«'Manolón' me dijo: 'Tranquilo que cuando vengas de la boda detengo a los moros'»
6-08-06
11-M LA INVESTIGACION / La Policía grabó las conversaciones del minero con sus familiares en la cárcel de Alcalá Meco sin que lo supiera / Insiste en que fue engañado por el inspector jefe de policía de Avilés
«'Manolón' me dijo: 'Tranquilo que cuando vengas de la boda detengo a los moros'»
Una grabación realizada a Trashorras en la cárcel con autorización judicial demuestra que informaba al policía de sus relaciones con 'El Chino'
CASIMIRO GARCIA-ABADILLO
11-M LA INVESTIGACION / La Policía grabó las conversaciones del minero con sus familiares en la cárcel de Alcalá Meco sin que lo supiera / Insiste en que fue engañado por el inspector jefe de policía de Avilés
«'Manolón' me dijo: 'Tranquilo que cuando vengas de la boda detengo a los moros'»
Una grabación realizada a Trashorras en la cárcel con autorización judicial demuestra que informaba al policía de sus relaciones con 'El Chino'
CASIMIRO GARCIA-ABADILLO
MADRID.- El minero José Emilio Suárez Trashorras, cuya entrevista concedida a EL MUNDO ha supuesto un varapalo a la versión oficial sobre lo ocurrido el 11-M, informó puntualmente al inspector jefe de Avilés, Manuel García Rodríguez, Manolón, de sus actividades con El Chino y su banda. Esto convierte en inverosímil la tesis de que les vendió dinamita sin conocimiento de dicho inspector.
La Policía grabó, con orden judicial y, naturalmente, sin que él lo supiera, sus conversaciones mantenidas en la cárcel con su esposa, sus padres y algunos de sus familiares y amigos.
(.../...)
Las grabaciones tienen un valor indudable por cuanto Suárez Trashorras habla sin cortapisas con sus allegados sobre su relación con el atentado. En ellas no sólo revela datos muy valiosos sobre su conexión con los presuntos autores materiales de la masacre de Madrid, sino que deja claro su enfado con Manolón por haberle engañado y amenaza con contar todo lo que sabe, dejando así de proteger al policía al que había suministrado información sensible sobre diversos asuntos.
Las citadas conversaciones aparecen incorporadas al sumario que instruye el juez Del Olmo y, hasta hace poco, estaban consideradas como secretas.
La primera de ellas fue grabada el 21 de abril de 2004 (cinco semanas despues del atentado de los trenes) en la cárcel de Alcalá Meco (Madrid II). Suárez Trashorras recibió ese día la visita de su cuñado (José Rodríguez), su hermana (Mercedes Suárez), su padre (José Manuel Suárez) y su esposa (Carmen María Toro).
La grabación policial (en la que sólo están reflejados los momentos en los que se hace alusión a los aspectos relacionados con el 11-M) tiene como protagonistas principales a Suárez Trashorras (identificado en el documento con I -interno-) y a su esposa (identificada como C).
Muy excitado
La transcripción de la conversación evidencia que Suárez Trashorras está muy excitado. De hecho, Carmen Toro le recomienda: «Relájate, ¿eh?».
En un momento dado, Suárez Trashorras le pregunta a su esposa si Manolo (el inspector jefe de Avilés) la ha llamado, a lo que ésta contesta que no.
(I).- «Claro. Manolo es el guapo, que se lo llevo diciendo desde que pasaron los atentados, 'que los iba a detener por tráfico de drogas en Asturias', y ahora no llama ni manda nada, pero que no se preocupe que se viene para la Audiencia. Le dices a José Luis [su abogado], que quiero volver a declarar, ¡que venga ya! Quiero ampliar la declaración ante el juez, porque Manolo se viene conmigo a la Audiencia Nacional, así de claro. Porque a Manolo se lo dije, lo que estaba pasando de tráfico de drogas y dijo que los iba a detener».
La esposa de Suárez Trashorras, a la que el propio Manolón buscó un empleo en un centro comercial de Avilés, reconoce:
(C).- «Sí, me dijo a mí que lo sabía».
El enfado de Suárez Trashorras con su controlador policial va en aumento hasta provocar en él una de las confesiones más trascendentes de toda la conversación.
(I).- «¡Ah, ya! Pues que lo venga a explicar aquí, porque yo llevo colaborando con ellos tres años, ¿no? Yo traficaba y la Policía me dejaba mientras yo colaboraba. Cuando pasó, le dije: 'Manolo, aquí está pasando esto con los moros'. Y me dijo: 'Tranquilo, cuando vengas de la boda los detengo'. Vale. El día 11 de marzo, cuando el atentado, le pregunté: '¿Son los moros?'. Y qué me dijo él: 'Que no, que era ETA'. Dice: 'No te preocupes que es la ETA'. Le dije: 'No es la ETA, son los moros, te lo digo yo'. Pero, claro, en Comisaría me dijo: 'Tú ves a hablar con los de Madrid y tú te vas para casa'. ¿Verdad o mentira? Y dice: 'Pero no te precupes...' Pues ahora que venga a declarar él a la Audiencia Nacional».
