Los agentes del CNI controlaron a los candidatos a intérprete de árabe del 11-M

23-03-07



JUICIO POR UNA MASACRE / La investigación

Los agentes del CNI controlaron a los candidatos a intérprete de árabe del 11-M


Las pruebas que los servicios secretos hicieron a los traductores se llevaron a cabo el pasado verano

ANTONIO RUBIO

MADRID.- «Con esta solicitud acepto que el Ministerio de Defensa compruebe la veracidad de los datos aportados». Ésta es una de las condiciones que los candidatos a traductores e intérpretes de árabe en el juicio del 11-M tuvieron que firmar para optar a una de las plazas que había convocado el Ministerio de Justicia.

El control de los intérpretes de árabe por parte de Defensa corrió a cargo de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y tuvo lugar durante los meses de julio y agosto de 2006. El Ministerio de Defensa no proporcionó a Justicia los resultados de sus investigaciones y controles hasta septiembre de ese mismo año.
(.../...)

Los candidatos a traductores, después de pasar diversas pruebas de conocimiento sobre los distintos dialectos del árabe, tuvieron que rellenar un «cuestionario personal para solicitantes de grado reservado y secreto» con 10 apartados. Entre estos apartados o preguntas personales se encontraban quiénes eran sus padres, sus familiares, sus desplazamientos en los últimos tres años, personas con las que conviven, referencias, garantías, relaciones internacionales y observaciones.

Y en observaciones, el candidato a intérprete de árabe tenía que reflejar «todo aquello que considere interesante declarar, además de lo anterior». La mayoría de los candidatos incluyó en las observaciones que habían trabajado para la Policía, Exteriores y diferentes juzgados de Madrid.

También tuvieron que firmar los opositores a traductores un segundo punto que iba directamente relacionado con el control que el Ministerio de Defensa iba a ejercer sobre sus personas: «Declaro que todo lo reflejado por mí en este CUESTIONARIO PERSONAL DE SEGURIDAD [sic] es la verdad completa y exacta en cuanto sé y conozco, y que cualquier falsedad (por omisión deliberada, engaño o tergiversación de algún dato) sería motivo de denegación o anulación de la Garantía Personal de Seguridad, sin perjuicio de otras responsabilidades».

El número aproximado de candidatos a traductores de árabe para el juicio del 11-M y de asistencia a los letrados de oficio fue de 40, pero finalmente la cifra quedó reducida a 18. Así lo hizo público el Ministerio de Justicia, a través del Ministerio de la Presidencia, el pasado 4 de octubre cuando contestó a una pregunta parlamentaria de la diputada del PP Alicia Castro.

Se da la circunstancia de que los abogados de oficio, hasta un total de 22, venían reclamando, primero, y denunciaron, después, que tenían problemas para llevar a cabo una correcta defensa de sus defendidos. La mayoría de esos abogados se hizo cargo de los procesados inmediatamente después de los atentados del 11-M de 2004, pero hasta hace seis meses no tuvieron traductores de árabe a su disposición. Hay que recordar que la vista oral del 11-M comenzó el pasado 15 de febrero.

Eduardo García Peña, que ha hecho de portavoz de los abogados de oficio en varias ocasiones, declaró en septiembre de 2006 a EL MUNDO: «Hay letrados que siguen sin poder hablar con sus defendidos por la falta de traductores o intérpretes».

Los encuentros o controles del CNI sobre los candidatos a intérpretes se llevaron a cabo en el verano del 2006. Uno de esos candidatos, que finalmente no pasó los controles de los espías españoles, detalló a EL MUNDO que «algunos fuimos visitados por los agentes del CNI y nos hicieron preguntas del siguiente tenor: '¿Cuántas veces va a la mezquita? ¿Conoces a algún yihadista?'. Y después, según el candidato no apto a traductor, los agentes del Centro Nacional de Inteligencia se interesaron por cuestiones más personales y si los candidatos tenían predisposición a colaborar con ellos.

Es decir, la preparación de la defensa de algunos de los procesados del 11-M se ha hecho con el asesoramiento de los traductores facilitados por el Ministerio de Justicia y controlados por el CNI. Francisco Andújar, abogado defensor de Yusef Belhadj, denunció a mediados de septiembre de 2006 que «desde abril de 2005 [fecha de su extradición] no he podido comunicarme con mi defendido». Andújar se lamentó de que su defendido no hablaba castellano, «sólo árabe y un poco de francés», y que en 10 ocasiones había solicitado, a todas las instancias, un intérprete para poder comunicar con su defendido.

