LA HUELGA DEL JAMON YORK

15-10-06



LA HUELGA DEL JAMON YORK


O de cómo lo que el etarra De Juana Chaos hizo fue dieta de adelgazamiento a base de leche, miel o bimbo, aunque fue vendida durante 63 días como una huelga de hambre para conseguir, con posibilidades de éxito, una rebaja de penas. Irene Villa, en el 15 aniversario de su atentado, denuncia el abandono de las víctimas

ANIBAL MALVAR

«Reitero el compromiso de que, pase el tiempo que pase y pase las crisis físicas que pase, no lo voy a dejar hasta que toda esta ley de excepción que supone la vulneración de la libertad de expresión y las medidas que ha tomado la Audiencia Nacional no cesen. En toda esta huelga de hambre y este proceso, lo que se está demostrando es que continúan las leyes de excepción para Euskal Herria». El etarra Iñaki de Juana Chaos escribía esto el 4 de octubre, cuatro días antes de abandonar la presunta huelga de hambre que sostuvo durante 63 días.

La portada del diario proabertzale Gara arrancaba con el testimonio No lo voy a dejar del que se ha extraído el primer párrafo. Al lado, información sobre la extrema debilidad de De Juana, ilustrada con una imagen de la ventana de su habitación en el Hospital Punta de Europa en la que se le ve levantando el puño. A su lado, la silueta difusa tras el cristal de Irati Mendizábal, la joven de 29 años -él tiene 51- que supuestamente mantiene con De Juana una relación sentimental desde hace año y medio. De Juana de pie. Con el puño en alto. Tras 59 días sin recibir, supuestamente, alimento. El activista irlandés Bobby Sands murió deshidratado tras 66 días. Tenía 27 años y era deportista. Destacó como corredor. Y murió no de pie. No con el puño en alto.
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«Nosotros nos lo tomábamos a cachondeo. A su huelga le llamábamos la dieta de las 500 calorías. Con leche, miel, jamón york, pan bimbo y azúcar. Incluso se llegó a hablar con la directora del centro sobre el descontrol de visitas. Inmaculada Noble entraba y salía de la celda con bolsas. Mortadelo también». Ramón, nombre supuesto, es funcionario de prisiones y trabajó durante varios de los días en que De Juana permaneció en huelga en el módulo de aislamiento de la cárcel de Algeciras. Tras su traslado, también los agentes encargados de la custodia del preso en el hospital algecireño Punta de Europa elevaron protestas a través de los sindicatos policiales sobre el descontrol de visitas que recibía el preso. Y sus dudas sobre la veracidad de la huelga.

En el módulo de aislamiento de la cárcel de Algeciras, 36 celdas, convivían ocho presos etarras hasta la salida de Iñaki de Juana. Allí se quedó otro histórico de brillante trayectoria: José Antonio López Ruiz, alias Kubati, que de cuatro tiros acabó con la vida de la disidente Dolores González Kataráin, Yoyes, cuando paseaba el 10 de septiembre de 1986 con su hijo Akaitz, de tres años, por la plaza José Miguel Barandiarán de Orditzia.

Hace tiempo que las relaciones entre Kubati y De Juana son frías. Pero esta situación se agravó a partir de la publicación de dos artículos en Gara del huelguista los días primero y 30 de diciembre de 2004. Señalaba seis posibles objetivos a la banda. Y por eso la Fiscalía de la Audiencia Nacional pedía 96 años de cárcel. Petición que ahora puede ser rebajada a tres. «Cuando salió lo de los artículos, Kubati lo quería crucificar porque le echa la culpa de toda esa movida de la doctrina Parot», señala el funcionario de prisiones que ha convivido con ellos en el módulo.

El Tribunal Supremo impidió la excarcelación inminente de 184 etarras con esta doctrina, que establece que a los convictos del Código Penal de 1973 se les apliquen las reducciones -por ejemplo por estudios o trabajo en prisión- sobre cada una de las condenas, y no sobre el conjunto. Kubati iba a salir a finales del pasado mes de julio. Ahora tendrá que quedarse en la cárcel hasta, probablemente, 2017.

