Un testigo clave del 11-M dice que la UCO le amenazó de muerte si hablaba

17-09-07



EL HUIDO MARIO GASCON CAPTO A ZOUHIER COMO CONFIDENTE Y SE RELACIONO CON 'EL CHINO'

Un testigo clave del 11-M dice que la UCO le amenazó de muerte si hablaba


ANTONIO RUBIO

MADRID.- Se llama Mario Gascón, dice que fue fraile mercedario y que conoció personalmente a Jamal Ahmidan, El Chino, supuesto jefe de la célula del 11-M. También actuó de enlace entre la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) y los confidentes que ese grupo tenía infiltrados en la célula islamista que llevó a cabo los atentados de Madrid. Pero lo más significativo de todo es que Mario Gascón fue citado como testigo por el tribunal del 11-M, aunque huyó de España y nunca acudió a la llamada judicial. «La Guardia Civil me quería picar el pasaporte», explica.


EL MUNDO ha localizado fuera de España a Mario Gascón, ex colaborador de la UCO, que se ha convertido en un auténtico testigo de cargo. «Me fui de España y no pienso volver hasta que no tenga unas garantías de seguridad, porque a mí me quería picar el pasaporte la Guardia Civil», afirma. En el argot de la delincuencia y los bajos fondos, el concepto picar el pasaporte o el billete significa que te van a matar o estás condenado a muerte.
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Gascón fue durante varios años colaborador de la Unidad Central Operativa, cobraba unos 4.000 euros mensuales por sus servicios de confidente y fue quien convenció al marroquí Rafá Zouhier para que trabajara para los agentes del Instituto Armado: «Tras los atentados del 11-M, los agentes de la UCO [se refiere al capitán Paco, al alférez Víctor y al guardia Rafa] vienen a verme a mi casa. Después nos fuimos a una pizzería y allí empezaron a hablarme del atentado, de Zouhier. Y en un momento determinado yo les dije: 'Pero si esto ya se sabía, lo de los explosivos'».

Y a partir de ese momento, siempre según el propio Mario Gascón, el capitán Paco se alteró: «Sacó una pistola, me la puso en el pecho y me dijo: 'Tú eres un maricón y lo que tienes que hacer es callarte, y esto déjalo que ya es cosa nuestra'».

Mario Gascón, que entre otras muchas cosas ha sido colaborador-confidente de las Fuerzas de Seguridad del Estado y director de discotecas, se encuentra en la actualidad en situación de ser localizado, porque nunca respondió a las citaciones judiciales. La localización es un grado menor al de busca y captura.

Gascón, amigo de Rafá Zouhier, Rachid Aglif, alias El Conejo, y Jamal Ahmidan, El Chino, entre otros acusados del 11-M, está dispuesto a volver a España y contar todo lo que sabe. «Quiero quitarme esta mierda de encima y que salga el sol por donde salga, pero necesito garantías, seguridad», dice.

Mario Gascón, que según ha relatado a este periódico tuvo que soportar desde el extranjero las presiones y amenazas que realizaron contra su familia, está convencido de que «a la UCO lo que menos le interesa es que hable y cuente toda la verdad».

Tras la comida con los agentes de la UCO, el ex fraile mercedario recibió el encargo de comunicarle a Rafá Zouhier que desapareciera de España, que se esfumara durante un tiempo. El marroquí no atendió a los avisos de su amigo y protector y se quedó aquí. Posteriormente fue detenido -el 20 de marzo de 2004-, imputado, y en la actualidad espera en la cárcel de Puerto Real (Cádiz) la sentencia del tribunal del 11-M.

Al parecer, Mario Gascón también recibió los mismos consejos que él transmitió a Zouhier. En esta ocasión sí puso tierra de por medio. El tribunal del 11-M tenía prevista la declaración del colaborador de la UCO a lo largo del mes de abril este año, pero para esa fecha Gascón ya estaba fuera de Madrid.

Se da la circunstancia de que el 19 de julio de 2004, cuatro meses después de los atentados del 11-M, la Dirección General de la Guardia Civil emitió una nota informativa con la calificación de confidencial que, en el apartado asunto, indicaba: «Informando sobre la entrevista con el titular del JCI 6», en referencia al Juzgado Central de Instrucción número 6, del que es titular el magistrado Juan del Olmo.

Los mismos agentes

En el texto de esa nota informativa se reflejaba que se «entrega la contestación a la resolución dictada por S.Sª. con fecha 15 de julio, en la que se solicitaba si Mario Gascón Armada era confidente de la Guardia Civil y su paradero actual». El documento confidencial de la Guardia Civil terminaba con la siguiente apreciación: «El juez señaló que el compareciente [en referencia a Mario Gascón] podría acogerse a los beneficios de la Ley de Protección de Peritos y Testigos».

