La policía identifica a un nuevo implicado en el 11-M y distribuye su foto por Madrid
21.05-04
LA AMENAZA TERRORISTA
La policía identifica a un nuevo implicado en el 11-M y distribuye su foto por Madrid
Las huellas del argelino Ouhnane Daoud estaban en la furgoneta de Alcalá utilizada por los terroristas
FERNANDO LAZARO / MANUEL MARRACO
LA AMENAZA TERRORISTA
La policía identifica a un nuevo implicado en el 11-M y distribuye su foto por Madrid
Las huellas del argelino Ouhnane Daoud estaban en la furgoneta de Alcalá utilizada por los terroristas
FERNANDO LAZARO / MANUEL MARRACO
MADRID.- Las huellas dactilares encontradas en la furgoneta de Alcalá de Henares utilizada por los terroristas del 11-M no eran las del abogado estadounidense Brandon Mayfield, detenido por el FBI. La Policía Científica española ha comprobado que corresponden al ciudadano argelino Ouhnane Daoud, en concreto a los dedos medio y pulgar de la mano derecha. (.../...)
Daoud se encuentra en situación legal en España, aunque el Ministerio del Interior informó ayer de que se le atribuyen tres infracciones a la Ley de Extranjería. El argelino no ha podido ser localizado hasta ahora, por lo que las Fuerzas de Seguridad han decidido distribuir su imagen entre los agentes y por todos los hoteles de Madrid para dificultar al máximo sus movimientos en vísperas del Enlace Real.
Hace dos semanas, el FBI arrestó en Oregón a Mayfield, ya que los investigadores estadounidenses concluyeron que las huellas remitidas desde España eran las suyas. El abogado quedó ayer en libertad, después de que un tribunal federal estadounidense ordenase su excarcelación. Las Fuerzas de Seguridad españolas siempre dudaron de que fueran las huellas del letrado.
Con la atribución definitiva de la huella, el nombre de Daoud se suma al de los demás sospechosos de haber intervenido directamente en el 11-M. Además, el procesamiento ayer de uno de los presuntos autores materiales de los atentados por su pertenencia a la célula española de Al Qaeda ha servido para estrechar el vínculo entre la red encabezada por Osama bin Laden y el comando que perpetró la masacre.
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ordenó ayer la busca y captura de Said Berraj, en paradero desconocido. Sobre el marroquí ya pesaba la misma orden emitida por Juan del Olmo, que instruye el sumario del 11-M. La decisión de Garzón se desprende de las investigaciones relacionadas con la operación Dátil, que en 2001 desarticuló la célula española de Al Qaeda, dirigida por Abu Dahdah.
El auto revela que la policía española intervino el teléfono de Berraj el 19 de diciembre de 2003, casi tres meses antes de los atentados.
La base del procesamiento de Berraj es la comisión rogatoria librada en enero de 2003 por Garzón a Turquía. En su respuesta, en octubre, las autoridades turcas explicaban que en el año 2000 habían detenido en el mismo piso a cuatro personas que habían llegado a Estambul desde Madrid. Una de ellas era Berraj. Otra, Amer Azizi, también vinculado con el 11-M y considerado como uno de los hombres fuertes de Al Qaeda en Europa. Berraj acabó siendo deportado a Irán. Los otros compañeros de piso eran Salaedin Benyaich (detenido en Marruecos por los atentados de Casablanca) y Mohamed Haddad (preso en Guantánamo y del que Garzón ha pedido que sea extraditado).
Ya con el nombre de Berraj, la policía española decidió intervenir el teléfono de «un Said Berraj con idéntica filiación del detenido en Turquía» que, además, residía en el antiguo domicilio madrileño de Driss Chebli, también procesado por Garzón como miembro de Al Qaeda.
Cuatro días después del pinchazo, la policía solicitó a Turquía que envíase también fotografías y huellas de los detenidos en Estambul. Con todos los datos, la víspera del 11-M los agentes españoles identificaron plenamente a Berraj como Berraj el Mensajero, mencionado por Abu Dahdah y su entorno -incluido Jamal Zougam, considerado autor material del 11-M- en conversaciones telefónicas desde, al menos, 1999.
