobre el Estado de la Nación del 4 de julio para recoger ese acuerdo de mínimos. Zapatero se queda con el respaldo de todos frente a los terroristas, sin mayor concreción ni planes concretos de lucha antiterrorista, al menos formulados de manera pública.
La interpretación evidente es que el presidente del Gobierno ha obtenido esta semana garantías de una respuesta unitaria a un previsible atentado de ETA antes de las Generales. Con la reunión del lunes en La Moncloa con Mariano Rajoy y ayer en el Congreso con el resto de portavoces -faltan CiU y EA, ausentes por viaje oficial- se visualiza a Zapatero con todos los partidos detrás, ante la amenaza de ETA. O, al menos, esa era su intención.
«ETA se ha metido en un callejón salida», aseguró Zapatero tras las reuniones y afirmó que, por eso, es el momento de que caiga sobre la organización terrorista «el peso de la ley».
En su comparecencia ante los medios mantuvo el tono de dureza de los últimos días, con expresiones como «firmeza, combate y determinación», dejando claro que la organización terrorista ha hecho imposible otra salida. Aseguró que su mensaje es de «unidad para combatir a ETA y, a los ciudadanos, de máxima seguridad y confianza».
«Vamos a hacer todo lo que dentro del Estado de Derecho esté en nuestras manos con máxima determinación, firmeza e inteligencia para combatirla», añadió.
Diálogo acabado
A todos los grupos les agradeció el apoyo y les comunicó que el tiempo del diálogo con ETA se ha acabado, que no sabe a ciencia cierta por dónde saldrá la organización terrorista, aunque se teme lo peor, y les reiteró que ahora se trata de aplicar medidas judiciales y policiales y que ya no hay diálogo posible.
Algunos de los portavoces, como Josu Erkoreka, del PNV, aseguran que son partidarios de una salida dialogada, pero que son conscientes de que «estamos muy lejos de esa posibilidad» por la posición que mantiene ETA y, por eso, no consideran posible abrir proceso alguno en mucho tiempo.
Esos grupos pidieron que no derogue la resolución de mayo de 2005 que permitía el diálogo con ETA si ésta mostraba su voluntad de abandonar la violencia. Zapatero explicó luego ante los periodistas que no es partidario de derogarla, no porque prevea utilizarla de nuevo, sino porque nunca se derogan las mociones parlamentarias y, de hecho, todavía está en vigor la que José María Aznar hizo aprobar en 1998, cuando dialogaba con ETA, en la que se hablaba de una política penitenciaria «dinámica, flexible y consensuada». Con ese texto, el entonces presidente del Gobierno acercó presos de ETA al País Vasco como gesto de buena voluntad hacia la banda terrorista.
Todos los portavoces coincidieron en que no se puede hacer en este momento un nuevo pacto, salvo Gaspar Llamazares, de IU, que insistió en su propuesta y hasta le entregó al presidente un texto elaborado por la coalición.
Sin embargo, Zapatero, una vez agradecida públicamente la buena voluntad de su socio parlamentario, explicó que «en otro momento» podrá abordarse la posibilidad de un nuevo acuerdo. O sea, el texto de IU queda archivado.
Cabe recordar que el pasado 15 de enero, en el Pleno del Congreso tras el atentado de la T-4, el titular de la intervención de Zapatero fue su propuesta de un gran pacto entre todos los partidos y las organizaciones sociales y sindicales. Su trabajo para lograr aquel pacto se limitó al esfuerzo que hizo para leer ese párrafo desde la tribuna de oradores del Congreso, y la propuesta duró lo que duraron los periódicos del día siguiente.
José Antonio Labordeta (CHA) aseguró tras la reunión que le había preguntado al presidente si en este momento hay algún contacto con ETA y éste le respondió que ha dado orden de cortarlos todos. En su breve rueda de prensa, Zapatero fue también contundente al asegurar que no se dan condiciones para mantener ningún tipo de diálogo con ETA.
El Estado de Derecho «sólo puede pensar en firmeza, determinación y el peso de la Ley y cualquier otra especulación o hipótesis carece absolutamente de sentido», dijo.
A algún portavoz le hizo el presidente el análisis de las discrepancias internas en ETA y el convencimiento de que se han impuesto los más duros y, por eso, se ha roto el alto el fuego.
En público, Zapatero fue preguntado sobre los posibles errores cometidos en el proceso de paz y en su respuesta no salió del argumento de que el único culpable es ETA.
Sólo se equivoca ETA
Puso tono de enfado, reiteró frases como «se equivoca ETA de manera intolerable» y explicó que los dos anteriores presidentes del Gobierno lo intentaron también y nadie les pudo acusar de cometer errores. «No he oído decir a ningún presidente anterior que no era eso su deber, y tienen razón en no decirlo, creo que hicieron lo que debieron», porque el único «error trágico, dramático, histórico es el de la banda terrorista, y como demócrata no he admitido nunca ni admitiré que cualquier demócrata se equivoca ante ETA», dijo.
Como el lunes renunció a comparecer ante los periodistas tras su entrevista con Mariano Rajoy, ayer hizo una primera valoración con su voz de ese encuentro y, como corresponde a los tiempos recién inaugurados, fue exquisito para no criticar en nada al líder de la oposición.
Zapatero se comprometió con los portavoces a mantener los contactos directos y a que sean informados directa y periódicamente por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de los pasos que se den en la lucha antiterrorista.
J. L. R. Zapatero: «Es el tiempo de dialogar y de preservar la unidad. En otro tiempo se podrá buscar un nuevo pacto».
Agustí Cerdà (ERC): «A estas alturas, todo acuerdo al que podamos llegar es el que nos pide el presidente: mostrarnos unidos».
Josu Erkoreka (PNV): «No debe haber nuevo pacto, sino seguir el camino inverso, mantener conversaciones y ver si es posible».
Paulino Rivero (CC): «El Gobierno va a ser rotundo contra ETA. No conviene un nuevo pacto, sino una verdadera colaboración».
Gaspar Llamazares (IU): «No es el momento de gestos, sino de contenidos, y por eso debe ponerse el acuerdo por escrito».
Francisco Rodríguez (BNG): «Estamos contra ETA pero no queremos más ilegalizaciones, ni recortes del Estado de Derecho».
J. A. Labordeta (CHA): «Es absurdo hacer un nuevo texto cuando tenemos la resolución del Congreso de mayo de 2005».
Uxue Barkos (NB): «Que se visualice en las fuerzas políticas la no utilización de la violencia y el dolor como arma electoral».
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