Gascón recuerda cómo fue aquel momento, el 23 de julio de 2004, en que tuvo que comparecer ante la justicia: «Me llevaron ante el juez los agentes de la Guardia Civil que con anterioridad me estuvieron amenazando con una pistola en el pecho».

«Cuando declaré ante el juez Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez me sentí presionado. Hubo un momento en que les dije: '¿Yo aquí cómo estoy, en calidad de imputado o en calidad de qué?'» añade el ex jefe de discotecas.

El ex confidente de la Guardia Civil también reconoce que solicitó al juez y la fiscal que le dieran la categoría de testigo protegido, pero que no tiene constancia de que se la concedieran. «La próxima vez que esté delante de un juez declararé toda la verdad, pero quiero hacerlo como testigo protegido», dice.

Durante aquella declaración de Gascón ante el magistrado de la Audiencia Nacional se produjo un hecho entre anecdótico y surrealista que él cuenta de la siguiente manera: «Cuando Juan del Olmo se enteró que había sido fraile mercedario, me hizo una broma y me dijo que lo que tenía que hacer era olvidarme de todo e irme al convento de nuevo».

Una carta con todo

Mario Gascón, a pesar de los cientos de kilómetros que en la actualidad median entre él y sus ex amigos de la UCO, sigue teniendo miedo y no acaba de tirar de la manta. Gascón apunta hechos, circunstancias y guarda la mayoría de sus secretos para cuando vuelva a España: «Mi abogado tiene una carta. Los de la UCO querían que no hablara, que me callara, pero yo los conozco muy bien y sé cómo es la trama». El ex fraile mercedario no quiere aclarar si se refiere al 11-M en general, al tema de los explosivos o a las relaciones de los presuntos terroristas islamistas con las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Gascón reconoció a EL MUNDO, mediante conversación telefónica, su relación con el supuesto jefe de la célula terrorista. «Yo no sólo tenía relación con Rafá Zouhier y Rachid Aglif, El Conejo, también la tenía con Jamal Ahmidan, El Chino. A ése lo conocí en el año 2000 en Ceuta, cuando pasaba hachís e inmigrantes de Marruecos a España».

Los contactos entre el ex fraile, ex jefe de discoteca y ex colaborador de la UCO con el supuesto jefe del comando terrorista que se suicidó el 3 de abril de 2004 en un piso de Leganés se fue incrementado con el tiempo: «En Madrid volví a reencontrarme con El Chino en los ambientes nocturnos, en la noche de Madrid. Jamal Ahmidan nunca ha sido un islamista. A él le gustaba el hachís, el dinerito y la buena vida. Era un delincuente que fue a más».

Y, por último, Mario Gascón reconoce que trabajaba para la UCO y que los agentes con los que más relación tenía y con quien más trabajaba «eran Rafa y Víctor». Rafa, según ha podido saber este periódico, es un número de la Guardia Civil cuyo auténtico nombre es Mariano. Víctor, que durante el 11-M tenía el rango de alférez y que posteriormente fue ascendido a teniente, se llama Jaime. Los dos agentes, siempre según Gascón, actuaban con la supervisión directa del capitán Paco: «Víctor siempre necesitaba el visto bueno del capitán Paco. Víctor es un buen agente al que han manipulado».

De fraile mercedario a confidente

La evolución profesional y personal de Mario Gascón en los últimos años ha sido significativa e importante. Comenzó su relación con la delincuencia como fraile mercedario en la cárcel de Barcelona. Allí, según él, ayudaba a los internos a su reinserción social.

Con el tiempo, Gascón abandonó los hábitos de fraile, se trasladó a Madrid y se convirtió en gerente y director de discotecas. También estuvo, según reconoce él mismo, por Marruecos, conociendo el mundo del hachís, y allí se encontró con el marroquí Jamal Ahmidan 'El Chino'.

Se da la circunstancia que la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced de la Redención de los Cautivos, más conocida como los Mercedarios fue fundada en 1218 para «la redención de los cristianos cautivos de los musulmanes». Gascón no puede negar que su relación con los musulmanes fue intensa y que se convirtió en amigo y confidente, entre otros, de Rafá Zouhier, Rachid Aglif, 'El Conejo' y Jamal Ahmidan, 'El Chino'.

Durante los últimos años, Gascón ha vivido en un mundo de lujo y placer, todo lo contrario a lo que exige a sus miembros la orden de los Mercedarios. Los mercedarios tienen cuatro votos: «Pobreza, castidad, obediencia y estar dispuesto a entregarse como rehenes y dar la vida si fuese necesario por el cautivo en peligro de perder su fe».

La orden de los Mercedarios también se dedicó a la evangelización de los territorios más alejados de España, entre ellos la Patagonia argentina y Chile. Mario Gascón está dispuesto a volver a España, pero no está convencido, todavía, de que tenga que «dar su vida» en favor de la verdad del 11-M.

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