Una prueba demuestra que el teléfono de la 'mochila de Vallecas' no necesitaba tarjeta
27-04-06
11-M LA INVESTIGACION / Las nuevas revelaciones
Una prueba demuestra que el teléfono de la 'mochila de Vallecas' no necesitaba tarjeta
Además, el sistema de detonación que tenía no habría garantizado la activación del explosivo
EL MUNDO
11-M LA INVESTIGACION / Las nuevas revelaciones
Una prueba demuestra que el teléfono de la 'mochila de Vallecas' no necesitaba tarjeta
Además, el sistema de detonación que tenía no habría garantizado la activación del explosivo
EL MUNDO
MADRID.- Una veintena de pruebas realizadas con cuatro teléfonos similares al encontrado en la mochila de Vallecas pone de manifiesto de nuevo que el artefacto intervenido aquella mañana del 11-M por los efectivos policiales no hubiera estallado nunca y arrojan más dudas aún sobre las versiones oficiales.
Según informó ayer Libertad Digital, el teléfono hallado en la mochila de Vallecas no necesitaba tarjeta SIM para activar el despertador y la potencia de ese vibrador no hubiera puesto en marcha nunca la bomba. Y para llegar a esta conclusión, esta edición digital asegura que ha realizado una veintena de ensayos con cuatro teléfonos Trium T-110, similares al intervenido el día de la masacre. Esas pruebas no avalan precisamente la versión oficial.
(.../...)
El primer resultado es la confirmación de que ese modelo de teléfono no necesita tener colocada la tarjeta SIM -la que posibilitó el rastreo para llegar a Morata y Leganés- para que el despertador suene. Simplemente se fija la hora deseada, se extrae la tarjeta y se apaga el teléfono. El aparato sonará y vibrará. Además, según Libertad Digital, los ensayos demuestran que el tipo de conexión elegida por quien haya fabricado el artilugio detectado en Vallecas no garantiza la activación del detonador. De hecho, las pruebas realizadas por este medio de comunicación demuestran que la potencia no habría sido suficiente para activar el artefacto.
Libertad Digital hizo pruebas con el mismo modelo de teléfono localizado en la bomba de Vallecas que confirman las sospechas de que esa bomba sólo fue un señuelo, utilizado para dirigir las investigaciones en la dirección incorrecta. Libertad Digital solicitó a sus lectores que aportaran teléfonos como el localizado el 11-M, para poder comprobar con el instrumental adecuado el supuesto funcionamiento de ese aparato como temporizador.
Según este medio, cuando se utiliza un móvil como iniciador en un artefacto explosivo, los terroristas realizan un montaje que, aunque no es excesivamente complejo, requiere que se añadan algunos componentes externos al teléfono.
Entre otros aspectos, se añade una pila externa para que el teléfono pueda dar la suficiente corriente como para actuar de iniciador.Sin embargo, según los informes policiales incluidos en el sumario, en el teléfono de la bomba de Vallecas no se utilizó ni un solo componente externo, ni tampoco una pila, sino que se llevó a cabo un montaje muy simple, consistente en soldar un par de cables en paralelo con el vibrador del teléfono, de forma tal que la corriente fluyera a través del detonador en el momento de sonar la alarma despertador.
Para verificar el funcionamiento, Libertad Digital asegura que modificó uno de los teléfonos con el mismo tipo de montaje indicado en los informes policiales y realizó pruebas de suministro de corriente, conectando diversas resistencias de la misma manera que se conectaría un detonador. Y llegó a la conclusión de que no hubiera provocado la detonación. Esta prueba se repitió para diversos valores de resistencia. En todos los casos, el funcionamiento fue el mismo: al activarse la alarma, el circuito entrega a la resistencia un cierto valor de corriente, alcanzándose ese valor final en microsegundos y sin que existan sobreimpulsos de ningún tipo. El valor máximo de corriente que un Trium puede entregar con este tipo de montaje es menos de la mitad de lo que haría falta para garantizar la activación del tipo concreto de detonador utilizado en la bomba de Vallecas. Para el tipo de detonador usado (sensible de retardo), si la corriente está por debajo de 180 mA, se garantiza que el detonador no puede explotar. Si la corriente está por encima de 1,2 A, se garantiza que el detonador si explota. ¿Y qué sucede con los valores intermedios? No está garantizado nada.
El valor de corriente que Libertad Digital ha medido en las pruebas es suficientemente elevado como para que, en la mayoría de los casos, el detonador pueda llegar a explotar (y de hecho así parece que sucedió en las pruebas de los Tedax). No tiene ningún sentido que un supuesto terrorista monte una bomba utilizando un mecanismo de iniciación que puede funcionar o no. Las pruebas provocan nuevas dudas: ¿para qué iban a utilizar los terroristas un montaje que puede fallar, pudiendo emplear uno a prueba de fallos con sólo un componente y una pila adicional?
