Su Majestad: Vaya por delante mi admiración y respeto: por todo lo que hizo y por todo lo que representa. Sólo soy un insignificante ciudadano anónimo; monárquico por convencimiento y por tradición: Mi abuelo fue miembro del Consejo Privado de su padre, y algún garbanzo a este cocido de Monarquía Parlamentaria aportó. Vivimos momentos de convulsión y zozobra; convulsión por el ejercicio irresponsable del poder por parte de unos, y las reclamaciones obscenas de otros. La zozobra al ver la inactividad, e incluso la complacencia, de aquellos que deberían tomar las medidas para aplacar la conmoción que sufrimos. (.../...) Su silencio me perturba, sus abrazos a Ibarretxe me irritan, su tibieza en desmentir las injurias a Aznar me trastornan. Admiró todo lo que hizo: Su diestra mano en manejar el timón de la transición, su alta representatividad internacional, su coraje ante las amenazas golpistas...... pero me inquieta lo que ahora hace. Me dan igual sus “amistades peligrosas”, sus “negoci...