LA RESPUESTA DE ZAPATERO EVIDENCIA UN PULSO ENTRE ETA Y EL GOBIERNO
20-08-06
EDITORIAL
LA RESPUESTA DE ZAPATERO EVIDENCIA UN PULSO ENTRE ETA Y EL GOBIERNO
EDITORIAL
LA RESPUESTA DE ZAPATERO EVIDENCIA UN PULSO ENTRE ETA Y EL GOBIERNO
Aunque la reacción inicial del Gobierno sobre el comunicado de ETA fue minimizar su trascendencia, tanto la magnitud de la amenaza y el chantaje lanzados por la banda terrorista como la justificada alarma social que ha provocado obligaron a Zapatero a responder al emplazamiento de los terroristas y de Batasuna durante un mitin en Las Palmas. Y de la respuesta del presidente del Gobierno -con gesto duro y en términos más concretos de lo que en él es habitual- se deduce, efectivamente, que el mal llamado proceso de paz se ha convertido en un pulso entre ETA y el Gobierno.
Zapatero aseguró que lo único que está en «crisis total y definitiva», en referencia explícita al contenido del comunicado, es «la violencia, quien ampara la violencia y quien se queda detrás de la violencia». El presidente del Gobierno respondió a la banda y a Batasuna que «el único camino que vamos a transitar para llegar a la paz es el de la legalidad, en todos y cada uno de sus principios, empezando por la Ley de Partidos».
Las palabras de Zapatero, igual que el comunicado de ETA, indican que el principal caballo de batalla de los proetarras en este momento no es la negociación con el Gobierno para tratar sobre las medidas de reinserción o la situación de los presos a cambio de que ETA renuncie definitivamente a la violencia, sino la legalización de Batasuna. Los plazos, en efecto, apuran, puesto que si la formación ilegalizada quiere presentarse a las elecciones municipales de mayo, ha de estar inscrita en el registro de partidos a finales de año.
Batasuna y el PSOE se culpan mutuamente del bloqueo del proceso. Los dirigentes de Batasuna reiteraron ayer que no aceptan la condición de cumplir la Ley de Partidos para volver a la legalidad y el portavoz de los socialistas vascos -en consonancia con Zapatero- acusó a los proetarras de poner en peligro la consecución de la paz al negarse a respetar las leyes. Da la sensación de que unos y otros están, como dijo ayer Jaime Mayor Oreja, en «un tira y afloja» relacionado, sin duda, con lo tratado en las conversaciones que han venido manteniendo en los últimos años, sobre las que ni el Gobierno ni el PSOE quieren aclarar nada. Precisamente ayer, Mariano Rajoy emplazó a Zapatero a dejar claro que no aceptará el «chantaje» de los terroristas. Aún cuando podía haberse pronunciado en términos más duros, el presidente del Gobierno sí respondió a ETA ayer -no así otras veces- de forma adecuada. La opinión pública española vería con muy buenos ojos la vuelta al consenso con el PP en el Pacto Antiterrorista.
Zapatero aseguró que lo único que está en «crisis total y definitiva», en referencia explícita al contenido del comunicado, es «la violencia, quien ampara la violencia y quien se queda detrás de la violencia». El presidente del Gobierno respondió a la banda y a Batasuna que «el único camino que vamos a transitar para llegar a la paz es el de la legalidad, en todos y cada uno de sus principios, empezando por la Ley de Partidos».
Las palabras de Zapatero, igual que el comunicado de ETA, indican que el principal caballo de batalla de los proetarras en este momento no es la negociación con el Gobierno para tratar sobre las medidas de reinserción o la situación de los presos a cambio de que ETA renuncie definitivamente a la violencia, sino la legalización de Batasuna. Los plazos, en efecto, apuran, puesto que si la formación ilegalizada quiere presentarse a las elecciones municipales de mayo, ha de estar inscrita en el registro de partidos a finales de año.
Batasuna y el PSOE se culpan mutuamente del bloqueo del proceso. Los dirigentes de Batasuna reiteraron ayer que no aceptan la condición de cumplir la Ley de Partidos para volver a la legalidad y el portavoz de los socialistas vascos -en consonancia con Zapatero- acusó a los proetarras de poner en peligro la consecución de la paz al negarse a respetar las leyes. Da la sensación de que unos y otros están, como dijo ayer Jaime Mayor Oreja, en «un tira y afloja» relacionado, sin duda, con lo tratado en las conversaciones que han venido manteniendo en los últimos años, sobre las que ni el Gobierno ni el PSOE quieren aclarar nada. Precisamente ayer, Mariano Rajoy emplazó a Zapatero a dejar claro que no aceptará el «chantaje» de los terroristas. Aún cuando podía haberse pronunciado en términos más duros, el presidente del Gobierno sí respondió a ETA ayer -no así otras veces- de forma adecuada. La opinión pública española vería con muy buenos ojos la vuelta al consenso con el PP en el Pacto Antiterrorista.
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