No tiene ningún sentido emplear un teléfono móvil en modo alarma como iniciador de una bomba. Cuando los grupos terroristas han usado teléfonos como iniciadores, ha sido para activar las bombas por llamada (es decir, como si los teléfonos fueran simples radiocomandos) y no por alarma. Si lo que se quiere es detonar una bomba a una hora determinada, no tiene sentido emplear el teléfono, porque un simple temporizador es más barato, más seguro, más simple y no deja ningún rastro.
Pero el resultado más sorprendente de las pruebas es el relativo al funcionamiento del teléfono como despertador. Las pruebas realizadas demuestran dos cosas: en primer lugar, que no era necesario liberar los teléfonos para poder usarlos como despertador.¿Para qué querrían liberar los teléfonos en la tienda de Kalaji los supuestos terroristas? ¿Es que existía algún interés en que se usara una tarjeta específicamente de Amena durante las operaciones? ¿O es que no existió tal liberación de los móviles? Uno de los siete teléfonos supuestamente activados en Morata no consta en la lista de teléfonos liberados por Kalaji.
En segundo lugar, que no era necesario dejar la tarjeta telefónica dentro del teléfono para que la alarma sonara. Sí que es necesario usar una tarjeta telefónica para programar la alarma, pero, una vez programada, esa tarjeta puede extraerse sin ningún problema.¿Por qué los supuestos terroristas dejaron en el teléfono esa tarjeta que tan providencialmente permitió detener a Zougam en plena jornada de reflexión?
Las otras dudas
Según el portal digital, había ya numerosos datos que avalaban que esa bomba no podía provenir de los trenes. Entre ellas, señala la ausencia total en esa bomba de huellas y rastros de ADN de alguno de los 116 detenidos por los atentados. También incluye la hora incorrecta de programación del teléfono de esa bomba con respecto a las que estallaron en El Pozo. Denuncia el hecho de que la composición de esa bomba no coincida con la de las mochilas detonadas por los Tedax en las estaciones de Atocha y El Pozo. También destaca la diferencia en cuanto a tipo de explosivo con las bombas que detonaron en los trenes y con el resto de explosivo hallado en la furgoneta de Alcalá. Otra de las razones que ponen en cuestión la tesis oficial es la presencia de metralla en la bomba de Vallecas, cuando en las bombas no había metralla. Otro indicio es el hecho de que esa bomba estuviera preparada para no explotar, ya que tenía dos cables sueltos.Otro de los elementos que ponen en cuestión la versión judicial y policial es que nadie haya sido capaz de explicar cómo llegó esa bomba a la Comisaría de Puente de Vallecas sin ser detectada, ni por qué los bultos de la estación de El Pozo fueron llevados a comisaría, cuando los del resto de las estaciones se llevaron a Ifema.
Según informó ayer Libertad Digital, el teléfono hallado en la mochila de Vallecas no necesitaba tarjeta SIM para activar el despertador y la potencia de ese vibrador no hubiera puesto en marcha nunca la bomba. Y para llegar a esta conclusión, esta edición digital asegura que ha realizado una veintena de ensayos con cuatro teléfonos Trium T-110, similares al intervenido el día de la masacre. Esas pruebas no avalan precisamente la versión oficial.
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El primer resultado es la confirmación de que ese modelo de teléfono no necesita tener colocada la tarjeta SIM -la que posibilitó el rastreo para llegar a Morata y Leganés- para que el despertador suene. Simplemente se fija la hora deseada, se extrae la tarjeta y se apaga el teléfono. El aparato sonará y vibrará. Además, según Libertad Digital, los ensayos demuestran que el tipo de conexión elegida por quien haya fabricado el artilugio detectado en Vallecas no garantiza la activación del detonador. De hecho, las pruebas realizadas por este medio de comunicación demuestran que la potencia no habría sido suficiente para activar el artefacto.
Libertad Digital hizo pruebas con el mismo modelo de teléfono localizado en la bomba de Vallecas que confirman las sospechas de que esa bomba sólo fue un señuelo, utilizado para dirigir las investigaciones en la dirección incorrecta. Libertad Digital solicitó a sus lectores que aportaran teléfonos como el localizado el 11-M, para poder comprobar con el instrumental adecuado el supuesto funcionamiento de ese aparato como temporizador.
Según este medio, cuando se utiliza un móvil como iniciador en un artefacto explosivo, los terroristas realizan un montaje que, aunque no es excesivamente complejo, requiere que se añadan algunos componentes externos al teléfono.
