LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M / La investigación Cuando la nitroglicerina dinamita el sumario
23-07-06
LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M / La investigación
Cuando la nitroglicerina dinamita el sumario
Por JAIME IGNACIO DEL BURGO
LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M / La investigación
Cuando la nitroglicerina dinamita el sumario
Jaime Ignacio del Burgo es doctor en Derecho y diputado del Partido Popular por Navarra. En este artículo da cuenta de las contradicciones que existen en la investigación sobre el tipo de explosivo que utilizaron los terroristas en los atentados del 11 de Marzo en Madrid. De las primeras informaciones que hablaban de Titadyne y, por consiguiente, de la autoría de ETA, pasando por las declaraciones ante la Comisión de Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe de los Tedax, en las que menciona que en los restos de los focos de las explosiones se encontró nitroglicerina; para finalizar en el posterior desmentido del Ministerio del Interior, afirmando que Sánchez Manzano cometió un «error» al hablar de nitroglicerina en lugar de dinamita. También cita el misterioso informe pericial de los análisis químicos efectuados de los restos recogidos en los trenes y su posterior desaparición y de cómo esto va a afectar al sumario del juez Del Olmo.
(.../...)
Como es bien sabido, el bloque gubernamental en el Congreso de los Diputados se propuso como primera providencia en la Comisión de Investigación del 11-M demostrar que el Gobierno de Aznar había mentido a los españoles. Así que nuestra inicial tarea como comisionados del Grupo Popular fue tratar de conocer de forma exhaustiva cómo se produjo la investigación policial para determinar en qué medida la información facilitada por el Gobierno y, de manera singular, por el entonces ministro del Interior, Angel Acebes, se había ajustado a la verdad.
Recuérdese cómo hasta las 13.30 horas del día 11 de marzo, el Gobierno mantuvo silencio sobre la autoría del atentado, a diferencia de otros dirigentes políticos, incluidos el actual presidente del Gobierno y el lehendakari Ibarreche, que desde el primer momento atribuyeron a ETA la responsabilidad de la masacre.
Pues bien, cuando el ministro Acebes compareció ante los medios de comunicación para imputar a ETA la autoría del atentado, el Gobierno contaba con un concluyente informe del Centro Nacional de Inteligencia -que no dejó de apuntar a la banda terrorista durante los tres días siguientes- y la opinión de los principales responsables de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la reunión mantenida al mediodía en el Ministerio del Interior bajo la presidencia de Ignacio Astarloa, a la sazón secretario de Estado de Seguridad.
La comparecencia
En este cónclave policial se llegó a la conclusión, a la vista de los antecedentes examinados, de que con toda probabilidad ETA había cometido el terrible atentado. Cuando estaba a punto de levantarse la reunión, el subdirector general operativo de la Policía, Pedro Díaz Pintado, máximo funcionario policial del Ministerio del Interior, recibió una llamada desde la estación de Atocha del Comisario de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro Jaén. Los asistentes a la reunión constataron cómo el subdirector general repetía la palabra Titadyne y ya no tuvieron ninguna duda sobre la autoría. Hacía varios años que ETA había robado en Francia grandes cantidades de esta clase de dinamita y la utilizaba cuando no hacía uso de la cloratita, un explosivo de fabricación casera.
El día 7 de julio de 2004 compareció ante la Comisión Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe de los Tedax, es decir, del servicio de desactivación de explosivos de la Policía. En su exposición inicial, Sánchez Manzano relató cómo sobre las 14.00 horas se obtuvieron los primeros datos fiables de los restos hallados en el lugar de las explosiones.
«El primer resultado fiable que da es que es dinamita». Mi primera pregunta al compareciente fue que aclarase por qué el subdirector general operativo de la Policía había informado a la cúpula policial reunida en el ministerio en torno a las 12.30 horas que el explosivo utilizado había sido Titadyne.
Sánchez Manzano afirmó no tener ni idea de cómo Díaz-Pintado había llegado a semejante conclusión, pues su unidad sólo tuvo constancia de que el explosivo utilizado había sido dinamita a secas, sin especificar ninguna marca o clase, en torno a las 14.00 horas.