La única persona que le hablaba en el módulo es Iñaki Etxebarría Martín, Mortadelo. Miembro del comando Madrid, participó el 6 de febrero de 1992 en un atentado con coche bomba en la capital que causó la muerte a cinco personas. El 23 de marzo del mismo año asesinó con bomba-lapa en los bajos de su coche al hijo del coronel del Ejército Manuel Carrasco. En 1998, su abogado, Antoine Compte, reveló que Mortadelo había roto con sus antiguos compañeros de ETA.

«Antes de empezar la huelga, Mortadelo sólo iba al economato de la cárcel a comprar café, sólo café. Pero a partir de entonces sus compras fueron más numerosas: leche, miel, jamón york y pan bimbo. También su novia, Inmaculada Noble, entraba y salía cuando quería con bolsas. Los funcionarios nos reíamos de la huelga de hambre», dice Ramón. «Aunque la verdad es que en su celda nunca encontramos nada de comida».

Fuentes médicas cercanas al doctor Alfonso Bolaño, jefe de medicina interna del hospital algecireño de Punta Europa, señalan también que las analíticas del preso practicadas en el centro «no eran las de una persona que estuviera en huelga de hambre. Los valores no son normales porque quizá padezca alguna enfermedad. Y evidentemente se nota que ha perdido peso, unos 24 kilos, en poco tiempo. Pero en su habitación de la cuarta planta incluso hacía flexiones. ¿Tiene fuerzas para hacer flexiones un hombre que lleva casi dos meses en huelga de hambre?».

Nutricionistas y endocrinos consultados por CRONICA advierten de que un hombre con bastantes reservas grasas puede prolongar una huelga de hambre hasta, incluso, seis meses. Que es posible que esté de pie ante la ventana, y con un puño en alto, dos meses después de haber dejado de ingerir alimento alguno. De Juana perdió 24 kilos. En el hospital de Algeciras se enfrentaba a los médicos quitándose el suero. Ya antes, en la cárcel, se negaba a desnudarse para los análisis y los chequeos a los que le querían someter los facultativos del centro, y tenía que ser conducido al hospital de Algeciras. Los resultados de las pruebas no pasaban por el equipo médico de la prisión. Eran remitidos a Isabel Martínez de la Torre, directora de la cárcel de Botafogo, y de ahí se enviaban a Mercedes Gallizo, directora de Instituciones Penitenciarias.

DEMASIADAS «NOVIAS»

El rostro de Irati Aranzábal apenas se distingue tras el ventanal de la cuarta planta de hospital Punta de Europa. Tiene 29 años. Nació en Mondragón de famila arraigadamente abertzale. Se conocieron hace año y medio y, según fuentes policiales, «está coladita por él». Aunque uno de los policías que desde el 19 de septiembre -fecha en que es trasladado de la cárcel de Botafogo al hospital algecireño con 14,2 kilos menos- asegura que no ha percibido ningún gesto de intimidad entre ellos que sugiera algo más que una simple amistad. Eso sí, se extraña de su presencia constante con el recluso: «En casi 30 años de servicio nunca había visto nada así», asegura.

La amistad se fragua porque Irati Aranzábal es destacado miembro del colectivo Etxerat. Familiares de presos etarras. Ella es el contacto familiar del preso. «Una allegada», como la califica Gara. Con licencia para estar las 24 horas del día con él durante su custodia hospitalaria, redactada por la Audiencia Nacional, en calidad de pareja de hecho del etarra. Falsa novia, según otras fuentes policiales, pero supuestamente designada para mediar entre De Juana, la izquierda abertzale y el Gobierno español para que el preso abandonara su presunta huelga de hambre.