Entre otros aspectos, se añade una pila externa para que el teléfono pueda dar la suficiente corriente como para actuar de iniciador.Sin embargo, según los informes policiales incluidos en el sumario, en el teléfono de la bomba de Vallecas no se utilizó ni un solo componente externo, ni tampoco una pila, sino que se llevó a cabo un montaje muy simple, consistente en soldar un par de cables en paralelo con el vibrador del teléfono, de forma tal que la corriente fluyera a través del detonador en el momento de sonar la alarma despertador.
Para verificar el funcionamiento, Libertad Digital asegura que modificó uno de los teléfonos con el mismo tipo de montaje indicado en los informes policiales y realizó pruebas de suministro de corriente, conectando diversas resistencias de la misma manera que se conectaría un detonador. Y llegó a la conclusión de que no hubiera provocado la detonación. Esta prueba se repitió para diversos valores de resistencia. En todos los casos, el funcionamiento fue el mismo: al activarse la alarma, el circuito entrega a la resistencia un cierto valor de corriente, alcanzándose ese valor final en microsegundos y sin que existan sobreimpulsos de ningún tipo. El valor máximo de corriente que un Trium puede entregar con este tipo de montaje es menos de la mitad de lo que haría falta para garantizar la activación del tipo concreto de detonador utilizado en la bomba de Vallecas. Para el tipo de detonador usado (sensible de retardo), si la corriente está por debajo de 180 mA, se garantiza que el detonador no puede explotar. Si la corriente está por encima de 1,2 A, se garantiza que el detonador si explota. ¿Y qué sucede con los valores intermedios? No está garantizado nada.
El valor de corriente que Libertad Digital ha medido en las pruebas es suficientemente elevado como para que, en la mayoría de los casos, el detonador pueda llegar a explotar (y de hecho así parece que sucedió en las pruebas de los Tedax). No tiene ningún sentido que un supuesto terrorista monte una bomba utilizando un mecanismo de iniciación que puede funcionar o no. Las pruebas provocan nuevas dudas: ¿para qué iban a utilizar los terroristas un montaje que puede fallar, pudiendo emplear uno a prueba de fallos con sólo un componente y una pila adicional?
No tiene ningún sentido emplear un teléfono móvil en modo alarma como iniciador de una bomba. Cuando los grupos terroristas han usado teléfonos como iniciadores, ha sido para activar las bombas por llamada (es decir, como si los teléfonos fueran simples radiocomandos) y no por alarma. Si lo que se quiere es detonar una bomba a una hora determinada, no tiene sentido emplear el teléfono, porque un simple temporizador es más barato, más seguro, más simple y no deja ningún rastro.
Pero el resultado más sorprendente de las pruebas es el relativo al funcionamiento del teléfono como despertador. Las pruebas realizadas demuestran dos cosas: en primer lugar, que no era necesario liberar los teléfonos para poder usarlos como despertador.¿Para qué querrían liberar los teléfonos en la tienda de Kalaji los supuestos terroristas? ¿Es que existía algún interés en que se usara una tarjeta específicamente de Amena durante las operaciones? ¿O es que no existió tal liberación de los móviles? Uno de los siete teléfonos supuestamente activados en Morata no consta en la lista de teléfonos liberados por Kalaji.
En segundo lugar, que no era necesario dejar la tarjeta telefónica dentro del teléfono para que la alarma sonara. Sí que es necesario usar una tarjeta telefónica para programar la alarma, pero, una vez programada, esa tarjeta puede extraerse sin ningún problema.¿Por qué los supuestos terroristas dejaron en el teléfono esa tarjeta que tan providencialmente permitió detener a Zougam en plena jornada de reflexión?
Las otras dudas
Según el portal digital, había ya numerosos datos que avalaban que esa bomba no podía provenir de los trenes. Entre ellas, señala la ausencia total en esa bomba de huellas y rastros de ADN de alguno de los 116 detenidos por los atentados. También incluye la hora incorrecta de programación del teléfono de esa bomba con respecto a las que estallaron en El Pozo. Denuncia el hecho de que la composición de esa bomba no coincida con la de las mochilas detonadas por los Tedax en las estaciones de Atocha y El Pozo. También destaca la diferencia en cuanto a tipo de explosivo con las bombas que detonaron en los trenes y con el resto de explosivo hallado en la furgoneta de Alcalá. Otra de las razones que ponen en cuestión la tesis oficial es la presencia de metralla en la bomba de Vallecas, cuando en las bombas no había metralla. Otro indicio es el hecho de que esa bomba estuviera preparada para no explotar, ya que tenía dos cables sueltos.Otro de los elementos que ponen en cuestión la versión judicial y policial es que nadie haya sido capaz de explicar cómo llegó esa bomba a la Comisaría de Puente de Vallecas sin ser detectada, ni por qué los bultos de la estación de El Pozo fueron llevados a comisaría, cuando los del resto de las estaciones se llevaron a Ifema.
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