No es tonto todo el que lo parece.
A estas alturas todos, incluso los que fingen no saberlo, tenemos claro que el Gobierno sabía de antemano que sin pagar el mismo precio político que siempre exige ETA, ésta no renunciará a matar. Y también pensamos que nadie que haya llegado hasta donde ha llegado Rodríguez puede ser tan tonto como aparenta. Todos los análisis e hipótesis de los que no son adeptos de la secta que he leído, van encaminados en un sentido: el de que Rodríguez tiene una estrategia y esta consiste en atribuirse en solitario el fin de ETA para afianzarse en La Moncloa. Tiene lógica, su popularidad está a la baja, tan a la baja como la intención de volverle a votar de los españoles. Éstos, independientemente de sus tendencias políticas, no le perdonan sus negociaciones con los independentistas catalanes y vascos ( incluidos los terroristas ) que son uno en esta historia que empezó mucho antes incluso del 11-M. Estos contactos resultan cuando menos extraños si tenemos en cuenta que, en teoría, los socialistas ...