Los abogados de oficio, además de tener que afrontar durante más de dos años la defensa de sus patrocinados sin un traductor, también se encontraron con otra dificultad añadida: la distancia. Algunos de los procesados se encontraban en cárceles de fuera de la Comunidad de Madrid, con el problema que eso representaba en cuanto a desplazamientos.

A finales de junio de 2006, el juez Juan del Olmo, instructor de la causa del 11-M, tomó la decisión de que 19 de los acusados que se encontraban por diferentes cárceles españolas fueran trasladados a prisiones de Madrid o que no estuvieran más lejos de un radio de 100 kilómetros.

Esos mismos intérpretes de árabe que finalmente facilitó el Ministerio de Justicia en octubre de 2006, y que controló el CNI durante los meses de julio y agosto, son los que en la actualidad prestan sus servicios en la vista oral del juicio del 11-M a los acusados y testigos que todavía no dominan el castellano. El número medio de intérpretes que asiste diariamente al juicio es de seis y se encargan, fundamentalmente, de la traducción simultánea.

En la «solicitud de candidatura intérprete/traductor (a)» que realizó Justicia y que tiene fecha de julio del 2006 se especifica en el apartado Habilidad idiomática en árabe y tamazight las diferentes variedades del idioma árabe a la que optan los candidatos: «Arabe clásico antiguo, moderno, magrebí, egipcio, del Golfo, de Siria/Líbano, tarifit (rifeño), tachelhit de Souss y del Atlas y kbayliya».

Al final de la ficha que los candidatos a intérpretes de árabe tuvieron que rellenar, y que fue supervisada por los agentes del Centro Nacional de Inteligencia, había una «NOTA» [sic], a pie de página, que indicaba lo siguiente: «Una vez cumplimentado este formulario, se le dará el tratamiento correspondiente al grado CONFIDENCIAL [sic]».

Justicia se los facilitó a los letrados en octubre de 2006

MADRID.- Los abogados de oficio se hicieron cargo de los imputados por los atentados del 11-M conforme la Policía detenía a los presuntos autores de la matanza. Pero esos mismos abogados no pudieron tener una conversación fluida con sus defendidos hasta que el Ministerio de Justicia proporcionó los intérpretes de árabe.

Y eso ocurrió, según consta en una «respuesta del Gobierno» a la diputada del PP Alicia Castro, a partir del 4 de octubre: «Justicia ha puesto ya al servicio de los letrados de oficio un equipo de traductores de árabe que facilitarán la comunicación entre los abogados del turno de oficio y los procesados a fin de asegurar su derecho a la defensa». En ese mismo escrito que Presidencia dirigió a la diputada del PP se indica: «Este equipo cuenta con 18 personas ya disponibles y que cubren el conjunto de dialectos del citado idioma».

Presidencia también aclara que ha hecho gestiones con otros ministerios: «Asimismo, se ha solicitado del Ministerio del Interior que los procesados rellenen una ficha de perfil lingüístico con el fin de poder prever las diferencias que puedan existir en relación con los dialectos de tal idioma...».

El martes 13 de marzo, se dio la circunstancia de que el padre de Abdelmajib Bouchar, Abdesalam, no pudo declarar como testigo porque faltaba un intérprete de bereber. Ese dialecto es uno de los más utilizados en Marruecos (24% de su población) y la mayoría de los imputados en el 11-M son marroquíes. Abdelmajib Bouchar fue quien salió corriendo del piso de Leganés tras avisar a sus compañeros de que la Policía rodeaba el edificio.

Coordinador

Presidencia da cuenta de que «este equipo [los traductores] ha sido comunicado al Colegio de Abogados y a la Sala que debe dictar la sentencia definitiva para que también puedan ser utilizados por los procesados durante las sesiones del juicio oral».

Y el Colegio de Abogados, que ha hecho de intermediario con el Ministerio de Justicia en las reclamaciones de los abogados de oficio, puso como coordinador o supervisor de los letrados del turno de oficio del 11-M al vicedecano Rodríguez Ramos.

El catedrático Rodríguez Ramos, que está muy valorado en la profesión y es uno de los abogados con más experiencia en Derecho Penal, fue letrado del general Emilio Alonso Manglano, ex director del Cesid (actual CNI), en el caso de los papeles del Cesid. El bufete de Rodríguez Ramos también se ha encargado de otros temas relacionados con el CNI, como fue el caso de las escuchas a la sede de HB en Vitoria.

LAS FICHAS DE LOS TRADUCTORES.

Estos documentos, destinados a Justicia y Defensa, fueron los que tuvieron que rellenar y firmar los opositores a intérpretes. EL MUNDO ha suprimido todos los datos personales para mantener la confidencialidad de los candidatos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los agujeros negros del 11-M.- Links

LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M (XXVIII).- Pruebas amañadas

Los agujeros negros del 11-M (I)