Explicó cómo los Tedax actuaban en estos casos con el máximo rigor, pues de lo contrario su credibilidad se derrumbaría. Y añadió: «He dicho que los restos de los focos de las explosiones llegan a la unidad a las 12.30 horas; se inicia su análisis y se obtienen los primeros resultados en torno a las 14.00 horas. Tampoco le sé precisar ahora exactamente a qué hora pudo ser cuando se obtuvieron los primeros resultados fiables sobre los que ya se puede pronunciar el jefe de la unidad o cualquier especialista, porque si no, no lo hacen».
Sánchez Manzano aclara de forma contundente: «Ahí el resultado que se obtiene es que es dinamita, sin poder precisar la clase comercial de dinamita. Esto es así, porque cuando se produce la explosión, la alta combustión destruye todos los componentes de los explosivos. En algunos casos, no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas. Como no podemos hallar más componentes, no podemos saber la clase comercial de la dinamita».
Y concluyó: «Ni yo, ni mi especialidad, ni ningún miembro de mi especialidad dijo la palabra Titadyne; se dijo que era dinamita en torno a las 14.00 horas de acuerdo con los resultados del laboratorio, y se le comunica personalmente al comisario de Seguridad Ciudadana que, en la cadena de mando y en mi caso es mi superior inmediato, y además delante de la inspectora responsable del laboratorio».
En respuesta a otras de mis preguntas, Sánchez Manzano señaló que hasta que no conocieron el resultado del análisis del minúsculo culote de explosivo encontrado en la furgoneta de Alcalá de Henares y se analizó el contenido de la famosa mochila decimotercera aparecida en la Comisaría de Vallecas en la madrugada del día 12 de marzo, no se llegó a la conclusión de que el explosivo supuestamente utilizado en los trenes había sido Goma 2 ECO, de fabricación española.
Posteriormente, vuelve a ratificar lo dicho durante mi interrogatorio a preguntas de los comisionados Gaspar Llamazares y José Antonio Labordeta. A éste último le responde lo siguiente: «A las 14.00 horas, como son muestras obtenidas en los restos que ha dejado la explosión, lo único que se puede averiguar es que es dinamita, porque lo único que se puede encontrar es nitroglicerina, que es el componente común de todas las dinamitas; con independencia de la clase comercial que sea, siempre tienen ese componente".
El día 26 de abril de 2004, después de la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, Sánchez Manzano remitió al juez Del Olmo un informe sobre los explosivos que el titular del Juzgado número 6 de la Audiencia Nacional reflejó en un auto de 18 de junio de 2004.
Lo importante del Titadyne
En él se afirma que las analíticas efectuadas del culote de la furgoneta de Alcalá y del explosivo hallado en la decimotercera mochila de Vallecas, revelan que se trataba de dinamita Goma 2 ECO por estar compuestas de nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftlato de dibutilo, metenamina y carbonato cálcico.
Como aclaración, decir que la aparición de la Metenamina es uno de los puntos oscuros de toda esta historia, pues la Goma 2 ECO no contiene tal sustancia y hasta el momento no se ha proporcionado una explicación convincente de esta anomalía quedando en entredicho la profesionalidad del jefe de los Tedax.
Respecto a los restos recogidos en los focos de las explosiones, el informe de Sánchez Manzano es taxativo: «En cuanto al resto de los artefactos que explosionaron (bien directamente en la acción terrorista, o tras su neutralización), en las analíticas efectuadas a muestras recogidas al efecto, se detectó la presencia de componentes habituales de la dinamita (a dicho informe -se refiere al del 26 de abril de 2004- se adjunta informe pericial de los análisis químicos efectuados)».
Más adelante, el auto del juez Del Olmo vuelve a referirse a los ensayos analíticos de las muestras recogidas por los funcionarios de los Tedax en el lugar donde se produjeron las explosiones y que tuvieron el siguiente resultado: «Estación de Atocha (focos número 1, 2, 3 y 4, en todos ellos presencia de componentes de dinamita, correspondiendo el foco número 1 al artefacto desactivado por los Tedax); Estación de Santa Eugenia (foco único; presencia de componentes de dinamita); Estación de El Pozo (focos número 1, 2 y 3; el número 1 se corresponde con artefacto desactivado por los Tedax, componentes habituales de dinamita; el número 2, componentes de dinamita; el número 3, no se detecta la presencia de ninguna sustancia digna de mención; y Calle de Téllez (focos número 1, 2, 3 y 4; en los focos número 1, 3 y 4, componentes de dinamita, en el foco número 2 no se detecta la presencia de ninguna sustancia digna de mención)».
