Una pedrea en la que todos ganan
16-07-04
11-M LA INVESTIGACION / LOS EXPLOSIVOS
Una pedrea en la que todos ganan
Por Victoria Prego
11-M LA INVESTIGACION / LOS EXPLOSIVOS
Una pedrea en la que todos ganan
Por Victoria Prego
Esto es lo que se llama una comisión personalizada. Ya ha quedado claro que, en lo que llevamos de sesiones, hay versiones para todos los gustos y para todas esas conclusiones previas que sobrevuelan la sala hasta hacerse casi visibles.
(.../...)
Si el juez Garzón declara, como hizo ayer, que uno de los artificieros le comentó la mañana de la matanza que el explosivo podría ser Titadine, el Partido Popular se siente inmediatamente respaldado y legitimado en su versión de que el Gobierno actuó con buena fe y transparencia. Si Garzón explica a continuación que, en la noche del mismo jueves, el propio Pedro Díaz-Pintado, en aquel momento máximo mando en la escala policial, le comentó que las posibilidades de que fuera ETA o los islamistas se repartían al 50% pero más «tirando al sur», el bloque de partidos que se aglutina en torno al PSOE siente la satisfacción de ver confirmadas y legitimadas sus tesis de que el Gobierno mintió.
Si después declara el fiscal Fungairiño, de la Audiencia Nacional, y dice que, hasta el sábado 13 de marzo, él estuvo pensando que era ETA, el PP suspira aliviado mientras el bloque en torno al PSOE sonríe incrédulo de medio lado. Pero si Fungairiño añade que no supo nada de la famosa furgoneta de Alcalá de Henares hasta ayer, al PP se le hunde la moral y al otro lado de la sala la alegría sube dos tonos, porque una salida de ese tipo tiene como efecto inexorable el de restar valor al resto de las opiniones del fiscal. Y en esto andamos.
Algunos, pocos, de los presentes intentan avanzar en el establecimiento de una verdad que de momento se está demostrando poliédrica, cosa que es vieja como el mundo. Y uno de esos es el diputado de CiU, Jordi Jané, que, además de exhibir un conocimiento profundo y detallado de los hechos, demuestra en cada intervención su disposición a admitir que la verdad que busca le ofrezca de pronto una nueva cara o, sencillamente, pierda súbitamente la que tenía.
De la sesión de ayer salió, creo, que lo del Titadine no era una invención manipuladora y políticamente interesada del señor Díaz-Pintado y del Gobierno, pero también que las dudas de los responsables sobre la autoría de la matanza fueron muy anteriores a lo que de las declaraciones públicas se pudo entonces deducir.No es mucho, pero es lo que hay.
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Si el juez Garzón declara, como hizo ayer, que uno de los artificieros le comentó la mañana de la matanza que el explosivo podría ser Titadine, el Partido Popular se siente inmediatamente respaldado y legitimado en su versión de que el Gobierno actuó con buena fe y transparencia. Si Garzón explica a continuación que, en la noche del mismo jueves, el propio Pedro Díaz-Pintado, en aquel momento máximo mando en la escala policial, le comentó que las posibilidades de que fuera ETA o los islamistas se repartían al 50% pero más «tirando al sur», el bloque de partidos que se aglutina en torno al PSOE siente la satisfacción de ver confirmadas y legitimadas sus tesis de que el Gobierno mintió.
Si después declara el fiscal Fungairiño, de la Audiencia Nacional, y dice que, hasta el sábado 13 de marzo, él estuvo pensando que era ETA, el PP suspira aliviado mientras el bloque en torno al PSOE sonríe incrédulo de medio lado. Pero si Fungairiño añade que no supo nada de la famosa furgoneta de Alcalá de Henares hasta ayer, al PP se le hunde la moral y al otro lado de la sala la alegría sube dos tonos, porque una salida de ese tipo tiene como efecto inexorable el de restar valor al resto de las opiniones del fiscal. Y en esto andamos.
Algunos, pocos, de los presentes intentan avanzar en el establecimiento de una verdad que de momento se está demostrando poliédrica, cosa que es vieja como el mundo. Y uno de esos es el diputado de CiU, Jordi Jané, que, además de exhibir un conocimiento profundo y detallado de los hechos, demuestra en cada intervención su disposición a admitir que la verdad que busca le ofrezca de pronto una nueva cara o, sencillamente, pierda súbitamente la que tenía.
De la sesión de ayer salió, creo, que lo del Titadine no era una invención manipuladora y políticamente interesada del señor Díaz-Pintado y del Gobierno, pero también que las dudas de los responsables sobre la autoría de la matanza fueron muy anteriores a lo que de las declaraciones públicas se pudo entonces deducir.No es mucho, pero es lo que hay.
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