«Zougam me odiaba porque yo siempre andaba con cristianos»

01-04-04



11-M / LA INVESTIGACION

«Zougam me odiaba porque yo siempre andaba con cristianos»


El hombre que el año pasado apuñaló al detenido por el 11-M asegura que conocía su respaldo al terrorismo islámico

MADRID.- Es el mayor enemigo de Jamal Zougam, al que el año pasado apuñaló tras una fuerte discusión y por lo que fue condenado a cuatro años de cárcel. Por temor a las represalias, se hace llamar Alí, y asegura que conocía desde antes del 11-M la relación de Zougam con Al Qaeda y el terrorismo islámico.
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Esta noche, a las 0.30 horas, el programa 7 días 7 noches de Antena 3, producido por EL MUNDO TV, emitirá una entrevista en la que Alí revelará muchos secretos del principal implicado en la matanza de Madrid.

Alí conoce a Jamal desde hace cuatro años, y siempre han sido enemigos irreconciliables. «Me odiaba por mi forma de vida, porque siempre salía con extranjeros. El no quiere que viva así, que ande con cristianos», explica.

Se enteró del atentado de Madrid por televisión. «Cuando veo la tele, veo que hay bombas y cuando salgo de casa a las 11, me encuentro que Jamal estaba abriendo la tienda. Normalmente la abría a las nueve», dice. Dos días después, la noche del 13 de marzo, acudió a la policía para contar su relación con el principal sospechoso de la masacre terrorista del 11-M.

La primavera pasada, Alí protagonizó un altercado con Jamal Zougam en su locutorio de la calle Tribulete, en el madrileño barrio de Lavapiés. La discusión se originó por la venta de unas tarjetas de teléfono falsas. «Después de discutir con él, llegó con su hermano para darme una paliza con unos palos. Me pegaron fuerte.Me trataron como a un perro», relata. La pelea se originó en la calle y terminó en un restaurante cercano. «Cuando me están pegando, no encuentro nada para defenderme. Veo un cuchillo de la cafetería. Me agarran y siguen pegándome. Cuando caigo al suelo... yo le clavé el cuchillo. Fue en defensa propia», asegura.

Jamal Zougam presentó una denuncia por agresión. Alí fue condenado, en primera instancia, a cuatro años de cárcel. Hoy, mientras espera la resolución de su recurso, no duda de la relación de Zougam con el terrorismo islámico. Recuerda una conversación, tras los atentados del 11 de Septiembre en la que se hablaba de Al Qaeda y Bin Laden. «Dijo [Zougam] que echaría una mano a esta gente con dinero o de cualquier manera. La gente del barrio dice que sí, que está en contacto con ellos».

Según Alí, «en Tánger todo el mundo sabía que estaba en búsqueda y captura» por su posible implicación en los atentados de Casablanca.«Mi familia vive cerca de él, en Tánger. Un día llegó la policía para buscarle. La gente, que es un poco cotilla, preguntó por qué le buscaban. Tenía orden de busca y captura... dijeron que él hizo la bomba de Casablanca. Escapó aquí, por eso la policía no pudo cogerlo. No sabía donde vivía».

Una casa nueva

Jamal Zougam vivía por encima de sus posibilidades. Así lo cree Alí. Asegura que, 15 días antes de los atentados de Atocha, se compró una casa en Tánger para su familia, con la que esperaba reunirse dentro de cuatro o cinco años. «Se ha comprado un chalé en Marruecos por 150 millones de mi país, casi 25 millones de aquí (150.000 euros), pero sacar ese dinero liberando móviles por cuatro euros es muy difícil», dice Alí.

Define a Zougam como un hombre de pocos amigos, un hombre serio, musulmán hasta las últimas consecuencias. Todos los días acudía a la mezquita, rezaba cada pocas horas, no probaba el alcohol y evitaba salir con mujeres. Aún recuerda sus palabras: «'No puedes beber, vete a rezar, Dios no nos deja beber'. Siempre discutía con él. Yo le decía: 'Tú no eres mi padre para decirme que no beba, hago lo que quiero. Estoy dentro de este país y me he adaptado a la gente de aquí'».

Jamal Zougam tampoco aceptaba la relación de Alí con una joven española. «No quería que saliera con ella. 'Vete a buscar a una paisana, una musulmana, no confíes en los cristianos'. Me decía que yo siempre estaba haciendo cosas malas y que iba a hacerme daño. Me pedía constantemente que rezara».

Alí asegura que no habla contra Jamal Zougam por odio, sino por otra razón: «Para quitarme la rabia que tengo». También, dice, para evitar que personas como él sigan matando a gente. Pese al nombre falso que utiliza, afirma que no tiene miedo de que el entorno de Jamal le esté buscando: «Yo no tengo miedo. Si Dios me manda la hora de morir, me voy a morir. Yo tengo una hora fijada. Nadie sabe su hora».

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