La clave está en 'El Turco'

07-05-06



CARTA DEL DIRECTOR

La clave está en 'El Turco'


PEDRO J. RAMIREZ

Mis plegarias han sido finalmente atendidas. Al cabo de varios meses reclamando una explicación sobre cómo pudo aparecer en Alcalá el Skoda Fabia con ADN de Allekema Lamari a seis puestos de distancia de donde estuvo aparcada la Renault Kangoo y nada menos que 12 semanas después del 11-M, ya he recibido una respuesta.Pese al aliciente de mi pública promesa de abandonar la investigación y asumir mansamente la versión oficial a nada que fuera verosímil, quien se ha puesto en contacto conmigo no ha sido ni el Ministerio del Interior, ni el Juzgado Central de Instrucción número 6, ni la Fiscalía General del Estado, ni el Grupo Parlamentario Socialista, sino un querido amigo, gran conocedor de las artes ocultas, que me ha enviado la grabación de un reciente programa de televisión. (.../...)

La secuencia muestra el descampado del parking del recinto ferial Juan Carlos I en un día sin actividad ni visitantes. Está completamente vacío. No hay un solo vehículo en muchos metros a la redonda.Sólo el cemento y el cielo despintado de un Madrid con nubes bajas. Cuatro personas llegan andando ataviadas de negro como si se tratara de una cita de gánsteres en una película de Quentin Tarantino. Pero, no: son el joven mago Jorge Blass y sus tres ayudantes que pronto extienden una sábana roja ante la cámara.Y nada por aquí, nada por allá , jamalají, jamalajá -la intriga dura menos de cinco segundos-, el lienzo deja paso no ya a un utilitario como el Skoda, no ya a una modesta furgoneta como la Kangoo, sino a toda una furgonetaza, gregaria de la morfología de los grandes furgones blindados para el transporte de joyas y dinero. ¡Voilà!

La constatación de que sólo un truco de magia -probablemente ejecutado por el Centro Nacional de Ilusionismo (CNI)- puede explicar uno de los enigmas clave en el recorrido de las miguitas de Pulgarcito del 11-M me ha animado a perseverar por esa vía para intentar encontrar explicaciones a algunos de nuestros últimos descubrimientos. Ha sido una labor de documentación interesantísima que me ha llevado hasta la figura eximia de Jean Eugene Robert-Houdin, el padre de la magia contemporánea, el precursor que elevó los juegos de prestidigitación de los tahúres callejeros hasta el escenario donde oficiaba con su sobrio y elegante frac, el hombre en suma cuya vida y milagros estimularon la fantasía de un inmigrante húngaro llegado a los Estados Unidos con el nombre de Erich Weiss, hasta el extremo de llevarle a adoptar el pronto legendario nombre artístico de Harry Houdini.

Relojero de profesión, Robert-Houdin tenía grandes conocimientos de mecánica y buena parte de sus trucos eran en realidad pequeñas obras de ingeniería. Mi amigo aficionado a la magia me enseñó un grabado de mediados del XIX en el que el artista agitaba en el aire un capirote del que brotaba una catarata de objetos tan copiosa como la que formaron las «61 evidencias» halladas durante la tarde del 11-M, en la sede policial de Canillas, en el interior de esa misma furgoneta que, según varios testimonios oculares, resulta que, cuando fue avistada y examinada por la mañana en Alcalá, estaba completamente vacía.

¿Cómo es posible que un receptáculo que ojos tan expertos como los de media docena de funcionarios curtidos en mil pesquisas y olfatos tan aguzados como los del perro Aníbal y su hembra estimaran sin ningún género de dudas limpio y vacío, terminara albergando, sin embargo, tantos objetos, algunos de ellos -la cinta coránica, los detonadores, los guantes y bufandas con rastros biológicos- determinantes para la inculpación de los islamistas? Siguiendo una pista descubierta a través de una página web, volví a fijarme en el grabado de Robert-Houdin y mi atención se concentró en uno de los objetos situados sobre una alargada mesa estilo imperio, a las espaldas del mago. Tiene la apariencia de un bonsái, pero se trata en realidad del Naranjo Fantástico. Entender su funcionamiento es entender lo que ocurrió con la Renault Kangoo.