Lo primero que llama la atención es que el juez Del Olmo dejó constancia de que existía un informe pericial de los análisis químicos efectuados de los restos recogidos en los focos de explosión de los trenes. Sin embargo, como veremos más adelante, este informe ha desaparecido.
Por otra parte, a tenor de las explicaciones proporcionadas por Sánchez Manzano a la Comisión del 11-M, habría que concluir que se habían encontrado restos de nitroglicerina, por ser -según él- el componente habitual de todas las dinamitas.
Y así quedó la cosa. Pero hete aquí que, gracias a las investigaciones de EL MUNDO, hemos sabido hace unos días que la nitroglicerina es un componente de la Titadyne, pero no aparece en la Goma 2 ECO por estar sustituida por una sustancia denominada nitroglicol.
El asunto no es baladí, pues, si lo encontrado en los focos de las explosiones de los trenes era nitroglicerina, en tal caso el explosivo utilizado por los terroristas no habría sido Goma 2 ECO sino Titadyne. En consecuencia, la nitroglicerina habría dinamitado el sumario del 11-M, pues todo él se basa en la imputación a la célula de Lavapiés de haber perpetrado el atentado con la dinamita Goma 2 Eco adquirida al asturiano Emilio Suárez Trashorras, previamente robada en la Mina Conchita perteneciente a la empresa Caolines de Merillés.
La reacción del Gobierno
Ante esta inesperada revelación producida tras el cierre del sumario por el juez Del Olmo -el 6 de julio de 2006-, donde el magistrado no puede precisar qué tipo de explosivo utilizaron los terroristas, el Gobierno se vio obligado a reaccionar.
Primero fue la Fiscalía de la Audiencia Nacional. El 11 de julio publicó una nota en la que, tras ratificar que el explosivo utilizado fue Goma 2 ECO, se afirma que «no existe ningún dato, indicio o prueba, directa o indirecta, en la causa penal que avale la afirmación de que había nitroglicerina en los restos de las explosiones que se produjeron en los trenes».
Después fue el propio Ministerio del Interior quien calificó de «error» la declaración de Sánchez Manzano ante la Comisión del 11-M, porque lo único que quería era transmitir la idea de que en ocasiones quedan restos de nitroglicerina que permiten concluir que se ha empleado algún tipo de dinamita, aunque esto no sucediera en el 11-M.
Sánchez Manzano -concluyó el Ministerio- dijo nitroglicerina cuando en realidad lo que quería decir era dinamita. Y Pérez Rubalcaba, ante semejante pifia del mando policial, se quedó tan ancho.
También el juez Del Olmo tomó cartas en el asunto. Abrió una pieza separada del sumario y el pasado lunes, 17 de julio, tomó declaración a Sánchez Manzano. Éste ratificó la versión del Ministerio del Interior y declaró que se equivocó al hablar de nitroglicerina, pues él es experto en desactivar explosivos pero no en explosivos.
Al día siguiente compareció la inspectora jefe del Laboratorio Químico-Toxicológico del Servicio Central de Análisis Científicos de la Policía. Declaró ante el juez que no pudo realizar un «análisis cuantitativo» de los restos hallados en los trenes, pues sólo se trataba de «impregnaciones». Entregó al magistrado una copia del único informe que dice haber realizado aquel día elaborado a media tarde, después de conocer el contenido de la furgoneta de Alcalá.
En él se relata cómo su laboratorio analizó tres muestras proporcionadas por los Tedax: la primera, de cuatro gramos, que contenía un polvo de color rosáceo, procedente de los trenes; la segunda, de dos gramos, era una sustancia blanquecina encontrada en la furgoneta de Alcalá y la tercera, de tres gramos, procedente de las muestras-patrón que tiene la Policía para realizar los cotejos.
