Zapatero pedirá hoy a Rajoy en La Moncloa apoyo a su nueva política de firmeza frente a ETA
11-06-2007
VUELTA A LAS ARMAS / Considera que no tiene que haber condiciones y que el PP no debe exigir una actuación contra los cargos electos de ANV / Ofrecerá al líder de la oposición un cauce de comunicación permanente
Zapatero pedirá hoy a Rajoy en La Moncloa apoyo a su nueva política de firmeza frente a ETA
FERNANDO GAREA
MADRID.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pedirá hoy a Mariano Rajoy apoyo a su nueva política de firmeza frente a ETA. En ese apoyo, según la posición inicial, no debe haber condiciones previas y el líder de la oposición debe renunciar al debate público sobre terrorismo.
Por renuncia a condiciones previas se entiende en La Moncloa, por ejemplo, que el PP no quiera imponer una actuación inmediata y urgente contra los electos de ANV, que el Gobierno no considera ni posible ni conveniente. (.../...)
El argumento del presidente del Gobierno es el de esgrimir el informe de la Abogacía del Estado que considera que no hay vías para hacerlo y el de dejar claro que, en todo caso, la política antiterrorista la dirige el Ejecutivo.
Para explicar esto último, el Gobierno utiliza estos días la palabra «inteligencia», que supone apurar todas las vías policiales y judiciales contra ETA, pero sin llevar al Estado a un situación imposible al plantear al Tribunal Supremo y al Constitucional una medida casi de excepción al querer anular y repetir de facto unas elecciones municipales, una vez que los votos ya están en las urnas.
Zapatero ha utilizado estos meses dos parámetros que mantendrá hoy con Rajoy: primero, hay que actuar con inteligencia para restar base social al terrorismo y para que en el País Vasco se tenga claro que el culpable del fracaso del proceso de paz es ETA, no el Estado. Y segundo, hay que mantener el acuerdo con el resto de partidos, especialmente al PNV.
La primera línea tiene un precedente en la ruptura del proceso de paz de 1999 que lideró Aznar, cuando Batasuna perdió votos, que fueron a parar a Aralar, y ETA, por tanto, salió con menor respaldo social.
La segunda tiene también un precedente entonces, cuando se produjo una fractura con el PNV que derivó en un enorme enfrentamiento social a cuenta del plan Ibarretxe. Ahora, en cambio, los nacionalistas están dispuestos a colaborar en el aislamiento de Batasuna.
En todo caso, Zapatero ofrecerá a Rajoy un cauce permanente de diálogo reservado, que evite la polémica pública sobre el terrorismo. Esto se concretaría en que se eviten los debates parlamentarios que se han prolongado durante toda la legislatura y que no tienen precedentes con otros gobiernos. Es decir, no puede haber acuerdo con confrontación pública.
El precedente de ese cauce está también en lo que fue el hilo entre Javier Zarzalejos, secretario general de Presidencia con Aznar, y Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces diputado de la oposición, que ventilaban las muchas discrepancias en privado, evitando que trascendieran. En ese cauce se plantearían y estudiarían de forma conjunta las propuestas o iniciativas.
El Gobierno insiste, no obstante, en que pese al evidente enfrentamiento de los últimos años, han sido constantes los contactos con Rajoy para explicarle la situación en cada momento.
Por ejemplo, a finales de marzo se produjeron sendas conversaciones telefónicas de varias horas de duración de Zapatero y Rubalcaba con el líder del Partido Popular para trasladarle que el proceso era irrecuperable y que se temían el inicio de atentados y, por ello, se les ofrecía mayor protección para sus cargos.
Ahora este acuerdo podría visualizarse el mismo miércoles en la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso desde la ruptura de la tregua, en la que, en principio, por primera vez en muchos años, no hay preguntas previstas del PP sobre terrorismo. El siguiente paso sería la primera semana de julio en el Debate sobre el estado de la Nación.
