Del Olmo asesta un mazazo definitivo a la versión oficial
12-04-06
11-M / El análisis y las reacciones
Del Olmo asesta un mazazo definitivo a la versión oficial
El auto del juez avala, a través de distintas informaciones policiales, muchas de las revelaciones publicadas por medios independientes
LUIS DEL PINO
MADRID.- El juez Del Olmo acaba de asestar un mazazo casi definitivo a la versión oficial de los atentados. No es extraño que desde instancias oficiales se haya estado intentando, mediante sucesivas filtraciones a distintos medios, aminorar desde hace días el impacto del auto de procesamiento que Del Olmo acaba de dictar.Porque los nuevos datos revelados por el juez echan aún más por tierra una versión oficial que ya sospechábamos falsa. Pero vayamos por partes.
En primer lugar, conviene aclarar qué es lo que Del Olmo ha publicado: se trata de un auto de procesamiento, no de cierre de la instrucción.Dicho en palabras sencillas, lo que el juez ha hecho es ordenar que, a la vista de los indicios obtenidos hasta ahora, se someta a juicio a 29 personas, sin presuponer su culpabilidad y sin que eso ponga fin a las investigaciones. Al contrario, como veremos más adelante, este auto presagia el inicio de las verdaderas investigaciones de la matanza. (.../...)
Pero entonces, se preguntará el lector, si este auto no cierra las investigaciones, ¿para qué lo publica Del Olmo? Pues por una simple cuestión técnica: suponiendo que esos 29 procesados participaran en la comisión de los atentados (lo que todavía está por ver), los plazos existentes en los juicios obligan a iniciar ahora los trámites para sentar en el banquillo a los acusados. Si esos acusados fueran inocentes, no pasaría nada por esperar, pero si esos acusados fueran culpables, podríamos encontrarnos con la desagradable circunstancia de que hubiera que liberarlos antes de que la sentencia sea firme, porque nadie puede estar más de cuatro años en situación de prisión provisional.Así lo marca la ley. En consecuencia, Del Olmo no tenía más opción que dictar este auto de procesamiento, aunque las investigaciones continúen.
Se trata, por tanto, de un auto realizado por motivos exclusivamente técnicos. Esta razón explica la peculiar estructura del auto de procesamiento: el juez Del Olmo no ha incluido ningún relato coherente de los hechos (lo cual debería hacer cuando cierre la instrucción), ni tampoco una explicación detallada del papel jugado por cada uno de los imputados, sino que se ha limitado a enumerar (en la parte final del auto) los delitos imputados a cada uno de los procesados y a incluir un resumen (¡1.400 páginas!) de los principales informes periciales y policiales utilizados para mantener las acusaciones contra esas personas.
A diferencia de otros autos anteriores del juez, esta vez se incluye un índice y los distintos informes están mejor estructurados, lo que facilita la lectura del auto. Y, dicho esto, entremos en materia con el análisis de los contenidos.
El primer golpe a la versión oficial lo constituye la propia lista de personas imputadas por el juez. De los 116 detenidos por la Policía en los 15 meses siguientes a la masacre, sólo 29 han sido imputados. Eso quiere decir que la Policía detuvo a 87 personas para las que el juez ni siquiera ha encontrado los indicios mínimos que permitan sentarlas en el banquillo.Alguien (¿quizá el ministro Alonso?) nos tendrá que explicar a qué respondieron esas detenciones, que parece que no estaban muy relacionadas con el 11-M. Igual que alguien debería explicarnos por qué esa sorprendente catarata de detenciones absurdas se detuvo justo cuando se ordenó el cierre de la Comisión de Investigación del 11-M.
Por otro lado, de los 29 procesados, nueve son españoles y 11 son simples delincuentes de origen magrebí o sirio, a quienes no se acusa de terrorismo. Sólo nueve son acusados de pertenencia a organización terrorista. En otras palabras: de 116 detenidos, sólo nueve son considerados como posibles islamistas por el juez.
Pero no sólo eso: al menos cinco de los 29 procesados eran confidentes policiales o de los servicios de Inteligencia y existen serias sospechas sobre el carácter de confidentes policiales de otros imputados.