Los peritos realizaron los análisis y concluyeron que la muestra encontrada en los trenes no era más que polvo de los extintores utilizados por los bomberos en los trenes. Así que de nitroglicerina -componente de la Titadyne-, nada de nada.
Después de este relato de hechos procede formular algunas consideraciones. No es creíble la versión del error de Sánchez Manzano ante la Comisión. Lo cierto es que al jefe de los Tedax y al comisario de Seguridad Ciudadana, que esperaban ansiosos el resultado de los análisis, la inspectora jefe del laboratorio en torno a las 14.00 horas del día 11 de marzo les dijo que era dinamita, información que Santiago Cuadro transmitió de inmediato a Diaz Pintado.
Sánchez Manzano puede no ser un experto en explosivos, pero su relato ante la Comisión fue fruto de su experiencia profesional y de su intensa vivencia personal del día 11 de marzo. Ante la Comisión no se inventó nada, dijo simplemente la conclusión a la que había llegado después de hablar con la inspectora jefe.
De esa conversación, Sánchez Manzano obtuvo la convicción de que era dinamita porque se habían encontrado restos de nitroglicerina. Nadie se había dado cuenta todavía de que en la fabricación de la Goma 2 ECO ya no se utiliza nitroglicerina por tratarse de una sustancia muy inestable y, por tanto, peligrosa.
La unidad de Sánchez Manzano sabía perfectamente que cuando ETA utilizaba Titadyne aparecían restos de nitroglicerina. Por otra parte, Sánchez Manzano, cuando compareció ante la Comisión Parlamentaria, conocía que en el auto del juez Del Olmo de 18 de junio de 2004 se detallaba cómo en el análisis de los restos obtenidos en los focos de las explosiones se habían detectado los componentes habituales de la dinamita y por eso se refirió a la nitroglicerina, de acuerdo con el razonamiento que expuso en el Congreso.
Componente de la dinamita
La declaración de la inspectora jefe del laboratorio de la Policía tampoco se tiene en pie. Porque el juez Del Olmo dice en su auto de 18 de junio de 2004 que junto al informe remitido por el jefe de los Tedax, fechado el 26 de abril de 2004, se adjunta el realizado en la mañana del día 11 de marzo por la referida inspectora jefe donde se dictamina que en los restos hallados en la mayoría de los focos de explosión de los trenes, se detectaron los componentes habituales en la dinamita.
La inspectora ha declarado al juez que el Laboratorio Químico-Toxicológico del Servicio Central de Análisis Científicos de la Policía analizó cuatro gramos de sustancias encontradas en los focos de las explosiones que resultaron ser polvo de los extintores de los bomberos.
De ser esto cierto, ¿en qué se basó para informar a las 14.00 horas del día 11 de marzo tanto al jefe de los Tedax como al comisario jefe de la Seguridad Ciudadana que el explosivo utilizado por los terroristas era dinamita? ¿Cómo es posible que si sólo le llevaron impregnaciones y no pudo hacer otra cosa porque todo se destruye en las explosiones, el auto del juez Del Olmo de 18 de junio de 2004 hiciera un relato tan pormenorizado del análisis de los restos encontrados confirmando que en la mayoría de los casos se detectaban los componentes habituales de la dinamita?
No es creíble que Sánchez Manzano se equivocara al hablar de la nitroglicerina, pues de ser así todo su relato ante la Comisión carecería de sentido. Resulta bochornoso que Sánchez Manzano arruine su profesionalidad para salvar la cara al Gobierno socialista atribuyéndose un inexistente error que de haberse producido sólo revelaría su absoluta incompetencia. Mentir ante la Comisión de Investigación es un delito, pero casi peor es hacer el ridículo ante ella.
No es creíble tampoco que la inspectora jefe del laboratorio de los Tedax sostenga ahora que sólo detectó polvo procedente de los extintores de los bomberos, pues en tal caso su dictamen de urgencia de las dos de la tarde del día 11 sosteniendo que en el atentado se había utilizado dinamita, formulada pasadas14 horas carecería de base alguna, del mismo modo que el informe de los Tedax del 26 de abril de 2004, donde se refiere con todo detalle el resultado del análisis de los restos encontrados en los focos de las explosiones sería una gran mentira.
