No hay dos sin tres.

El anticlericalismo de Rodríguez ha sido, es y mucho me temo que seguirá siendo ejemplar. Marx y Pepe Gotero estarán orgullosos de él.

La primera en la frente: ante el hecho histórico de la muerte del Papa Juan Pablo II, mientras el mundo entero, islamistas, ateos, judíos, protestantes, ortodoxos, anglicanos... las creencias en estos casos son lo de menos, se conmovía y manifestaban sus condolencias, él optó por el silencio.

Tras este alarde de soberbia, vino la segunda. Esta más que en la frente fue en la boca de todos los dirigentes que no quedaron mudos y materializó la patada declarando que los demás eran unos exhibicionistas y él mejor que ellos por callar. Intentó arreglar la pifia, eso sí, tan sólo al ver lo impopular que resultó el autismo solitario y con el magistral intento pasó de ser el hombre del talante silencioso al patán que mira por encima del hombro al resto del mundo. En este segundo acto de la obra teatral hay otro ingrediente que no es otro que el comportamiento durante el entierro del Pontífice: ni tan siquiera consiguió mantener la cabeza en su sitio, apartó la mirada al paso del féretro, no fuera a ser que se desintegrase cual endemoniado si se dignaba a mostrar el debido respeto que exige el mínimo de educación y pudor. (.../...)

Y cómo no, no hay dos sin tres. Ya tenemos Papa, pero parece ser que del disgusto al ver quién ha sido el elegido, a Rodríguez le ha dado otro de sus "jamacucos", que es que el hombre no gana para sustos, así que como Benedicto XVI resulta ser un Papa non grato para este ridículo Gobierno que pretende "conseguir" un Papa a su medida que aplauda a la izquierda con las orejas, que apruebe el aborto, los preservativos, el matrimonio entre homos... en fin, todo lo contrario que predicaba Jesucristo en el libro de Historia con más rancio abolengo, pues ya no le “ajunta”.

Lo contrario a Cristo, por pura lógica, es el Anti Cristo… a ver si es este el problema de Rodríguez y no sabe ya cómo sacarse de encima e tener que pisar una iglesia, el pobre.

Pero si algo tiene el Anti Cristo es que es caprichoso y Rodríguez tiene quien le malcría, que no es otro que su amigo personal Juan Carlos I ... ¿de España?. Y ya sabemos que los niños malcriados creen que todo el monte es orégano y esta subcriatura, el heredero universal de la ira guerracivilista, no iba a ser una excepción.

Juan Carlos le concede a su amigo pródigo o a su pródigo amigo todos sus deseos, es su Aladino particular, sólo que no vive en una lámpara, vive a cuerpo de rey y no concede los deseos a todos sus amos, sólo a los de la izquierda.

Los deseos del amigo invisible cuando conviene son caprichosos, como los de todos los nenes malcriados: cenitas íntimas a la luz de las velas como agasajo al jefe de la manada de "Gorilas en la Niebla"; mandarle a mendigarle una llamada a Bush; organizar un party line, intercambio de besitos y abrazos incluidos con los terroristas para salir en la foto, no sé si diciendo "patata" o no, pero el resultado es el mismo: hacerle la campaña electoral del País Vasco; sonreírle con arrobo cuando declara que "nuestro Rey es republicano", ordenarle que apoye la "Alianza de Civilizaciones" en sus discursillos; convertirle en un instrumento anti PP y anti Aznar aprovechando hasta eventos deportivos en los que saca sin reparo alguno a las víctimas del 11-M como excusa para tal fin... tantos son que reprimiré mis impulsos de seguir confeccionando la lista.

Y llegamos a la tercera. Para esta, cómo no, el genio le vuelve a conceder otro deseo, pues a diferencia del de los cuentos, este genio del palacio no sólo concede tres, los suyos son ilimitados con este amo.

Rodríguez no formará parte de la delegación española que acudirá a la misa de entronización de Benedicto XVI y como excusa, ha puesto al Rey y el Rey lo ha consentido sin tener el por qué. Si no quiere ir que no sea embustero y que apenque con lo que venga, que de todos modos vendrá y peor, pues lo que han conseguido entre ambos es que hasta los que somos monárquicos aborrezcamos a esta monarquía.

Tenían que ir cinco representantes, pero claro, como no hay poligamia en España, sólo tenemos dos reyes, así que el relleno lo resuelven con Miguel Ángel Moratinos, Juan Fernando López Aguilar y José Bono. Y el Rey encantado de la vida con semejante acompañamiento, deja que le ponga como excusa para no asistir sin chistar. Me hubiera gustado saber si tampoco hubiera chistado si hubiera sido Aznar el que se hubiera escondido bajo sus faldas, aunque creo tener la certeza de saber la respuesta .

En la rueda de prensa ofrecida por Rodríguez no hubo preguntas sobre el nuevo Papa, hubo cuatro palabras y tres de ellas para hacer el ridículo, para variar: "quiero expresar la voluntad diálogo del Gobierno con el Vaticano con sinceridad".

Magnífico comienzo: un diálogo sin interlocutor y una sinceridad que brilla por su ausencia: ¿cómo es posible que se ampare en que no va porque "el protocolo vaticano ha establecido que la delegación debe tener nivel de jefe de Estado" y a continuación se le escape que "habría acudido a la entronización si el nuevo Papa hubiera sido un español"?. Antes se coge a un mentiroso que a un cojo.

A Rodríguez siempre le traiciona el subconsciente y esta vez no iba a ser la excepción: esgrime que "la delegación española tiene el nivel y la dignidad que le dan los Reyes". Poco nivel y poca dignidad han venido demostrando ya demasiados años los monarcas, pero esta declaración lleva implícito el reconocimiento de que delega en ellos y rellena con segundones simplemente porque él no tiene ni nivel ni dignidad. Prefiere escudarse una vez más en sus cómplices.