El bazar que vendió los móviles sólo anotó los datos de los usados por los terroristas

22-03-07



Juicio por una masacre / Día 18

El bazar que vendió los móviles sólo anotó los datos de los usados por los terroristas


MANUEL MARRACO

Se abren paso nuevas incógnitas: el registro de los indios sólo recoge los teléfonos que habrían usado los islamistas, que estuvieron controlados antes y después del 11-M; un agente era vecino de los suicidas de Leganés, y sí se investigaron las matrículas de los coches aparcados junto a la Kangoo.

MADRID.- La Policía tuvo mucha suerte el día 13 de marzo. A lo largo de casi tres años, los únicos números de identificación de teléfonos -imeis- anotados en la tienda Bazar Top fueron los que se llevó uno de los presuntos terroristas. Así se desprende de las páginas del libro de contabilidad entregado a la Policía por uno de los testigos que fue exhibido ayer por el tribunal del 11-M.

La desactivación de la mochila de Vallecas ofreció a las Fuerzas de Seguridad una tarjeta de teléfono y un terminal con el que trabajar. El número de identificación de este último llevó el 13 de marzo a una tienda regentada por unos ciudadanos indios que fueron detenidos. Uno de ellos, Rakesh Kumar, fue el encargado de abrir la jornada de ayer en la Casa de Campo. Según dijo, él entregó a las Fuerzas de Seguridad un libro de tapas duras y oscuras con las inscripción Diario, en el que iba apuntando las ventas.
(.../...)

Comienza en mayo de 2001, y dedica una página a cada mes, hasta llegar a marzo de 2004. El último dato corresponde al 8 de marzo. En total, 33 páginas sin un solo imei escrito. A ese bloque le sigue un montón de páginas en blanco y, casi al final, una página con una lista de 12 imeis. Los nueve primeros, según declaró el testigo, corresponden a los nueve liberados para el presunto terrorista (el décimo no hizo falta liberarlo).

Otro de los imei correspondía a una «señora africana» y de los otros dos no se escuchó ayer explicación. El libro termina con tres páginas que contienen datos de recarga del año 2002 y un par de anotaciones que incluyen un número de teléfono y un imei.

El primero en destacar alguna de las particularidades del libro fue José Luis Abascal, abogado de Jamal Zougam y Basel Ghalyoun. Una hora más tarde, cuando los funcionarios lograron localizar el libro físicamente, el propio presidente del tribunal ordenó que se exhibiera ante la cámara casi en su integridad, mostrando la secuencia ventas-páginas en blanco-imeis.

Fue también el presidente de la Sala, Javier Gómez Bermúdez, el que pidió al testigo que le indicara cuáles eran los vendidos a las dos personas que, en tres días distintos, aparecieron por la tienda y que dijeron hablar en búlgaro. «Me dicen que ello son de búlgaros», declaró Rakesh Kumar en un difícil castellano. «¿Antes de ese día había oído a alguien hablar en árabe?, quiso saber el fiscal Carlos Bautista. «No», respondió.

La investigación de la tarjeta recuperada en la mochila de Vallecas llevó un camino paralelo, aunque algo más rápido, que el del terminal. Y también acabó en una tienda regentada por ciudadanos indios. Éstos tuvieron más suerte que sus compañeros, porque en lugar de ser imputados comparecieron ayer como testigos protegidos.

La tarjeta de teléfono de la mochila de Vallecas se recuperó en la madrugada del 12 de marzo y llevó a la Policía hasta Jamal Zougam antes de que acabara el día. El marroquí no fue detenido hasta la tarde del día siguiente. Así se desprende de las declaraciones de los testigos protegidos P-19 y K-49, el matrimonio de ciudadanos indios que vendió al locutorio Jawal Mundo Telecom algunas de las tarjetas supuestamente empleadas en las mochilas bomba.

Sus declaraciones van en una línea similar a la del inspector 84.128, que declaró hace unos días: «En la tarde noche del 12 de marzo supimos que la tarjeta había sido suministrada por Jamal Zougam, relacionado con el terrorismo islámico».

Sin embargo, los dos testigos protegidos aseguran que no reconocieron a Zougam en fotografías hasta el sábado día 13 por la tarde, horas después de que el marroquí fuera detenido por la UCIE.

La primera en declarar fue la mujer, la única que estaba en la tienda de Shindu Enterprise cuando llegaron dos policías. La abogada de la AVT Manuela Rubio le preguntó por la primera «visita» de la Policía. «Es que yo no sabía que eran policías, pero sí que fue el 12 de marzo. Dos personas», dijo. Creyó que eran «unos clientes» que venían por un supuesto problema con una tarjeta. «Insistían mucho» y no querían que se la cambiase por otra. «No querían explicarse ni nada». En medio de las gestiones llegó a la tienda el marido, que acabó haciéndoles una fotocopia de la compra de la tarjeta. «Al día siguiente vinieron seis policías y fuimos a comisaría».



Comentarios

Entradas populares de este blog

Los agujeros negros del 11-M.- Links

LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M (XXVIII).- Pruebas amañadas

Los agujeros negros del 11-M (I)