Según explica el magistrado Del Olmo en la orden de detención dictada contra Berraj el 30 de marzo, el marroquí había abandonado su domicilio y trabajo en Madrid dos días antes de los atentados, y el 12 comunicó que se marchaba a Marruecos. Las Fuerzas de Seguridad han solicitado muestras de ADN a Rabat para averiguar si se trata del único de los siete terroristas que se suicidaron en Leganés y que aún no ha sido identificado.
Daoud se encuentra en situación legal en España, aunque el Ministerio del Interior informó ayer de que se le atribuyen tres infracciones a la Ley de Extranjería. El argelino no ha podido ser localizado hasta ahora, por lo que las Fuerzas de Seguridad han decidido distribuir su imagen entre los agentes y por todos los hoteles de Madrid para dificultar al máximo sus movimientos en vísperas del Enlace Real.
Hace dos semanas, el FBI arrestó en Oregón a Mayfield, ya que los investigadores estadounidenses concluyeron que las huellas remitidas desde España eran las suyas. El abogado quedó ayer en libertad, después de que un tribunal federal estadounidense ordenase su excarcelación. Las Fuerzas de Seguridad españolas siempre dudaron de que fueran las huellas del letrado.
Con la atribución definitiva de la huella, el nombre de Daoud se suma al de los demás sospechosos de haber intervenido directamente en el 11-M. Además, el procesamiento ayer de uno de los presuntos autores materiales de los atentados por su pertenencia a la célula española de Al Qaeda ha servido para estrechar el vínculo entre la red encabezada por Osama bin Laden y el comando que perpetró la masacre.
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ordenó ayer la busca y captura de Said Berraj, en paradero desconocido. Sobre el marroquí ya pesaba la misma orden emitida por Juan del Olmo, que instruye el sumario del 11-M. La decisión de Garzón se desprende de las investigaciones relacionadas con la operación Dátil, que en 2001 desarticuló la célula española de Al Qaeda, dirigida por Abu Dahdah.
El auto revela que la policía española intervino el teléfono de Berraj el 19 de diciembre de 2003, casi tres meses antes de los atentados.
La base del procesamiento de Berraj es la comisión rogatoria librada en enero de 2003 por Garzón a Turquía. En su respuesta, en octubre, las autoridades turcas explicaban que en el año 2000 habían detenido en el mismo piso a cuatro personas que habían llegado a Estambul desde Madrid. Una de ellas era Berraj. Otra, Amer Azizi, también vinculado con el 11-M y considerado como uno de los hombres fuertes de Al Qaeda en Europa. Berraj acabó siendo deportado a Irán. Los otros compañeros de piso eran Salaedin Benyaich (detenido en Marruecos por los atentados de Casablanca) y Mohamed Haddad (preso en Guantánamo y del que Garzón ha pedido que sea extraditado).
Ya con el nombre de Berraj, la policía española decidió intervenir el teléfono de «un Said Berraj con idéntica filiación del detenido en Turquía» que, además, residía en el antiguo domicilio madrileño de Driss Chebli, también procesado por Garzón como miembro de Al Qaeda.
Cuatro días después del pinchazo, la policía solicitó a Turquía que envíase también fotografías y huellas de los detenidos en Estambul. Con todos los datos, la víspera del 11-M los agentes españoles identificaron plenamente a Berraj como Berraj el Mensajero, mencionado por Abu Dahdah y su entorno -incluido Jamal Zougam, considerado autor material del 11-M- en conversaciones telefónicas desde, al menos, 1999.
Según explica el magistrado Del Olmo en la orden de detención dictada contra Berraj el 30 de marzo, el marroquí había abandonado su domicilio y trabajo en Madrid dos días antes de los atentados, y el 12 comunicó que se marchaba a Marruecos. Las Fuerzas de Seguridad han solicitado muestras de ADN a Rabat para averiguar si se trata del único de los siete terroristas que se suicidaron en Leganés y que aún no ha sido identificado.
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