El truco del Naranjo Fantástico es en realidad una versión sofisticada del mítico Cuerno de la Abundancia. Tal y como puede comprobarse en los vídeos de quienes hoy en día siguen reproduciéndolo, con las mismas hechuras con que lo concibió Robert-Houdin, todo comienza en el momento en que el mago guarda una serie de objetos en una especie de caja que sirve de base al arbolito. Luego les prende fuego hasta aparentemente destruirlos. Cuando el humo se ha disipado la caja está vacía, pero de la planta empiezan a brotar primero unas flores y enseguida unas orondas naranjas que terminan abriéndose por la mitad y mostrando en su interior los objetos, el más llamativo de los cuales -normalmente un pañuelo- es elevado en el aire por dos mariposas mecánicas.

¿Es un juego de poleas, resortes y pedales el que mueve los objetos dentro del Naranjo Fantástico o se trata de una hábil manipulación manual mientras la atención del público está siendo desviada hacia la falsa quema de los objetos y toda la demás parafernalia? Dejémoslo en que mitad y mitad. Esa no es la cuestión esencial puesto que, en el caso de la furgoneta de Alcalá, desprovista de cualquier doble fondo o compartimento oculto, sólo cabe que las «61 evidencias» fueran incorporadas de forma física en algún momento del trayecto o en la propia sede policial. Lo que nos importa de la metáfora son tres presuntas obviedades:

1.- La extraordinaria importancia que una audiencia proporciona a aquello que aparece rodeado de misterio en un lugar inesperado, por simple y corriente que en el fondo pueda ser lo hallado.Y no hay mariposa mecánica capaz de competir con una comparecencia de un ministro del Interior anunciando por televisión que la Policía ha descubierto una cinta coránica en el interior de una furgoneta aparcada junto al lugar en el que se gestó la masacre.Todos sabemos cuáles fueron las consecuencias de aquella información y todos podemos imaginar cuáles hubieran sido si lo que Angel Acebes hubiera comunicado a los españoles es que se había encontrado una tarjeta de visita del Grupo Mondragón y otra de Gráficas Bilbaínas.

2.- La única condición sine qua non para que un mago habilidoso haga aparecer determinados objetos en el lugar de su preferencia es que previamente los tenga a su disposición. Puesto que gran parte de las «61 evidencias» catalogadas en Canillas eran propiedad del dueño de la furgoneta y no estaban dentro del vehículo en Alcalá, eso sólo puede implicar que quienes los volvieron a introducir o bien habían robado y vaciado directamente la Kangoo o bien -y esto es lo más probable- tenían bajo control a los ladrones y pudieron incautarse sin mandamiento judicial alguno de toda aquella morralla con el único propósito de utilizarla de soporte y camuflaje de los elementos incriminatorios que querían hacer aflorar.

3.- Si en cualquier otra situación nunca está de más recordar que las apariencias engañan, cuando se tiene enfrente a profesionales de la simulación es obligatorio cuestionarlo todo y casi dar por hecho que nada es lo que parece. Comprendo que haya muchos que digan que la diferencia entre las tarjetas con apellidos vascos y los indicios islamistas es que las primeras eran pistas que no llevaban a ninguna parte y las segundas condujeron, sin embargo, a los autores de la masacre. Pero éste es el momento de subrayar que los suicidados en Leganés, con el más que dudoso apéndice de Zougam, sólo son los presuntos autores en la medida en que todas esas pruebas bajo reiterada sospecha de manipulación nos llevan hasta ellos. Es decir, que nadie inteligente debe invertir el proceso lógico y ceder a la ilusión de que, predeterminada la autoría, el que algo tenga importancia o sea irrelevante depende de su encaje o no en ese molde.