La Moncloa cree que Rajoy debe renunciar a utilizar el terrorismo como argumento de oposición si pretende que haya acuerdo. Esta vez ya no existe la discrepancia de la conveniencia del diálogo con ETA, puesto que Zapatero ha renunciado a intentarlo, pero La Moncloa teme ahora la conveniencia política del PP.
A pesar de esta posición voluntarista, es obvio que el Gobierno mantiene su escepticismo sobre la posición del PP, porque considera que no está dispuesto a renunciar al arma política que ha descubierto con el terrorismo. Cree que los dirigentes populares ven enfrente a un presidente del Gobierno que se tambalea y que podría caer si se mantiene la presión sobre el asunto.
Si no hay acuerdo, Zapatero ya explicó el sábado a los suyos, a puerta cerrada, que no rehuirá el debate. Recogió la petición de dirigentes destacados del partido que le dijeron que, en todo caso, el Gobierno debe cambiar de actitud y explicar claramente cada una de sus decisiones, porque en los últimos meses los ciudadanos no han entendido la estrategia de Zapatero.
El presidente del Gobierno ha preparado en las últimas semanas con sus colaboradores más cercanos esta nueva política de firmeza, convencido de que la nueva situación le obliga a ponerse a la cabeza de la manifestación.
Obviamente, el jefe del Ejecutivo sostiene que la conveniencia electoral no es lo fundamental, pero cuenta con el precedente de que sus antecesores en la Presidencia del Gobierno, Felipe González y José María Aznar, lograron amplias mayorías absolutas sólo meses después de que fracasaran sus respectivas negociaciones con ETA.
Zapatero, según fuentes del Ejecutivo, no quiere incluir en el temario de hoy el futuro de Navarra, por entender que forma parte de la negociación y el pacto normal entre los partidos y no de la lucha antiterrorista. No obstante, si se plantea el tema, le reiterará que ni él ni el PSN son partidarios de modificar el estatus actual de la Comunidad foral y que a eso se han comprometido públicamente.
VUELTA A LAS ARMAS / Considera que no tiene que haber condiciones y que el PP no debe exigir una actuación contra los cargos electos de ANV / Ofrecerá al líder de la oposición un cauce de comunicación permanente
Zapatero pedirá hoy a Rajoy en La Moncloa apoyo a su nueva política de firmeza frente a ETA
FERNANDO GAREA
MADRID.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pedirá hoy a Mariano Rajoy apoyo a su nueva política de firmeza frente a ETA. En ese apoyo, según la posición inicial, no debe haber condiciones previas y el líder de la oposición debe renunciar al debate público sobre terrorismo.
Por renuncia a condiciones previas se entiende en La Moncloa, por ejemplo, que el PP no quiera imponer una actuación inmediata y urgente contra los electos de ANV, que el Gobierno no considera ni posible ni conveniente. (.../...)
El argumento del presidente del Gobierno es el de esgrimir el informe de la Abogacía del Estado que considera que no hay vías para hacerlo y el de dejar claro que, en todo caso, la política antiterrorista la dirige el Ejecutivo.
Para explicar esto último, el Gobierno utiliza estos días la palabra «inteligencia», que supone apurar todas las vías policiales y judiciales contra ETA, pero sin llevar al Estado a un situación imposible al plantear al Tribunal Supremo y al Constitucional una medida casi de excepción al querer anular y repetir de facto unas elecciones municipales, una vez que los votos ya están en las urnas.
Zapatero ha utilizado estos meses dos parámetros que mantendrá hoy con Rajoy: primero, hay que actuar con inteligencia para restar base social al terrorismo y para que en el País Vasco se tenga claro que el culpable del fracaso del proceso de paz es ETA, no el Estado. Y segundo, hay que mantener el acuerdo con el resto de partidos, especialmente al PNV.
