EL ESTADO DE DERECHO, EN MANOS DE 17 JUECES DE LA AUDIENCIA
25-01-07
Editorial
EL ESTADO DE DERECHO, EN MANOS DE 17 JUECES DE LA AUDIENCIA
Editorial
EL ESTADO DE DERECHO, EN MANOS DE 17 JUECES DE LA AUDIENCIA
La de ayer fue una jornada aciaga para el Estado de Derecho al cruzar la Fiscalía, es decir el Ministerio Público, es decir el promotor activo de la defensa de la legalidad, el Rubicón de la claudicación ante el chantaje etarra. Sólo así se puede calificar el informe presentado en la Audiencia Nacional, en el que se pide la aplicación de una prisión atenuada en su domicilio -o sea, la excarcelación- para De Juana.
Lo que parecía que iba a ser un daño irreparable al Estado de Derecho pues los tres componentes de la Sección Primera parecían inclinarse por acceder a la petición del fiscal, fue conjurado provisionalmente gracias a la reacción espontánea de varios magistrados que lograron ayer que la decisión se adopte hoy por el Pleno, es decir, por 17 jueces de la Sala de lo Penal.
(.../...)
ETA ya intentó chantajear a Aznar cuando secuestró a Miguel Angel Blanco en 1997. Exigió entonces como moneda de cambio el acercamiento de presos. Aznar no cedió pese a que el precio solicitado era cualitativamente menor y el beneficio era mucho mayor: la vida de un inocente. El Estado tampoco cedió cuando los grapos se declararon en huelga de hambre y dos de ellos murieron en el empeño.
De Juana Chaos está en la cárcel tras haber sido juzgado y condenado. Hay quien sostiene que la pena de 12 años de cárcel por amenazas terroristas fue muy dura. Pero, ¿fue duro el Estado cuando permitió que cumpliera solamente 19 años de los 3.000 a los que había sido sentenciado por el asesinato de 25 personas? Lo que no se puede es invocar la ley cuando beneficia a un ser despreciable como éste y soslayarla cuando le perjudica.
La huelga de hambre es una opción personal que él ha elegido voluntariamente. Su vida podría alargarse durante mucho tiempo con una alimentación forzosa y De Juana no se encuentra en situación terminal, como los médicos que le atienden subrayan. Por tanto, no caben las razones humanitarias en las que algunos han puesto el énfasis.
Dejarle marchar a su casa sería una recompensa al chantaje y un gran éxito para ETA y su entorno. En la misma medida, sería una bofetada para sus víctimas, además de para los jueces, los policías, los funcionarios de prisiones, los militares, los periodistas y todos aquellos que hacen frente a la banda. También crearía un precedente peligrosísimo, ya que otros presos de ETA en la misma situación, como el sanguinario Txapote, podrían seguir el ejemplo de su homólogo De Juana.
Si el Pleno de la Audiencia Nacional decidiera hoy excarcelar a este terrorista no arrepentido, ello sería interpretado inevitablemente como la primera gran claudicación inspirada por el Gobierno desde el inicio del proceso de paz. De forma significativa, líderes del PSOE como Manuel Chaves y Patxi López defendieron ayer la propuesta de la Fiscalía. Dando muestra de una supina ignorancia procesal, López llegó a argumentar que es mejor excarcelar a De Juana que verle absuelto después de muerto, pensando tal vez que el etarra podría ser declarado inocente en el Juicio Final pues si falleciera ésa sería ya la única instancia que podría pronunciarse.
El futuro del Estado de Derecho está en manos de los jueces de la Audiencia, que encarnan hoy la esperanza de millones de ciudadanos de que la Justicia pueda prevalecer frente a este órdago de ETA.
Lo que parecía que iba a ser un daño irreparable al Estado de Derecho pues los tres componentes de la Sección Primera parecían inclinarse por acceder a la petición del fiscal, fue conjurado provisionalmente gracias a la reacción espontánea de varios magistrados que lograron ayer que la decisión se adopte hoy por el Pleno, es decir, por 17 jueces de la Sala de lo Penal.
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ETA ya intentó chantajear a Aznar cuando secuestró a Miguel Angel Blanco en 1997. Exigió entonces como moneda de cambio el acercamiento de presos. Aznar no cedió pese a que el precio solicitado era cualitativamente menor y el beneficio era mucho mayor: la vida de un inocente. El Estado tampoco cedió cuando los grapos se declararon en huelga de hambre y dos de ellos murieron en el empeño.
De Juana Chaos está en la cárcel tras haber sido juzgado y condenado. Hay quien sostiene que la pena de 12 años de cárcel por amenazas terroristas fue muy dura. Pero, ¿fue duro el Estado cuando permitió que cumpliera solamente 19 años de los 3.000 a los que había sido sentenciado por el asesinato de 25 personas? Lo que no se puede es invocar la ley cuando beneficia a un ser despreciable como éste y soslayarla cuando le perjudica.
La huelga de hambre es una opción personal que él ha elegido voluntariamente. Su vida podría alargarse durante mucho tiempo con una alimentación forzosa y De Juana no se encuentra en situación terminal, como los médicos que le atienden subrayan. Por tanto, no caben las razones humanitarias en las que algunos han puesto el énfasis.
Dejarle marchar a su casa sería una recompensa al chantaje y un gran éxito para ETA y su entorno. En la misma medida, sería una bofetada para sus víctimas, además de para los jueces, los policías, los funcionarios de prisiones, los militares, los periodistas y todos aquellos que hacen frente a la banda. También crearía un precedente peligrosísimo, ya que otros presos de ETA en la misma situación, como el sanguinario Txapote, podrían seguir el ejemplo de su homólogo De Juana.
Si el Pleno de la Audiencia Nacional decidiera hoy excarcelar a este terrorista no arrepentido, ello sería interpretado inevitablemente como la primera gran claudicación inspirada por el Gobierno desde el inicio del proceso de paz. De forma significativa, líderes del PSOE como Manuel Chaves y Patxi López defendieron ayer la propuesta de la Fiscalía. Dando muestra de una supina ignorancia procesal, López llegó a argumentar que es mejor excarcelar a De Juana que verle absuelto después de muerto, pensando tal vez que el etarra podría ser declarado inocente en el Juicio Final pues si falleciera ésa sería ya la única instancia que podría pronunciarse.
El futuro del Estado de Derecho está en manos de los jueces de la Audiencia, que encarnan hoy la esperanza de millones de ciudadanos de que la Justicia pueda prevalecer frente a este órdago de ETA.
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