¿Supone esta elemental precaución racionalista cuestionar la implicación de los integrantes de la llamada célula de Lavapiés y sus cómplices asturianos en la masacre? Es obvio que todos ellos fueron sorprendidos mientras pasaban por allí y no de forma precisamente inocente. Pero eso no fue todo, en la medida en que ni judicial, ni política, ni intelectualmente explica casi nada.

Hace dos meses, en el artículo La conspiración de la pólvora avancé mi convencimiento de que la investigación del 11-M había sido «manipulada mediante la introducción de pruebas falsas», que en esa categoría entraban tanto la mochila de Vallecas, como la furgoneta de Alcalá, como, por supuesto, el Skoda Fabia, y que eso implicaba la participación de miembros de los aparatos del Estado «si no en la comisión del atentado, sí desde luego en su distorsión al servicio de objetivos políticos».

Desde entonces se han producido notables avances en nuestra indagación periodística que acumulan poderosos indicios -nadie vio la mochila en la estación de El Pozo, nadie vio ningún objeto en la Kangoo, sobre el Skoda la Policía no sabe-no contesta -, pero también flagrantes evidencias en esa dirección. A esta última categoría pertenece la aportada por el propio Ministerio del Interior al desvelar que hubo al menos un elemento -la tarjeta de Gráficas Bilbaínas- que fue escamoteado tanto al Gobierno del PP como al juez Del Olmo.

Aunque su relevancia probatoria sea ahora probablemente nula, el camuflaje de una razón social de raigambre vasca bajo los únicos puntos suspensivos de una exhaustiva relación plagada de denominaciones completas supone todo un test del carácter tendencioso de la labor policial. Si la cinta podía ser coránica, pero las Gráficas no podían ser Bilbaínas, no es de extrañar que en el informe sobre el primer interrogatorio a Trashorras también desapareciera la revelación de que Jamal Ahmidan conocía a los etarras detenidos en Cuenca. ¿Cuándo se ha enterado Su Señoría de este nuevo engaño que hay que sumar a los de la metenamina, la radiografía de la mochila o la falsa imagen de los restos de explosivo del supuesto cartucho de Alcalá? Pues probablemente a la vez que el resto de los españoles: dos años y dos meses después de consumado.

Como ya han señalado Casimiro García-Abadillo, Luis del Pino y otros especialistas en el rastreo del sumario, lo más extraordinario del caótico auto de procesamiento del juez no es ni la ausencia de un iter narrativo, ni las lagunas sobre aspectos clave de la masacre, ni los ya aludidos múltiples ejemplos de la manipulación policial, sobre los que tanta responsabilidad cabe atribuir a la perturbada fiscal Olga Sánchez. No, lo más significativo de todo es el vacío absoluto que existe sobre la autoría intelectual de la masacre. ¿A quién obedecían, ante quién respondían, bajo el impulso de quién actuaban El Chino, El Tunecino, El Argelino o El Egipcio, en el caso de que estuviera implicado? Lo siento, pero tengo que contestar con otro alias toponímico: la clave está en El Turco.

Me refiero al misterioso autómata ajedrecista creado por el Barón Von Kempelen y exhibido por primera vez en 1770 en la corte imperial de María Teresa de Viena. Sentado ante un tablero con tres compartimentos en su base, el exótico personaje de madera y latón les ganó, jugando con la zurda, en 1783 a Benjamin Franklin, en 1785 a Federico el Grande de Prusia y en 1809 -en vísperas de la batalla de Wagram y en sólo 24 movimientos- al propio Napoleón Bonaparte.

