El portero contradice a la policía tras ser contactado por el PSOE

07-07-04

11-M LA INVESTIGACION / LAS PRIMERAS DECLARACIONES

El portero contradice a la policía tras ser contactado por el PSOE


En su declaración de ayer ante la Comisión, Luis Garrudo afirmó haber oído a las 12.30 del 11-M a agentes de la policía hablar de los detonadores y la cinta coránica encontrados en la furgoneta

MANUEL CERDAN

LUIS GARRUDO


Portero de una finca de Alcalá de Henares que vio a los terroristas.

Ese día comenzó una hora antes su jornada laboral, a las 7.00 de la mañana.

Declaró dos veces ante la policía, en Moratalaz y Canillas.

Facilitó la pista de la furgoneta Renault Kangoo usada por los asesinos.

EDUARDO BLANCO

Comisario de Alcalá que coordinó la primera inspección de la furgoneta.

Decidió trasladar el vehículo a Madrid para no borrar las huellas.

Profesional con imagen de serio y eficaz entre sus compañeros de la policía.

Pidió que buscaran sospechosos con rasgos árabes la misma tarde del 11-M.

MADRID.- Las sesiones de la Comisión de Investigación del 11-M comenzaron ayer con sorpresas y contradicciones en las declaraciones de dos de sus comparecientes. El primer testigo, Luis Garrudo Hernández -el portero que alertó a la policía del abandono por parte de los terroristas de la furgoneta Renault Kangoo en las proximidades de la estación de ferrocarril de Alcalá de Henares- desacreditó la primera versión del anterior Gobierno sobre la autoría de ETA.
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Garrudo aseguró que los agentes hallaron la bolsa con los detonadores y la cinta con la grabación de los versículos coránicos a las 12.30 horas del 11 de marzo en la propia estación de Alcalá, después de la intervención de una unidad canina en la primera inspección policial. Es decir, casi cinco horas antes de la versión policial.

Garrudo afirmó que pudo enterarse del hallazgo por los comentarios de los agentes o «por algún vecino». Y lo sorprendente es que, según el portero, los detonadores y las cintas se encontraron mucho antes de que la furgoneta fuera conducida a las instalaciones de la Comisaría General de la Policía Científica, ubicada en las instalaciones de Canillas, tal y como asegura la versión policial.

Las afirmaciones de Garrudo, que convencieron a todos los miembros de la Comisión menos a los diputados del PP, contradicen el contenido del informe que el 18 de marzo elaboró el entonces subdirector operativo de la policía, Pedro Díaz-Pindado, y que la Comisión tiene registrado con el número 23.

Según este documento, las primeras pruebas fueron halladas después de las 15.30 horas, una vez que la furgoneta fue inspeccionada por los funcionarios de la Comisaría General de la Policía Científica y de los expertos de los TEDAX: «Se detectó la presencia de siete detonadores debajo del asiento del acompañante del conductor y de una cinta casette con carátula con caracteres árabes y pequeños restos de material explosivo en la guantera».

Vicente Martínez Pujalte, el portavoz del PP en la Comisión, preguntó a Garrudo -que comparecía en la sala Cánovas del Congreso de los Diputados a petición del PSOE e IU- si había hablado con algún político antes de prestar su testimonio. El portero de Alcalá de Henares lo negó categóricamente: «Ni directa ni indirectamente.Afortunadamente. Bueno, no tengo nada contra los políticos. Me llamó una señorita».

Entre risas, cuando los periodistas y demás diputados creían que la pregunta del portavoz popular era baladí, saltó la sorpresa.Garrudo terminó su intervención, pero antes de abandonar la sala se le acercó el diputado del PP Ignacio Gil Lázaro y se le presentó como «el vicepresidente»: «Ah sí, usted es el señor Martínez Sanjuán, quien me llamó a casa para la citación», le contestó el portero.

Garrudo confundió las categorías de vicepresidentes y le delató el subconsciente. Gil Lázaro es vicepresidente cuarto de la Mesa del Congreso y en la Comisión de Investigación es secretario, mientras que el diputado del PSOE Angel Martínez Sanjuán es vicepresidente de la Comisión.

Martínez Sanjuán restó importancia al incidente y lo encuadró en el terreno de lo anecdótico. El diputado socialista manifestó a EL MUNDO: «Reconozco que llamé a Garrudo, pero no hay que darle ningún valor a esa llamada. Lo hice para comunicarle la comparecencia y tranquilizarlo. Sin más».

El vicepresidente de la Comisión añadió que hay que procurar que los ciudadanos se encuentren cómodos cuando declaren ante la Comisión: «Hay testigos que no tienen la experiencia de los funcionarios, que están acostumbrados a hablar en público, y hay que darles cierta confianza. Incluso, tras su declaración, he pedido que le enseñen el Congreso».

Sin embargo, Sanjuán se negó a dar más detalles en la reunión que celebró a medianoche cuando, a instancias del PP, se le pidió que aclarara las circunstancias de su llamada a Garrudo. Incluso se negó a facilitar el número al que telefoneó.

Las afirmaciones de Luis Garrudo fueron rebatidas por Eduardo Blanco González, jefe de la Comisaría de Alcalá de Henares, quien coordinó los trabajos de inspección y retirada del vehículo y que declaró después del portero.

El comisario avaló la versión policial que figura en los documentos en poder de la Comisión: «El señor Garrudo está equivocado. Se ha podido enterar con posterioridad y ha confundido las horas.Nosotros no encontramos ningún detonador en Alcalá. Lo afirmo con total rotundidad. Me enteré de su localización y de la cinta a las 19.00 horas, cuando me lo comunicaron los compañeros de la Brigada de Información».

Según el comisario, que tiene fama de serio y competente entre sus compañeros, en la furgoneta sólo entró uno de los perros, guiado desde fuera por un policía: «Intentábamos que se preservaran las huellas, Habríamos sido malos profesionales si hubiésemos encontrado unos detonadores y no hubiésemos llamado a los TEDAX.El perro no detectó nada y decidimos dejar la furgoneta para la inspección de la Policía Científica».

Blanco sí corroboró la versión de Garrudo referente a un álbum con fotografías de personas con rasgos árabes («uno de ellos llevaba un pañuelo como los de Arafat») que le mostró el comisario Gil -miembro de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE)- la misma tarde del 11-M, para que identificara a los terroristas que vio junto a la furgoneta. Según el comisario de Alcalá, a partir de las 20.00 horas del jueves 11 de marzo pidió a sus agentes que también preguntaran por sospechosos con «rasgos árabes».

El portero manifestó a los diputados que, sobre las 12.30 horas, cuando un vehículo policial lo conducía a las instalaciones de la Brigada Provincial de Información, en el barrio madrileño de Moratalaz, para prestar declaración, el conductor le comentó que los autores de la masacre no eran de ETA.

No obstante, Luis Garrudo aclaró que él, desde el primer momento, creía que los asesinos eran etarras, aunque precisó que, a las 7.00 de la mañana, cuando se encontró con los terroristas en el momento en el que éstos abandonaban la furgoneta, le parecieron extranjeros.

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