CUANDO LA FISCALIA SE AFERRA A LA TESIS DE LAS MOLÉCULAS VOLADORAS
30-05-07
Editorial
CUANDO LA FISCALIA SE AFERRA A LA TESIS DE LAS MOLÉCULAS VOLADORAS
Editorial
CUANDO LA FISCALIA SE AFERRA A LA TESIS DE LAS MOLÉCULAS VOLADORAS
El juicio del 11-M fue ayer el escenario de su sesión más enrevesada. Los ocho peritos que han llevado a cabo los nuevos análisis de los explosivos trataron de clarificar ante el Tribunal las contradicciones de su informe, pero discreparon casi en cada premisa, lo que dificultará el trabajo de los jueces a la hora de dictar sentencia.
Los peritos sólo se pusieron de acuerdo en una cosa: es imposible determinar qué explosivo asesinó a casi 200 personas. El fracaso del Estado de Derecho no puede ser más flagrante. Uno de los obstáculos es sin duda la escasez de pruebas, que impide hacer análisis cuantitativos. De ello son responsables la policía y el propio instructor, que permitió desguazar los trenes apresuradamente. Sin embargo, el problema clave es la aparición en los análisis de dos elementos -nitroglicerina y DNT- ajenos a la fórmula de la Goma 2 ECO, el explosivo del 11-M según la versión de la Fiscalía y los medios afines. ¿Por qué los aparatos detectan en 2007 dos sustancias que nadie había encontrado hasta ahora?
(.../...)
La pregunta no tiene fácil respuesta. A lo largo del día de ayer, y descartada como está la contaminación del explosivo en la fábrica, los fiscales Zaragoza y Olga Sánchez, visiblemente alterados, se fueron aferrando a diversas hipótesis -algunas contradictorias entre sí- para seguir diciendo que la dinamita vino de Asturias. Primero sostuvieron que el origen de la nitroglicerina y el DNT estaba en Mina Conchita, donde la Goma 2 ECO se había mezclado fortuitamente con Goma 2 EC. Esta tesis fue refutada por los peritos de la Benemérita, que aclararon que la que se consumía en Asturias no tenía nitroglicerina.
En segundo lugar, intentaron con la ayuda de algún letrado construir la tesis del cóctel de explosivos, según la cual en los trenes habría explotado una mezcla indeterminada de una y otra sustancia. Dos premisas invalidan, sin embargo, esta segunda hipótesis: 1) sólo 20 de las 23 muestras de explosivo entero contienen DNT -justo las custodiadas por los Tedax, no las de la Guardia Civil-; 2) en Leganés sólo aparecieron envoltorios de Goma 2 ECO.
Descartadas las dos primeras teorías, el Ministerio Público parece haberse inclinado por una tercera: la de la contaminación en el almacén de los Tedax. Ésta resulta, sin embargo, aún más endeble. ¿O acaso es verosímil creer que la nitroglicerina y el DNT penetraron en los restos pese a que estaban guardados dentro de una bolsa, guardada a su vez dentro de un sobre, y éste de otra bolsa, y ésta de una caja, y ésta de otra bolsa, y ésta de un armario?
Resulta patético ver cómo el fiscal y la policía defienden codo con codo la tesis de que las moléculas de nitroglicerina flotan por los almacenes de Canillas con tal de rescatar del descrédito a la versión oficial. Lo peor de la sesión de ayer es la constatación de que la negligencia del policía Manzano, el juez Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez ocultará quizá para siempre a los ciudadanos cuál fue el arma del crimen. Y eso, pese al empeño del Tribunal, ya nunca tendrá arreglo.
Los peritos sólo se pusieron de acuerdo en una cosa: es imposible determinar qué explosivo asesinó a casi 200 personas. El fracaso del Estado de Derecho no puede ser más flagrante. Uno de los obstáculos es sin duda la escasez de pruebas, que impide hacer análisis cuantitativos. De ello son responsables la policía y el propio instructor, que permitió desguazar los trenes apresuradamente. Sin embargo, el problema clave es la aparición en los análisis de dos elementos -nitroglicerina y DNT- ajenos a la fórmula de la Goma 2 ECO, el explosivo del 11-M según la versión de la Fiscalía y los medios afines. ¿Por qué los aparatos detectan en 2007 dos sustancias que nadie había encontrado hasta ahora?
(.../...)
La pregunta no tiene fácil respuesta. A lo largo del día de ayer, y descartada como está la contaminación del explosivo en la fábrica, los fiscales Zaragoza y Olga Sánchez, visiblemente alterados, se fueron aferrando a diversas hipótesis -algunas contradictorias entre sí- para seguir diciendo que la dinamita vino de Asturias. Primero sostuvieron que el origen de la nitroglicerina y el DNT estaba en Mina Conchita, donde la Goma 2 ECO se había mezclado fortuitamente con Goma 2 EC. Esta tesis fue refutada por los peritos de la Benemérita, que aclararon que la que se consumía en Asturias no tenía nitroglicerina.
En segundo lugar, intentaron con la ayuda de algún letrado construir la tesis del cóctel de explosivos, según la cual en los trenes habría explotado una mezcla indeterminada de una y otra sustancia. Dos premisas invalidan, sin embargo, esta segunda hipótesis: 1) sólo 20 de las 23 muestras de explosivo entero contienen DNT -justo las custodiadas por los Tedax, no las de la Guardia Civil-; 2) en Leganés sólo aparecieron envoltorios de Goma 2 ECO.
Descartadas las dos primeras teorías, el Ministerio Público parece haberse inclinado por una tercera: la de la contaminación en el almacén de los Tedax. Ésta resulta, sin embargo, aún más endeble. ¿O acaso es verosímil creer que la nitroglicerina y el DNT penetraron en los restos pese a que estaban guardados dentro de una bolsa, guardada a su vez dentro de un sobre, y éste de otra bolsa, y ésta de una caja, y ésta de otra bolsa, y ésta de un armario?
Resulta patético ver cómo el fiscal y la policía defienden codo con codo la tesis de que las moléculas de nitroglicerina flotan por los almacenes de Canillas con tal de rescatar del descrédito a la versión oficial. Lo peor de la sesión de ayer es la constatación de que la negligencia del policía Manzano, el juez Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez ocultará quizá para siempre a los ciudadanos cuál fue el arma del crimen. Y eso, pese al empeño del Tribunal, ya nunca tendrá arreglo.
Comentarios