El misterio de El Turco fascinó y obsesionó tanto a las clases populares como a la elite intelectual durante casi un siglo.Antes de cada demostración su propietario abría cada uno de los tres compartimentos inferiores mostrando con toda nitidez que sólo ocultaban el cajón de las fichas y una serie de poleas y ruedas mecánicas que teóricamente proporcionaban el fluido de la vida y la inteligencia a aquel tío abuelo oriental de Pinocchio.

No fue hasta 1836 cuando Edgar Allan Poe, saltando de los cuentos de terror a la investigación de un misterio real, comenzó a desvelar el secreto de El Turco al explicar en un extenso artículo cómo durante su gira americana había un fulano llamado Schlumberger que siempre ayudaba a la instalación del autómata, pero nunca estaba presente durante las partidas. Poco después, en el transcurso de un viaje a La Habana, el tal Schlumberger murió de fiebre amarilla y hubo que cancelar abruptamente la representación.

Las historias de la magia muestran hoy con todo detalle la ingeniosa disposición de la base del tablero de forma que el operador -hubo otros que antecedieron y sucedieron al difunto- pudiera ocultarse con un poco de contorsionismo en un compartimento distinto del que cada vez se mostraba al público, controlar la partida desde un pequeño tablero secundario y dirigir con imanes cada movimiento de El Turco.

Aún no hemos descubierto a nuestro Schlumberger -espero que tardemos algo menos de 65 años-, pero sí tenemos el suficiente nivel de información como para darnos cuenta de que la única manera de entender el 11-M es contemplando a Jamal Ahmidan y sus compinches -pequeños traficantes de droga mucho más que fanáticos islamistas- como meros ejecutores, casi como simples autómatas, que materializaron las decisiones inteligentes adoptadas por el operador que logró infiltrarse en su trama y apoderarse de los resortes de su voluntad.

Dejemos para otro día el debate sobre si fueron los autómatas los que pusieron las verdaderas bombas que estallaron en los trenes o si su trasiego de dinamita, mochilas y teléfonos móviles fue sólo la cortina roja de Jorge Blass y el humo del Naranjo Fantástico de Robert-Houdin. Conste, de momento, mi convencimiento de que necesariamente tuvo que existir alguna relación entre los funcionarios públicos que falsificaron las pruebas y los agentes privados que controlaron los imanes de El Turco. Eso estrecha el cerco de la investigación.

Claro que quienes hayan llegado hasta aquí siempre podrán escabullirse de este desafío de la lógica y sumarse a la patulea de vagos y mentecatos que han hecho suya la ocurrencia gubernamental de que Fernando Múgica confundió, a estas alturas del concierto, una tarjeta de visita con la carátula de una casete y un grupo empresarial con un conjunto de rock. Pero si usted, amigo lector, se siente demócrata y busca la verdad, no puedo recomendarle sino que viaje con nosotros y disfrute de las hermosas historias que le vamos a contar.

pedroj.ramirez@el-mundo.es

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias.
Comentarios así son los que nos dan ánimos y hacen renacer la esperanza de que no todo está perdido.
Fuerza y honor.
11-M entira.
Anónimo ha dicho que…
Es verdad que Pedro J. está poniendo en jaque a muchos. Bueno, no solo PJ sino tambien F. Mújica y Luis del Pino. Lo que es verdaderamente deplorable es que mucha gente no sepa lo que ha pasado en el 11M. Porque los poderes mediáticos han manipulado a la opinión pública.Pero como dice P.J.: "pero, si usted, amigo lector, se siente demócrata y busca la verdad, no puedo recomendarle sino que viaje con nosotros y disfrute de las hermosas historias que les vamos a contar".
Anónimo ha dicho que…
Ante la imposibilidad de participar en el blog de LdP, sólo encuentro éste para transmitir mis impresiones. Le dejo libertad de publicar como remitido ó de anularlo simplemente.