Veremos qué resulta finalmente de la pieza separada abierta por el juez Del Olmo. Me temo que como en ocasiones anteriores se limite a dejar constancia, sin ninguna valoración crítica, de los testimonios de los mandos policiales.
Por cierto, esta iniciativa del juez se ha realizado sin presencia de las partes, lo que podría conducir a la nulidad de actuaciones por tratarse de un asunto directamente relacionado con el núcleo esencial del proceso.
Lo dicho, la nitroglicerina ha dinamitado el sumario del 11-M.
(.../...)
Como es bien sabido, el bloque gubernamental en el Congreso de los Diputados se propuso como primera providencia en la Comisión de Investigación del 11-M demostrar que el Gobierno de Aznar había mentido a los españoles. Así que nuestra inicial tarea como comisionados del Grupo Popular fue tratar de conocer de forma exhaustiva cómo se produjo la investigación policial para determinar en qué medida la información facilitada por el Gobierno y, de manera singular, por el entonces ministro del Interior, Angel Acebes, se había ajustado a la verdad.
Recuérdese cómo hasta las 13.30 horas del día 11 de marzo, el Gobierno mantuvo silencio sobre la autoría del atentado, a diferencia de otros dirigentes políticos, incluidos el actual presidente del Gobierno y el lehendakari Ibarreche, que desde el primer momento atribuyeron a ETA la responsabilidad de la masacre.
Pues bien, cuando el ministro Acebes compareció ante los medios de comunicación para imputar a ETA la autoría del atentado, el Gobierno contaba con un concluyente informe del Centro Nacional de Inteligencia -que no dejó de apuntar a la banda terrorista durante los tres días siguientes- y la opinión de los principales responsables de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la reunión mantenida al mediodía en el Ministerio del Interior bajo la presidencia de Ignacio Astarloa, a la sazón secretario de Estado de Seguridad.
La comparecencia
En este cónclave policial se llegó a la conclusión, a la vista de los antecedentes examinados, de que con toda probabilidad ETA había cometido el terrible atentado. Cuando estaba a punto de levantarse la reunión, el subdirector general operativo de la Policía, Pedro Díaz Pintado, máximo funcionario policial del Ministerio del Interior, recibió una llamada desde la estación de Atocha del Comisario de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro Jaén. Los asistentes a la reunión constataron cómo el subdirector general repetía la palabra Titadyne y ya no tuvieron ninguna duda sobre la autoría. Hacía varios años que ETA había robado en Francia grandes cantidades de esta clase de dinamita y la utilizaba cuando no hacía uso de la cloratita, un explosivo de fabricación casera.
El día 7 de julio de 2004 compareció ante la Comisión Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe de los Tedax, es decir, del servicio de desactivación de explosivos de la Policía. En su exposición inicial, Sánchez Manzano relató cómo sobre las 14.00 horas se obtuvieron los primeros datos fiables de los restos hallados en el lugar de las explosiones.
«El primer resultado fiable que da es que es dinamita». Mi primera pregunta al compareciente fue que aclarase por qué el subdirector general operativo de la Policía había informado a la cúpula policial reunida en el ministerio en torno a las 12.30 horas que el explosivo utilizado había sido Titadyne.
Sánchez Manzano afirmó no tener ni idea de cómo Díaz-Pintado había llegado a semejante conclusión, pues su unidad sólo tuvo constancia de que el explosivo utilizado había sido dinamita a secas, sin especificar ninguna marca o clase, en torno a las 14.00 horas.
Explicó cómo los Tedax actuaban en estos casos con el máximo rigor, pues de lo contrario su credibilidad se derrumbaría. Y añadió: «He dicho que los restos de los focos de las explosiones llegan a la unidad a las 12.30 horas; se inicia su análisis y se obtienen los primeros resultados en torno a las 14.00 horas. Tampoco le sé precisar ahora exactamente a qué hora pudo ser cuando se obtuvieron los primeros resultados fiables sobre los que ya se puede pronunciar el jefe de la unidad o cualquier especialista, porque si no, no lo hacen».
