Cuarto engaño policial al juez sobre el explosivo de la Kangoo

31-07-06



Impresiones

Cuarto engaño policial al juez sobre el explosivo de la Kangoo


El diagnóstico coincidente de la media docena de destacados científicos consultados por EL MUNDO causó ayer un enorme impacto entre nuestros lectores. Para quienes siguen de cerca la investigación del 11-M lo más importante de lo publicado es, por supuesto, la conclusión de que es imposible que no se sepa el tipo de dinamita que estalló en los trenes. Ese es el gran gato encerrado del sumario. Pero lo que de verdad ha impresionado a mucha gente menos ducha en la materia es la elocuente comparación del catedrático Ruiz de Elvira sobre el episodio de la simultánea contaminación con metenamina tanto de la muestra-patrón de Goma 2 ECO como de los restos de explosivo «hallados» en la Kangoo: «Es como si a alguien le tocan el primer y el segundo premio de la lotería en el mismo sorteo». Esa fue, por lo tanto, la primera vez que Del Olmo recibió datos falsos sobre esos pequeños restos de explosivo que en la tarde del 11-M cambiaron el rumbo de la investigación. La segunda vez fue cuando por un «error de transcripción» también apareció metenamina en la mochila de Vallecas. El tercer patinazo llegó cuando se envió al juez la fotografía de la abundante dinamita hallada en esa bolsa como si fueran los ínfimos restos de la Kangoo. Y del cuarto engaño damos cuenta hoy: en vez de la analítica «contaminada», se acaba de enviar a Del Olmo la de los explosivos del piso de Leganés. Sin duda para que no vuelva a tropezar con la metenamina y a caer en la tentación de ordenar un nuevo análisis de lo que queda «procedente» de la Kangoo. Bastaría uno de carácter cualitativo para detectar los componentes. Si volviera a salir metenamina, quedaría en evidencia que la prueba no salió de la furgoneta sino del propio laboratorio de los Tedax.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los agujeros negros del 11-M.- Links

Los agujeros negros del 11-M (I)

LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M (XXVIII).- Pruebas amañadas