La Ertzaintza comenzó a vigilar a Elosúa cuando ya estaba controlado por la Policía

3-08-06



ALTO EL FUEGO / El entramado financiero

La Ertzaintza comenzó a vigilar a Elosúa cuando ya estaba controlado por la Policía


Agentes de Información descubrieron un sistema de videograbación en la entrada trasera del Faisán - Las sospechas sobre el chivatazo a ETA siguen centradas en agentes de la Policía Nacional


FERNANDO LAZARO

MADRID.- Nada está cerrado. Aunque todo apunta a que el chivatazo al entramado financiero de ETA partió de algún agente del Cuerpo Nacional de Policía, tanto los investigadores como el juzgado que instruye este sumario no descartan aún otras hipótesis. Así, según ha podido saber este periódico, la Policía descubrió hace unos meses unos dispositivos de vigilancia alrededor del bar Faisán, propiedad de Joseba Elosúa, controlados por la Ertzaintza.

Tras consultar con los operativos de la Policía Autonómica Vasca, estos dispositivos, colocados principalmente en la parte trasera del bar, continuaron funcionando.
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Según explicaron fuentes de la investigación, los dispositivos de la Ertzaintza estuvieron también funcionando, igual que los que tenía colocados la Policía Nacional, en el momento en que el presunto etarra Elosúa recibió el chivatazo.

Al igual que el resto de los informes policiales sobre este soplo, los datos tampoco son concluyentes ni se puede sostener que la actuación ilegal fuera obra de un agente de la Ertzaintza. De hecho, la sospecha principal sigue centrada en la implicación de agentes de la Comisaría General de Información.

Y es que el volumen de números de teléfono que se está investigando en esta pieza separada y secreta que dirige el juez Baltasar Garzón es enorme. Los investigadores tratan de avanzar en la localización de este chivato escudriñando los casi 2.000 teléfonos que se pusieron en funcionamiento el pasado 4 de mayo, en la zona del bar Faisán. Y entre el listado de estos teléfonos, además de amas de casa, electricistas, fontaneros..., aparece un gran número de agentes de la Seguridad: Policía Nacional, Guardia Civil y Ertzaintza.

Interferencias

Los agentes de la Comisaría General de Información descubrieron el dispositivo de videovigilancia en la puerta del bar Faisán. Este despliegue, según estas fuentes, estaba centrado también en conocer todos los movimientos del presuntos responsable de esta red. No tardaron mucho estos agentes en determinar que el dispositivo había sido colocado por la Ertzaintza.

La Policía Nacional estaba siguiendo la pista de Elosúa y el resto de la trama desde hacía algo más de dos años. Y todo el despliegue policial estaba supervisado y autorizado por el juez Garzón, que fue quien abrió este sumario contra el entramado financiero de ETA. Desde el primer momento, los agentes de Información ya colocaron dispositivos de audio y vídeo no sólo para grabar en la puerta trasera del bar Faisán, sino también en el interior del vehículo del sospechoso.

Hace ya varios meses, antes del chivatazo, los especialistas policiales comenzaron a detectar interferencias en los dispositivos de vigilancia colocados en el exterior del bar. Inmediatamente se sospechó que se trataba de algún tipo de distorsionador y saltó la alarma al temer que podía haber sido descubierta la vigilancia. Pero apenas rastrearon un poco la zona boscosa localizaron un sistema similar al que la Policía Nacional tenía ya puesto en marcha desde hacía más de dos años, camuflado junto a un árbol.

Los agentes pidieron explicaciones a sus compañeros de la Ertzaintza, quienes les explicaron que estaban también en un dispositivo antiterrorista. Tras esta detección, la policía vasca prosiguió también con sus pesquisas.

El sumario se inició cuando en el juzgado de instrucción número 5 estaba ocupado por Baltasar Garzón. Pero es cuando éste se va y ocupa temporalmente despacho el magistrado Fernando Grande-Marlaska cuando se aceleran las pesquisas y se pone en marcha una operación conjunta con Francia, en concreto, con la juez Laurence Le vert, para desmantelar este entramado.

El contenido de la conversación de Elosúa con su cuñado en el interior del coche, el pasado 4 de mayo, es lo que alerta por primera vez a la Policía y al juzgado de la existencia de este chivatazo. Este caso y las conversaciones entre los sospechosos fueron desveladas por EL MUNDO. De hecho, son esos detalles que aporta Elosúa a su cuñado precisamente los que hacen suponer que el chivatazo fue dado por alguien directamente relacionado con las investigaciones, que conocía no sólo los seguimientos a los que estaba siendo sometido el sospechoso, sino también el contenido de las interceptaciones telefónicas.

Por este motivo, desde el juzgado se mantiene como hipótesis más razonable que el chivatazo fue facilitado a ETA por un investigador. Estas fuentes recuerdan también que Gorka Agirre, dirigente del PNV, es sospechoso como apuntó el propio Grande-Marlaska en su último auto sobre este procedimiento antes de acabar su estancia en el juzgado 5 de facilitar a Elosúa la matrícula de los vehículos policiales que le seguían. El dirigente nacionalista cuenta con escolta de la policía vasca. No obstante, en ese auto no se vinculaba a Agirre con el chivatazo a ETA.

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