Sánchez Manzano aclara de forma contundente: «Ahí el resultado que se obtiene es que es dinamita, sin poder precisar la clase comercial de dinamita. Esto es así, porque cuando se produce la explosión, la alta combustión destruye todos los componentes de los explosivos. En algunos casos, no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas. Como no podemos hallar más componentes, no podemos saber la clase comercial de la dinamita».
Y concluyó: «Ni yo, ni mi especialidad, ni ningún miembro de mi especialidad dijo la palabra Titadyne; se dijo que era dinamita en torno a las 14.00 horas de acuerdo con los resultados del laboratorio, y se le comunica personalmente al comisario de Seguridad Ciudadana que, en la cadena de mando y en mi caso es mi superior inmediato, y además delante de la inspectora responsable del laboratorio».
En respuesta a otras de mis preguntas, Sánchez Manzano señaló que hasta que no conocieron el resultado del análisis del minúsculo culote de explosivo encontrado en la furgoneta de Alcalá de Henares y se analizó el contenido de la famosa mochila decimotercera aparecida en la Comisaría de Vallecas en la madrugada del día 12 de marzo, no se llegó a la conclusión de que el explosivo supuestamente utilizado en los trenes había sido Goma 2 ECO, de fabricación española.
Posteriormente, vuelve a ratificar lo dicho durante mi interrogatorio a preguntas de los comisionados Gaspar Llamazares y José Antonio Labordeta. A éste último le responde lo siguiente: «A las 14.00 horas, como son muestras obtenidas en los restos que ha dejado la explosión, lo único que se puede averiguar es que es dinamita, porque lo único que se puede encontrar es nitroglicerina, que es el componente común de todas las dinamitas; con independencia de la clase comercial que sea, siempre tienen ese componente".
El día 26 de abril de 2004, después de la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, Sánchez Manzano remitió al juez Del Olmo un informe sobre los explosivos que el titular del Juzgado número 6 de la Audiencia Nacional reflejó en un auto de 18 de junio de 2004.
Lo importante del Titadyne
En él se afirma que las analíticas efectuadas del culote de la furgoneta de Alcalá y del explosivo hallado en la decimotercera mochila de Vallecas, revelan que se trataba de dinamita Goma 2 ECO por estar compuestas de nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftlato de dibutilo, metenamina y carbonato cálcico.
Como aclaración, decir que la aparición de la Metenamina es uno de los puntos oscuros de toda esta historia, pues la Goma 2 ECO no contiene tal sustancia y hasta el momento no se ha proporcionado una explicación convincente de esta anomalía quedando en entredicho la profesionalidad del jefe de los Tedax.
Respecto a los restos recogidos en los focos de las explosiones, el informe de Sánchez Manzano es taxativo: «En cuanto al resto de los artefactos que explosionaron (bien directamente en la acción terrorista, o tras su neutralización), en las analíticas efectuadas a muestras recogidas al efecto, se detectó la presencia de componentes habituales de la dinamita (a dicho informe -se refiere al del 26 de abril de 2004- se adjunta informe pericial de los análisis químicos efectuados)».
Más adelante, el auto del juez Del Olmo vuelve a referirse a los ensayos analíticos de las muestras recogidas por los funcionarios de los Tedax en el lugar donde se produjeron las explosiones y que tuvieron el siguiente resultado: «Estación de Atocha (focos número 1, 2, 3 y 4, en todos ellos presencia de componentes de dinamita, correspondiendo el foco número 1 al artefacto desactivado por los Tedax); Estación de Santa Eugenia (foco único; presencia de componentes de dinamita); Estación de El Pozo (focos número 1, 2 y 3; el número 1 se corresponde con artefacto desactivado por los Tedax, componentes habituales de dinamita; el número 2, componentes de dinamita; el número 3, no se detecta la presencia de ninguna sustancia digna de mención; y Calle de Téllez (focos número 1, 2, 3 y 4; en los focos número 1, 3 y 4, componentes de dinamita, en el foco número 2 no se detecta la presencia de ninguna sustancia digna de mención)».
Lo primero que llama la atención es que el juez Del Olmo dejó constancia de que existía un informe pericial de los análisis químicos efectuados de los restos recogidos en los focos de explosión de los trenes. Sin embargo, como veremos más adelante, este informe ha desaparecido.