La primera línea tiene un precedente en la ruptura del proceso de paz de 1999 que lideró Aznar, cuando Batasuna perdió votos, que fueron a parar a Aralar, y ETA, por tanto, salió con menor respaldo social.
La segunda tiene también un precedente entonces, cuando se produjo una fractura con el PNV que derivó en un enorme enfrentamiento social a cuenta del plan Ibarretxe. Ahora, en cambio, los nacionalistas están dispuestos a colaborar en el aislamiento de Batasuna.
En todo caso, Zapatero ofrecerá a Rajoy un cauce permanente de diálogo reservado, que evite la polémica pública sobre el terrorismo. Esto se concretaría en que se eviten los debates parlamentarios que se han prolongado durante toda la legislatura y que no tienen precedentes con otros gobiernos. Es decir, no puede haber acuerdo con confrontación pública.
El precedente de ese cauce está también en lo que fue el hilo entre Javier Zarzalejos, secretario general de Presidencia con Aznar, y Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces diputado de la oposición, que ventilaban las muchas discrepancias en privado, evitando que trascendieran. En ese cauce se plantearían y estudiarían de forma conjunta las propuestas o iniciativas.
El Gobierno insiste, no obstante, en que pese al evidente enfrentamiento de los últimos años, han sido constantes los contactos con Rajoy para explicarle la situación en cada momento.
Por ejemplo, a finales de marzo se produjeron sendas conversaciones telefónicas de varias horas de duración de Zapatero y Rubalcaba con el líder del Partido Popular para trasladarle que el proceso era irrecuperable y que se temían el inicio de atentados y, por ello, se les ofrecía mayor protección para sus cargos.
Ahora este acuerdo podría visualizarse el mismo miércoles en la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso desde la ruptura de la tregua, en la que, en principio, por primera vez en muchos años, no hay preguntas previstas del PP sobre terrorismo. El siguiente paso sería la primera semana de julio en el Debate sobre el estado de la Nación.
La Moncloa cree que Rajoy debe renunciar a utilizar el terrorismo como argumento de oposición si pretende que haya acuerdo. Esta vez ya no existe la discrepancia de la conveniencia del diálogo con ETA, puesto que Zapatero ha renunciado a intentarlo, pero La Moncloa teme ahora la conveniencia política del PP.
A pesar de esta posición voluntarista, es obvio que el Gobierno mantiene su escepticismo sobre la posición del PP, porque considera que no está dispuesto a renunciar al arma política que ha descubierto con el terrorismo. Cree que los dirigentes populares ven enfrente a un presidente del Gobierno que se tambalea y que podría caer si se mantiene la presión sobre el asunto.
Si no hay acuerdo, Zapatero ya explicó el sábado a los suyos, a puerta cerrada, que no rehuirá el debate. Recogió la petición de dirigentes destacados del partido que le dijeron que, en todo caso, el Gobierno debe cambiar de actitud y explicar claramente cada una de sus decisiones, porque en los últimos meses los ciudadanos no han entendido la estrategia de Zapatero.
El presidente del Gobierno ha preparado en las últimas semanas con sus colaboradores más cercanos esta nueva política de firmeza, convencido de que la nueva situación le obliga a ponerse a la cabeza de la manifestación.
Obviamente, el jefe del Ejecutivo sostiene que la conveniencia electoral no es lo fundamental, pero cuenta con el precedente de que sus antecesores en la Presidencia del Gobierno, Felipe González y José María Aznar, lograron amplias mayorías absolutas sólo meses después de que fracasaran sus respectivas negociaciones con ETA.
Zapatero, según fuentes del Ejecutivo, no quiere incluir en el temario de hoy el futuro de Navarra, por entender que forma parte de la negociación y el pacto normal entre los partidos y no de la lucha antiterrorista. No obstante, si se plantea el tema, le reiterará que ni él ni el PSN son partidarios de modificar el estatus actual de la Comunidad foral y que a eso se han comprometido públicamente.
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