Ese párrafo implica que Suárez Trashorras debió de informarle a Manolón de que El Chino y su banda disponían de dinamita, ya que si sólo hubiera existido tráfico de drogas, sería imposible que relacionara a «los moros» con el atentado del 11-M.
El minero quiere dejar claro que él no fue quien les dio la dinamita a los que cometieron el atentado y se empeña en que su mujer le lleve a la cárcel las nóminas de cuando trabajaba. Suárez Trashorras quiere demostrar con ellas que él nunca pudo darles dinamita a los que cometieron el atentado, ya que, cuando faltaba un cartucho, se lo descontaban del sueldo.
(I).- «Porque aquí, el que tenga su responsabilidad, la Policía se lo permitió. Que se coma su pollo... No tienen por qué desaparecer 200 kilos. Si han desaparecido y no han forzado las llaves, ¿ha aparecido alguna denuncia? Y las llaves, hay ocho llaves que abren ocho cajas fuertes. Pues alguien tuvo que dar esas ocho llaves ¿me entiendes? El responsable, El Gumba [al que la transcripción no identifica], El Tronco [también sin identificar] y el capataz, pues que vayan al juez y declaren por qué las ocho llaves las tenían los moros ¿Entiendes? Ya que me han jodido. ¿Qué me dijo Manolo cuando vine para acá? 'No te preocupes, que te sacamos'. Pero es que sacar, llevo aquí un mes, ¿entiendes?».
La conversación se corta y Suárez Trashorras continúa acusando al policía Manolón de estar al tanto de que «los moros» disponían de dinamita.
(I).- «Que me da igual, que éstos se van delante mía. A ver, tú si eres policía y te estoy diciendo... Lo que pasa es que se quieren tapar, de que han muerto 200 personas... Yo tengo facturas de teléfono de que me llamo todos los días con el policía ¿Por qué me llamo todos los días con el inspector jefe de Policía? Y voy a ir preso un año o dos, pero ellos van a ir unos cuantos más que yo, no pasa nada».
Finalmente, Suárez Trashorras dice reconocer su error al haber ocultado cosas en su primera declaración ante el juez Del Olmo.
(I).- «De aquí no voy a salir. Voy a denunciar hasta a mi madre. Me los voy a llevar a todos por delante. Porque yo me callé ante el juez. La culpa fue mía por ir tapando equis cosas, para tapar a Manolo. Porque de comisaría me sacaron cenando... a cenar en el Joses [restaurante]. ¿Verdad o mentira? ¿Quién me leyó mis derechos? Me dijeron para firmar la detención: 'Fírmala porque si hay un accidente por el camino vas asegurado'».
Y su esposa, lo reafirma: «Sí, eso sí lo dijeron».
Hay que recordar que Suárez Trashorras fue llevado a Madrid desde Avilés el 18 de marzo de 2004, tras haber ido a cenar al citado restaurante con Manolón y un grupo de policías, además de un agente del CNI.
La Policía grabó, con orden judicial y, naturalmente, sin que él lo supiera, sus conversaciones mantenidas en la cárcel con su esposa, sus padres y algunos de sus familiares y amigos.
(.../...)
Las grabaciones tienen un valor indudable por cuanto Suárez Trashorras habla sin cortapisas con sus allegados sobre su relación con el atentado. En ellas no sólo revela datos muy valiosos sobre su conexión con los presuntos autores materiales de la masacre de Madrid, sino que deja claro su enfado con Manolón por haberle engañado y amenaza con contar todo lo que sabe, dejando así de proteger al policía al que había suministrado información sensible sobre diversos asuntos.
Las citadas conversaciones aparecen incorporadas al sumario que instruye el juez Del Olmo y, hasta hace poco, estaban consideradas como secretas.
La primera de ellas fue grabada el 21 de abril de 2004 (cinco semanas despues del atentado de los trenes) en la cárcel de Alcalá Meco (Madrid II). Suárez Trashorras recibió ese día la visita de su cuñado (José Rodríguez), su hermana (Mercedes Suárez), su padre (José Manuel Suárez) y su esposa (Carmen María Toro).
La grabación policial (en la que sólo están reflejados los momentos en los que se hace alusión a los aspectos relacionados con el 11-M) tiene como protagonistas principales a Suárez Trashorras (identificado en el documento con I -interno-) y a su esposa (identificada como C).
Muy excitado
La transcripción de la conversación evidencia que Suárez Trashorras está muy excitado. De hecho, Carmen Toro le recomienda: «Relájate, ¿eh?».
