Interior reconoce que Zouhier alertó a la UCO

10-07-04



INVESTIGACION 11-M / Dos informes de la Policía y de la Guardia Civil, filtrados ayer a Efe y a La Ser, admiten que, al menos dos confidentes dieron pistas sobre el tráfico de dinamita / Los mandos no pudieron probarlas

Interior reconoce que Zouhier alertó a la UCO


MADRID.- Un informe de la Guardia Civil, filtrado ayer por el Ministerio del Interior a Efe y a la Cadena Ser, confirma que Rafá Zouhier -en prisión por su presunta relación con el 11-M- fue su confidente, y que en enero de 2003 alertó a sus contactos de la Unidad Central Operativa (UCO) sobre los intentos de José Emilio Suárez Trashorras -un «individuo de Avilés»- de vender el explosivo de las minas.
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Además, un segundo informe de la policía, revelado a la vez y por el mismo conducto informativo, desvela que muy poco antes, a finales de 2002, el Grupo de Estupefacientes de Oviedo alertó igualmente de que el propio José Emilio Suárez Trashorras, también confidente y ahora en prisión por vender los explosivos con los que murieron 192 personas en Madrid- podría «andar traficando con dinamita».

La conclusión a la que llegaban sendos informes -según subrayaba ayer la filtración periodística- es que los confidentes nunca llegaron a alertar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de la venta de explosivos del 11-M. Sin embargo, de su contenido sólo cabe deducir que no habían logrado rentabilizar las pistas con resultados concretos.

Así, el informe de la Guardia Civil, firmado por el actual director general, Carlos Gómez Arruche, refiere que Zouhier informó acerca de «un individuo de Avilés, que buscaba compradores para explosivos y que decía que había sustraído cierta cantidad de algún depósito de explosivos, ya que al parecer, trabajó como vigilante en este sector de la industria minera». La Guardia Civil desplegó, según el mismo informe, un «vasto y extenso operativo policial» durante varios meses de 2003, sin que se pudiera obtener «ningún dato o hecho objetivo». Y la propia Fiscalía de Avilés, a la que se informó verbalmente, descartó iniciar un procedimiento penal «ante la evidente ausencia de indicios».

En el caso del confidente policial, José Emilio Suárez Trashorras, el informe es algo más exhaustivo, pero aunque está firmado por el ex subdirector general de la Policía Pedro Díaz-Pintado, no es sino la transcripción del documento elaborado por el «contacto» de dicho confidente, el jefe del Grupo de Estupefacientes de Avilés, Manuel García Rodríguez.

Asegura el comisario que «todas sus conversaciones» con Suárez Trashorras «versaron únicamente sobre personas y asuntos relacionados con el mundo de la droga». Sin embargo, revela que el Grupo de Estupefacientes de Oviedo le alertó de los trapicheos de su confidente con la dinamita.

Según el informe, el comisario de Avilés se distanció del confidente, precisamente, por esta circunstancia y por su «carácter sumamente inquieto». Pero ello no le impidió volver a contactar con él en una segunda fase, y hasta el mismo 11 de Marzo. En esta última etapa, las pistas del confidente sobre sus nuevas y peligrosas amistades fueron cada vez más explícitas. «Trashorras manifestó en alguna ocasión», reza el informe según lo recoge Efe, «tener relación de amistad con unos 'moritos' que vivían en Madrid.a donde había ido incluso para llevar un regalo al hijo de uno de ellos».

Además, el propio jefe del Grupo de Estupefacientes vio a Trashorras en Avilés «con dos personas que parecían árabes» a finales del año 2003. Y en enero de 2004, el confidente policial comentó que había «unos moritos» que subían hachís desde Madrid hasta Pontevedra para cambiarlo por coacaína, que posteriormente transportaban hacia el País Vasco, «aunque no volvió a hablar del tema».

El informe detalla también que los «moritos» habían estado en la boda del confidente con Carmen Toro -en libertad provisional en relación con el 11-M- y que ésta le echó de casa, tras discutir a la vuelta de la luna de miel, en Madrid, por su intensa relación con ellos.

«El funcionario», reza el informe, «no apreció nada raro y no le dio más importancia». No obstante, sí le llamó la atención una frase que Suárez Trashorras pronunció tras los atentados.El confidente le dijo que había llamado a uno de los «moritos» y que éste le había dicho que «si no lo veía en la tierra, lo vería en el cielo». Este fue, según el informe, el indicio que empujó a García Rodríguez a poner en conocimiento de la Comisaría General de Información y que provocó su detención.

La filtración sólo da cuenta de la fecha -el 24 de abril- en que fue firmado este segundo informe. El ex director general de la Policía, Pedro Díaz-Pintado, lo remitió a Interior el dos de junio, tres días después de que el ministro Alonso anunciara una investigación sobre las relaciones entre los confidentes y el 11-M, desveladas ese mismo día por EL MUNDO.

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