Del Olmo procesa a sólo 29 imputados y deja sin aclarar aspectos clave del 11-M

12-04-06


Del Olmo procesa a sólo 29 imputados y deja sin aclarar aspectos clave del 11-M

Unicamente sienta en el banquillo como autores materiales a Zougam y Bouchar, y no formula acusación alguna contra 87 de los encausados - No identifica a ningún responsable de la masacre por encima de 'El Tunecino' y 'El Chino', y no aclara ni quién compró los móviles ni quién montó las bombas - Acusa a Trashorras de 192 asesinatos, pero deja sin investigar los antecedentes de la 'trama asturiana' y permite salir en libertad bajo fianza a Antonio Toro

FERNANDO LAZARO / MANUEL MARRACO / MARIA PERAL

MADRID.- Veinticinco meses después del 11-M, el juez Juan del Olmo ha acordado procesar únicamente a 29 de las 116 personas que ha llegado a tener imputadas por su presunta relación con la célula que cometió los atentados. Ochenta y siete imputados no serán finalmente juzgados, aunque el magistrado de la Audiencia Nacional ha dejado la puerta abierta a nuevas investigaciones.(.../...)

Según el gigantesco auto (1.460 folios) hecho público ayer, la célula terrorista estuvo compuesta por, al menos, 16 personas: nueve de los procesados más los siete que se suicidaron en Leganés.

A ellos se podría sumar alguno de los cuatro huidos ya declarados rebeldes: Daoud Ouhnane, Said Berraj, Mohamed Belhadj y Mohamed Afalah. Sobre estos últimos, el auto afirma que, «atendiendo a los indicios fijados en esta resolución, fueron factor personal determinante en la secuencia que condujo a los atentados».

El magistrado no sitúa a nadie por encima de los miembros de la célula como posible autor intelectual -inductor- de la masacre.En la cúspide quedan, pues, dos de los suicidas de Leganés, Jamal Ahmidan, El Chino, y Serhane ben Abdelmajid Fakhet, El Tunecino.Al primero se le atribuye el peso logístico de la operación, mientras que el segundo tenía el perfil más religioso. Ambos se inspiraron en Al Qaeda y se basaron en mensajes islamistas difundidos a través de la red para decidirse a atentar.

Las tres figuras que, a lo largo de la investigación, habían surgido como posibles cerebros del atentado han acabado con acusaciones inferiores a las de otros miembros de la célula. Se trata de Rabei Osman -El Egipcio-, Youssef Belhadj y Hassan el Haski.Del Olmo sí les acusa de pertenecer al grupo terrorista, pero sólo de «conspirar» para los atentados, no de ser los inductores.Es decir, que ninguno de ellos diseñó la trama u ordenó ejecutarla, como inicialmente se podía deducir de los informes policiales.

Junto a los nueve acusados de integración en la célula islamista, otros 11 están procesados como simples colaboradores, con un perfil más próximo al del delincuente común. Uno de ellos es el confidente de la Guardia Civil Rafá Zouhier, que antes de los atentados entregó a sus controladores en el Instituto Armado una muestra de la dinamita que le ofrecieron los asturianos.

Sólo dos de los integrantes de la célula están acusados de ser autores de la masacre, y sólo uno de colocar alguna de las mochilas en los trenes. Se trata de Jamal Zougam, identificado por cuatro pasajeros de los cercanías. El juez, finalmente, ha tenido que retirar la misma acusación contra Basel Ghalyoun, Ghalyoun fue reconocido fotográficamente tras los atentados, pero la rueda posterior celebrada en la Audiencia Nacional resultó negativa.La fiscal del caso, Olga Sánchez, ya ha recurrido esta decisión del juez, según informa Europa Press.

El otro presunto autor de la masacre es Abdelmajid Bouchar, que huyó de Leganés tras avisar a sus compañeros del cerco policial.