Con lo cual nos encontramos una trama donde hay tantos españoles como supuestos islamistas y casi tantos confidentes como presuntos fanáticos del integrismo. La primera versión oficial que nos vendieron era que se trataba de un atentado de Al Qaeda. Cuando esa versión oficial comenzó a ser insostenible, nos vendieron lo de la «célula islamista local que actuaba de manera autónoma».A la vista del auto de Del Olmo, ni siquiera esa segunda versión oficial se sostiene: si fue una célula islamista local la responsable de los atentados, desde luego los cometió muy bien acompañada por otros actores, si es que no eran esos otros actores los que estaban acompañados por algún islamista suelto.
Pero lo más importante del auto del juez Del Olmo es que viene a avalar, a través de los distintos informes policiales, muchas de las investigaciones que medios independientes como EL MUNDO o Libertad Digital han ido publicando. Así, por ejemplo, se confirma que los Tedax encargados de las tareas de desactivación de artefactos el 11-M no encontraron metralla en los trenes después de las explosiones. De modo que la pregunta surge inevitable: ¿cómo es que la mochila de Vallecas sí tenía metralla?
También se confirma que en los trenes pudo emplearse algún explosivo plástico de tipo militar, como por otra parte sabíamos ya por las declaraciones del jefe de los equipos de desactivación del 11-M.
El auto incluye otras sorpresas, como que la persona que habla en el vídeo de reivindicación encontrado el 13-M no es la misma que habla en el vídeo de reivindicación de Leganés. Asimismo, Del Olmo ha incluido también un detallado informe de conexiones telefónicas donde, por ejemplo, se desvela a quién pertenecía alguno de los teléfonos de la trama asturiana cuyo propietario era desconocido hasta el momento. Así que la lectura detallada del sumario promete depararnos muchas sorpresas.
En contra de lo que se esperaba, parece que el juez ha optado por resolver el problema de los plazos de enjuiciamiento sin complicarse y simultáneamente nos ha dado mucho más material con el que seguir analizando la secuencia de acontecimientos que desembocó en el 11-M y desmenuzando la versión oficial, cada vez más lánguida. En resumen: un auto prometedor.
11-M / El análisis y las reacciones
Del Olmo asesta un mazazo definitivo a la versión oficial
El auto del juez avala, a través de distintas informaciones policiales, muchas de las revelaciones publicadas por medios independientes
LUIS DEL PINO
MADRID.- El juez Del Olmo acaba de asestar un mazazo casi definitivo a la versión oficial de los atentados. No es extraño que desde instancias oficiales se haya estado intentando, mediante sucesivas filtraciones a distintos medios, aminorar desde hace días el impacto del auto de procesamiento que Del Olmo acaba de dictar.Porque los nuevos datos revelados por el juez echan aún más por tierra una versión oficial que ya sospechábamos falsa. Pero vayamos por partes.
En primer lugar, conviene aclarar qué es lo que Del Olmo ha publicado: se trata de un auto de procesamiento, no de cierre de la instrucción.Dicho en palabras sencillas, lo que el juez ha hecho es ordenar que, a la vista de los indicios obtenidos hasta ahora, se someta a juicio a 29 personas, sin presuponer su culpabilidad y sin que eso ponga fin a las investigaciones. Al contrario, como veremos más adelante, este auto presagia el inicio de las verdaderas investigaciones de la matanza. (.../...)
Pero entonces, se preguntará el lector, si este auto no cierra las investigaciones, ¿para qué lo publica Del Olmo? Pues por una simple cuestión técnica: suponiendo que esos 29 procesados participaran en la comisión de los atentados (lo que todavía está por ver), los plazos existentes en los juicios obligan a iniciar ahora los trámites para sentar en el banquillo a los acusados. Si esos acusados fueran inocentes, no pasaría nada por esperar, pero si esos acusados fueran culpables, podríamos encontrarnos con la desagradable circunstancia de que hubiera que liberarlos antes de que la sentencia sea firme, porque nadie puede estar más de cuatro años en situación de prisión provisional.Así lo marca la ley. En consecuencia, Del Olmo no tenía más opción que dictar este auto de procesamiento, aunque las investigaciones continúen.