En la cárcel de Botafogo, módulo de mujeres, permanece su otra novia. En lenguaje pequeñoburgués, «la de toda la vida». Inmaculada Noble ha visitado cada día, desde el inicio de la huelga hasta el traslado del preso al hospital de Punta de Europa, a su antiguo camarada y pareja (¿o ex pareja?) sentimental. En junio de 1986 intervinieron juntos -con Esteban Nieto, Inés del Río, Antonio Troitiño, Soares Gamboa e Idoia López Riaño, La Tigresa- en el ametrallamiento de un coche del Ejército de Tierra en el que resultaron muertos el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, el teniente coronel Carlos Besteiro Pérez, y el soldado Francisco Casillas Martín.

SIN VISITAS FAMILIARES

Pero quien está ahora con él en el hospital madrileño 12 de Octubre, donde De Juana lleva ingresado desde el pasado día 6 a la espera del juicio que se celebrará en la Audiencia Nacional el próximo día 27, es Irati Aranzábal. El familiar más cercano. Porque ni su madre ni su hermana Altamira -que, además, es enfermera y le facilitó su primera diplomatura universitaria hace 30 años- han visitado al preso desde que inició la huelga de hambre. El jueves, CRONICA localizó en San Sebastián a Altamira de Juana, que declinó hacer declaración alguna.

La familia se distanció del etarra cuando, antes de conseguir entrar en la primera promoción de la Ertzaintza, con sólo 24 años, un compañero delató que su ingreso en el cuerpo policial autonómico era una maniobra pergeñada por ETA para colocar infiltrados de uniforme. Antes de ser descubierto, su contacto con la policía le permitió conseguir información suficiente para que ETA robara un centenar de armas cortas de la Diputación Foral de Alava. Pero tuvo que huir a Francia con el uniforme aún a medio desvestir para pasar a la clandestinidad hasta su detención el 16 de enero de 1987. Ocho años en los que participó en 25 asesinatos.

Desde entonces hasta hoy su papel en el frente de makos -como se le llama en el ambiente a los activistas etarras encarcelados- ha virado de líder indiscutible en Alcalá-Meco, Málaga, Melilla y Algeciras, al de apestado. De duro -provocando incluso, según Instituciones Penitenciarias, que otros presos etarras pidieran el traslado para eludir sus excesos disciplinarios- a marginado: en plena negociación su iniciativa particular no ha sentado nada bien en ciertos ambientes. Y su antiguo amigo Kubati ha orquestado una campaña de aislamiento contra él dentro de prisión. Quizá mezclando lo político con lo personal. Su viejo amigo despreció abiertamente su blandura tras intervenirse una carta en 1994 en la que Kubati reconocía: «Ha llegado el momento de ser valientes y realistas. Y si hay que reconocer que la lucha armada es perjudicial para nuestros objetivos, pues se reconoce y punto». Reflexión que De Juana consideró síntoma de cobardía.

La huelga de hambre de De Juana se mantuvo durante casi dos semanas con discreción. Cuando cualquier iniciativa de este tipo recibe siempe el apoyo de la calle, de la kale. Eso sí, una vez que la opinión pública sabe de la huelga de hambre, el entorno etarra lo eleva al altar de los mártires y se vuelca en manifestaciones y actos de solidaridad que culminan con la visita de los miembros del Foro Ibaeta al preso en Punta de Europa el pasado día tres.

IRATI LE CONVENCIO

Desde el día 6, De Juana se encuentra en la unidad para presos del hospital madrileño 12 de Octubre. Un discreto apartado protegido por una puerta simulada donde no se percibe aparentemente presencia policial. Personal del centro preguntado por CRONICA asegura que el ingreso del etarra no ha afectado en absoluto sus rutinas. En Punta de Europa no. Allí los familiares de otros presos se quejaban continuamente de las molestias que les ocasionaba la presencia de De Juana. Aunque en Madrid continúa recibiendo numerosas visitas e Irati Aranzábal continúa a su lado.

Ella fue quién lo convenció de que dejara la huelga de hambre. O la dieta de 500 calorías.

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