Como autores del 11-M, Del Olmo atribuye tanto a Zougam como a Bouchar 191 delitos de asesinato consumado, 1.755 en grado de tentativa, cuatro delitos de estragos -en los cuatro trenes- y otro de integración en un grupo terrorista.

Sin embargo, no son los procesados que deberán afrontar la mayor acusación. Eso le corresponderá al ex minero Emilio Suárez Trashorras, a quien el juez responsabiliza igualmente de lo sucedido en Leganés.Como el día 11 de Marzo, el 3 de abril se empleó su dinamita, lo que le convierte en «cooperador necesario» de ambos atentados.

Trashorras encabeza la lista de nueve españoles procesados, todos ellos por su participación en la trama asturiana. Dos de ellos, Emilio Llano y Raúl González, quedaron ayer en libertad tras depositar sendas fianzas. Lo mismo podrá hacer -si reúne 50.000 euros- Antonio Toro, al que las Fuerzas de Seguridad situaban como cerebro de la venta de explosivos, por encima de Trashorras.

Del Olmo califica de inconsistente la hipótesis de la participación de ETA, y atribuye un valor «relativo» a los antecedentes de la trama asturiana, pese a que en el sumario consta que, ya en 2001, Trashorras buscaba a alguien «que supiera montar bombas con móviles». Entre los españoles, únicamente él está acusado de tráfico de explosivos en relación a una banda terrorista, pese a que la Audiencia sí consideró ese elemento para fijar los años de internamiento de El Gitanillo, el único menor vinculado al 11-M y el único condenado hasta el momento.

El escrito del juez no aclara la identidad o el papel que pudieron jugar quienes, días antes de los atentados, compraron varios de los móviles supuestamente empleados por la célula. El dueño del local, que no ha sido procesado, los describió como unas personas de «aspecto normal» y que «dijeron hablar búlgaro», y no los reconoció en las fotografías que le mostró la Policía.Tampoco aclara quién montó las mochilas bomba, y afirma que, más allá de la desactivada en Vallecas, «no se puede determinar con exactitud el dispositivo empleado» para hacerlas detonar.Igualmente, no es posible aclarar cuántos terroristas subieron a los trenes.

El escrito de Del Olmo subraya los numerosos documentos islamistas hallados en los ordenadores de la célula que se recuperaron entre los escombros de Leganés. Uno de ellos, explica, «demuestra [...] que se recopiló muy variada información, relativa tanto a la preparación táctica como ideológico/religiosa (procediendo toda ella, básicamente, de canales o foros islamistas)». La Policía resalta un documento de la red Global Islamic Media, que en diciembre de 2003 animaba a atentar en España. «El Ejecutivo», decía, «no soportará más de dos o tres» atentados antes de retirar las tropas «por la presión popular». Añadía que «la victoria socialista estará prácticamente garantizada y la retirada (...) estará en su proyecto electoral».

En sus fundamentos jurídicos, el juez hace continuas referencias a la sentencia contra la célula española de Al Qaeda, que está siendo revisada por el Tribunal Supremo. Uno de los apartados que reproduce es el referido a la conspiración, la figura jurídica empleada para condenar a Abu Dahdah por el 11-S y que la Fiscalía del TS ya ha pedido que se retire. Del Olmo vuelve a recurrir a la conspiración en los casos de El Egipcio, El Haski y Behadj, que no estaban en España el 11 de Marzo.

La mayor parte del descomunal auto de procesamiento corresponde a extractos de los informes policiales que han ido llegando al Juzgado Central 6. El más largo, uno de 300 folios que detalla los contactos telefónicos de la célula.

Con un día de retraso sobre el límite que él mismo se marcó, el magistrado ha hecho público un auto que desde la Audiencia se le reclamaba con insistencia, ante la dificultad de poder celebrar el juicio antes de que venzan los plazos máximos de prisión provisional. Del Olmo ha citado a los procesados para el 16, 17 y 18 de mayo.

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