En un momento dado, Suárez Trashorras le pregunta a su esposa si Manolo (el inspector jefe de Avilés) la ha llamado, a lo que ésta contesta que no.
(I).- «Claro. Manolo es el guapo, que se lo llevo diciendo desde que pasaron los atentados, 'que los iba a detener por tráfico de drogas en Asturias', y ahora no llama ni manda nada, pero que no se preocupe que se viene para la Audiencia. Le dices a José Luis [su abogado], que quiero volver a declarar, ¡que venga ya! Quiero ampliar la declaración ante el juez, porque Manolo se viene conmigo a la Audiencia Nacional, así de claro. Porque a Manolo se lo dije, lo que estaba pasando de tráfico de drogas y dijo que los iba a detener».
La esposa de Suárez Trashorras, a la que el propio Manolón buscó un empleo en un centro comercial de Avilés, reconoce:
(C).- «Sí, me dijo a mí que lo sabía».
El enfado de Suárez Trashorras con su controlador policial va en aumento hasta provocar en él una de las confesiones más trascendentes de toda la conversación.
(I).- «¡Ah, ya! Pues que lo venga a explicar aquí, porque yo llevo colaborando con ellos tres años, ¿no? Yo traficaba y la Policía me dejaba mientras yo colaboraba. Cuando pasó, le dije: 'Manolo, aquí está pasando esto con los moros'. Y me dijo: 'Tranquilo, cuando vengas de la boda los detengo'. Vale. El día 11 de marzo, cuando el atentado, le pregunté: '¿Son los moros?'. Y qué me dijo él: 'Que no, que era ETA'. Dice: 'No te preocupes que es la ETA'. Le dije: 'No es la ETA, son los moros, te lo digo yo'. Pero, claro, en Comisaría me dijo: 'Tú ves a hablar con los de Madrid y tú te vas para casa'. ¿Verdad o mentira? Y dice: 'Pero no te precupes...' Pues ahora que venga a declarar él a la Audiencia Nacional».
Ese párrafo implica que Suárez Trashorras debió de informarle a Manolón de que El Chino y su banda disponían de dinamita, ya que si sólo hubiera existido tráfico de drogas, sería imposible que relacionara a «los moros» con el atentado del 11-M.
El minero quiere dejar claro que él no fue quien les dio la dinamita a los que cometieron el atentado y se empeña en que su mujer le lleve a la cárcel las nóminas de cuando trabajaba. Suárez Trashorras quiere demostrar con ellas que él nunca pudo darles dinamita a los que cometieron el atentado, ya que, cuando faltaba un cartucho, se lo descontaban del sueldo.
(I).- «Porque aquí, el que tenga su responsabilidad, la Policía se lo permitió. Que se coma su pollo... No tienen por qué desaparecer 200 kilos. Si han desaparecido y no han forzado las llaves, ¿ha aparecido alguna denuncia? Y las llaves, hay ocho llaves que abren ocho cajas fuertes. Pues alguien tuvo que dar esas ocho llaves ¿me entiendes? El responsable, El Gumba [al que la transcripción no identifica], El Tronco [también sin identificar] y el capataz, pues que vayan al juez y declaren por qué las ocho llaves las tenían los moros ¿Entiendes? Ya que me han jodido. ¿Qué me dijo Manolo cuando vine para acá? 'No te preocupes, que te sacamos'. Pero es que sacar, llevo aquí un mes, ¿entiendes?».
La conversación se corta y Suárez Trashorras continúa acusando al policía Manolón de estar al tanto de que «los moros» disponían de dinamita.
(I).- «Que me da igual, que éstos se van delante mía. A ver, tú si eres policía y te estoy diciendo... Lo que pasa es que se quieren tapar, de que han muerto 200 personas... Yo tengo facturas de teléfono de que me llamo todos los días con el policía ¿Por qué me llamo todos los días con el inspector jefe de Policía? Y voy a ir preso un año o dos, pero ellos van a ir unos cuantos más que yo, no pasa nada».
Finalmente, Suárez Trashorras dice reconocer su error al haber ocultado cosas en su primera declaración ante el juez Del Olmo.
(I).- «De aquí no voy a salir. Voy a denunciar hasta a mi madre. Me los voy a llevar a todos por delante. Porque yo me callé ante el juez. La culpa fue mía por ir tapando equis cosas, para tapar a Manolo. Porque de comisaría me sacaron cenando... a cenar en el Joses [restaurante]. ¿Verdad o mentira? ¿Quién me leyó mis derechos? Me dijeron para firmar la detención: 'Fírmala porque si hay un accidente por el camino vas asegurado'».
Y su esposa, lo reafirma: «Sí, eso sí lo dijeron».
Hay que recordar que Suárez Trashorras fue llevado a Madrid desde Avilés el 18 de marzo de 2004, tras haber ido a cenar al citado restaurante con Manolón y un grupo de policías, además de un agente del CNI.
Comentarios