¡Hola!. Es la primera vez que participo en este foro, aunque lo leo a menudo, desde hace algún tiempo, y es por ello que os ruego perdonéis mi intervención, que posiblemente sea la última, pero necesitaba comentaros mi impresión. ¡Allá va!
En el hilo “Todo aclarado”, me llamó la atención un comentario de hastalav #98, que con cierta ironía hablaba de la referencia de Cabanillas a “Un Medicamento”, en relación con los explosivos (Metenamina). (Entrevista en la SER)
Así, me puse a buscar una intervención pasada, creo que de Earl, donde nos comentaba que la sustancia referida, podría encontrarse en un Medicamento, del que no quería hacer mención para evitar las tentaciones de cualquier loco. Dicho comentario no lo he encontrado, y surgió como consecuencia de las aclaraciones si la metenamina era un componente del RDX, ó un residuo. Sólo he encontrado la referencia de EArl #42, en “Los Hechos …”
Muy interesante sobre lo que comento, los comentarios siguientes: (Lo siento, mientras no me enseñéis, NO sé poner enlaces, y tampoco hagáis caso de las fechas, ya que no he seguido un orden cronológico)
Referencia Nitroglicerina:
Hilo : “Las sombras del 11-M”.- Urbamin #189 y Jose32 #347
“Lucía y Javier”.- wsc #96
“Todo aclarado”.- Sinué #760 y Larrucea #775
“Hechos … “.- Earl #42
Y yo me pregunto:
1.- ¿Cómo sabía Cabanillas que el componente en cuestión y que formaba parte del explosivo, se había obtenido de “Un Medicamento”?¿O lo he entendido mal?
2.- ¿ Se puede obtener dicho producto de forma industrial, sin proceder de ningún medicamento?
3.- ¿Se pretende indicar, que el explosivo se fabricó con componentes caseros?
4.- ¿Se puede fabricar el explosivo con componentes industriales, ú obtenerlos ya fabricados y mezclados?
5.- Si se pretende indicar que el explosivo era RDX (Metenamina) y de fabricación casera, ¿qué pinta la goma-2, de las mochilas?
6.- Si el explosivo fuera RDX, ¿era cierta la primera impresión de los tedax, al intentar desactivar las mochilas, según el protocolo, en este caso correcto?
7.- Hay más preguntas, pero me parecen improcedentes, por ahora.
P.D. No hagáis caso de la fecha, ya que lo he escrito cuando me han surgido las dudas, pero al no tener clave aún, no he podido acceder al hilo correspondiente. 17/03/2.006 Demóstenes. Gracias.
Anónimo ha dicho que…
Un detalle formal importante para no herir susceptibilidades.
Por favor, editen la última frase del artículo de PJR. Las palabras "disfrute" y "hermosas" están escritas en cursiva en el artículo original para resaltar su carácter irónico.
Anónimo ha dicho que…
Gracias PedroJ, muchas gracias, ¡que sería de nosotros sin ese periodico y sin la decidida intención de llegar a la verdad!. Se llegará a ella, se pasará mal, pero no importa.....no importa nada, "la verdad nos hará libres", como dijo Cristo; sin ella, "las ansias infinitas de poder" nos llevarían a ser vasallos del terror. Vuelvo a repetir: ¡Gracias!
Anónimo ha dicho que…
Kickjor, haces una buena labor.....
Anónimo ha dicho que…
Sobre el remolcaje de la Kangoo:
Una grúa de palas, tipo Patrol, que arrastra el coche, es la única que permite meter el vehículo remolcado en un aparcamiento subterráneo ¡Una de plataforma no entra!
Anónimo ha dicho que…
Muchas gracias por publicar aquí las cartas de Pedro Jeta. Así puedo leerlas sin gastar un duro en su panfleto
Kickjor ha dicho que…
"usuario anónimo dijo...

Muchas gracias por publicar aquí las cartas de Pedro Jeta. Así puedo leerlas sin gastar un duro en su panfleto ".


Lee, a ver si aprendes algo y y si las telarañas de tu sectarismo no te lo impiden vislumbras la verdad.

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