A tres imputados se les llama «mano derecha de 'El Chino'», dice un letrado

03-03-06

A tres imputados se les llama «mano derecha de 'El Chino'», dice un letrado

MANUEL MARRACO

MADRID.- El juez Juan del Olmo completó ayer la ronda de comparecencias con los primeros detenidos por el 11-M que aún permanecen en prisión. Tras las cinco del miércoles, el magistrado de la Audiencia Nacional escuchó ayer las alegaciones de Otman el Gnaoui, Abdelila el Fadual el Akil, Rachid Aglif y Fouad el Morabit contra la petición de la Fiscalía de prorrogar hasta cuatro los dos años de prisión provisional que ya han cumplido.

La fiscal Olga Sánchez y una de las dos acusaciones particulares presentes en la vista solicitaron la ampliación para los cuatro marroquíes, a los que se acusa de pertenencia a una organización terrorista. El juez acordará esa prórroga en los nueve casos el próximo lunes, según fuentes del juzgado.

El primero en comparecer fue El Gnaoui, acusado de acondicionar el zulo que albergó los explosivos y de participar en su traslado desde Asturias. El marroquí aseguró ayer que «no era consciente» de lo que preparaba la célula de El Chino y que se limitó a aceptar los encargos de obras que le hicieron sus compatriotas. Respecto a las llamadas, negó que viajase hasta Burgos a finales de febrero de 2004 para incorporarse a la caravana que transportaba la dinamita.

El siguiente en comparecer fue El Fadual. Tras escuchar la tesis de la fiscal, su letrado se mostró sorprendido porque, por primera vez, se acusaba a El Fadual de pertenencia a la célula, no de simple colaboración. «Desconocemos el alcance de las pruebas que hayan sido vedadas a la defensa hasta la fecha, pero de lo manifestado por el Ministerio Público entendemos que no existe prueba alguna», dijo.

Entre otros aspectos recogidos en la transcripción de la vista, el letrado destacó que «a El Fadual se le acusa de ser la mano derecha de Jamal Ahmidan [El Chino], y sin embargo al menos en el sumario constan otras tres o cuatro personas que también tenían esa consideración». El propio acusado fue breve. «Que no sabía nada de eso, que está aquí porque conocía a Jamal, sólo le conocía a él», dijo El Fadual.

También Rachid Aglif insistió en su inocencia cuando llegó su turno: «Quiero que se haga justicia conmigo por todo lo que se me acusa y todas las mentiras que han dicho sobre mí. Por favor.No soy terrorista, en prisión me tratan muy mal y psicológicamente me encuentro muy mal. Sé que esta causa es muy difícil, que se está llevando todo muy lento y difícil, pero tengo respeto a las víctimas», dijo.

El letrado de este marroquí, como el resto de defensas, solicitó su libertad condicional, y resaltó las dificultades que supone para la defensa que después de dos años el juez todavía no haya dictado el auto de procesamiento «que aclare la situación» del detenido.

El último en comparecer fue Fouad el Morabit, cuya defensa insistió en que del rastreo de los teléfonos móviles alegados por la fiscal para pedir la prisión no se puede concluir que quien hiciera las llamadas fuera siempre El Morabit.

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