Macabra presión contra Lavandera
23-07-06
Impresiones
Macabra presión contra Lavandera
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Macabra presión contra Lavandera
La tremenda escena de los animales de su granja muertos a tiros o colgados es el último de los dramáticos sucesos que ha tenido que soportar Francisco Javier Lavandera, el testigo que en 2001 denunció ante la Policía y la Guarcia Civil que Antonio Toro y Suárez Trashorras estaban tratando de vender dinamita y pretendían encontrar a quien pudiera fabricar bombas con teléfonos móviles. El acoso contra él y las amenazas nada veladas son una constante en su vida desde que el juez Del Olmo decidió quitarle la condición de testigo protegido. Lavandera ha tenido que soportar el confuso suicidio de su mujer, más tarde recibió las fotos de la autopsia y hace pocos días alguien le tiroteó cuando se encontraba en el interior de su coche. Todo apunta a que las amenazas contra Lavandera guardan relación con sus confidencias a la Guardia Civil, a las que, sin embargo, el juez no da ninguna relevancia en el auto de conclusión del sumario. Tal vez por ello decidió retirarle la escolta. Sin embargo, son demasiadas las agresiones sufridas por Lavandera. El juez Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez son personalmente responsables de su seguridad y de ninguna manera pueden permanecer impasibles ante hechos como el intento de asesinato o la muerte de sus animales que, por cierto, recuerda mucho a la escena de El Padrino en la que un productor de cine amaneció con la cabeza de su caballo dentro de la cama.
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