Se trata, por tanto, de un auto realizado por motivos exclusivamente técnicos. Esta razón explica la peculiar estructura del auto de procesamiento: el juez Del Olmo no ha incluido ningún relato coherente de los hechos (lo cual debería hacer cuando cierre la instrucción), ni tampoco una explicación detallada del papel jugado por cada uno de los imputados, sino que se ha limitado a enumerar (en la parte final del auto) los delitos imputados a cada uno de los procesados y a incluir un resumen (¡1.400 páginas!) de los principales informes periciales y policiales utilizados para mantener las acusaciones contra esas personas.
A diferencia de otros autos anteriores del juez, esta vez se incluye un índice y los distintos informes están mejor estructurados, lo que facilita la lectura del auto. Y, dicho esto, entremos en materia con el análisis de los contenidos.
El primer golpe a la versión oficial lo constituye la propia lista de personas imputadas por el juez. De los 116 detenidos por la Policía en los 15 meses siguientes a la masacre, sólo 29 han sido imputados. Eso quiere decir que la Policía detuvo a 87 personas para las que el juez ni siquiera ha encontrado los indicios mínimos que permitan sentarlas en el banquillo.Alguien (¿quizá el ministro Alonso?) nos tendrá que explicar a qué respondieron esas detenciones, que parece que no estaban muy relacionadas con el 11-M. Igual que alguien debería explicarnos por qué esa sorprendente catarata de detenciones absurdas se detuvo justo cuando se ordenó el cierre de la Comisión de Investigación del 11-M.
Por otro lado, de los 29 procesados, nueve son españoles y 11 son simples delincuentes de origen magrebí o sirio, a quienes no se acusa de terrorismo. Sólo nueve son acusados de pertenencia a organización terrorista. En otras palabras: de 116 detenidos, sólo nueve son considerados como posibles islamistas por el juez.
Pero no sólo eso: al menos cinco de los 29 procesados eran confidentes policiales o de los servicios de Inteligencia y existen serias sospechas sobre el carácter de confidentes policiales de otros imputados.
Con lo cual nos encontramos una trama donde hay tantos españoles como supuestos islamistas y casi tantos confidentes como presuntos fanáticos del integrismo. La primera versión oficial que nos vendieron era que se trataba de un atentado de Al Qaeda. Cuando esa versión oficial comenzó a ser insostenible, nos vendieron lo de la «célula islamista local que actuaba de manera autónoma».A la vista del auto de Del Olmo, ni siquiera esa segunda versión oficial se sostiene: si fue una célula islamista local la responsable de los atentados, desde luego los cometió muy bien acompañada por otros actores, si es que no eran esos otros actores los que estaban acompañados por algún islamista suelto.
Pero lo más importante del auto del juez Del Olmo es que viene a avalar, a través de los distintos informes policiales, muchas de las investigaciones que medios independientes como EL MUNDO o Libertad Digital han ido publicando. Así, por ejemplo, se confirma que los Tedax encargados de las tareas de desactivación de artefactos el 11-M no encontraron metralla en los trenes después de las explosiones. De modo que la pregunta surge inevitable: ¿cómo es que la mochila de Vallecas sí tenía metralla?
También se confirma que en los trenes pudo emplearse algún explosivo plástico de tipo militar, como por otra parte sabíamos ya por las declaraciones del jefe de los equipos de desactivación del 11-M.
El auto incluye otras sorpresas, como que la persona que habla en el vídeo de reivindicación encontrado el 13-M no es la misma que habla en el vídeo de reivindicación de Leganés. Asimismo, Del Olmo ha incluido también un detallado informe de conexiones telefónicas donde, por ejemplo, se desvela a quién pertenecía alguno de los teléfonos de la trama asturiana cuyo propietario era desconocido hasta el momento. Así que la lectura detallada del sumario promete depararnos muchas sorpresas.
En contra de lo que se esperaba, parece que el juez ha optado por resolver el problema de los plazos de enjuiciamiento sin complicarse y simultáneamente nos ha dado mucho más material con el que seguir analizando la secuencia de acontecimientos que desembocó en el 11-M y desmenuzando la versión oficial, cada vez más lánguida. En resumen: un auto prometedor.
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