Por otra parte, a tenor de las explicaciones proporcionadas por Sánchez Manzano a la Comisión del 11-M, habría que concluir que se habían encontrado restos de nitroglicerina, por ser -según él- el componente habitual de todas las dinamitas.
Y así quedó la cosa. Pero hete aquí que, gracias a las investigaciones de EL MUNDO, hemos sabido hace unos días que la nitroglicerina es un componente de la Titadyne, pero no aparece en la Goma 2 ECO por estar sustituida por una sustancia denominada nitroglicol.
El asunto no es baladí, pues, si lo encontrado en los focos de las explosiones de los trenes era nitroglicerina, en tal caso el explosivo utilizado por los terroristas no habría sido Goma 2 ECO sino Titadyne. En consecuencia, la nitroglicerina habría dinamitado el sumario del 11-M, pues todo él se basa en la imputación a la célula de Lavapiés de haber perpetrado el atentado con la dinamita Goma 2 Eco adquirida al asturiano Emilio Suárez Trashorras, previamente robada en la Mina Conchita perteneciente a la empresa Caolines de Merillés.
La reacción del Gobierno
Ante esta inesperada revelación producida tras el cierre del sumario por el juez Del Olmo -el 6 de julio de 2006-, donde el magistrado no puede precisar qué tipo de explosivo utilizaron los terroristas, el Gobierno se vio obligado a reaccionar.
Primero fue la Fiscalía de la Audiencia Nacional. El 11 de julio publicó una nota en la que, tras ratificar que el explosivo utilizado fue Goma 2 ECO, se afirma que «no existe ningún dato, indicio o prueba, directa o indirecta, en la causa penal que avale la afirmación de que había nitroglicerina en los restos de las explosiones que se produjeron en los trenes».
Después fue el propio Ministerio del Interior quien calificó de «error» la declaración de Sánchez Manzano ante la Comisión del 11-M, porque lo único que quería era transmitir la idea de que en ocasiones quedan restos de nitroglicerina que permiten concluir que se ha empleado algún tipo de dinamita, aunque esto no sucediera en el 11-M.
Sánchez Manzano -concluyó el Ministerio- dijo nitroglicerina cuando en realidad lo que quería decir era dinamita. Y Pérez Rubalcaba, ante semejante pifia del mando policial, se quedó tan ancho.
También el juez Del Olmo tomó cartas en el asunto. Abrió una pieza separada del sumario y el pasado lunes, 17 de julio, tomó declaración a Sánchez Manzano. Éste ratificó la versión del Ministerio del Interior y declaró que se equivocó al hablar de nitroglicerina, pues él es experto en desactivar explosivos pero no en explosivos.
Al día siguiente compareció la inspectora jefe del Laboratorio Químico-Toxicológico del Servicio Central de Análisis Científicos de la Policía. Declaró ante el juez que no pudo realizar un «análisis cuantitativo» de los restos hallados en los trenes, pues sólo se trataba de «impregnaciones». Entregó al magistrado una copia del único informe que dice haber realizado aquel día elaborado a media tarde, después de conocer el contenido de la furgoneta de Alcalá.
En él se relata cómo su laboratorio analizó tres muestras proporcionadas por los Tedax: la primera, de cuatro gramos, que contenía un polvo de color rosáceo, procedente de los trenes; la segunda, de dos gramos, era una sustancia blanquecina encontrada en la furgoneta de Alcalá y la tercera, de tres gramos, procedente de las muestras-patrón que tiene la Policía para realizar los cotejos.
Los peritos realizaron los análisis y concluyeron que la muestra encontrada en los trenes no era más que polvo de los extintores utilizados por los bomberos en los trenes. Así que de nitroglicerina -componente de la Titadyne-, nada de nada.
Después de este relato de hechos procede formular algunas consideraciones. No es creíble la versión del error de Sánchez Manzano ante la Comisión. Lo cierto es que al jefe de los Tedax y al comisario de Seguridad Ciudadana, que esperaban ansiosos el resultado de los análisis, la inspectora jefe del laboratorio en torno a las 14.00 horas del día 11 de marzo les dijo que era dinamita, información que Santiago Cuadro transmitió de inmediato a Diaz Pintado.
Sánchez Manzano puede no ser un experto en explosivos, pero su relato ante la Comisión fue fruto de su experiencia profesional y de su intensa vivencia personal del día 11 de marzo. Ante la Comisión no se inventó nada, dijo simplemente la conclusión a la que había llegado después de hablar con la inspectora jefe.
De esa conversación, Sánchez Manzano obtuvo la convicción de que era dinamita porque se habían encontrado restos de nitroglicerina. Nadie se había dado cuenta todavía de que en la fabricación de la Goma 2 ECO ya no se utiliza nitroglicerina por tratarse de una sustancia muy inestable y, por tanto, peligrosa.
La unidad de Sánchez Manzano sabía perfectamente que cuando ETA utilizaba Titadyne aparecían restos de nitroglicerina. Por otra parte, Sánchez Manzano, cuando compareció ante la Comisión Parlamentaria, conocía que en el auto del juez Del Olmo de 18 de junio de 2004 se detallaba cómo en el análisis de los restos obtenidos en los focos de las explosiones se habían detectado los componentes habituales de la dinamita y por eso se refirió a la nitroglicerina, de acuerdo con el razonamiento que expuso en el Congreso.
Componente de la dinamita
La declaración de la inspectora jefe del laboratorio de la Policía tampoco se tiene en pie. Porque el juez Del Olmo dice en su auto de 18 de junio de 2004 que junto al informe remitido por el jefe de los Tedax, fechado el 26 de abril de 2004, se adjunta el realizado en la mañana del día 11 de marzo por la referida inspectora jefe donde se dictamina que en los restos hallados en la mayoría de los focos de explosión de los trenes, se detectaron los componentes habituales en la dinamita.
La inspectora ha declarado al juez que el Laboratorio Químico-Toxicológico del Servicio Central de Análisis Científicos de la Policía analizó cuatro gramos de sustancias encontradas en los focos de las explosiones que resultaron ser polvo de los extintores de los bomberos.
De ser esto cierto, ¿en qué se basó para informar a las 14.00 horas del día 11 de marzo tanto al jefe de los Tedax como al comisario jefe de la Seguridad Ciudadana que el explosivo utilizado por los terroristas era dinamita? ¿Cómo es posible que si sólo le llevaron impregnaciones y no pudo hacer otra cosa porque todo se destruye en las explosiones, el auto del juez Del Olmo de 18 de junio de 2004 hiciera un relato tan pormenorizado del análisis de los restos encontrados confirmando que en la mayoría de los casos se detectaban los componentes habituales de la dinamita?
No es creíble que Sánchez Manzano se equivocara al hablar de la nitroglicerina, pues de ser así todo su relato ante la Comisión carecería de sentido. Resulta bochornoso que Sánchez Manzano arruine su profesionalidad para salvar la cara al Gobierno socialista atribuyéndose un inexistente error que de haberse producido sólo revelaría su absoluta incompetencia. Mentir ante la Comisión de Investigación es un delito, pero casi peor es hacer el ridículo ante ella.
No es creíble tampoco que la inspectora jefe del laboratorio de los Tedax sostenga ahora que sólo detectó polvo procedente de los extintores de los bomberos, pues en tal caso su dictamen de urgencia de las dos de la tarde del día 11 sosteniendo que en el atentado se había utilizado dinamita, formulada pasadas14 horas carecería de base alguna, del mismo modo que el informe de los Tedax del 26 de abril de 2004, donde se refiere con todo detalle el resultado del análisis de los restos encontrados en los focos de las explosiones sería una gran mentira.
Veremos qué resulta finalmente de la pieza separada abierta por el juez Del Olmo. Me temo que como en ocasiones anteriores se limite a dejar constancia, sin ninguna valoración crítica, de los testimonios de los mandos policiales.
Por cierto, esta iniciativa del juez se ha realizado sin presencia de las partes, lo que podría conducir a la nulidad de actuaciones por tratarse de un asunto directamente relacionado con el núcleo esencial del proceso.
Lo dicho, la nitroglicerina ha dinamitado el sumario del 11-M.
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